John Gardner - Misión De Honor

Здесь есть возможность читать онлайн «John Gardner - Misión De Honor» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Триллер, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Misión De Honor: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Misión De Honor»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

En su última película, James Bond renuncia a la categoría de 007, abandona el servicio y parte hacia Montecarlo, al volante de su Bentley Mulsanne Turbo, para cumplir una misión distinta a todo lo que había hecho hasta aquel momento. ¿Cómo explicar el súbito cambio de vida del hombre que venía siendo la más elogiada arma defensiva de cuantas ha tenido el Estado británico? ¿Y qué imprevisibles consecuencias tendrá esta decisión para el juego internacional de fuerzas cuyo equilibrio nos permite a los ciudadanos corrientes dormir tranquilos? Bond ha sido nombrado heredero de su tío Bruce, de Australia, con una condición de obligado cumplimiento: tiene que gastar las primeras cien mil libras del legado frívolamente, en actividades censurables cuya elección deja a su albedrío, dentro de un plazo determinado. Y Bond decide conciliar parte de ese mandato con su renovada pasión por ese príncipe de los coches que es el Bentley. Pero su abandono del Servicio exige explicaciones más consistentes. En el Parlamento, la oposición interpela al Ministerio a propósito de fallos en el sistema de seguridad británico encubiertos por el Gobierno. El que se sospeche de él no preocupa tanto a Bond como la posibilidad de que en el esclarecimiento de los hechos su honorabilidad se ponga en tela de juicio. Esta nueva y diabólica trama de John Gardner conduce a James Bond hasta un genio de los ordenadores que traiciona al Pentágono. También le enfrenta a un siniestro ejército mercenario que está fraguando una audaz operación terrorista, y le lleva a un alocado vuelo en zeppelín sobre Ginebra coincidiendo con la celebración de una conferencia en la cumbre de defensa de la paz. Y para salvar su honor, James Bond tendrá que vencer todos esos obstáculos…

Misión De Honor — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Misión De Honor», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Aquella noche tuvo Bond que ejercer un firme dominio sobre sí mismo a fin de no traicionarse. Jason y la perspicaz Dazzle formaban en verdad una pareja temible. Unos minutos en su compañía bastaban para considerarles amigos de siempre. Jason era, en la versión que daba de sí mismo, canadiense de origen, mientras que Dazzle procedía de Nueva York, cosa que no resultaba evidente por su acento, más londinense que neoyorquino.

Aunque el único tema que «M» no había tratado en su informe verbal era el económico, el interior de la casa y su decoración de discreta elegancia («Es cosa de Dazzle -había comentado Jason, echándose a reír-; tiene lo que los interioristas llaman instinto») daban prueba de opulencia. En el espacioso salón, los elementos del primitivo estilo georgiano se mezclaban hábilmente con lo moderno y cómodo, realzadas las antigüedades por un empapelado a sobrias rayas, y sin chocar con los cuadros, de época más reciente, ni con los sofás y butacas, mullidos y confortables. ¿De dónde procedía, se preguntó Bond, el dinero que había hecho posible todo aquello? ¿Verdaderamente daba para tanto la Gunfire Simulations?

Mientras el criado filipino servía los aperitivos, la conversación giró de forma casi exclusiva en torno a la espléndida labor de restauración de que había sido objeto la casa, y a lo que de escandaloso y divertido se comentaba en la localidad.

– Es lo que me gusta de vivir en un pueblo -comentó Jason con una risita ahogada-. Aunque mi trabajo me impide llevar lo que llamaríamos una vida social activa, no me pierdo los chismorreos, porque van de boca en boca.

– Excluidos los que se refieren a nosotros, cariño -le recordó Dazzle con una amplia sonrisa.

Bond se dio cuenta entonces de que también su nariz era muy parecida a la de Percy antes de la operación. Le intrigaba aquello. Era, en efecto, muy semejante a la verdadera Percy Proud. ¿Lo sabría Jay Autem?, se preguntó. ¿Habría sabido siempre cómo era Percy en realidad? ¿La había visto después de su transformación?

– No creas; también me entero de lo que se dice de nosotros -replicó Jason en tono humorístico-. Cindy y yo vivimos una apasionada aventura amorosa, mientras que tú te pasas la mayor parte del tiempo en la cama, con Félix…

– ¡Apañada iba a estar! -exclamó Dazzle, llevándose burlonamente una mano a la boca-. Por cierto, ¿dónde están los chicos, querido? Me refiero a Peter y a Cindy.

– Subirán dentro de un instante. Querían jugar una última partida a la Revolución. Todavía tenemos pendiente mucho trabajo preliminar… Nos dedicamos al negocio de juegos para ordenadores… -añadió volviéndose hacia Bond.

– Eso me dijo Freddie.

Bond había conseguido romper por fin el encanto, y puso en su tono una pizca de altanera censura. Jason lo captó al vuelo.

– ¡Vaya! Pero usted también es programador de ordenadores, ¿no es así? Al menos, eso aseguró nuestra amiga.

– Conozco algo esa actividad. Pero no en el aspecto de los juegos. Eso desde luego.

Lo de «juegos» lo dijo con el énfasis necesario para dar a entender que consideraba un sacrilegio utilizar la informática con fines semejantes.

