Nicci French - Un amor dulce y peligroso

Здесь есть возможность читать онлайн «Nicci French - Un amor dulce y peligroso» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Триллер, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Un amor dulce y peligroso: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Un amor dulce y peligroso»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Alice Loudon tiene veintitantos años, se lleva de maravilla con su pareja y comparten un grupo de amigos muy enrollados. Pero una mañana cualquiera, al cruzar la calle en pleno centro de Londres, su mirada se clava en la de Adam Tallis, un famoso escalador que salvó a varias personas en una accidentada expedición al Himalaya. A partir de ese instante, es como si Alice viviese en un sueño permanente. Convencida de haber encontrado el amor de su vida, se entrega a una aventura erótica que lo justifica todo. Sin embargo, a medida que el amor de Adam se vuelve una obsesión posesiva, Alice comienza a darse cuenta de lo poco que conoce de verdad a ese hombre que le ha hecho perder la cabeza y, sobre todo, de lo difícil que será romper esta extraña relación

Un amor dulce y peligroso — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Un amor dulce y peligroso», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Cuando rememoraba los últimos meses, me horrorizaba la facilidad con que había abandonado mi antigua vida: mi familia, mis amigos, mis aficiones, mis ideas. Jake me había acusado de haber quemado todas las naves, lo cual hacía que mi comportamiento pareciera temerario y decidido. Pero también había abandonado a mucha gente. Ahora necesitaba poner las cosas en orden, o al menos hacer un intento de reconciliación con aquellas personas a las que pudiera haber hecho daño. Escribí a mis padres, diciéndoles que ya sabía que últimamente no les había hecho caso, pero que recordaran siempre que los quería mucho. Le envié una postal a mi hermano, al que no veía desde hacía un año, en la que intentaba sonar desenfadada y afectuosa. Llamé por teléfono a Pauline, y le dejé un mensaje en el contestador preguntándole por su embarazo y diciéndole que me gustaría verla pronto y que la había echado de menos. Le envié una tardía tarjeta de cumpleaños a Clive. Y, después de respirar hondo unas cuantas veces, llamé a Mike. Más que resentido, lo encontré apagado, y no me pareció que le desagradara oírme. Se iba de vacaciones al día siguiente, con su esposa y su hijo pequeño, a una casa de la Bretaña; eran las primeras vacaciones que tenía desde hacía meses. Me estaba despidiendo de todos, aunque ellos no lo supieran.

Había destrozado mi antigua vida a conciencia, y ahora intentaba encontrar la manera de destrozar también mi nuevo mundo, de modo que pudiera escapar de él. Todavía había ocasiones, aunque cada vez menos, en que no podía creer que aquello me estuviera pasando a mí. Estaba casada con un asesino, un atractivo asesino de ojos azules. Si se enteraba de lo que yo sabía, me mataría también a mí: de eso no tenía ninguna duda. Si intentaba huir también me mataría. Me encontraría y me mataría.

Aquella noche tenía pensado asistir a una conferencia sobre las nuevas estadísticas de la relación entre los tratamientos de fertilidad y el cáncer de ovarios, en parte porque el tema estaba vagamente relacionado con mi trabajo, y en parte porque la daba un conocido mío, pero sobre todo porque era una excusa para no estar con Adam. Él me estaría esperando en la puerta de la oficina, y, si insistía, yo no podría impedir que me acompañara a la conferencia. Pero al menos, por una vez, estaríamos juntos en mi mundo, un mundo de investigaciones científicas, de empirismo y de seguridad provisional. No me vería obligada a mirarlo, ni a hablar con él, ni a abrazarme a él, gimiendo y fingiendo pasión.

Adam no me esperaba fuera. Sentí un alivio tan enorme que me puse eufórica. Me sentía más ligera, más despejada. Todo parecía diferente ahora que él no estaba allí plantado, esperando a verme aparecer por la puerta, mirándome fijamente con aquella mirada persistente e inquietante que yo ya no sabía descifrar. ¿Era odio o amor, pasión o intención asesina? Con Adam, las dos cosas siempre habían estado demasiado mezcladas, y volví a recordar (ahora con un estremecimiento de puro asco, mezclado con un cosquilleo de vergüenza) la violencia de nuestra noche de bodas en Lake District. Me sentía atrapada en una larga y gris mañana con resaca.

Fui andando al auditorio, lo cual me llevó cerca de un cuarto de hora, y al doblar la esquina, y cuando casi había llegado al edificio, lo vi allí de pie, con un ramo de rosas amarillas. Las mujeres que pasaban por su lado lo miraban con codicia, pero él no les prestaba atención. Él solo pensaba en mí. Me estaba esperando, pero por lo visto se imaginaba que yo iba a llegar desde otra dirección. Me paré y me metí en el primer portal que vi, mientras me invadía una oleada de náuseas. Jamás lograría escapar de él: siempre se me adelantaba, siempre me estaba esperando; me agarraba y no me soltaba. No podía combatir contra él. Esperé hasta que me serené un poco, y entonces, cuidando de que Adam no me viera, di media vuelta y eché a correr hasta que llegué a la esquina, donde paré un taxi.

