Stieg Larsson - La Chica Que Soñaba Con Una Cerilla Y Un Bidón De Gasolina

Здесь есть возможность читать онлайн «Stieg Larsson - La Chica Que Soñaba Con Una Cerilla Y Un Bidón De Gasolina» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Триллер, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

La Chica Que Soñaba Con Una Cerilla Y Un Bidón De Gasolina: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «La Chica Que Soñaba Con Una Cerilla Y Un Bidón De Gasolina»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Lisbeth Salander se ha tomado un tiempo: necesita apartarse del foco de atención y salir de Estocolmo. Trata de seguir una férrea disciplina y no contestar a las llamadas ni a los mensajes de Mikael, que no entiende por qué ha desaparecido de su vida sin dar ningún tipo de explicación. Lisbeth se cura las heridas de amor en soledad, aunque intente distraer el desencanto mediante el estudio de las matemáticas y con ciertos placeres en una playa del Caribe.
¿Y Mikael? El gran héroe vive buenos momentos en Millennium, con las finanzas de la revista saneadas y el reconocimiento profesional por parte de los colegas. Ahora tiene entre manos un reportaje apasionante sobre el tráfico y la prostitución de mujeres procedentes del Este que le ha propuesto Dag Svensson, periodista de investigación, y su mujer, la criminóloga e investigadora de género Mia Bergman.
Las vidas de los dos protagonistas parecen haberse separado por completo, pero entretanto… una muchacha, atada a una cama, soporta un día tras otro las horribles visitas de un ser despreciable y, sin decir palabra, sueña con una cerilla y un bidón de gasolina, con la forma de provocar el fuego que acabe con todo.

La Chica Que Soñaba Con Una Cerilla Y Un Bidón De Gasolina — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «La Chica Que Soñaba Con Una Cerilla Y Un Bidón De Gasolina», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Pero, aunque la tía estuviese loca de atar -cosa que, sin duda, era el caso, según los periódicos y lo que acababan de ver en ese patio-, sus chalecos deberían infundirle respeto. Algo que ella no mostró en absoluto Eso no se podía tolerar, por muy tronchante que le resultara la situación. Miró de reojo a Sonny Nieminen.

– Creo que la bollera necesita una buena polla -dijo para, acto seguido, bajarse de la moto. Con cautela dio dos pasos hacia Lisbeth Salander y la observó desde arriba. Ella ni se inmutó. Magge Lundin negó con la cabeza y suspiró tristemente. Luego, soltó un revés con la misma potencia que Mikael Blomkvist tuvo ocasión de comprobar en el altercado de Lundagatan

Golpeó al aire. En el mismo instante en el que la mano iba a impactar en su cara, ella dio un único paso hacia atrás y permaneció quieta justo fuera del alcance de Lundin.

Sonny Nieminen estaba apoyado sobre el manillar de su Harley mientras miraba entretenido a su compañero. Lundin enrojeció y avanzó rápidamente hacia ella Lisbeth volvió a retroceder. Lundin aumentó la velocidad.

De repente, Lisbeth se paró en seco y le vació la mitad del bote de gas lacrimógeno en la cara. Sus ojos ardieron como el fuego. Lisbeth disparó la punta de una bota con toda su fuerza y, al llegar a la entrepierna, se transformó en energía cinética, con una presión de aproximadamente ciento veinte kilopondios por centímetro cuadrado. Magge Lundin, sin respiración, cayó de rodillas y fue a parar a una altura mucho más cómoda para Lisbeth Salander. Ella tomó impulso y le dio otra patada en la cara, como si hubiese efectuado un saque de esquina en un partido de fútbol. Antes de que Magge Lundin se desplomará en redondo como un saco de patatas, se oyó un horrible crujido.

A Sonny Nieminen le llevó unos segundos darse cuenta de que acababa de pasar algo absurdo delante de sus ojos. No atinó al querer ponerle el pie a su Harley Davidson y tuvo que bajar la vista. Luego, optó por jugar sobre seguro y empezó a buscar la pistola que llevaba en un bolsillo interior de la chupa. Cuando se disponía a abrir la cremallera, percibió un movimiento por el rabillo del ojo.

Al alzar la mirada, vio cómo Lisbeth Salander se abalanzaba sobre él como la bala de un cañón. Ella saltó con los pies juntos y le dio con todas sus ganas en la cadera, lo que no resultaba suficiente para hacerle daño, pero sí para volcarlos a él y a su Harley. Él consiguió, por los pelos, que no quedara atrapada la pierna bajo la moto. Retrocedió tambaleándose unos cuantos pasos antes de recuperar el equilibrio.

Cuando ella volvió a entrar en su campo de visión, Sonny se percató de que el brazo de Lisbeth se movió y de que una piedra del tamaño de un puño surcaba el aire. La esquivó instintivamente, aunque pasó a muy pocos centímetros de su cabeza.

Por fin consiguió sacar la pistola e intentó quitarle el seguro; sin embargo, cuando levantó la vista por tercera vez, Lisbeth Salander ya estaba junto a él. Vio el mal en sus ojos y, por primera vez, sintió, estupefacto, miedo.

– Buenas noches -dijo Lisbeth Salander.