– ¡Ajá! -replicó Jason blandiendo un dedo-. Pero es que hay juegos y juegos, míster Bond. Yo le hablo de simulacros en extremo intelectuales y complejos, no de esas estrepitosas bobadas que se ven en los salones recreativos. ¿Dónde trabaja usted?

Bond reconoció que en ese momento estaba sin empleo.

– Aprendí programación cuando estuve en el Foreign Office -dijo en un tono que debía parecer apocado.

– ¿Es usted ese James Bond? -exclamó Dazzle, al parecer emocionada de veras.

Él asintió.

– Sí; el famoso James Bond. Y también el inocente James Bond.

– Es verdad… Leí el caso en los periódicos.

Por vez primera vibró cierto recelo en la voz de Jason.

– ¿Se dedicaba verdaderamente al espionaje? -indagó Dazzle, que solía quedarse poco menos que sin aliento cuando algo le interesaba profundamente.

– Bien… -balbució Bond estudiadamente, de modo que Jason acudió en su ayuda.

– No creo que esas preguntas sean apropiadas, cariño.

En ese momento entraron en la habitación Peter Amadeus y Cindy Chalmer. Jason se puso en pie.

– Vaya, el extraordinario profesor Amadeus…

– Y Cindy la Pecadora -añadió Dazzle, y se echó a reír.

– A mí me halagaría que me llamasen Freddie la Pecadora -dijo Freddie Fortune, al tiempo que saludaba a los recién llegados.

– ¡Nada menos que pecadora! -se mofó Cindy-. No sobran aquí oportunidades para eso.

No era negra, como le había dicho Freddie, sino de un suave color café con leche. «Mi padre era antillano y mi madre, judía», le confió ella más tarde a Bond, añadiendo que esa mezcla de sangres había inspirado un millar de chistes raciales a sus expensas. Vestía una sencilla falda gris, complementada por una blusa de seda blanca. Tenía la figura y las piernas de una bailarina y una cara que le recordó a Bond una jovencísima Ella Fitzgerald.

Unos pocos años mayor que Cindy, Peter rondaría los treinta. De frágil constitución, vestido con impecable pulcritud y prematuramente calvo, su amaneramiento y su ingenio vivo dejaban traslucir sus preferencias sexuales. Enlazando con la observación de Cindy, y mientras se servía una copa, comentó:

– Pues oportunidades no faltan aquí, querida. Hay en el pueblo unos cuantos mocetones de granja que te disputarían gustosos…

– ¡Basta ya, Peter!

Por vez primera en la velada, Jason mostraba su puño de hierro.

Terminadas las presentaciones (a Bond le pareció, aunque no estaba muy seguro, que Cindy Chalmer le dirigía una viva mirada de complicidad al estrecharle la mano), Dazzle propuso pasar al comedor.

– Como se le eche a perder la cena, Félix se pondrá furioso.

Se refería al callado cocinero filipino, que por deferencia de Jason St. John-Finnes, se había instruido en su arte junto a los mejores maestros de Europa.

La cena fue casi un banquete: sopa lombarda, consistente en huevos crudos, espolvoreados con queso de Parma sobre una base de pan sofrito y escaldados con un consomé en punto de ebullición; una mousse de salmón ahumado; asado de ciervo, macerado con bayas de junípero, vino, limones y picadillo de jamón; y un soufflé au Grand Marnier… en honor de Lady Freddie.

Al principio, la conversación se centró en el trabajo que Cindy y Peter acababan de interrumpir.

– Hemos descubierto dos nuevas variantes que podría usted introducir en la primera fase del juego -anunció Peter con una maliciosa sonrisa-. Haga que el general se subleve, y a continuación introduzca refuerzos de las patrullas británicas, y se encontrará con resultados muy interesantes.

– Y para compensarlo -intervino Cindy-, hemos dado con otra variante para las etapas finales. Una tarjeta opcional que proporciona a las Milicias Coloniales cañones suplementarios. Si el jugador se decanta por esa opción, los británicos no descubren la fuerza numérica del enemigo hasta emprender el asalto de la colina.

Freddie y Dazzle habían iniciado un aparte, para hablar de modas. Bond, en cambio, asistía con interés a la conversación principal, y Jason reparó en ello. Volviéndose hacia sus colaboradores, dijo:

– Nuestro invitado no aprueba que una tecnología tan avanzada se emplee en simples pasatiempos.

Para indicar que no había censura en su comentario, sonrió.

– ¿Es posible, míster Bond?

– ¡Pero si esos juegos estimulan el intelecto!

Cindy y Peter habían salido simultáneamente en defensa de Holy. El joven agregó:

– ¿Ve usted en el ajedrez un empleo frívolo de la madera y el marfil?

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Misión De Honor»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Misión De Honor» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


John Gardner - October Light
John Gardner
John Gardner - Nickel Mountain
John Gardner
John Gardner - Jason and Medeia
John Gardner
John Gardner - Freddy's Book
John Gardner
libcat.ru: книга без обложки
John Gardner
John Gardner - Brokenclaw
John Gardner
John Gardner - Muerte En Hong Kong
John Gardner
Отзывы о книге «Misión De Honor»

Обсуждение, отзывы о книге «Misión De Honor» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x