Jonathan Kellerman - Compañera Silenciosa

Здесь есть возможность читать онлайн «Jonathan Kellerman - Compañera Silenciosa» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Триллер, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Compañera Silenciosa: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Compañera Silenciosa»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Un día en una fiesta, el psicólogo infantil Alex Delaware se reencuentra con un viejo amor, Sharon Ransom. Ella solicita su ayuda, pero Alex, demasiado embebido en sus propios asuntos sentimentales, no le hace caso. Dos días más tarde, Sharon se suicida. Alex no puede dejar de sentirse responsable de la desesperada decisión de Sharon.
Y en parte por ello, en parte por resolver los enigmas de aquella relación -la mayoría creados por la oscura personalidad de Sharon- el psicólogo se embarca en una investigación en la que el dinero, el azar de los genes y un pasado trágico configuran el escenario de una prolongada orgía de sexo, dominio y manipulación psicológica al servicio de los menos nobles impulsos del ser humano.

Compañera Silenciosa — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Compañera Silenciosa», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

»Corrimos a la playa, pero la marea estaba subiendo y se había llevado todas las conchas, y las algas estaban demasiado frías para poder jugar con ellas. El aya empezó a flirtear con uno de los jardineros. Nos escapamos, y nos dirigimos directamente a la piscina.

»La puerta estaba cerrada, pero no con llave; el candado estaba en el suelo. Uno de los cuidadores había empezado a vaciar y limpiar la piscina; había cepillos y redes, y productos químicos y montones de algas por todas partes alrededor de la piscina…, pero el hombre no estaba allí. Y se había olvidado de cerrar. Nos colamos dentro. Dentro estaba oscuro; a través del enrejado sólo se veían cuadrados de cielo negro. El agua sucia estaba siendo succionada por medio de una manguera del jardín que iba hasta un sumidero de grava. Quedaban aún unas tres cuartas partes del agua, que ahora era verde ácido y burbujeante, y olía peor que nunca, con el gas sulfhídrico mezclado con todos los productos químicos que había vertido el trabajador. Nuestros ojos empezaron a escocernos. Comenzamos a toser, luego nos echamos a reír. ¡Aquello era realmente monstruoso…, nos encantaba!

»Empezamos a fingir que los monstruos se estaban alzando de la masa pútrida, y comenzamos a perseguirnos la una a la otra por la piscina, aullando y riéndonos, poniendo caras de monstruo, yendo más y más deprisa y poniéndonos frenéticas… en un estado hipnótico. Todo se desdibujó: sólo nos veíamos la una a la otra.

»El cemento estaba resbaladizo con todas aquellas algas y la espuma de los productos químicos. Nuestras chanclas eran de suela pulida y empezamos a patinar por allá. Eso también nos gustó: nos imaginamos que estábamos en una pista de hielo, tratamos deliberadamente de patinar. Nos lo estábamos pasando muy bien, perdidas en el momento, enfocadas en nuestros propios interiores… como si fuéramos un solo ser. Y dimos vueltas y vueltas, aullando y resbalando y patinando. Entonces, de repente, vi a Shirl lanzarse en una gran patinada y seguir patinando; y vi una expresión terrible aparecer en su rostro mientras extendía los brazos para equilibrarse. Pidió auxilio. Supe que aquello ya no era juego, y corrí a agarrarla, pero caí de culo y justo en ese momento ella lanzó un horrible alarido y se hundió, pies por delante, en la piscina.

»Me puse en pie, vi sobresalir su mano, con sus dedos cerrándose y abriéndose, me lancé hacia ella, pero no la podía alcanzar, así que me eché a berrear y gritar pidiendo ayuda. Resbalé de nuevo y corrí a caerme de culo, finalmente pude ponerme en pie y corrí al borde de la piscina. La mano de ella había desaparecido. Aullé su nombre, y eso hizo acudir al aya. La cara que había puesto mi hermana, la sorpresa, el terror mientras se hundía, seguían conmigo, y no dejé de berrear, mientras el aya me preguntaba dónde estaba. No podía contestarle. La había absorbido, me había convertido en ella. ¡Yo sabía que ella se estaba ahogando, yo misma podía sentir que no me era posible respirar y me ahogaba, saboreaba el agua pútrida llenando mi nariz, mi boca y mis pulmones!

»El aya me estaba zarandeando, abofeteándome. Yo estaba hiperventilando, pero de algún modo conseguí señalar a la piscina.

«Entonces llegaron Mami, y Papi y parte de la servidumbre. El aya se tiró al agua. Mami estaba gimiendo a gritos: «¡Mi nenita, ay mi nenita!», mordiéndose los dedos… manchándose la ropa de rojo. El aya estaba buceando, saliendo a la superficie y jadeando, cubierta de porquería. Papi se quitó los zapatos a patadas, se arrancó la chaqueta y se zambulló. Una zambullida perfecta. Un momento más tarde salió a la superficie con Shirlee en brazos. Estaba inerte, totalmente cubierta de porquería, pálida y con cara de muerta. Papi trató de hacerle la respiración artificial. Mami aún jadeaba… ¡sus dedos chorreaban sangre! El aya estaba desplomada en el suelo, también ella aparentemente muerta. Las criadas estaban sollozando. Los cuidadores miraban…, pensé que a mí. ¡Me estaban culpando a mí! Empecé a aullar y arañarles, alguien dijo: «Lleváosla de aquí», y todo se puso oscuro.

