George Pelecanos - El Jardinero Nocturno

Здесь есть возможность читать онлайн «George Pelecanos - El Jardinero Nocturno» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Триллер, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

El Jardinero Nocturno: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «El Jardinero Nocturno»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

La obra maestra de pelecanos y la que le convirtió un Best-Séller en Estados Unidos.
Cuando el cadáver de un adolescente aparece en un parque público de Washington, el detective Gus Ramone revive con intensidad una investigación en la que participó veinte años atrás. El asesino, a quien los mede víctimas los parques de la ciudad y salió impune. El nuevo crimen reunirá a los tres hombres que participaron en aquel caso y les dará la oportunidad de cerrarlo. Tal vez ahora consigan atrapar al Jardinero Nocturno…

El Jardinero Nocturno — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «El Jardinero Nocturno», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

– Pero yo acabo de empezar.

– Tú ya estás listo. Un tipo como tú puede triunfar entre niños o entre idiotas, pero hay un límite. Primero das un golpe como el del otro día, empiezas a gastar pasta y te acostumbras a la buena vida, así que tendrás que robar más y más hasta que te tropieces con quien no debías. Esa persona pondrá precio a tu cabeza y fuera, se acabó. Joder, tío, es posible que ya te hayas buscado la ruina. Cometiste un gran error al llevarte a esa chica. El capullo de Broadus sabrá dónde trabaja. Y tal vez hoy no, ni mañana, pero algún día alguien la seguirá hasta su casa. Seguramente el dueño de los cincuenta mil pavos que robaste. Así que sí, primo, estás listo.

– Menos mal que te aprecio, tío, porque no permitiría a nadie más hablarme así.

– Yo también te aprecio, pero no me puedo quedar.

Gaskins se levantó y le dio un abrazo. Luego agarró su bolsa.

– Cuida de mi madre -dijo Brock.

– Ya sabes que lo haré.

Brock se lo quedó mirando por la ventana mientras Gaskins pasaba bajo el tulipero y se encaminaba hacia Hill.

Todavía podría alcanzarle, si echaba a correr. Todavía podía convencerle, impedir que se marchara. Pero Brock se quedó allí, fumando y tirando la ceniza al suelo.

32

Ramone entró en la sala de vídeo de la VCB con un sándwich de pollo y un refresco de lata. Era ya bastante tarde y no había almorzado. Rhonda se había encargado de Aldan Tinsley mientras Ramone terminaba con el papeleo.

Antonelli estaba sentado con los pies sobre la mesa, con la cartuchera de tobillo y la Glock a plena vista. En la pantalla uno, Bo Green interrogaba a Dominique Lyons, al que por lo visto habían informado del testimonio de Darcia Johnson. Tenía la cara congestionada de rabia. Le habían esposado los tobillos a la silla. Bo Green estaba sentado frente a él, con las manos plegadas sobre el vientre, la expresión neutra y la voz serena y suave.

– Bo acaba de decirle a Dominique que tenemos al hombre que le vendió la pistola -informó Antonelli-. Y que esa misma pistola fue utilizada en un homicidio la noche anterior. Mírale. Nuestro hombre ya no está tan gallito.

Dominique, en la pantalla, descargó un puñetazo en la mesa.

– Eso es mentira. No me podéis encasquetar otro asesinato. No soy tan gilipollas como para comprar un arma que ya lleva encima un muerto.

– ¿Beano te dijo que estaba limpia? -preguntó Bo Green.

– Eso dijo el hijo de puta.

– ¿De dónde había sacado la pistola entonces?

– Yo qué sé. Pregúntaselo al mamón ese, a ver de dónde coño la sacó.

– Ya se lo preguntaremos -aseguró Green.

Antonelli bajó los pies al suelo y señaló la pantalla dos, donde aparecían Rhonda y Aldan Tinsley.

– Vuestro hombre no dice gran cosa.

– Ya hablará -aseguró Ramone.

– ¿Rhonda está bien?

– La puerta apenas la tocó. Pero se echó atrás como si la hubiera atropellado un camión.

– Esa mujer es toda una actriz.

– Entre otras muchas cosas.

Rhonda seguía forcejeando verbalmente con Aldan Tinsley sin hacer progresos. Ramone se comió el bocadillo de pollo con la ferocidad de un animal, apuró el refresco y tiró la lata a la basura.

– Creo que voy a entrar.

Antonelli vio en la pantalla que Rhonda volvía la cabeza al oír la puerta. Ramone entró al box, se sentó junto a su compañera y puso las manos sobre la mesa.

Por tercera vez en el día, Ramone se aflojó la corbata. Hacía calor en la sala y percibía su propio olor corporal. Unas horas antes había estado jugando al baloncesto con aquella misma ropa. Había forcejeado con Tinsley. Tenía la sensación de llevar aquel traje desde hacía una semana.

– Hola, Aldan -saludó.

Aldan Tinsley hizo un gesto con la cabeza. Tenía los labios hinchados del golpe que se había dado contra el suelo. Parecía un pato.

