– Quizá lo que Patty quiso decir con lo de matar a alguien fue que le suministraba drogas que le mataron -argumenté.
– ¿No solo pasaba drogas a su paciente privado? Eso la convertiría en una chica mala.
Petra y Milo me miraron.
– Tomáoslo como queráis -respondí.
– Ahora me toca a mí -dijo Petra-. Volvamos a nuestro jovencito Whitbread. Es un tío que roba música para vivir y a lo mejor, también pasa droga. No debería preocuparse demasiado por un paso en falso de hace más de una década.
– ¿Y si se cometió un asesinato? -pregunté-. Algo que nunca llegó a descubrirse y por eso Isaac no obtuvo ningún resultado. Patty no participó directamente, pero fue cómplice del silencio y aquello la carcomió durante años.
– Antes de disponerme a aceptar esa teoría -dijo Milo-, veamos si su pistola se corresponde con las balas de Leland Armbruster.
Petra se alejó de la pantalla.
– Chicos, esto empieza a sonar al típico examen «Escoja una opción de la columna A» y no veo nada que me convenza. Lo que necesito son pruebas concretas de un vínculo entre los participantes.
– ¿Y si los amigos que llevaron a Grant a urgencias eran Whitbread, De Paine y Robert Fisk? Patty reconoce a De Paine de sus años en la Cuarta. Aquello resucita el sentimiento de culpabilidad. Poco después, cae enferma y comienza a obsesionarse sobre el camino que no tomó y se armó todo este lío. Por lo que sabemos, De Paine también reconoció a Patty. Se alteró y se vino abajo. Luego llegamos nosotros y empezamos a hablar del pasado y vuelve a caer en estado de ansiedad.
– ¿Le diría su madre que fuisteis a hablar de Patty? -preguntó Petra-. ¿Y qué tiene que ver Jordan con esto?
– Quizá Jordan participó en lo que sucedió, fuera lo que fuera, y ella lo sabía. De Paine estaría preocupado por si podía confiar en que Jordan mantendría la boca cerrada.
– Todos estos años la mantuvo cerrada -replicó Milo.
– No sé -contesté-, pero sí De Paine hacía negocios con Jordan, eso explicaría el escenario del crimen. Jordan dejó que De Paine entrara y este abrió la ventana trasera para que Fisk lo hiciera a su vez. O puede que De Paine lo hiciera él mismo y Fisk solo le apoyara. Si Jordan se quedó profundamente dormido no debió resultar muy difícil asesinarlo.
Petra cruzó las piernas, se acarició un tobillo.
– ¿De Paine lo tiene todo calculado y no se lleva la droga de Jordan? -dijo Petra.
– Es lo bastante inteligente como para ser prudente -contestó Milo.
– A mí lo que me parece -interrumpió Petra-, es que lo inteligente habría sido llevarse la droga, Milo. Nos habría conducido directamente a un robo de heroína.
– ¿Y cómo concuerda todo esto con las decisiones que tomó Patty para cambiar de domicilio? Entiendo lo de pasar de cuidadora de Jordan a enfermera particular a domicilio del anciano con el doble de salario, pero sigo haciéndome la misma pregunta: si sabía que De Paine había estado involucrado en un delito grave, ¿por qué aceptó ser la inquilina de su madre? He observado que se quedó menos de un año, pero aun así es demasiado tiempo para exponer a una niña a una pésima influencia. No tenía ninguna respuesta.
Petra se levantó y fue a buscar otra taza de café. Milo llamó por teléfono a Rick y le dijo que no le esperara despierto.
Cuando Petra volvió, se sentaron uno al lado del otro en el sofá de piel.
Petra sonrió.
– ¿Qué? -preguntó él.
– Parecemos sus pacientes, consejos matrimoniales o algo así. -Juntó las piernas, frunció el ceño de forma exagerada-. Doctor, he intentado que nuestra relación funcione, pero él no se comunica.
– Sí, sí, sí -replicó Milo.
– Se acabó el tiempo, les enviaré la factura -dije yo.
La risa se les acabó pronto.
– De Paine parece el vínculo de unión de todo esto. Debía conocer a Patty de su época en su edificio y solía moverse con Robert Fisk -apuntó Milo.
