Michael Connelly - Deuda De Sangre

Здесь есть возможность читать онлайн «Michael Connelly - Deuda De Sangre» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Триллер, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Deuda De Sangre: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Deuda De Sangre»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Tras dos años a la espera de un donante compatible, Terry McCaleb se recupera de un trasplante de corazón que le ha obligado a cambiar por completo de estilo de vida. Su única meta es reparar el velero en el que se ha retirado y dejar definitivamente atrás sus días como agente del FBI especializado en casos de asesinos en serie. Sin embargo, antes de empezar una nueva vida deberá zanjar un asunto pendiente: resolver el asesinato de Gloria Rivers, la mujer cuyo corazón late en su pecho.

Deuda De Sangre — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Deuda De Sangre», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Tras un juicio de cuatro meses en una corte federal, llena a diario con una galería de víctimas que habían perdido los ahorros de toda su vida con la quiebra del banco, Kenyon fue declarado culpable del fraude masivo y la juez Dorothy Windsor lo sentenció a cuarenta y ocho años de prisión.

Lo que ocurrió después resultaría un mazazo más para la reputación del FBI.

Dictada sentencia, Windsor accedió a la petición de la defensa de permitir que Kenyon pasara un tiempo en casa con su familia a fin de prepararse para su ingreso en prisión, mientras sus abogados preparaban las apelaciones. Pese a la tenaz oposición del fiscal, Windsor concedió a Kenyon sesenta días para poner su casa en orden. Transcurrido ese plazo debería presentarse en la cárcel, tanto si se había admitido el recurso como si no. Windsor también ordenó que Kenyon llevase un dispositivo de seguimiento en el tobillo para asegurarse de que no intentaba una vez más eludir la justicia.

Una orden de estas características después de una condena no era inusual. Sin embargo, sorprendía teniendo en cuenta que el condenado ya había mostrado su voluntad de huir de las autoridades y del país.

Pero nunca se sabría si Kenyon había logrado de algún modo influir en un juez federal para obtener ese fallo y planeaba huir de nuevo. El martes siguiente al día de Acción de Gracias, mientras Kenyon disfrutaba del vigésimo primer día de sus dos meses de aplazamiento, alguien entró en la casa que él alquilaba en Maple Drive, Beverly Hills. Kenyon estaba solo, su mujer había salido para llevar a sus dos hijas a la escuela. El intruso encaró a Kenyon en la cocina y luego lo condujo a punta de pistola hasta la entrada alicatada en mármol de la casa. Entonces mató a Kenyon de un disparo, justo cuando el coche de la mujer de éste aparcaba en el camino de acceso. El intruso escapó por una puerta trasera y luego por el camino que discurría por detrás de las mansiones de Maple Drive.

Salvo por la investigación del asesinato y la persecución del culpable, la historia podría haber concluido aquí, o al menos haber entrado en el mundano aburrimiento de una pista estancada. Pero el FBI había puesto a Kenyon bajo una vigilancia ilegal, que incluía dispositivos de escucha instalados en su casa, sus coches y el despacho de su abogado. En el momento de ser asesinado, una furgoneta con cuatro agentes estaba aparcada a dos manzanas de allí.

Los agentes, conscientes de que su presencia era ilegal, corrieron de todos modos a la casa y persiguieron al intruso. El asesino consiguió huir y Kenyon fue trasladado al Cedars-Sinai, donde ingresó cadáver.

Los millones desaparecidos de cuyo robo se acusó a Kenyon nunca se recuperaron. Pero ese detalle se eclipsó cuando salieron a la luz las acciones de los federales. No sólo se vilipendió al FBI por haber emprendido operaciones ilegales, sino que recibió el castigo público por permitir que se cometiera un asesinato ante sus propias narices y desaprovechar la oportunidad de intervenir y evitar el crimen, por no mencionar la captura del asesino.

McCaleb había observado todo esto de lejos. El ya estaba fuera de servicio y en el momento del asesinato de Kenyon se preparaba para su propia muerte. Pero recordaba haber leído algo en el Times , que estaba al frente de la noticia. Recordaba que se mencionó que varios agentes habían sido degradados y que políticos de Washington habían propuesto debatir en el Congreso acerca de las actividades ilegales del FBI. Para añadir más sal a la herida, la viuda de Kenyon había demandado al FBI por intrusión en su intimidad y solicitaba una indemnización millonaria.

La cuestión que McCaleb tenía que responder era si el intruso que había asesinado a Kenyon en noviembre era el hombre que mató a Cordell y Torres dos y tres meses después. Y si se trataba del mismo criminal, cuál era la posible conexión entre el presidente caído de un banco de ahorro y préstamos, un ingeniero de acueductos y la trabajadora de una imprenta.

