Enid Blyton - Los Cinco Y El Tesoro De La Isla

Здесь есть возможность читать онлайн «Enid Blyton - Los Cinco Y El Tesoro De La Isla» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Триллер, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Los Cinco Y El Tesoro De La Isla: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Los Cinco Y El Tesoro De La Isla»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Ana y sus hermanos Julián y Dick, van de vacaciones a casa de sus tíos Fanny y Quintín. La casa se encuentra en la hermosa bahía de Kirrin, con una isla y un viejo castillo propiedad de la familia. Allí también está su prima Jorgina, una niña de fuerte carácter a la que le gustaría ser un chico, por lo que prefiere que la llamen Jorge.
Pronto los cuatro niños se hacen muy amigos y se convierten en un grupo inseparable, acompañados siempre por el perrito de Jorge, Tim.
Un día, en un viejo navío, los chicos descubren el mapa de un tesoro escondido en la isla. Se disponen a encontrarlo, ¡pero no son los únicos que lo buscan! ¿Podrán conseguirlo antes de que sea demasiado tarde?

Los Cinco Y El Tesoro De La Isla — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Los Cinco Y El Tesoro De La Isla», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Pronto sintió que la invadía el sueño. Los chicos dormían tranquilos sabiendo que en Timoteo tenían un magnífico guardián. Pacíficamente y sin sobresaltos descansaron hasta que llegó la mañana, o sea hasta el momento en que Timoteo descubrió un conejo que estaba metiéndose en la habitación y se lanzó tras él para darle caza. Dio un tirón a la manta y Jorge se despertó. Se incorporó, restregándose los ojos.

– ¡Despertaos! -gritó a los otros-. ¡Eh, todos arriba! ¡Ya es de día! ¡Y estamos en la isla!

Todos se despertaron sintiendo al punto la emoción de recordar los acontecimientos producidos y los que todavía tenían que producirse. Lo primero que pensó Julián fue en la puerta de madera. Estaba seguro de que conseguiría abrirla con el hacha. Y ¿qué encontrarían luego?

Se desayunaron abundantemente, como en casa. Luego Julián cogió el hacha y se fue con los demás a la escalinata de entrada a los sótanos. Timoteo iba con ellos, por supuesto, moviendo la cola pero algo preocupado de pensar que iban a volver a aquel sitio tan extraño donde había tantos perros misteriosos ladrando y que no se veían por ningún sitio. ¡Pobre Timoteo ! ¡No tenía la menor idea de lo que era el eco!

Se introdujeron de nuevo bajo tierra. Pero ¡ay! No lograron encontrar el pasadizo que llevaba a la gran puerta de madera. Era un gran contratiempo.

– Nos hemos vuelto a perder -dijo Jorge, desesperada-. ¡Estos sótanos son el mayor laberinto que en la vida he podido imaginar! ¡Seguro que luego cuando queramos salir no encontramos tampoco la salida!

Julián tuvo una brillante idea. Llevaba un trozo de tiza en el bolsillo y lo sacó. Retrocedió hacia el pie de la escalinata y empezó, a marcar con el yeso las toscas paredes. Luego continuó señalando todo el camino que iban recorriendo en la oscuridad. Al fin llegaron al pozo. Julián estaba muy satisfecho con la idea que había tenido.

– Ahora -dijo- siempre que vayamos al pozo podremos encontrar la salida. No hay más que seguir las señales que he dejado con la tiza. La cuestión está en averiguar qué camino hemos de seguir ahora para encontrar la puerta de madera. Emprenderemos la ruta por cualquier pasadizo y yo entre tanto iré dejando señales con el yeso. Si nos volvemos a equivocar, retrocederemos y, de paso, iremos borrando las señales hasta volver aquí. Luego intentaremos otro camino, y así siempre hasta que demos con el auténtico.

Esto era realmente una buena idea. Emprendieron un camino que resultó equivocado, por lo que regresaron al punto de partida después de haber ido borrando las señales dejadas por Julián. Entonces eligieron la dirección contraria. ¡Esta vez sí que encontraron la puerta de madera!

Allí estaba, sólida y firme, con sus rojizos y mohosos clavos. Los chicos la contemplaron con gran satisfacción. Julián levantó el hacha.

¡Crash! La fue incrustando en la madera a golpes alrededor de la cerradura. Pero la madera era muy resistente: el hacha apenas se introducía en ella un par de pulgadas. Julián volvió a golpear la puerta. El hacha dio en uno de los grandes clavos y resbaló, clavándose algo más allá de donde había apuntado Julián. Se desprendió una gran astilla, que dio en la mejilla del pobre Dick. Éste profirió un grito de dolor. Julián se volvió, sobresaltado, y lo miró. ¡A Dick le estaba sangrando la mejilla!

– Un trozo de puerta se me ha metido en la cara -dijo el pobre Dick-. Creo que es una astilla.

