Douglas Preston - Venganza

Здесь есть возможность читать онлайн «Douglas Preston - Venganza» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Триллер, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Venganza: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Venganza»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Cuando tenía once años Gideon Crew fue testigo del brutal asesinato de su padre. Veinte años después, está decidido a cumplir la promesa que le hizo a su madre: honrar la memoria de su padre, un científico acusado injustamente por el gobierno de Estados Unidos de ser el responsable de una serie de graves errores de encriptación. Gideon no sólo revelará la verdad, además llevará a cabo su venganza.
Sin embargo, aunque consiga acabar con el ejecutor de su padre, su peripecia no ha hecho más que empezar. Los servicios secretos se han fijado en su peculiar talento, su sangre fría, su ilustre historial como ladrón de obras de arte y un secreto que acabará poniéndolo entre la espada y la pared.
Gideon Crew es un protagonista singular embarcado en una historia trepidante; un agente no oficial de los servicios secretos a la caza de los planes secretos de un científico para construir un arma de tecnología revolucionaria. La novela marca el inicio de una nueva serie trepidante.

Venganza — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Venganza», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

– ¡Eh! ¿Quién va? -gritó el vigilante, asomándose por la puerta abierta y sin atreverse a salir. En su voz se apreciaba miedo.

Gideon aguardó.

Una alarma empezó a sonar -el guardia la había conectado al instante- y, en menos de cinco minutos, llegaron tres coches patrulla que se detuvieron junto a la acera. De ellos se apearon seis agentes.

Gideon sonrió, cuantos más fueran, mayor sería la diversión.

Se repartieron la zona, de modo que tres de ellos empezaron a registrar el interior del almacén mientras los demás buscaban en el aparcamiento. Ninguno se tomó la molestia de trepar a los montones de chatarra que formaban los coches. Gideon observó cómo hurgaban aquí y allá con sus linternas durante media hora, mientras él se entretenía rememorando la compleja armonía del bajo de la pieza de Cecil Taylor que había escuchado la noche anterior. A continuación, los agentes inspeccionaron el perímetro de la valla, pero, tal como esperaba, no vieron la discreta abertura que había practicado.

Entretanto, los otros tres policías y el vigilante entraban y salían del almacén sin molestarse en cerrar o conectar la alarma de la puerta en su apresuramiento. Una vez concluida la búsqueda, los seis agentes se reunieron con el vigilante junto a sus coches y desde allí llamaron por radio a la comisaría.

Gideon bajó del montón de chatarra, cruzó el aparcamiento corriendo y se aplastó contra la pared del almacén; desde allí se arrastró hasta la puerta, que seguía medio abierta, y se deslizó dentro. Manteniéndose en las sombras, encontró un lugar donde ocultarse, tras dos hileras de jaulas de seguridad que contenían los restos de un coche cada una. Dentro hacía calor, y el aire estaba cargado con olor de gasolina, aceite y neumáticos quemados.

Pasaron otros quince minutos hasta que el vigilante regresó. Entró, cerró la puerta y conectó la alarma. Gideon lo observó mientras cruzaba el almacén y se sentaba en una zona iluminada del otro extremo, donde había una mesa, una silla, una batería de monitores y… un televisor.

Como no podía ser de otra manera, el centinela no tardó en encenderlo y en apoyar los pies sobre la mesa para ponerse cómodo. Era una vieja serie cómica y, cada pocos segundos, sonaban risas enlatadas. Gideon aguzó el oído. ¿Era posible que estuviera escuchando la voz chillona de Lucille Ball y las roncas respuestas de Ricky Ricardo? Que Dios bendijera a los sindicatos que habían luchado para que los empleados municipales que hacían el turno de noche pudieran disponer de televisión.

Gideon se arrastró a gatas a lo largo de las jaulas hasta que encontró la que contenía el Ford. Sacó las tenazas y un trozo de tela con el que envolvió la malla metálica. Esperó a que volvieran a sonar las risas y apretó con fuerza. Envolvió el siguiente eslabón y fue repitiendo el procedimiento.

Acabó justo cuando el programa finalizaba con su habitual música seudocaribeña. Apartó la malla y entró en la jaula.

El coche estaba hecho un completo desastre. Lo habían cortado en distintos trozos que estaban tan retorcidos que apenas se podían identificar como pertenecientes a un automóvil. Seguía manchado de sangre y restos humanos y hedía como una carnicería en un día de verano. Gideon se arrastró alrededor de los restos y localizó la zona del asiento trasero donde se había sentado Wu. Entró como pudo. Estaba pegajoso de sangre.

Haciendo lo posible para no sentir demasiado asco, se obligó a meter las manos por los resquicios del asiento. Enseguida dio con algo pequeño y duro. Lo cogió, lo guardó en una bolsa hermética que sacó del bolsillo y la cerró con sensación de triunfo.