– Veámoslo desde otra perspectiva -intervine-. Patty no conocía a De Paine hasta que se mudó a su edificio. Lester Jordan los conocía a los dos, pero Patty no fue consciente de ello hasta bastante más tarde.
– Entonces, ¿cómo llegó Patty a ser la inquilina de Mary Whitbread? ¿Jordan la aconsejó? ¿Y por qué aceptaría ella consejos de un yonqui?
– Puede que lo conociera por algo más que por eso.
– ¿Eran amigos?
– Ella era una enfermera compasiva, quizá vio la humanidad que Jordan escondía-respondió-. Después de trasladarse, mantuvieron el contacto.
– O continuaron con sus negocios -aludió Petra.
– Eso también -admití-. Existe otro modo por el que Patty pudo enterarse del alquiler en la calle Cuarta. ¿Y si Myron Bedard le hubiera ayudado a encontrar un nuevo alojamiento?
– ¿Por qué habría hecho Myron tal cosa?
– Había cuidado muy bien de su padre.
– ¿Un tipo rico y benevolente? -preguntó Petra-. ¿Qué relación habría entre él y Whitbread? ¿Y entre De Paine y Jordan?
– La propiedad de los Bedard -respondí-. Puede que Myron fuera el propietario del dúplex de Whitbread en aquel entonces, o algunos de los apartamentos vecinos. O estaba relacionado de algún otro modo con Whitbread. Iona dijo que era un mujeriego. Mary es una mujer atractiva. Diez años antes, no debía tener mal aspecto.
– Myron tenía una novia -tarareó Petra-. Mataba dos pájaros de un tiro: le mandaba un inquilino y acallaba su consciencia por desalojar a una madre soltera con una bonita niña.
Petra se giró hacia Milo.
– Es una teoría tan buena como otra cualquiera -le replicó.
– ¿Un joven gamberro se asocia con el yonqui que resulta ser el cuñado del tierno novio de mamá?
– ¿De qué hablan los hombres con sus amantes? -pregunté.
– «Mi mujer no me entiende» -contestó Petra.
– En el caso de Bedard, «mi mujer no me entiende y además tengo que cargar con el inútil yonqui de mi cuñado». Si Peterson Whitbread era un criminal precoz con un pie en el mundo de las drogas, oír esto podría haberle suscitado cierto interés. Se pone en contacto con Jordan y los dos acaban haciendo negocios. Es posible que Patty no supiera que estaban en contacto cuando se mudó al edificio de Mary. Pensó que estaba progresando en la vida, que se mudaba a un dúplex más espacioso. En cambio, se vio envuelta en un crimen junto con el hijo de su casera y Jordan.
– Patty le dijo a Tanya que había matado a un vecino -añadió Milo-. No ocurrió nada en la calle Cuarta o alrededores.
– Lo que dijo en realidad fue un hombre «cerca». Cherokee, Hudson y la calle Cuarta abarcan un amplio abanico socioeconómico, pero están cerca desde el punto de vista geográfico.
– Saqué una guía de carreteras de una estantería, hojeé buscando una página, hice tres círculos rojos y le pasé el libro a Petra.
– Sí, están cerca… entonces, deberíamos ampliar el perfil geográfico a… ¿toda la región central de Wilshire? Fantástico.
– Pero si estoy en lo cierto, el crimen ocurrió cuando Patty vivía en la calle Cuarta y eso estrecha el marco de tiempo a menos de un año. También explicaría por qué Patty no se quedó más tiempo allí. Hizo o vio algo, y quiso marcharse.
– ¿Si estaba tan asustada, por qué no abandonó del todo la ciudad?
– Quizá no se trataba de su seguridad personal, pero si de culpabilidad, quizá se trataba de huir psicológicamente.
La mirada entre ellos fue cortante. Típico de un loquero.
– ¿Y si encontrarse con Whitbread en urgencias fue algo más que un mal recuerdo? -dijo Milo-. Imaginad que le hiciera a Patty algún comentario intimidatorio.
– ¿Cómo le va a tu pequeñaja? ¿Eh? -añadió Petra-. ¿Pero por qué Patty no lo comunicaría inmediatamente? ¿O acaso utilizó su arma?, ¿has encontrado cuándo la inscribió, Milo?
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