• Пожаловаться

Barry Eisler: Sicario

Здесь есть возможность читать онлайн «Barry Eisler: Sicario» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию). В некоторых случаях присутствует краткое содержание. категория: Триллер / на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале. Библиотека «Либ Кат» — LibCat.ru создана для любителей полистать хорошую книжку и предлагает широкий выбор жанров:

любовные романы фантастика и фэнтези приключения детективы и триллеры эротика документальные научные юмористические анекдоты о бизнесе проза детские сказки о религиии новинки православные старинные про компьютеры программирование на английском домоводство поэзия

Выбрав категорию по душе Вы сможете найти действительно стоящие книги и насладиться погружением в мир воображения, прочувствовать переживания героев или узнать для себя что-то новое, совершить внутреннее открытие. Подробная информация для ознакомления по текущему запросу представлена ниже:

Barry Eisler Sicario

Sicario: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Sicario»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

John Rain, de profesión asesino, está especializado en hacer trabajitos finos en los que sus víctimas parecen morir de forma natural. Aquel que le contrata sabe que es un hombre fiel a sus principios: trabaja en exclusiva; liquida únicamente al protagonista del juego, no a sus familiares, y no asesina a mujeres. Por eso, cuando tras finalizar un trabajo le piden wque se encargue de la hija del objetivo, empieza a sospechar que hay gato encerrado y decide investigar por qué quieren matar a Midori. La investigación le hará descubrir peligrosas conexiones entre el gobierno nipón y la yakuza, que comprometerán su anonimato y complicarán su vida.

Barry Eisler: другие книги автора


Кто написал Sicario? Узнайте фамилию, как зовут автора книги и список всех его произведений по сериям.

Sicario — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Sicario», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема

Шрифт:

Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

El PDA ya estaba encendido en modo sleep , por lo que se activó al instante. Bajé la mirada hacia la pantalla, que decía «parámetros del marcapasos». Pulsé la tecla Intro y la pantalla cambió para ofrecerme dos opciones «comprobación del umbral» y «comprobación del sensor». Seleccioné la primera y obtuve una gama de parámetros: ritmo, ancho de pulsaciones, amplitud. Escogí ritmo y rápidamente fijé el marcapasos al límite de ritmo cardíaco inferior de cuarenta latidos por minuto, luego volví a la pantalla anterior y seleccioné ancho de pulsaciones. La pantalla indicó que el marcapasos estaba programado para enviar corriente con una duración de 0,48 milisegundos. Reduje el ancho de pulsaciones al máximo y luego cambié la amplitud. La unidad estaba preprogramada a 8,5 voltios y empecé a reducirla medio voltio cada vez. Cuando hube reducido dos voltios enteros, la pantalla lanzó un destello: «Ha reducido la amplitud de la unidad en dos voltios. ¿Está seguro de que desea seguir reduciendo la amplitud de la unidad?». Pulsé «Sí» y continué, repitiendo la secuencia cada vez que reducía dos voltios.

Cuando el tren entró en la estación de Yoyogi, Kawamura se dirigió a la puerta. ¿Se bajaría ahí? Aquello supondría un problema: los infrarrojos de la unidad tenían un alcance limitado y sería todo un reto manejarla y seguirle de cerca a la vez. «Maldita sea, sólo unos segundos más», pensé, preparándome para seguirle al exterior. Pero lo único que hacía era permitir que la gente que tenía detrás pudiera salir del vagón, por lo que se detuvo al otro lado de las puertas. Cuando los pasajeros que se bajaban en Yoyogi estuvieron fuera, volvió a entrar, seguido de cerca por varias personas que habían esperado en el andén. Las puertas se cerraron y volvimos a ponernos en marcha.

Al llegar a los dos voltios la pantalla me advirtió que estaba acercándome a valores de rendimiento mínimos y que resultaba peligroso reducirlos más. Hice caso omiso de la advertencia y reduje la unidad medio voltio más al tiempo que lanzaba una mirada a Kawamura. No había cambiado de postura.

Cuando alcancé un solo voltio e intenté seguir adelante, la pantalla me lanzó otro mensaje: «Su orden fijará la unidad en los valores de rendimiento mínimos. ¿Está seguro de que desea dar esta orden?». Pulsé «Sí». De todos modos, apareció otro mensaje: «Ha programado la unidad para los valores de rendimiento mínimos. Confirme, por favor». Volví a pulsar «Sí». Se produjo una pausa de un segundo y entonces aparecieron en pantalla unas letras parpadeantes en negrita: Valores de rendimiento inaceptables. Valores de rendimiento inaceptables.

Cerré la tapa pero dejé el PDA encendido. Se reiniciaría de modo automático. Siempre existía la posibilidad de que la secuencia no funcionara la primera vez y quería poder volver a intentarlo en caso necesario.

