Petros Márkaris - Con el agua al cuello

Здесь есть возможность читать онлайн «Petros Márkaris - Con el agua al cuello» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Триллер, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Con el agua al cuello: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Con el agua al cuello»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Un caluroso domingo del verano de 2010, el comisario Jaritos asiste a la boda de su hija Katerina, esta vez por la Iglesia y con fanfarria musical. Al día siguiente, poco después de llegar a Jefatura, le informan del asesinato de Nikitas Zisimópulos, antiguo director de banco, degollado con un arma cortante.
El macabro homicidio coincide con una campaña que alguien, amparándose en el anonimato, ha emprendido contra los bancos, animando a los ciudadanos a que boicoteen a las entidades financieras y no paguen sus deudas e hipotecas. Lo cierto es que Grecia, al borde de la bancarrota, pasa por un momento muy crítico, y la población no duda en salir a la calle para quejarse de los recortes en sueldos y pensiones.
Para colmo, Stazakos, el jefe de la Brigada Antiterrorista, sostiene que el asesinato de Zisimópulos podría ser obra de terroristas. Jaritos, en desacuerdo con esa hipótesis, tendrá que apañárselas con sus dos ayudantes para enfrentarse a un asesino cuyos crímenes apenas acaban de empezar.

Con el agua al cuello — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Con el agua al cuello», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Esta peculiar decoración no es una cuestión de gustos sino de presupuesto. El sueldo de médico de la sanidad pública limita a Fanis a lo imprescindible. Podrían haber buscado un piso más barato en otro barrio, pero él quería vivir cerca del Hospital Estatal General, donde trabaja. Además, para llenar el resto del piso no necesitan demasiados muebles. Al contrario. En el dormitorio apenas cabe una cama de matrimonio y una mesilla de noche, que utiliza Katerina, porque tiene la costumbre de leer antes de dormir. Fanis, en cambio, según sus propias palabras, cae dormido como un tronco en cuanto su cabeza toca la almohada.

Estamos invitados a su casa para la primera comida familiar, que se celebra en dos tandas. Ayer les tocó a los padres de Fanis, hoy a nosotros.

– No podíamos invitaros a todos a la vez -explica Katerina-. Con los suegros, seríamos seis. Además de Margarita, la tía de Fanis, y su marido… Para empezar, no tenemos ni sillas para ocho. Después, tampoco la cocina se presta para preparar comida para ocho y, para terminar, yo no soy todavía tan buena cocinera. Pero, para cuatro, algo se puede hacer.

Miro de reojo a Adrianí y veo que está inmersa en la contemplación del parque para evitar recriminar a Katerina: «Si me hubieras dejado que te enseñara a cocinar un poco, ahora no tendrías este problema».

– Según cómo se mire, es mejor así -comenta Fanis.

– ¿Por qué lo dices? -se extraña Katerina.

– Porque mis padres y mis tíos habrían acribillado a tu padre con preguntas sobre la policía y con quejas sobre lo mal que lo hace todo.

Sigue un silencio de asentimiento, porque sabemos que tiene razón, mientras yo agradezco la falta de espacio en el piso de los recién casados, que me ha librado de esa murga.

Katerina se dirige a la cocina para buscar la comida. Adrianí se levanta enseguida para ayudarla, pero Katerina le ordena que vuelva a sentarse. Quiere hacerlo todo ella sola, no porque necesite demostrar algo, sino porque así se ha acostumbrado a lo largo de los años de su vida de soltera. Adrianí lo interpreta como instinto de ama de casa y se conforma.

Fanis nos acompaña a la terraza. Es pequeña aunque bastante ancha. Enseguida me doy cuenta de que está decorada más prolíficamente que la vivienda. En el centro hay una mesa de hierro forjado, sillas de lona a ambos lados y, un poco más allá, una tumbona de madera como las de antes. El resto de la terraza está cubierta de plantas, sin flores, pero con muchos arbustos.

– ¿Quién las riega? -pregunta Adrianí.

– Katerina y yo, en proporción de uno a tres -responde Fanis riéndose.

– ¿Qué quieres decir?

– Que por una vez que riega Katerina, yo lo hago tres, porque ella se hace cargo de la cocina mientras que yo sólo preparo el café del desayuno.

Cuando volvemos a la sala de estar, la mesa está puesta y Katerina hace su entrada con el primer plato.

– Suflé de alcachofas -dice sin dirigirse a nadie en particular pero mirando de reojo a su madre-. De segundo, he preparado ternera al limón con arroz.

Adrianí no comenta la elección de menú, sino que espera pacientemente hasta que estemos todos servidos y Fanis llene nuestras copas de vino. Ya al primer bocado, Fanis y yo nos deshacemos en elogios. Aunque se haya pasado un poco con la sal, esta comida es un milagro para Katerina, acostumbrada a alimentarse con espaguetis y salsas de bote.

