Andrew Klavan - Ensayo De Una Ejecución

Здесь есть возможность читать онлайн «Andrew Klavan - Ensayo De Una Ejecución» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Триллер, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Ensayo De Una Ejecución: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Ensayo De Una Ejecución»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Faltan pocas horas para la ejecucion de Frank Beachum; el ya se encuentra en una cruel agonia, cuando el frio halito del terror impregna todas las celulas del cuerpo. sin esperanza. Ni siquiera en el periodista Steve Everett, quiza la unica persona del mundo que cree en su inocencia…

Ensayo De Una Ejecución — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Ensayo De Una Ejecución», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

– Sí, lo sé -observó Frank tragándose el gusto amargo.

– Tom está citado con el gobernador a las cinco en punto.

– De acuerdo.

Hubo una pausa y Frank pudo percatarse de la inquietud de Tryon al otro lado del hilo.

Finalmente, Tryon explotó.

– Frank, esto no tiene buena pinta. Ni con el gobernador. Tienes que estar preparado para ello. Tienes que mentalizarte para lo peor.

– Sí -consintió Frank de nuevo. Le resultaba difícil decir mucho más. Le habría gustado poder hacerlo, pero cada palabra parecía pesar una tonelada-. Estoy preparado. Todo lo preparado que puedo estar.

Hubo otra pausa mientras el pobre Hubert se concentraba para poder continuar.

– Tom dice… Tom dice que el gobernador se encuentra en una posición difícil. Ya sabes… todo lo que piensa la gente sobre la pobre chica. Y, además… bueno… siempre ha prometido ser duro con el crimen. No hay mucho que hacer. Tú no estás… Tom dice que si le pudiera decir hasta qué punto estás arrepentido… -Tryon suspiró. Al fin lo había soltado.

Frank pronunció las palabras fatales.

– Yo no lo hice.

Lo entiendo, lo entiendo, y Tom también lo entiende -prosiguió Tryon rápidamente. Tryon, observó Frank, andaba con pies de plomo para no decir que le creía. Todos los abogarlos habían tenido cuidado con eso-. Pero el gobernador analizará la cuestión así: «Ey, ese hombre ha sido condenado, ¿no? ¿Cuál es el problema ahora?». Bueno, ya sabes. Yo sólo pretendo explicarte su posición. Nadie quiere que confieses algo que no has hecho, pero yo te explico a lo que Tom va a tener que enfrentarse.

Al día siguiente, él estaría en casa, pensó Frank. Cuando todo esto se hubiera acabado. Hubert Tryon estaría en Jefferson City, en casa con su mujer. Se llamaba Melinda, y se sentarían a la mesa de la cocina iluminada por la luz que entraba por la ventana. Hablarían de ello, de él, o de cómo Hubert se sentía al respecto. «¡Dios! -exclamaría Hubert-. Cuando se pierde uno es realmente una pena.» Y su mujer se acercaría y le tomaría la mano. Y, así, poco a poco, dejarían de hablar de él. Poco a poco olvidarían su muerte, con el tiempo, a medida que pasaran las horas. La muerte quedaría relegada en el espacio por el correo diario y las llamadas de cada día y los programas de televisión y las dudas sobre qué preparar para comer. Al oír su voz, la voz de Tryon, Frank podía percibir todo aquello, podía descubrir el mundo de Tryon, una extensión verde y luminosa, conectada con él mediante el cable en espiral del teléfono. Y podía observar la espantosa celda que le rodeaba, escueta y blanca, y cómo cada átomo de la misma encadenaba, como hombres a la rueda de un molino, a las manecillas del reloj que giraban implacables sin cesar. ¿Cuántos metros había entre un lugar y otro, entre donde estaba Tryon y donde estaba él? No demasiados. Si no hubieran paredes, la distancia sería bastante corta.

Al escuchar la voz del abogado, Frank podía sentir cuán cerca estaba aquel hombre de su vida y de su libertad. Y si hubiese creído que podía pronunciar alguna palabra, verdadera o falsa, y así cruzar la frontera del mundo tapiado de su celda mortal hasta la mesa de cocina iluminada por una ventana abierta, seguramente lo habría hecho. ¿Confesar? ¿Expresar remordimientos? ¡Por todo los santos! ¡Claro! ¿Qué diablos le importaba a él si lo que decía era verdad o mentira? ¿Qué era aquello comparado con diez minutos sentado a la mesa de la cocina con Bonnie? Viendo cómo ella servía una taza de café o cualquier otra cosa. Hablando sobre el papel de la habitación o sobre algo parecido.

