Nicholas Wilcox - La Sangre De Dios

Здесь есть возможность читать онлайн «Nicholas Wilcox - La Sangre De Dios» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Триллер, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

La Sangre De Dios: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «La Sangre De Dios»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Tercera y última entrega de la exitosa trilogía templaria.
Simón Draco, un detective privado de Londres, antiguo mercenario en el Congo, recibe el encargo de viajar a Hamburgo para recoger dos piedras negras que forman parte de un antiguo legado templario. Siguiendo su rastro, Draco descubrirá una trama más compleja de lo que sospechaba, que llega a involucrar a criminales de guerra nazis emboscados en Paraguay, mafiosos sicilianos y monjes ortodoxos. Éstos custodian el arma más potencialmente subversiva para Occidente: la verdadera reliquia de la sangre de Cristo, a partir de la cual un laboratorio de ingeniería genética se propone devolver a Cristo a la vida. En este punto, la intervención de los servicios secretos de diversas potencias, entre ellas el Vaticano e Israel, conducen sin respiro al lector hacia un sorprendente e inesperado final.

La Sangre De Dios — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «La Sangre De Dios», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Los hombres no dieron muestras de apreciar el chiste.

24

El Airbus despegó del aeropuerto de Sâo Paulo a media mañana. Casi todos los asientos iban vacíos. Simón Draco y Lola, como un matrimonio algo dispar que disfruta de unas merecidas vacaciones por cuenta de la empresa, se acomodaron en una fila solitaria, junto a la ventanilla. En cuanto despegaron, Lola se cubrió las piernas con una manta, se acurrucó en el hombro de Draco y se quedó profundamente dormida. Draco apartó la mirada del mar de favelas que se divisaba desde la ventanilla y la observó con interés. El pelo recogido en una coleta dejaba al descubierto unos suaves pómulos que le daban una apariencia exótica. Quizá en sus ancestros había sangre oriental, pero su carácter tenía toda la desenvoltura de la mujer occidental liberada. En otras circunstancias se habría podido enamorar de aquella mujer, pero el fantasma de Joyce sólo le dejaba espacio para los sentimientos de la venganza y el castigo, que se habían convertido en una pulsión aniquiladora. Volvió a sentir el sabor de la sangre en la boca. Distendió las mandíbulas, cerró los ojos e intentó dormir.

Habían pasado muchas cosas en dos semanas. El primer día lo mantuvieron encerrado hasta que desde Washington se confirmó su identidad y Lola supo que era quien decía ser y no le había mentido. Averiguó además que era especialista en cajas fuertes y ese detalle la animó a reclutarlo para su causa.

– El Turco no es el responsable de la muerte de tu novia.

Draco la miró con expresión incrédula.

– El verdadero responsable está más arriba. Aníbal dos Mares es solamente un hombre de paja. ¿Has oído hablar de Klaus Benz?

– No. ¿Quién es?

– No es muy conocido. En otro tiempo lo llamaban el Carnicero de Belsen. Un nazi notorio que se escapó de la justicia y dirige un imperio financiero desde la selva paraguaya. Es el lavandero del narcotráfico. Tiene un imperio de empresas químicas y farmacéuticas que sirven para blanquear miles de millones de dólares de los cárteles de la droga. Aníbal dos Mares es su testaferro en Brasil. Durante un tiempo hemos estudiado la posibilidad de secuestrar a Benz y llevarlo ante la justicia, pero resulta demasiado complicado. Ahora hemos decidido eliminarlo, pero antes necesitamos abrir la caja de seguridad donde guarda sus archivos. Richard era nuestro especialista pero ya ves que tiene rehabilitación para rato y el tiempo apremia: Benz y el Turco van a encontrarse dentro de quince días. Si estás dispuesto a colaborar con nosotros, será el momento de eliminar al Turco y a Benz. Además, la agencia de narcóticos recompensará tu trabajo generosamente.

– ¿Y si me niego a colaborar?

– En ese caso tendrás que permanecer bajo custodia mientras dure la operación. Podrás jugar al ajedrez con Richard.

– Está bien, colaboraré.

Lola sonrió.

– En este caso todavía te queda una pequeña prueba por superar.

Aquel mismo día, al anochecer, lo trasladaron a una oficina de la avenida Soares, la sede de una compañía de aviación filipina de la que tenían la llave. Richard los acompañaba con su pierna enyesada y sus muletas. Lola colocó una silla delante de la caja fuerte.

– Bien, Draco, aquí tienes tu examen de graduación. Benz tiene una caja fuerte de este mismo modelo. Demuéstranos que puedes abrirla.