– Te felicito, hija mía, has aprendido a cocinar -dice Adrianí. No le ha dicho que la comida es deliciosa, sólo que ha aprendido a hacerla. Esto, en términos de Adrianí, puede significar dos cosas: que hacen falta años de práctica para aprender a cocinar bien, o que no está nada mal para una autodidacta-. ¿Dónde has aprendido a hacer el suflé? -La pregunta más bien confirma la segunda posibilidad.

Katerina se echa a reír.

– Vamos, mamá. Cada fin de semana los periódicos están llenos de recetas de cocina.

– Me lo imaginaba. Por eso te he traído un regalito. -Abre el bolso y saca un pequeño cuaderno escolar-. Son las recetas de las comidas que te gustaban cuando comías en casa. Las he escrito a mano.

Katerina abre el cuaderno y echo un vistazo. Está escrito con aquellas letras de caligrafía redonda que enseñaban en las escuelas cuando Adrianí estudiaba en primaria. Katerina también se da cuenta. Se abalanza sobre su madre y la abraza con fuerza.

– Gracias, mamá -dice, a punto de echarse a llorar. Se contiene, sin embargo, y consigue bromear-: Me vendrán muy bien ahora que comeremos más en casa.

– ¿Habéis decidido hacer régimen? -pregunto en tono jocoso, porque sé que acostumbran a cenar fuera noche sí, noche no.

– Régimen, no. Ayuno total. Vivimos con el sueldo de Fanis porque, como ya sabes, yo no gano ni un duro con las prácticas. Con las medidas de ajuste, a Fanis le han recortado el veinte por ciento del sueldo, más o menos, y tenemos que ir con cuidado.

Adrianí me mira con una mezcla de inquietud y reprobación mientras yo desearía darme con la cabeza en las paredes; ni se me ha ocurrido que, al margen de las fiestas y las ceremonias nupciales, mi hija y mi yerno se están apretando el cinturón.

– ¿Por eso no habéis ido de luna de miel? -pregunta Adrianí.

– No, no. Hemos pospuesto el viaje porque uno de los pacientes de Fanis nos ha invitado a pasar dos semanas en Sifnos, en uno de sus hoteles -explica Katerina.

– Jaris Tsolakis, ya le conoces -me dice Fanis.

– ¿Yo? ¿De qué le conozco? ¿De cuando estuve hospitalizado?

– No, de la boda. Era el que iba en silla de ruedas. Tiene una cadena de hoteles en varias islas, que dirige su hermana. Él se ocupa sólo de los temas más importantes, porque su salud no le permite trabajar demasiado.

Se produce un largo silencio, porque sabemos que el tema de las vacaciones no es más que un paréntesis. A todos, sobre todo a Katerina, nos preocupa otra cosa.

– Dentro de dos meses termino las prácticas -dice-. Pero ¿qué pasará después? Mi única esperanza es aquella solicitud que presenté al Ministerio de Justicia. Abrir mi propio bufete está descartado.

– Veré lo que puedo hacer -le digo, aunque sin demasiada convicción.

– No te preocupes. Con la crisis, no nombrarán a nadie.

– Cuando terminé la especialidad, también yo tuve que esperar tres años hasta obtener la plaza, y eran tiempos mejores -dice Fanis y se vuelve hacia Katerina-: No te agobies, viviremos con lo que tengamos. Además, sólo hay un camino para Grecia: ¡marcha atrás a toda velocidad!

– Quizá eso tenga sus ventajas, hijo mío -se entromete Adrianí y suelta una de sus sentencias-: El ave fénix siempre renace de sus cenizas.

– He dicho marcha atrás, no marcha militar, señora Adrianí -replica Fanis con una sonrisa.

– También nosotros éramos pobres en la época de la dictadura -afirma Adrianí, y no le falta la razón.

Subimos al coche en silencio, pensando en Fanis y Katerina. El Seat dispone de GPS, una prestación que venía ya con el coche. Hubiese preferido que me regalaran cualquier otro dispositivo, porque conozco casi todas las calles de Atenas y raras veces necesito el GPS. Como griego auténtico que soy, sin embargo, lo ajusto cada vez que utilizo el coche, para aprovechar el servicio gratis. Es lo que hago ahora. Además, así combato este incómodo silencio.

– Si hubiera buscado trabajo en cuanto le dieron el título, ahora no pasaría estas angustias. -Adrianí rompe el silencio sin apartar la vista de la calzada-. Pero, claro, quería doctorarse…

– ¿Te parece mal que hoy en día una chica joven quiera prolongar sus estudios? -pregunto con tranquilidad fingida, porque sé que, en parte, la indirecta va dirigida contra mí.

– A doscientos metros, gire a la derecha -dice la voz femenina del GPS. Paso de todo y sigo recto.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Con el agua al cuello»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Con el agua al cuello» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «Con el agua al cuello»

Обсуждение, отзывы о книге «Con el agua al cuello» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x