– ¡Caramba! -dijo Julián-. Aguarda un momento, que te la voy a sacar. ¡La tienes todavía clavada!

Pero Dick se la quitó él solo. Se le notaba que sentía un gran dolor. Empezó a ponerse pálido.

– Será mejor que te vayas un rato al aire libre -dijo Julián-. Tenemos que lavarte la herida y cortar la hemorragia de alguna manera. Ana se ha traído una venda limpia. La mojaremos y empaparemos con ella la sangre. Afortunadamente, también hemos traído agua.

– Yo iré con Dick -dijo Ana-. Tú quédate aquí con Jorge. Al fin y al cabo, a nosotros no nos necesitáis ahora.

Pero Julián prefería acompañarlos para asegurarse de que no se iban a perder. Le entregó el hacha a Jorge.

– Puedes seguir golpeando la puerta mientras estoy fuera -dijo-. Hay que trabajar mucho rato todavía para poder abrirla. Yo volveré en seguida. No te preocupes, que la salida la tenemos que encontrar, pues no hay más que seguir las señales que he dejado en las paredes.

– Conforme -dijo Jorge, cogiendo el hacha-. Pobre Dick. Cuídate de que no le pase nada.

Julián se marchó con Dick y Ana, dejando tras sí a Timoteo y a Jorge, ésta empeñada valientemente en la penosa tarea de abrir la puerta de madera. Ana empapó la venda en el agua de la cantimplora que había traído para la excursión y la aplicó a la herida de Dick con gran solicitud. Sangraba mucho, porque en las mejillas pasa así, pero la herida no era grave. La cara de Dick recuperó pronto su color y él mismo sintió ganas de volver a los sótanos.

– No. Tienes que echarte en el suelo de espaldas durante un rato -dijo Julián-. Eso se hace cuando sangra la nariz y supongo que también será bueno cuando sangra la mejilla. Lo mejor que podéis hacer es subir por estas rocas hasta la parte alta, desde donde se ve el barco, y descansar allí una hora y media. Vamos. Os acompañaré un rato. Y tú, viejo, no olvides que tienes que quedarte tendido todo el tiempo hasta que deje de salirte sangre.

Julián acompañó a sus dos hermanos hasta la parte del castillo que daba al mar abierto. Allí estaba todavía el viejo navío, metido entre las rocas. Dick se echó boca arriba en el suelo, deseando ardientemente que cuanto antes dejara de salirle sangre por la herida. ¡No quería perder ni un instante de la aventura!

Ana le cogió la mano. El accidente de su hermano la había trastornado, y, aunque ella tampoco quería perderse ningún detalle, decidió quedarse con Dick hasta que éste se sintiese mejor. Julián se sentó en el suelo junto a ellos durante un par de minutos. Luego volvió a la escalinata de los sótanos y desapareció en la oscuridad. Se guió por las señales que había dejado con la tiza y pronto llegó al lugar donde Jorge estaba afanada en acribillar la puerta con el hacha.

Había conseguido destrozar casi toda la madera alrededor de la cerradura, pero la puerta no podía abrirse. Julián cogió el hacha y comenzó de nuevo su trabajo.

Después de dar uno o dos golpes, algo ocurrió en la cerradura. Empezó la puerta a oscilar. Julián dejó el hacha en el suelo.

– Ya verás como ahora se podrá abrir la puerta -dijo excitadamente-. ¡Eh, viejo Tim ! ¡Apártate! ¡Jorge, vamos a empujar!

Los dos empujaron la puerta y la cerradura emitió un ruido extraño. La puerta crujió y empezó a abrirse.

Los dos chicos la franquearon rápidamente mientras iluminaban las paredes con sus linternas.

La cueva que había tras la puerta no era nada diferente de las otras que había en los sótanos. Pero lo que contenía era muy distinto a los barriles y botellas que los chicos, habían encontrado anteriormente. Al fondo, amontonado de modo irregular, había un conglomerado de cosas que parecían ladrillos de color amarillo sucio y aspecto metálico. Julián cogió uno de ellos.

– ¡Jorge! -gritó-. ¡Éstos son los lingotes! ¡Esto es de oro! Ya sé que no lo parece, pero es oro, estoy seguro. ¡Oh, Jorge, esto vale una fortuna, y es tuyo! ¡Al fin lo hemos encontrado!

CAPÍTULO XIV. ¡Prisioneros!

Jorge no podía articular palabra. Permanecía quieta, frente al montón de lingotes. En la mano tenía uno. Le costaba trabajo creer que aquellos ladrillos fuesen realmente de oro. El corazón le latía con fuerza. ¡Qué hallazgo más maravilloso!

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Los Cinco Y El Tesoro De La Isla»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Los Cinco Y El Tesoro De La Isla» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «Los Cinco Y El Tesoro De La Isla»

Обсуждение, отзывы о книге «Los Cinco Y El Tesoro De La Isla» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x