• Пожаловаться

Minette Walters: Las fuerzas del mal

Здесь есть возможность читать онлайн «Minette Walters: Las fuerzas del mal» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию). В некоторых случаях присутствует краткое содержание. категория: Триллер / на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале. Библиотека «Либ Кат» — LibCat.ru создана для любителей полистать хорошую книжку и предлагает широкий выбор жанров:

любовные романы фантастика и фэнтези приключения детективы и триллеры эротика документальные научные юмористические анекдоты о бизнесе проза детские сказки о религиии новинки православные старинные про компьютеры программирование на английском домоводство поэзия

Выбрав категорию по душе Вы сможете найти действительно стоящие книги и насладиться погружением в мир воображения, прочувствовать переживания героев или узнать для себя что-то новое, совершить внутреннее открытие. Подробная информация для ознакомления по текущему запросу представлена ниже:

Minette Walters Las fuerzas del mal

Las fuerzas del mal: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Las fuerzas del mal»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

En el bello paisaje de la campiña inglesa, una adinerada familia debe enfrentarse a un destino que parece condenarla a la extinción. El viejo ha perdido a su mujer, mientras sus hijos Leo, un ludópata redomado, y Elizabeth, una promiscua alcohólica condenada al fracaso, apenas son una mácula dentro de la genealogía familiar. Deprimido y con el único apoyo de su fiel abogado Mark Ankerton, Lockyer-Fox también debe hacer frente a las habladurías de sus convecinos, que le acusan del supuesto asesinato de su esposa. Se avecinan tiempos difíciles para el coronel quien, además, ha decidido destapar un viejo secreto y encomendar a Mark la tarea de encontrar a una nieta entregada en adopción apenas nacer. Una lejana vergüenza que la familia Lockyer-Fox ocultó a cal y canto, para proteger la ya maltrecha reputación de Elizabeth. En tanto, en las tierras que lindan con la propiedad del coronel se instala un grupo de nómadas con el objetivo de asentarse por un tiempo indefinido. A la cabeza del movimiento se encuentra un siniestro personaje a quien todos conocen como Fox Evil, un individuo capaz de hundir aún más si cabe los ánimos del coronel. Sólo la providencial visita de su nieta, convertida por los avatares de la vida en una joven capitana del ejército inglés, le ayudará a encarar el avispero emocional en el que vive su agotado corazón.

Minette Walters: другие книги автора


Кто написал Las fuerzas del mal? Узнайте фамилию, как зовут автора книги и список всех его произведений по сериям.

Las fuerzas del mal — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Las fuerzas del mal», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема

Шрифт:

Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

– Elizabeth Lockyer-Fox es su madre biológica.

Si esperaba sorprenderla, sufrió una decepción, Nancy mostró tan poca emoción que hubiera dado lo mismo que le dijera que su madre pertenecía a la realeza.

– Entonces, lo que está haciendo es ilegal -dijo con serenidad-. Las reglas relativas a la adopción de niños son muy precisas. Un padre biológico puede manifestar públicamente su deseo de establecer contacto, pero el hijo no está obligado a responder. El hecho de que no respondiera a sus cartas era la indicación más clara que pude darle de que no tenía el menor interés por conocer a su cliente.

Hablaba con la suave cadencia de sus padres de Herefordshire, pero su tono era tan vigoroso como el de Mark y eso lo ponía en desventaja. Había confiado en cambiar el enfoque y apelar a su lástima, pero la inexpresividad de la chica sugería que no sentía ninguna. Era difícil que pudiera contarle la verdad. Se sentiría todavía más molesta al oír que él se había esforzado al máximo para evitar aquella búsqueda a ciegas. Nadie sabía dónde estaba el bebé o cómo había sido educado, y Mark había aconsejado abstenerse de inmiscuir a la familia en un problema mayor si se trataba de una buscavidas de poca importancia.

«¿Y acaso podríamos estar peor?», había sido la seca respuesta de James.

Nancy hizo que la incomodidad del abogado aumentara al mirar el reloj de forma intencionada.

– No tengo todo el día, señor Ankerton. El viernes me reincorporo a mi unidad y me encantaría aprovechar el tiempo que me queda. Como nunca he manifestado el menor interés en conocer a mis padres biológicos, ¿podría explicarme por qué está usted aquí?

– No estaba seguro de que hubiera recibido mis cartas.

– En ese caso debió comprobarlo en la oficina de correos. Todas fueron enviadas por correo certificado. Incluso dos de ellas me siguieron hasta Kosovo, cortesía de mi madre que firmó por mí.

– Esperaba que hubiera firmado los avisos de entrega en las tarjetas prepagadas que adjunté. Pero como nunca lo hizo, supuse que no la habían encontrado.

Ella negó, sacudiendo la cabeza. «¡Cabrón mentiroso!»

– Si ésa es toda la sinceridad de la que puede hacer gala, entonces podríamos poner punto final a esta conversación ahora mismo. Nadie tiene la obligación de responder una correspondencia no solicitada. El hecho de que usted hiciera los envíos por correo certificado -ella lo miró fijamente-, y yo no respondiera era prueba suficiente de que no tenía ninguna intención de mantener correspondencia con usted.

– Lo siento -volvió a decir él-, pero los únicos detalles que tenía eran el nombre y la dirección registrados en el momento de su adopción. Por lo que yo sabía era posible que usted y su familia se hubieran mudado… o que quizá la adopción no hubiera funcionado… o que usted se hubiera cambiado el nombre. En cualquiera de esas circunstancias, era del todo imposible que mis cartas hubiesen llegado a sus manos. Por supuesto, hubiera podido enviar a un detective privado para que preguntara a sus vecinos, pero creí que eso sería una intromisión peor que presentarme en persona.