Pero Frank sabía, porque le había dado muchas vueltas en la cabeza, y estaba casi convencido de que, dijera lo que dijese, el gobernador le dejaría morir de todos modos. Una vez habló sobre el tema con el abogado principal del caso, Tom Weiss, y hasta él había reconocido que el gobernador no era el tipo de persona que condonaba la pena de un asesino por el hecho de que éste pidiera perdón. Y si Frank confesaba y le mataban, ¿qué le quedaría entonces? ¿Qué les quedaría a Gail y a Bonnie? No sólo su confesión, sino también su cobardía. El intento lastimoso de salvarse a sí mismo. La incertidumbre de su hija sobre si era cierto o…

– Yo no lo hice -declaró por teléfono-. No puedo decir que siento algo que no hice.

No dijo más. El peso de las palabras le resultaba excesivo para continuar. Por otra parte, si explicaba sus razones al abogado, éste podía intentar discutir con él, persuadirle de que aceptara la oportunidad principal, la única que tenían. Eso era lo que hacían los abogados; lo hacían maquinalmente, por instinto. Y Frank no sabía si era capaz de oponerse a algún tipo de persuasión en ese momento. Así que no dijo más.

– No, por supuesto, de acuerdo respondió Tryon. Escucha, te llamaré cuando sepa algo de la apelación. Será dentro de una media hora, como ya te he comentado. Mientras tanto, si necesitas algo tienes el número de mi busca y…

Tryon continuó hablando, pero Frank ya no le escuchaba. Miraba a Benson. Benson se había levantado de nuevo y miraba la puerta de la galería de la muerte. La puerta de la galería de la muerte empezó a abrirse. Frank sostenía el auricular del teléfono con una mano y oía la voz del abogado, pero no tenía sentido; era incapaz de captar el sentido de su voz. La puerta se abrió un poco más y Gail entró en la sala, sus ojos le buscaban con ansia. A continuación, Bonnie y el reverendo Flowers cruzaron el umbral.

Frank deseó haber tenido más tiempo para prepararse para ellas, para verlas, para preparar su mente. Sin embargo, a pesar de haberlas visto ayer y anteayer, no sabía si alguna vez habría conseguido prepararse lo suficiente para aquello, para el sentimiento de aquella última vez. Gail esbozó una sonrisa emocionada al verle y se echó a correr hacia los barrotes de la celda. Bonnie la siguió con pasos inestables, mirándole a los ojos, intentando sonreír y, sin embargo, llorando ya en su fuero interno.

– De acuerdo -masculló Frank por teléfono sin saber qué decía-. De acuerdo.

Y alejó el auricular pasándolo por entre los barrotes.

– Estaré fuera si me necesitáis -indicó Flowers.

Nadie le presto atención. Se dio la vuelta y salió.

Bonnie y Gail se acercaron a la celda.

– ¡Hola, papá! Te he traído un dibujo -saludó Gail.

Frank no se percató del momento en el que Benson recogió el auricular, pero al cabo de un instante agarraba los barrotes de la celda con ambas manos mirando con ojos de miope a sus dos chicas, luchando por contener las lágrimas y pensando resiste, resiste, resiste , intentando contenerse y diciendo:

– ¡Ey! ¡Eso es magnífico, genio! Espera un minuto a que os dejen entrar para que lo vea bien.

Benson se movió penosamente despacio, o esa fue su impresión. Desconectó el cierre eléctrico de la pared, y se acercó lentamente a los barrotes para desbloquear el cerrojo mecánico. Bonnie no alejó la mirada de los ojos de Frank en ningún momento y él suspiraba por ella en la celda sin dejar de pensar resiste, resiste, resiste . Si se dejaba llevar, las lagrimas no tendrían fin.

Finalmente, los barrotes se abrieron y Gail entró como un relámpago, abrazando con fuerza las piernas de Frank. Bonnie seguía sonriendo al entrar, pero por dentro se deshacía en lágrimas, conteniendo los labios, con la cara cansada y congestionada.

Frank puso las manos sobre la cabeza de su hija y, durante unos instantes, se sintió aturdido con olores imaginados: olor a hierba, a carbón vegetal y a aire fresco. Casi podía oír al bebé Gail golpeando el cubo de arena con su pala. La niña le soltó las piernas y dio un paso hacia atrás.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Ensayo De Una Ejecución»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Ensayo De Una Ejecución» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Andrew Klavan - True Crime
Andrew Klavan
Andrew Klavan - Nightmare City
Andrew Klavan
Andrew Klavan - If We Survive
Andrew Klavan
Andrew Klavan - The Final Hour
Andrew Klavan
Andrew Klavan - Damnation Street
Andrew Klavan
Andrew Klavan - Shadowman
Andrew Klavan
Andrew Klavan - Empire of Lies
Andrew Klavan
Andrew Klavan - The Identity Man
Andrew Klavan
Andrew Klavan - The long way home
Andrew Klavan
Laura Andrea Ibañez - Una bisagra en mi vida
Laura Andrea Ibañez
Отзывы о книге «Ensayo De Una Ejecución»

Обсуждение, отзывы о книге «Ensayo De Una Ejecución» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x