Era una Berling modelo 73, algo anticuada, con un doble tambor de claves y una manivela de apertura. Una caja de dificultad media, quizá algo complicada para una persona desentrenada y que, en cualquier caso, nunca había sido un especialista. Richard le entregó un sensor eléctrico, Draco lo conectó y aplicó las terminaciones imantadas a la caja, junto a los rodillos de la clave, en la parte exterior donde no había pernos. Se concentró y comenzó a girar lentamente el izquierdo hasta que oyó el primer clic. Pulsó el botoncito rojo del tablero del sensor, que iluminó el número correspondiente. Continuó anotando los clics sucesivos hasta completar el primer tambor y luego repitió la operación con el segundo. Accionó la palanca y la caja se abrió. Richard lo había cronometrado.

– Un minuto y veinte segundos -dijo-. No es ninguna hazaña, pero puede servir.

Lola le dio una palmadita en el hombro a Draco.

– Bien. Creo que este nuevo alistamiento merece una pequeña fiesta. Esta noche cenaremos un rodizio como Dios manda, en Tucupy.

Tucupy era un enorme restaurante popular de la calle Bela Cintra, en el Jardim Paulista, un local de medio pelo, frecuentado por oficinistas negros, por personal del servicio de los edificios colindantes y también por turistas que lo habían visto recomendado en la guía de la ciudad que se distribuía gratuitamente en estaciones y aeropuertos. Estaba claro que la oficina de narcóticos no era excesivamente generosa con sus agentes.

Lola y Draco se acomodaron en una larga mesa donde ya había otra media docena de comensales afanados sobre sendos platos de carne. Jack y Ari llegaron unos minutos después y se sentaron a la mesa contigua. Richard se había quedado vigilando en la oficina.

El equipo de la oficina de narcóticos espiaba las actividades del Turco con un complejo sistema electrónico que incluía micrófonos de barrido capaces de captar conversaciones a cientos de metros, ampliándolas y decodificándolas después de eliminar los sonidos del ambiente, el tráfico de la calle y el zumbido de los helicópteros. Además habían instalado unas cámaras ultrasensibles en la azotea del Santa Gula que captaban imágenes del helipuerto de Araucaria Inc. En Washington había laboratorios capaces de reproducir las conversaciones de los técnicos, del piloto, de los guardaespaldas o del mismo Turco con sólo estudiar los movimientos de los labios, especialmente cuando el sonido del rotor los obligaba a vocalizar bien, elevando el tono de la voz.

De este modo habían obtenido jugosas informaciones que, una vez procesadas y analizadas, les sirvieron para descubrir el escondite de Klaus Benz, el criminal de guerra nazi más buscado después de Bormann y del doctor Mengele.

Un camarero colocó al lado de cada cubierto una chapa de plástico con el nombre del restaurante.

– De este lado, la chapa es verde -le explicó Lola-. Quiere decir que quieres más carne. Si los camareros la ven del lado rojo, pasan de largo sin molestarte.

– La gula regulada por semáforo -concluyó Draco.

– Algo así.

La mujer había reído con aquella risa encantadora que dejaba al descubierto una hilera de dientes perfectos en una boca que, a pesar del carmín, seguía siendo inquietante, como una promesa devoradora, una boca de animal peligroso. Por un momento recordó la boca de Joyce, menos sensual, pero capaz de besos infinitos, y se entristeció.

Lola, como si lo hubiera adivinado, le apretó una mano fugazmente y en seguida la apartó para alcanzar un palito de pan. Draco se quedó mirándola. ¿Había sido un gesto tan inconsciente como parecía? ¿Había algo de sincero en esta mujer que lo atraía fatalmente a pesar del doloroso recuerdo de Joyce?

El rodizio consistía en carnes sucesivas: pollo, salchicha o chorizo, corazón de pollo, giba de cebú, cerdo, ternera, buey, oveja. Los camareros apoyaban la punta del espetón en un escurridor de madera y cortaban un filete que el propio cliente sostenía con unas pinzas.

Cuando Ari se levantó para ir al baño, Lola lo siguió. Unos minutos después regresaron cada uno por su lado y ocuparon sus respectivos asientos. Lola dijo:

– Jack y Ari relevarán a Richard.

Iban a quedarse solos. Draco hizo un gesto para dar a entender que apreciaba la confianza. No obstante notó a Lola algo tensa. Quizá por motivos personales. Había advertido que existía alguna vinculación sentimental entre ella y Ari.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «La Sangre De Dios»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «La Sangre De Dios» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Nicholas Mosley - Time at War
Nicholas Mosley
Fred Wilcox - Scorched Earth
Fred Wilcox
Åsa Larsson - Sangre Derramada
Åsa Larsson
Nicholas Sparks - Un Paseo Para Recordar
Nicholas Sparks
Arturo Pérez-Reverte - Limpieza De Sangre
Arturo Pérez-Reverte
Nathan Burkhard - Sello de Sangre
Nathan Burkhard
Ella Wheeler Wilcox - Poems of Experience
Ella Wheeler Wilcox
Victory Storm - Cenicienta De Sangre
Victory Storm
Vicente Blasco Ibáñez - Sangre y arena
Vicente Blasco Ibáñez
Отзывы о книге «La Sangre De Dios»

Обсуждение, отзывы о книге «La Sangre De Dios» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x