El contarme la historia la había hecho quedar bañada en sudor. Le di mi pañuelo. Lo tomó sin comentario alguno, se secó el rostro, y continuó:

– Me desperté de vuelta ya en Park Avenue. Era el día siguiente, alguien debía de haberme dado un sedante. Me dijeron que Shirlee había muerto, y la habían enterrado. Ya no se volvió a hablar de ella. Mi vida había cambiado, estaba vacía…, pero no quería hablar de aquello. Ni siquiera ahora puedo hablar de aquello. Baste con decir que tuve que reconstruirme, que aprender a ser una nueva persona. Una compañera sin compañera. Lo llegué a aceptar, a vivir en mi cabeza, apartada del mundo. Y, al cabo, dejé de pensar en Shirlee…, dejé de hacerlo de un modo consciente. Hice todo lo que se esperaba de mí: siendo una buena chica, sacando buenas notas, no alzando jamás la voz. Pero estaba vacía… me faltaba algo. Así que decidí hacerme psicóloga, para descubrir qué era ese algo. Me trasladé aquí, te conocí, comencé realmente a vivir. Pero entonces todo volvió a cambiar, al morir Mami y Papi. Tuve que regresar al Este para hablar con su abogado. Era un hombre agradable: un hombre apuesto, de aspecto paternal; lo recordaba vagamente de algunas fiestas en casa. Me llevó a la Russian Tea Room y me habló del fondo en fideicomiso, de la casa; me habló un montón de mis nuevas responsabilidades, pero no acababa de ser claro y de decirme cuáles eran. Cuando al fin le pregunté de qué me estaba hablando, se puso claramente nervioso y pidió la cuenta.

«Salimos del restaurante, caminamos por la Quinta Avenida, pasando frente a todas aquellas bonitas tiendas que tanto le habían gustado a Mami. Caminamos en silencio durante varias manzanas y, al fin, me habló de Shirlee. De que no había muerto, que estaba comatosa cuando Papi la había sacado de la piscina, y se había quedado así: dañada, con funcionamiento cerebral mínimo. Y durante todo el tiempo en que yo la había creído muerta, había estado viviendo en una institución médica, en Connecticut. Mami era toda una dama, muy señora ella pero no era fuerte, no sabía cómo enfrentarse a la adversidad.

»El abogado me dijo que se daba cuenta de que aquello me llegaba como un auténtico shock, que lamentaba que yo me sintiese mal, por creer que todos me habían estado mintiendo; pero que aquello era lo que Papi y Mami habían creído mejor. Sin embargo, ahora mis padres habían desaparecido y, dado que yo era su pariente más próximo, Shirlee era responsabilidad mía. Pero aquello no tenía que convertirse en una carga para mí. Él…, su firma legal, asumirían la tutoría de mi hermana, se ocuparían de todas las cuestiones financieras, administrarían su fondo en fideicomiso, para asegurarse de que siguiesen siendo pagados sus gastos médicos. No había ninguna necesidad por mi parte de alterar mi forma de vida. Tenía unos papeles que yo debía firmar, y ellos se ocuparían del resto.

»Me desbordó una ira de la que no me creía capaz, comencé a gritarle allá mismo, en la Quinta Avenida, exigiendo verla. Trató de convencerme para que no lo hiciera, me dijo que debía al menos esperar hasta que se me pasara el shock. Pero yo insistí, tenía que verla de inmediato. Pidió una limusina. Viajamos a Connecticut. El sitio era grande y de aspecto agradable: una vieja mansión de piedra, prados bien cuidados, un gran porche-solario, enfermeras con uniformes almidonados, doctores con acento alemán. Pero ella necesitaba algo más que esto: necesitaba ver a su compañera. Le dije al abogado que ella se iba a venir conmigo a mi regreso a California, así que la tuviesen preparada para viajar en una semana.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Compañera Silenciosa»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Compañera Silenciosa» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Jonathan Kellerman - Devil's Waltz
Jonathan Kellerman
Jonathan Kellerman - Billy Straight
Jonathan Kellerman
Jonathan Kellerman - Obsesión
Jonathan Kellerman
Jonathan Kellerman - Test krwi
Jonathan Kellerman
Jonathan Kellerman - Compulsion
Jonathan Kellerman
Jonathan Kellerman - Dr. Death
Jonathan Kellerman
Jonathan Kellerman - True Detectives
Jonathan Kellerman
Jonathan Kellerman - Evidence
Jonathan Kellerman
Jonathan Kellerman - The Conspiracy Club
Jonathan Kellerman
Jonathan Kellerman - Rage
Jonathan Kellerman
Jonathan Kellerman - Gone
Jonathan Kellerman
Отзывы о книге «Compañera Silenciosa»

Обсуждение, отзывы о книге «Compañera Silenciosa» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x