– ¿Adónde la llevo?

¿Adónde? ¿Adónde podía ir? No podía huir de Adam, porque entonces él sabría que yo lo sabía. Me encogí de hombros, desanimada y vencida, y le di al taxista la dirección de mi casa. Mi prisión. Me di cuenta de que no podía seguir así. El horror que me había invadido al ver a Adam frente al auditorio había sido una sensación completamente física. ¿Durante cuánto tiempo podría seguir fingiendo que lo amaba, fingiendo que me moría de placer cuando él me acariciaba, fingiendo que no tenía miedo? Mi cuerpo había empezado a rebelarse. Pero no sabía qué podía hacer.

Cuando entré en el apartamento estaba sonando el teléfono.

– ¿Diga?

– ¡Alice! -Era Sylvie, y parecía nerviosa-. No pensaba encontrarte en casa.

– Entonces ¿para qué has llamado?

– En realidad quería hablar con Adam. Verás, esto me resulta un poco violento.

De pronto me entró un sudor frío, como si estuviera a punto de vomitar.

– ¿Con Adam? ¿Y para qué querías hablar con Adam, Sylvie?

Se hizo el silencio al otro lado de la línea.

– Sylvie…

– Sí, sí. Mira, no pensaba decírtelo. Bueno, él iba a hablar contigo, pero ya que te has puesto tú al teléfono… -Oí cómo daba una calada al cigarrillo; luego continuó-: El caso es que he leído la carta. Ya sé que pensarás que te he traicionado, pero algún día comprenderás que lo he hecho por nuestra amistad. Y luego le he enseñado la carta a Adam. Resulta que él se presentó en mi casa por las buenas, y yo no sabía qué hacer, pero se la enseñé porque creo que debes de tener una crisis nerviosa o algo así, Alice. Lo que has escrito es una locura, una auténtica barbaridad. Tienes que darte cuenta, Alice. Así que, como no sabía qué hacer, se la enseñé a Adam. Alice, ¿sigues ahí?

– A Adam.

No reconocí mi propia voz, de lo monótona e inexpresiva que era. Tenía que pensar: ya no me quedaba tiempo.

– Sí, y estuvo maravilloso, francamente maravilloso. Estaba dolido, por supuesto. Madre mía, claro que estaba dolido. Cuando leyó la carta se puso a llorar, y no paraba de repetir tu nombre. Pero no te culpa de nada, Alice, te lo aseguro. Y le preocupa que puedas… hacer una tontería.

Eso fue lo último que me dijo: que le preocupaba que con lo alterada que estás pudieras hacer alguna tontería.

– ¿Te das cuenta de lo que has hecho, Sylvie?

– Escúchame, Alice…

Colgué el auricular mientras ella seguía habiéndome con tono suplicante, y me quedé unos segundos allí de pie, paralizada. La habitación estaba muy silenciosa y fría, y yo oía pequeños sonidos: el crujido de parqué cuando moví un pie, un murmullo en las cañerías, el débil suspiro del viento en la ventana. El juego se había acabado. Si me encontraban muerta, Adam ya había expresado su temor a que yo pudiera hacerme daño. Entré en el dormitorio y abrí el cajón donde había escondido la carta de Adele y el anónimo que Adam había falsificado. No estaban. Corrí hacia la puerta, y entonces oí los pasos de Adam, todavía distantes, al pie del largo tramo de escalera.

No había forma de salir de allí. Nuestro apartamento quedaba al final de la escalera. Miré alrededor; sabía perfectamente que no había más salidas, que no tenía dónde esconderme. Pensé en llamar a la policía, pero ni siquiera habría tenido tiempo para marcar. Fui al cuarto de baño y abrí el grifo de la ducha; corrí la cortina y dejé la puerta entreabierta. Volví a toda prisa al salón, cogí mis llaves, me metí en la diminuta cocina y me quedé de pie detrás de la puerta abierta. Vi el ejemplar de la revista Guy en la encimera, y lo cogí. Al menos era algo.

Adam entró y cerró la puerta del apartamento. El corazón me latía con tal violencia que me pareció increíble que Adam no pudiera oírlo. De pronto recordé que llevaba un ramo de flores. Lo primero que haría sería entrar en la cocina para ponerlas en agua. Dios mío, por favor, por favor, por favor. Apenas podía respirar, y notaba un fuerte dolor en el pecho. Solté un débil sollozo. No pude evitarlo.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Un amor dulce y peligroso»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Un amor dulce y peligroso» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


libcat.ru: книга без обложки
Nicci French
Nicci French - Killing Me Softly
Nicci French
Nicci French - Blue Monday
Nicci French
Nicci French - The Memory Game
Nicci French
Nicci French - Until it's Over
Nicci French
Nicci French - Secret Smile
Nicci French
Nicci French - Beneath The Skin
Nicci French
Отзывы о книге «Un amor dulce y peligroso»

Обсуждение, отзывы о книге «Un amor dulce y peligroso» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x