No hizo falta. Cuando el tren entró en la estación de Shinjuku y se detuvo con una sacudida, Kawamura tropezó con la mujer que tenía al lado. Las puertas se abrieron y los otros pasajeros salieron en tropel pero Kawamura se quedó, agarrado a una de las barras verticales cercanas a la puerta con la mano derecha y aguantando el paquete de fruta con la izquierda mientras los viajeros pasaban por su lado. Le observé mientras giraba en el sentido contrario a las agujas del reloj hasta golpearse la espalda contra la pared de al lado de la puerta. Tenía la boca abierta, parecía ligeramente sorprendido. Acto seguido, lentamente, casi con cuidado, fue deslizándose hacia el suelo. Vi que uno de los pasajeros que se había subido en Yoyogi se agachaba para asistirle. El hombre, un occidental de unos cuarenta y cinco años, alto y delgado como para hacerme pensar en una jabalina, con unas gafas de montura ligera que le otorgaban cierto aire aristocrático, sacudió a Kawamura por los hombros, pero éste ya no notaba los esfuerzos del desconocido por socorrerle.

Daijoubu desu ka ? -pregunté mientras movía la mano izquierda para sujetar a Kawamura por la espalda y recoger el imán. ¿Está bien? Hablé en japonés porque era probable que el occidental no lo entendiera y nuestra interacción se limitara al mínimo.

Wakaranai -musitó el desconocido. No lo sé. Le dio una palmadita en las mejillas, cada vez más azuladas, y lo sacudió, un poco bruscamente, me pareció. O sea que sí hablaba japonés. No importaba. Pellizqué el imán y lo despegué. Kawamura estaba muerto.

Pasé junto a ellos para salir al andén y los pasajeros enseguida empezaron a abarrotar el vagón detrás de mí. Cuando miré por la ventanilla más cercana a la puerta, me sorprendió ver al desconocido registrándole los bolsillos a Kawamura. Lo primero que pensé fue que le estaba robando. Me acerqué más a la ventana para verlo mejor pero la creciente aglomeración de pasajeros me impedía ver.

Sentí el impulso de volver a entrar pero habría sido una estupidez. De todos modos, era demasiado tarde. Las puertas ya se estaban cerrando. Vi que se cerraban y que enganchaban algo, un bolso o un pie tal vez. Se abrieron ligeramente y volvieron a cerrarse. Era una manzana, que cayó a las vías mientras el tren se marchaba.

Dos

Desde Shinjuku tomé la línea de metro de Maranouchi hasta Ogikubo, en el extremo occidental de la ciudad, fuera del área metropolitana de Tokio. Quería realizar una última PDV -prueba de detección de vigilancia- antes de ponerme en contacto con mi cliente para informarle de los resultados de la operación Kawamura, y el hecho de dirigirme hacia el oeste me hizo ir en contra del tráfico de la hora punta, lo cual facilitaba la tarea de seguirme el rastro.

Una PDV es precisamente lo que parece: una ruta creada para obligar a cualquiera que te siga a ponerse en evidencia. Por supuesto Harry y yo habíamos tomado todas las precauciones posibles camino de Shibuya y Kawamura esa mañana, pero nunca doy por supuesto que, por haber estado limpio entonces, lo voy a seguir estando. En Shinjuku, la muchedumbre es tan densa que podría haber diez personas siguiendo a alguien y sería muy difícil identificar a una de ellas. Por el contrario, seguir a alguien discretamente por el andén largo y desierto de una estación con múltiples entradas y salidas es prácticamente imposible, y el viaje a Ogikubo me ofrecía el tipo de tranquilidad que necesitaba.

Antes era habitual que un agente de inteligencia que quisiera comunicarse con un contacto valioso tan sensible que fuera imposible concertar una cita, utilizara un punto de recogida secreto. El contacto dejaba la microficha en el hueco de un árbol, o la escondía en un libro raro de una biblioteca pública y, más tarde, el espía iba a recogerlo. Las dos personas nunca podían estar juntas en el mismo lugar y en el mismo momento.

Con internet es más fácil y más seguro. El cliente envía un mensaje cifrado a un BBS o tablón de anuncios, el equivalente electrónico del hueco de un árbol. Lo descargo desde un teléfono público anónimo y lo descifro cuando quiero. Y viceversa.

El contenido del mensaje es muy sencillo. Un nombre, una foto, información de contacto privada y laboral. Un número de cuenta bancaria, instrucciones para la transferencia. Un recordatorio de mis tres negativas: ni mujeres ni niños, nada de actuar contra los que no sean partícipes directos, nadie más contratado para solucionar el problema en cuestión. El teléfono sólo se utiliza para el inofensivo después, que era el motivo de mi viaje a Ogikubo.

Utilicé uno de los teléfonos públicos del andén de la estación para llamar a mi contacto del Partido Liberal Democrático, un esbirro del PLD que conozco por el nombre de Benny, tal vez la abreviatura de Benihana o algo así. Benny habla bastante bien inglés, de lo que infiero que ha pasado algún tiempo en el extranjero. Prefiere hablar inglés conmigo, creo que porque suena más duro en ciertos contextos y Benny se considera un tipo duro. Probablemente aprendiera el idioma con un programa demasiado formal a base de películas de gánsteres de Hollywood.

Читать дальше
Тёмная тема

Шрифт:

Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Sicario»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Sicario» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё не прочитанные произведения.


Отзывы о книге «Sicario»

Обсуждение, отзывы о книге «Sicario» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.