Sue Grafton - J de Juicio

Здесь есть возможность читать онлайн «Sue Grafton - J de Juicio» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Триллер, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

J de Juicio: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «J de Juicio»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Cuando encontraron el yate de Wendell Jaffe a la deriva, todo indicaba que se había tirado por la borda. No sólo lo confirmaba la nota que él había dejado, sino también su desastrosa situación financiera. Aun así, poco antes, había suscrito con la compañía para la que trabaja Kinsey Millhone un seguro de vida de quinientos mil dólares a nombre de Dana, su mujer, quien, sin embargo, al haber desaparecido el cadáver de su marido, tuvo que esperar cinco años hasta que fuera dado oficialmente por muerto. Pero quiso el azar que un día un agente de la compañía de seguros descubriera a Jaffe en la barra de un bar miserable de la costa mexicana, justo dos meses después de que Dana cobrara el seguro de su marido. Por supuesto, la compañía quiere deshacer en entuerto y contrata a Kinsey para investigar el caso. Pero cuanto más se adentra ella en el misterio que rodea al supuesto suicidio de Wendell Jaffe, más hondo excava también en su propio pasado…

J de Juicio — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «J de Juicio», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Abandonamos el tema y nos pusimos a hablar de William y Rosie. Nada nuevo que decir. Los deportes y la política no dieron más que para una frase por cabeza. Me fui a mi casa poco después, con una depresión de caballo. Henry parecía normal, pero yo me sentía como si hubiéramos tenido una pelea sonada. Y encima dormí fatal.

A las seis menos un minuto seguía lloviendo y me olvidé del footing . Estaba ya mejor del resfriado, pero ponerme a hacer ejercicio bajo la lluvia me parecía una imprudencia. Me costaba aceptar que hacía sólo una semana que había estado recostada junto a una piscina en México, refregándome la piel con sustancias antinaturales. Me entretuve un rato en la cama mirando la claraboya del techo. Las nubes eran del color de las antiguas cañerías galvanizadas y el día pedía desesperadamente una buena sesión de lectura. Alargué la mano e inspeccioné mi bronceado artificial, reducido ahora a un tono melocotón claro. Levanté una pierna y por primera vez advertí la pelambrera reinante en los alrededores del tobillo. Santo Dios, aquello había que arreglarlo con una buena hoja de afeitar. Ni que me hubiera dado por ponerme calcetines de angora. Aburrida por último de aquella autoinspección, despegué el culo de la cama. Me duché, me afeité las piernas y, puesto que tenía que comer con Harris Brown, me puse unos tejanos y un jersey de algodón limpios. Fui a desayunar fuera y me cargué de grasas e hidratos de carbono, que son los antidepresivos de la naturaleza. Ida Ruth me había dicho que llegaría tarde y me había autorizado a utilizar su aparcamiento. Llegué al bufete a las nueve en punto.

Alison hablaba por teléfono cuando entré. Levantó la mano como un agente de tráfico para darme a entender que tenía algo que decirme. Me detuve en espera de que hiciera un alto en la conversación.

– De acuerdo, ningún problema. Tómese el tiempo que quiera -dijo. Tapó con la mano el auricular, mientras su interlocutor se ocupaba al parecer de otra cosa-. Tienes visita, la he hecho pasar a tu despacho. No te importa, ¿verdad? Si te llaman, recogeré el recado.

– ¿Para qué…?

Volvió a concentrarse en el teléfono y deduje que la otra persona había regresado al otro extremo del hilo. Me encogí de hombros y eché a andar por el pasillo que conducía al despacho, cuya puerta estaba abierta. Había una mujer asomada a la ventana, de espaldas a mí.

Me acerqué a la mesa y descargué el bolso en la silla.

– Buenas. Usted dirá qué se le ofrece.

Se giró en redondo y me miró con esa curiosidad que reservamos para cuando tenemos cerca a una celebridad.

Sin saber por qué me la quedé mirando del mismo modo. Éramos tan parecidas que habríamos podido pasar por hermanas. Su cara tenía la familiaridad que poseen las caras en los sueños; la reconocía, pero contemplada de cerca se desvanecía la impresión. Nuestros rasgos no eran idénticos en absoluto. No se parecía exactamente a mí, sino a la imagen que me formaba cuando pensaba que me parecía a otras personas. Al observarla de cerca, la semejanza se diluía. No tardé en advertir que éramos más diferentes que parecidas. Yo mido uno sesenta y siete y ella mediría diez centímetros menos; además, estaba más llenita, en el sentido de que comía con ganas y no hacía ejercicio. Venía haciendo footing desde hacía años y a veces era consciente de que los kilómetros que me había comido habían modificado mi constitución básica. Era pechugona y más ancha de caderas. Por otro lado, iba más arreglada. Imaginé por un momento el aspecto que tendría si pagara por un buen corte de pelo, conociera los rudimentos de la cosmética y me vistiera con gusto. Llevaba un conjunto de seda artificial de color crema: falda larga con fruncidos y una chaquetilla estilo rebeca, a juego con la falda, encima de una camiseta de tirantes, también de seda, del color del coral. La magia de la moda disimulaba parte de su gordura, ya que el ojo se perdía entre tanta línea flotante y vaporosa.