Al fin, miró a su alrededor y reparó en dónde se hallaba. Habían pasado Vasquez Rocks. En unos minutos más estarían en la casa de Amelia Cordell.

24

Amelia Cordell, tal y como había prometido, había ocupado buena parte del fin de semana en realizar un ejercicio de memoria y rellenar cuatro páginas de un bloc con todo aquello que recordaba de los viajes de su marido en los dos meses anteriores a su muerte, el 22 de enero. Lo tenía listo en la mesa de café cuando llegó McCaleb.

– Le agradezco el tiempo que ha dedicado a esto -le dijo.

– Bueno, espero que le sirva de ayuda.

– Yo también. -McCaleb se sentó en silencio durante un momento-. Por cierto, ¿le ha llamado Jaye Winston o alguien del departamento del sheriff últimamente?

– No, nadie desde que Jaye me llamó el viernes para decirme que podía hablar con usted.

McCaleb asintió. Le alentó saber que Jaye no había vuelto a llamar para invalidar su plácet. Se trataba de un hecho más que le hacía pensar que no compartía la decisión del capitán de apartar a McCaleb del caso.

– ¿Y algún otro?

– No, ¿cómo quién?

– No lo sé. Sólo era curiosidad por saber si, ya sabe, si están dando un seguimiento a la información que les di. -McCaleb se dio cuenta de que era mejor cambiar de tema-. Señora Cordell, ¿tenía su marido un despacho en casa?

– Sí tenía un pequeño estudio, ¿por qué?

– ¿Le importa que eche un vistazo?

– Bueno, no, pero no estoy segura de con qué va a encontrarse. Sólo guarda archivos del trabajo y lleva la contabilidad.

– Bueno, por ejemplo, si tenían ustedes extractos de las tarjetas de crédito, me ayudaría a establecer dónde estuvo él en determinados momentos de enero y febrero.

– No estoy segura de querer darle nuestros extractos bancarios.

– Bueno, lo único que puedo hacer es asegurarle que sólo estoy interesado en las localizaciones de las facturas y quizás en los artículos que compró. No en el número de sus tarjetas.

– Lo sé, disculpe. Ha sido una estupidez por mi parte. Usted es el único que parece interesarse por Jim. No sé por qué desconfío.

McCaleb se sintió incómodo por no ser completamente franco con la mujer y decirle que había perdido la bendición oficial. Se levantó para poder empezar y no tener que pensar en ello.

El despacho era pequeño y en gran parte utilizado como almacén de equipo de esquí y cajas de cartón. No obstante, al fondo de la habitación había una mesa de escritorio con dos cajones y dos archivadores.

– Lo siento, está desordenado. Y yo todavía tengo que acostumbrarme a llevar los números. Jim siempre se ocupaba de eso.

– No se preocupe. ¿Le importa si me siento y hecho un vistazo?

– No, en absoluto.

– Hum, podría traerme un vaso de agua.

– Claro, ahora se lo traigo. -Se dirigió a la puerta, pero se detuvo en el umbral-. No quiere agua, ¿verdad? Sólo quiere que le deje solo y no tenerme por aquí merodeando.

McCaleb esbozó una sonrisa y bajó la vista a la desgastada moqueta verde.

– Le traeré el agua de todos modos, y luego le dejaré solo.

– Gracias, señora Cordell.

– Llámeme Amelia.

– Amelia.

McCaleb pasó la siguiente media hora examinando los cajones y los papeles que había sobre la mesa. Trabajaba deprisa, porque sabía que probablemente el paquete de Carruthers le estaría esperando en su casilla postal de la oficina del capitán de puerto.

En el escritorio, McCaleb tomó algunas notas en el bloc que Amelia ya había empezado y apiló los documentos y tarjetas de crédito que quería llevarse para examinarlas después; hizo un inventario para que Amelia Cordell tuviera constancia.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Deuda De Sangre»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Deuda De Sangre» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Michael Connelly - The Wrong Side of Goodbye
Michael Connelly
Michael Connelly - Murder in Vegas
Michael Connelly
Michael Connelly - The Crossing
Michael Connelly
Michael Connelly - The Drop
Michael Connelly
Michael Connelly - The Fifth Witness
Michael Connelly
Michael Connelly - Nueve Dragones
Michael Connelly
Michael Connelly - Cauces De Maldad
Michael Connelly
Michael Connelly - Cmentarzysko
Michael Connelly
Michael Connelly - The Scarecrow
Michael Connelly
Michael Connelly - Angels Flight
Michael Connelly
Отзывы о книге «Deuda De Sangre»

Обсуждение, отзывы о книге «Deuda De Sangre» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x