Apretó la pistola eléctrica contra la entrepierna de Nieminen y le descargó setenta y cinco mil voltios, manteniendo el contacto de los electrodos con su cuerpo durante al menos veinte segundos. Sonny Nieminen se convirtió en un apático vegetal.

Lisbeth percibió un ruido detrás, se dio la vuelta y observó a Magge Lundin. Acababa de conseguir, con mucho esfuerzo, ponerse de rodillas y estaba a punto de levantarse. Lisbeth lo miró con las cejas arqueadas; Lundin iba a tientas a través de la ardiente niebla del gas lacrimógeno.

– ¡Te voy a matar! -gritó de repente.

Farfullaba y caminaba a ciegas intentando encontrar a Lisbeth Salander. Ella ladeó la cabeza y se quedó contemplándole pensativa. Luego, volvió a vociferar.

– ¡Maldita puta!

Lisbeth Salander se agachó, recogió la pistola de Sonny Nieminen y comprobó que se trataba de una P-83 Wanad polaca.

Abrió el cargador y comprobó si el calibre de la munición era, como cabía esperar, 9 milímetros. Makarov. Acto seguido, alimentó el cañón con una bala. Luego, pasó por encima de Sonny Nieminen y se acercó a Magge Lundin. Apuntó sosteniendo el arma con ambas manos y le disparó en el pie. Aulló al recibir el impacto y volvió a desplomarse.

Lisbeth contempló a Magge Lundin y se preguntó si debería tomarse la molestia de interrogarle sobre la identidad del gigante rubio con el que le había visto en Blombergs Kafé y que, según el periodista Per-Åke Sandström, había matado, junto con Magge Lundin, a una persona en un almacén. «Mmm. Quizá debería haberlo hecho antes de disparar.»

Por una parte, Magge Lundin no parecía estar en disposición de mantener una conversación inteligible; por otra, era posible que alguien hubiera oído el tiro. De modo que debía abandonar la zona cuanto antes. Siempre podría localizar a Magge Lundin y hacerle esas preguntas en otra ocasión. Le puso el seguro al arma, se la metió en el bolsillo de la cazadora y recogió la mochila.

No había recorrido ni diez metros de camino cuando se detuvo y se dio media vuelta. Regresó lentamente estudiando la moto de Magge Lundin.

– ¡Una Harley-Davidson! -exclamó-. ¡Qué guay!

Capítulo 27 Miércoles, 6 de abril

Hacía un tiempo primaveral cuando Mikael se puso al volante del coche de Erika Berger y se dirigió hacia el sur por la carretera de Nynäs. Se intuía un ligero tono verde en los campos y el sol comenzaba a calentar de verdad. Hacía un tiempo perfecto para olvidar los problemas, escaparse unos días a Sandhamn y disfrutar de tranquilidad.

Sin embargo, había quedado con Gunnar Björck a la una, pero todavía era muy pronto, así que paró en Dalarö para tomar café y leer la prensa. No había preparado la reunión. Gunnar Björck le ocultaba algo y Mikael estaba decidido a no dejar Smadalarö hasta que no obtuviera algún dato sobre Zala que le permitiera avanzar en sus pesquisas.

Gunnar Björck salió al patio delantero de la casa para recibirlo. Se le veía más chulo y más seguro de sí mismo que hacía dos días. «¿Qué tipo de jugada estás tramando?» Mikael no le estrechó la mano.

– Puedo darle información sobre Zala -dijo Gunnar Björck-. Pero con condiciones.

– Usted dirá.

– Que no se me mencione en el reportaje de Millennium.

– De acuerdo.

Gunnar Björck pareció sorprenderse. Blomkvist había aceptado sin discusión el punto sobre el cual él había previsto una larga batalla. Era su única carta; lo que sabía sobre los asesinatos a cambio de anonimato. Y Blomkvist había accedido, sin más, a sacrificar lo que sin duda habría sido un gran titular para la revista.

– Estoy hablando en serio -dijo Björck desconfiado-. Lo quiero por escrito.

– Se lo doy por escrito si quiere, pero un papel así no vale una mierda. Ha cometido delitos de los que estoy al tanto y que, en la práctica, tengo la obligación de denunciar. Posee la información que yo quiero y se aprovecha de su posición para comprar mi silencio. He reflexionado sobre el tema y acepto. Le hago un favor dándole mi palabra de no mencionar su nombre en Millennium. O se fía de mí o no se fía.

Björck caviló.

– Yo también tengo condiciones -añadió Mikael-. El precio de mi silencio es que me cuente todo lo que sepa. Si descubro que me oculta algo, nuestro acuerdo quedará invalidado. Y, entonces, le sacaré en las portadas de todos los periódicos de Suecia, tal y como hice con Wennerström.

Björck sintió escalofríos al pensarlo.

– De acuerdo -respondió-. No tengo elección. Usted me promete que mi nombre no se mencionará en Millennium y yo le digo quién es Zala. Y quiero que se me proteja como fuente.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «La Chica Que Soñaba Con Una Cerilla Y Un Bidón De Gasolina»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «La Chica Que Soñaba Con Una Cerilla Y Un Bidón De Gasolina» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «La Chica Que Soñaba Con Una Cerilla Y Un Bidón De Gasolina»

Обсуждение, отзывы о книге «La Chica Que Soñaba Con Una Cerilla Y Un Bidón De Gasolina» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x