Sonrió y me tendió la mano.

– Qué tal, Kinsey. Me alegro de conocerte. Soy tu prima Liza.

– ¿Y cómo te has enterado? -pregunté-. Ayer mismo me enteré de que podía tener familia en la región.

– Yo también lo supe ayer. Bueno, no es del todo exacto. Lena Irwin llamó anoche a mi hermana Pam y celebramos una reunión en el acto. Lena estaba convencida de que eras de la familia. Mis dos hermanas querían coger el coche y venir a conocerte, pero al final pensamos que podía resultarte desconcertante. Además, Tasha tenía que volver a San Francisco y Pamela tiene tal barriga con eso del embarazo que está a punto de reventar.

Tres primas en un abrir y cerrar de ojos. Era demasiado. Cambié de conversación.

– ¿De qué conoces a Lena?

Hizo con la mano un ademán de despreocupación, idéntico al que yo había hecho cientos de veces.

– Tiene a la familia en Lompoc. En cuanto dijo que te había conocido, decidimos que había que venir a verte. Grand no sabe nada aún, pero seguro que querrá conocerte.

– ¿Grand?

– Ah, sí. Es la abuela Cornelia. Su apellido de soltera era LaGrand, pero siempre lo abreviamos. Todo el mundo la llama Grand. Es su apodo desde que éramos pequeñas.

– ¿Qué sabe de mí?

– Poca cosa en el fondo. Conocíamos tu nombre, naturalmente, pero ignorábamos dónde te encontrabas. Y todo por una pelea familiar que fue el colmo del absurdo. En su momento no, desde luego. Dios mío, por lo que me han contado, las hermanas se dividieron en dos bandos. A propósito, ¿he interrumpido tu trabajo? Habría tenido que preguntártelo antes.

– No, qué va -dije, mirando el reloj de soslayo. Faltaban tres horas para la cita con Brown-. Alison me ha dicho que atenderá mis llamadas, pero no creo que surja nada más importante que esto. Cuéntame lo de las hermanas.

– Eran cinco en total. Creo que también había un hermano, pero murió de pequeño. Pues bien, Grand y la tía Rita se pelearon y la familia se dividió. ¿De verdad que no te lo han contado?

– Ni una palabra -dije-. Aún me pregunto si no te habrás confundido de persona.

– No digas eso -dijo-. Tu madre se apellidaba Kinsey. Rita Cynthia, ¿verdad? Tenía una hermana que se llamaba Virginia. La llamábamos tía Gin y a veces Gin Gin.

– Yo también -dije con desánimo. Desde siempre había creído que era un nombre inventado por mí.

– A ella la conocía menos -prosiguió Liza- por culpa del extrañamiento entre ellas dos y Grand, que este año cumplirá ochenta y ocho y que tiene un genio que para qué. Bueno, está prácticamente ciega y no goza de buena salud, pero para su edad está muy bien. Creo que ninguna de las dos volvió a dirigirle la palabra a Grand, pero la tía Gin acabó por romper el hielo y las hermanas se reconciliaron. Todo el mundo temblaba de miedo ante la posibilidad de que Grand se enterase, pero creo que no sucedió. Por cierto, mi madre se llama Susanna. Era la pequeña de la familia. ¿Puedo sentarme?

– Perdona. Sí, por favor. ¿Te apetece un café?

– No, gracias, está bien así. Siento mucho haber entrado de sopetón para atosigarte con todas estas cosas. ¿Qué estaba diciendo? Ah, sí. Tu madre era la mayor y la mía la menor. Sólo quedan dos con vida, mi madre, que tiene cincuenta y ocho años, y la que nació inmediatamente antes que ella, Maura, que tiene sesenta y uno. Sarah murió hace cinco años. No paro de contarte desgracias; perdóname, chica. Pensábamos que ya lo sabías.

– ¿Y Burton… el abuelo Kinsey?

– También está muerto. Falleció hace sólo un año, aunque, claro, estaba enfermo desde hacía mucho. -Lo dijo como si yo hubiera tenido que estar al tanto de la naturaleza de su enfermedad. No presté atención. No quería concentrarme en los pormenores cuando aún tenía que adaptarme a la imagen general.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «J de Juicio»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «J de Juicio» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Sue Grafton - T de trampa
Sue Grafton
Sue Grafton - U Is For Undertow
Sue Grafton
Sue Grafton - I de Inocente
Sue Grafton
Sue Grafton - H is for Homicide
Sue Grafton
Sue Grafton - P is for Peril
Sue Grafton
Sue Grafton - O Is For Outlaw
Sue Grafton
libcat.ru: книга без обложки
Sue Grafton
Sue Grafton - F is For Fugitive
Sue Grafton
Sue Grafton - E Is for Evidence
Sue Grafton
Sue Grafton - K Is For Killer
Sue Grafton
Sue Grafton - Z Jak Zwłoki
Sue Grafton
Sue Grafton - S is for Silence
Sue Grafton
Отзывы о книге «J de Juicio»

Обсуждение, отзывы о книге «J de Juicio» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x