– ¿Estás cómodo?

– Me duele la boca. Creo que me has aflojado un diente.

– El asalto contra un policía es una acusación muy grave.

– Ya le he pedido disculpas aquí a la agente, ¿no es verdad?

– Verdad -dijo Rhonda.

– No quería darle con la puerta. Es que estaba cabreado. No me dijeron por qué querían verme y últimamente he tenido demasiados encontronazos con la policía. Estoy harto, nada más. Estoy harto de que me acosen también. Pero yo no quería hacer daño a nadie.

– Pues, por muy grave que sea, la acusación de asalto es la menor de tus preocupaciones ahora mismo.

– Quiero un abogado.

– Dominique Lyons, ¿te suena el nombre?

– No me acuerdo.

– Hace cinco minutos Dominique Lyons nos dijo que el miércoles por la noche le vendiste una pistola. Una treinta y ocho Special. La chica que estaba con él cuando la compró nos ha confirmado que el vendedor fuiste tú.

A Tinsley le tembló el labio.

– Esa misma noche Lyons utilizó la pistola para cometer un homicidio.

– ¿Es que no me has oído? ¡Quiero un puto abogado!

– Lo entiendo -dijo Ramone-, yo en tu lugar me buscaría a todo un equipo de abogados. Posesión ilegal de armas, cómplice de homicidios…

– Tío, yo no sé nada de ningún puto homicidio, me cago en la hostia. Yo compro y vendo cosas, no soy un asesino.

Ramone sonrió.

– He dicho homicidios, Beano.

– No, ni hablar.

– ¿Nos podrías decir dónde estabas este martes por la noche?

– ¿El martes por la noche?

– Sí, el martes -repitió Rhonda.

– El martes por la noche fui a ver a una chica. -En la cara se le notaba claramente el alivio por el cambio de tema.

– ¿Cómo se llama la chica?

– Flora Tolson. La conozco desde hace tiempo. Ella os lo puede confirmar.

– ¿Dónde estuvisteis?-preguntó Ramone.

– Flora vive en Kansas Avenue.

– ¿En qué parte de Kansas? -interrogó Rhonda.

– Pues no sé exactamente. Más arriba de Blair Road.

Ramone y Rhonda se miraron.

– ¿Y qué hacías allí? -preguntó Rhonda.

– Bailar, no te jode.

– ¿Y a qué hora te marchaste de su casa?

– Era ya tarde. Estuve allí mucho tiempo. Pasadas las doce, supongo.

– ¿Y luego qué, te fuiste derecho a tu casa en el coche?

– No… -Tinsley se calló de pronto.

– Te fuiste andando -adivinó Ramone.

– Ya hemos visto en tu ficha que te habían detenido por conducir borracho -apuntó Rhonda.

– Ahora no tienes carnet de conducir -le confirmó Ramone.

– Vaya, vaya, un chulito como tú, que tiene que ir andando -le pinchó Rhonda.

– Quiero un abogado.

– Y el camino hacia tu casa por Milmarson -prosiguió Ramone- atraviesa el jardín comunitario de la calle Oglethorpe.

– Que os den por culo a todos. Yo no maté a ese chico.

– ¿A qué chico? -preguntó Ramone.

– Acepto la acusación por armas. Pero no un asesinato.

Ramone se inclinó.

– ¿A qué chico?

Tinsley relajó los hombros.

– La pistola me la encontré.

– ¿Dónde?

– En ese jardín de Oglethorpe. Siempre atajo por ahí cuando vuelvo de casa de Flora. Es el camino más corto a la casa de mi madre.

– Cuéntanos qué pasó.

– Pues nada, que iba yo por el jardín y me tropecé con algo en el camino. Al principio pensé que era un tío durmiendo, pero cuando se me acostumbraron los ojos a la luz vi que era un chico. Tenía los ojos abiertos y sangre en la cabeza. Era evidente que estaba muerto.

– ¿Qué llevaba puesto? -Ramone advirtió la emoción en su voz.

– Una chupa North Face. Le vi el logo a la luz de la luna. Y no me acuerdo de más.

– ¿No te acuerdas de nada más del chico?

– Bueno, estaba la pistola.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «El Jardinero Nocturno»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «El Jardinero Nocturno» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


George Pelecanos - DC Noir
George Pelecanos
George Pelecanos - Nick's trip
George Pelecanos
George Pelecanos - Firing offence
George Pelecanos
George Pelecanos - Sin Retorno
George Pelecanos
George Pelecanos - The Way Home
George Pelecanos
George Pelecanos - The Turnaround
George Pelecanos
George Pelecanos - Drama City
George Pelecanos
George Pelecanos - Shame the Devil
George Pelecanos
George Pelecanos - Right as Rain
George Pelecanos
George Pelecanos - The Night Gardener
George Pelecanos
George Pelecanos - Hard Revolution
George Pelecanos
Отзывы о книге «El Jardinero Nocturno»

Обсуждение, отзывы о книге «El Jardinero Nocturno» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x