Era demasiado locuaz al excusarse y a Nancy le recordaba a un enamorado que la dejó plantada dos veces y del que después se deshizo. «No fue culpa mía… tenía un trabajo importante… las cosas salieron así…» Pero a Nancy no le gustaba tanto como para creerle.

– ¿Qué intromisión puede ser peor que una mujer desconocida quiera establecer un parentesco conmigo?

– No se trata de que quiera establecer un parentesco.

– Entonces, ¿por qué me ha mencionado su apellido? La presunción que estaba implícita era la de que una Smith común y corriente daría saltos de alegría por reconocer su vínculo con una Lockyer-Fox.

«¡Dios mío!»

– Si ésa es la impresión que ha recibido, entonces ha leído en mis palabras más de lo que había en ellas. -Se echó hacia delante con ardor-. Lejos de pretender establecer un parentesco, mi cliente se encuentra en la situación de quien hace una súplica. Si acepta sostener un encuentro, estaría haciendo un acto de bondad.

«¡Rufián odioso!»

– Se trata de un asunto legal, señor Ankerton. Mi situación como hija adoptada está protegida por la ley. No debió proporcionarme una información que nunca solicité. ¿Se le ha ocurrido que pudiera desconocer que era adoptada?

Mark se refugió en una formulación jurídica.

– En ninguna de mis cartas hice mención alguna sobre la adopción.

Cualquier diversión que Nancy hubiera podido encontrar pinchando las defensas que el abogado había preparado se estaba convirtiendo a toda velocidad en ira. Si aquel individuo representaba de alguna manera los puntos de vista de su madre biológica, entonces ella no tenía la menor intención de «hacer un acto de bondad».

– ¡Oh, por favor! ¿Qué se supone que debía inferir? -Era una pregunta retórica, y ella miró hacia la ventana para calmar su irritación-. Usted no tenía derecho a hacerme saber el apellido de mi familia biológica ni a decirme dónde viven. Es una información que nunca he deseado ni he solicitado. ¿Debo ahora evitar ir a Dorset, no sea que me tropiece con un Lockyer-Fox? ¿Debo preocuparme cada vez que me presentan a una persona, sobre todo si es mujer y se llama Elizabeth?

– Me he limitado a seguir instrucciones -repuso Ankerton, algo incómodo.

– Por supuesto. -La chica se volvió de espaldas a él-. Es su salvoconducto para no ir a la cárcel. La verdad es tan ajena para los abogados como para los periodistas y los agentes inmobiliarios. Debería probar a hacer mi trabajo. Cuando se tiene el poder de decidir quién vive y quién muere, únicamente se piensa en la verdad.

– ¿Y no sigue instrucciones, como yo?

– Rara vez. -Hizo un gesto de rechazo-. Mis órdenes protegen la libertad… Las suyas apenas reflejan los intentos de un individuo de aprovecharse de otro.

Mark se atrevió a formular una leve protesta.

– Y en su filosofía, ¿los individuos no cuentan? Si los números avalan la legitimidad, entonces un puñado de sufragistas nunca hubiera podido conquistar el derecho al voto de las mujeres… y usted no estaría ahora en el ejército, capitana Smith.

El rostro de ella reflejó una expresión divertida.

– Dudo que en las actuales circunstancias hablar de los derechos de las mujeres sea la mejor analogía posible. ¿Quién tiene preferencia en este caso? ¿La mujer a la que representa o la hija que ella abandonó?

– Usted, por supuesto.

– Gracias. -Nancy se echó hacia delante en su silla-. Puede decirle a su cliente que soy feliz y estoy bien de salud, que no lamento mi adopción y que los Smith son los únicos padres que reconozco y deseo tener. Si mis palabras le parecen poco caritativas lo siento, pero al menos son sinceras.

Mark se desplazó hasta el borde de su asiento, obligándola a seguir sentada.

– No es Elizabeth la que me ha dado instrucciones, capitana Smith. Es su abuelo, el coronel James Lockyer-Fox. Él supuso que usted sería más proclive a responder si creía que su madre la buscaba -hizo una pausa-, aunque, por lo que acaba de decir, considero que esa suposición era errónea.

Pasaron uno o dos segundos antes de que ella respondiera. Como en el caso de James, Mark observó que la expresión de la joven era de difícil lectura y su desprecio sólo logró manifestarse a través de las palabras.

– ¡Dios mío! Usted es un ejemplar único, señor Ankerton. Suponiendo que yo hubiera respondido… suponiendo que estuviera desesperada por hallar a mi madre biológica… ¿Cuándo pensaba decirme que lo mejor que podía esperar era un encuentro con un anciano coronel?

– En realidad lo que se pretendía era que usted conociera a su madre.

Читать дальше
Тёмная тема

Шрифт:

Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Las fuerzas del mal»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Las fuerzas del mal» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё не прочитанные произведения.


Harlan Coben: El Bosque
El Bosque
Harlan Coben
Pamela Aidan: Deseo Y Deber
Deseo Y Deber
Pamela Aidan
Jacquie D’Alessandro: Una Boda Imprevista
Una Boda Imprevista
Jacquie D’Alessandro
Bertrice Small: La Última Heredera
La Última Heredera
Bertrice Small
Danielle Steel: Un Hotel En Hollywood
Un Hotel En Hollywood
Danielle Steel
Отзывы о книге «Las fuerzas del mal»

Обсуждение, отзывы о книге «Las fuerzas del mal» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.