Un móvil.

21

En los cuatro años que Roland Blocker llevaba haciendo el turno de noche en el almacén, nunca había ocurrido nada. Absolutamente nada. Noche tras noche era la misma rutina, las mismas rondas, el mismo reconfortante desfile de viejas series y comedias de televisión en blanco y negro. A Blocker le gustaba la paz y el silencio de aquel almacén, con sus pesadas puertas de hierro, sus alarmas y sus cámaras que escrutaban incansablemente, todo rodeado por una valla de seguridad rematada con alambre de espino. Nunca lo habían molestado, no había habido ningún intento de robo. Nada. Al fin y al cabo, no había nada que robar -ni dentro ni fuera- aparte de vehículos destrozados, coches que se habían sacado del fondo del río con cadáveres en su interior, coches quemados, tiroteados o utilizados para el tráfico de drogas.

Sin embargo, en esos momentos, después de que los agentes se hubieran marchado, tenía miedo por primera vez. Era por aquella extraña voz que había oído en el exterior. Pero ¿la había oído de verdad? Los policías que habían acudido a la llamada de la alarma le habían dado a entender que quizá estaba dando una cabezada y lo había soñado. Aquello lo indignó, porque jamás se había dormido en el trabajo. Las cámaras de vigilancia nunca dejaban de funcionar y solo Dios sabía quién revisaría posteriormente las grabaciones.

Yo amo a Lucy había acabado, y el siguiente programa de la lista era Los nuevos ricos , el favorito de Blocker. Intentó relajarse mientras sonaban los primeros compases del tema principal. El sonido de los banjos y el exagerado acento de las montañas siempre le hacían sonreír. Se inclinó para subir el aire acondicionado y ajustar las salidas para que le dieran directamente en la cara.

Entonces oyó el ruido, un «clinc», como si una pieza metálica hubiera caído en el suelo de cemento del almacén. Quitó los pies de la mesa, buscó torpemente el mando a distancia y bajó el volumen para poder oír mejor.

«Clang.» El sonido se repitió. Más cerca, esta vez. El corazón empezó a latirle con fuerza. Primero la voz, y después aquello. Examinó las pantallas de los monitores, pero no le mostraron nada raro.

¿Debía hacer sonar la alarma otra vez? No, los agentes no lo dejarían tranquilo después de eso. Pensó en llamar a voces, pero se dio cuenta de que era absurdo: si había un intruso en el almacén, lo último que haría sería contestar.

Se levantó lentamente de la silla, cogió la linterna y se dirigió hacia donde había oído el segundo sonido. Se movía con cautela, con la mano derecha en la culata de la pistola.

Llegó a la zona de donde procedía el ruido y la barrió con la luz de la linterna. El lugar estaba lleno de palés repletos de viejas piezas de coche envueltas en plástico y etiquetadas: antiguas pruebas que llevaban allí años pero que, por alguna razón, no se podían tirar todavía.

Nada. Estaba nervioso, asustado por lo ocurrido antes. Eso era todo. Quizá solo fueran ratas que se habían colado en el almacén. Volvió a su pequeño despacho, se sentó y subió el sonido del televisor… más fuerte que antes. El ruido lo reconfortaba. Era el episodio en que el banquero fingía un ataque de pieles rojas contra la mansión de los Clampett, uno de sus favoritos. Abrió una lata de Diet Coke y se dispuso a pasar un buen rato.

«Clang.»

Se incorporó de golpe, apagó el televisor y escuchó atentamente.

«Clang.»

Era un ruido tan regular que parecía antinatural y deliberado. Y provenía de la misma maldita zona de antes. Los monitores de las cámaras seguían sin mostrarle nada. Una vez más rechazó la idea de hacer sonar la alarma.

Se levantó y cogió la linterna con la mano izquierda mientras quitaba el seguro de la pistolera con la derecha y acariciaba la culata con los dedos. Se acercó nuevamente al rincón de donde provenían los sonidos y se detuvo, esperando a oírlos de nuevo. Nada. Siguió avanzando, con intención de mirar detrás de los palés, para ver si algo o alguien se había escondido entre ellos y la pared.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Venganza»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Venganza» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Douglas Preston - The Obsidian Chamber
Douglas Preston
libcat.ru: книга без обложки
Douglas Preston
Douglas Preston - Riptide
Douglas Preston
Douglas Preston - Brimstone
Douglas Preston
Douglas Preston - Still Life With Crows
Douglas Preston
Douglas Preston - Impact
Douglas Preston
Douglas Preston - Extraction
Douglas Preston
Douglas Preston - Gideon’s Sword
Douglas Preston
Douglas Preston - Gideon's Corpse
Douglas Preston
Douglas Preston - Cold Vengeance
Douglas Preston
Отзывы о книге «Venganza»

Обсуждение, отзывы о книге «Venganza» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x