Juan Millas - Dos Mujeres En Praga

Здесь есть возможность читать онлайн «Juan Millas - Dos Mujeres En Praga» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Триллер, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Dos Mujeres En Praga: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Dos Mujeres En Praga»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Esta obra obtuvo por unanimidad el Premio Primavera 2002, convocado por Espasa Calpe y Ámbito Cultural, y concedido por el siguiente Jurado: Ana María Matute, Ángel Basanta, Antonio Soler, Ramón Pernas v Rafael González Cortés.
Luz Acaso es una solitaria y misteriosa mujer de mediana edad que decide acudir a un taller literario para que un profesional escriba la historia de su vida. Una novela de intriga apasionada que nos invita a contener la respiración y a vislumbrar los territorios ocultos, y casi siempre negados de la existencia.
Lo mejor del libro es la habilidad retorica de Millas para justificar la equidistancia entre ficcion y realidad, las coincidencias inverosimiles, los solapamientos de los personajes […] Hay una constante duda en los personajes que es la metafora de una duda mas profunda: que punto de ficcion tiene lo real. La duda se resuelve con la novela misma: todo es, en definitiva, literatura.
Joaquin Fortanet, `Lateral`. Mayo 2002.

Dos Mujeres En Praga — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Dos Mujeres En Praga», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Ya en casa, coloqué la urna sobre la mesa de trabajo y al lado de ella el sobre con los billetes que anticipaban todo este horror en el que me encontraba envuelto. El sobre, con el paso de los días, había adquirido cierta calidad de sudario. Me daba aprensión tocarlo, pues también el dinero, en su interior, parecía dotado de

la plasticidad de la carne. Yendo de un objeto a otro, y de ellos a las cuartillas vacías, que parecían también una mortaja en la que permanecía envuelto el cadáver de mi escritura, me llené de remordimientos, madre. No sólo de remordimientos hacia ti, sino hacia mí mismo, pues todo en la vida lo había hecho de aquel modo improvisado, torpe, con el que también recuperé tus cenizas o me comprometí a escribirte esta carta. Tal vez si hubiera cumplido los trámites burocráticos para acceder legalmente al columbario y hubiera firmado un contrato normal con el editor, sin dinero físico por medio, habría sido capaz también de escribir una carta común. Tampoco se trataba de hacer nada especial. Era un trabajo de encargo, como tantos de los que se aceptan por dinero. No sé por qué nunca me ha bastado el dinero, por el que tú tanto sufriste en vida. Siempre pido a la escritura que me proporcione también algún grado de desasosiego. Nunca me he conformado con pagar el alquiler, el pan, los cigarrillos (ahora de nuevo los cigarrillos), el alcohol, las putas, sino que he procurado obtener también de mi trabajo unas cantidades de arrepentimiento, que constituían a la vez el motor para seguir escribiendo. Siempre fueron un circuito cerrado la escritura y el remordimiento. Cada uno se alimentaba del otro, y los dos de mí. Pedí el dinero en metálico para arrepentirme

de ello, pues había pensado gastármelo en excesos sexuales. En defectos sexuales más bien, si se tienen en cuenta mis inclinaciones venéreas. Pero los beneficios de la prostitución, pensé, hay que reinvertirlos en la prostitución. Entonces sonó el teléfono.

– ¿Cómo va la carta? -preguntó el editor al otro lado. -Estoy trabajando en ella -dije-. Dame aún unos días.

– Una semana. Sólo falta la tuya. Pero si prefieres devolverme el dinero -añadió con cierto desdén-, a mí me da lo mismo. Haz lo que quieras.

Bajé a un bar cercano, tomé un bocadillo, compré un paquete de tabaco y volví a casa dispuesto a escribirte la carta de un tirón. Pero el circuito del remordimiento y la escritura se había quebrado en algún punto. No lograba colocar dos frases seguidas. A media tarde, rompí el frágil precinto de la urna y tomé un puñado de tus cenizas que guardé en el bolsillo de la chaqueta. Todavía recuerdo su tacto polvoriento. Polvo eres y en polvo te convertirás, nos decía el cura el miércoles de ceniza, cuando me llevabas a la iglesia de la mano, y nos dibujaba, también a manera de anticipo, aquella cruz gris sobre la frente. Luego abrí el sobre y cogí unos billetes. Me fui a la calle con las solapas de la chaqueta subidas y busqué a una prostituta madura de la que llevaba meses intentando deshabituarme. No tuve que caminar mucho, pues vivo en un barrio donde se ejerce la prostitución. Un escritor, habrías pensado tú, debería vivir más cerca de la Biblioteca Nacional que de los burdeles, y es cierto, pero es que los burdeles están muy cerca también de la Biblioteca Nacional, algo deben de tener en común las putas y los libros.

La mujer estaba en su esquina, muerta de frío, y se alegró de verme. -Hoy te lo haría gratis -dijo- con tal de encontrar una excusa para irme a casa.

La comprendí porque yo también buscaba continuamente excusas para no escribir. Muchos días escribiría gratis con tal de no escribir, pero los escritores no hemos resuelto cómo escribir sin escribir, aunque sea gratis. Eso es lo que nos llevan las putas de ventaja, que sí son capaces de hacerlo y a veces hasta te regalan lo que no te hacen. De hecho, cuando llegamos a su apartamento comprendí que ni ella ni yo teníamos ganas de nada que no fuera tumbarnos boca arriba en la cama y fumar un cigarrillo detrás de otro, contemplando el techo, viendo cada uno en sus sombras las formas de su remordimiento.

– ¿No quieres nada? -dijo ella arrebujándose para combatir el frío. El contacto con sus pies me recordó el tacto helado de la urna cuando la saqué del columbario.

– Nada, pero te pagaré, no te preocupes. He conseguido un poco de dinero negro. No hace falta que lo declares.

– ¿Estás loco? Nunca lo he declarado.

Me habría gustado que compartiéramos el cigarrillo, igual que los amantes en las películas, pero ella se empeñó en que fumara cada uno del suyo, porque le tiene miedo, como todas las putas, a la respiración de los clientes (mi editor también: por eso echa el respaldo de la silla hacia atrás). A mí se me caía la ceniza cada poco entre las sábanas, de modo que en un momento dado comencé a llorar.

– ¿Qué te pasa ahora? -preguntó ella.

Le conté que esa misma mañana había recuperado las cenizas de mi madre y que no sabía qué hacer con ellas, aunque a mi madre le habría gustado que las arrojara al mar.

– Tíralas por el retrete -dijo-, mucha gente lo hace. Tarde o temprano llegan al mar. El año pasado estuve en el Mediterráneo y parece una cloaca.

Estaba irritable, de otro modo no me habría dicho eso, creo yo. Pero no me enfadé. En cierto modo me parecía más noble la relación que tenía ella conmigo que la que había establecido yo con mi editor.

– Conozco a otro escritor -añadió-, que se echa a llorar también por nada. Sois unos flojos.

– No es que seamos flojos -dije-, sino que la vida nos debe algo que a medida que pasa el tiempo tenemos menos esperaza de cobrar.

Pero para problemas, claro, los de ella, los de la puta. Yo ya conocía su historia, pero volvió a contármela para competir con mi sufrimiento. Tenía una hija en Francia, estudiando Farmacia.

– Y no sabe a lo que me dedico -añadió-. Cree que vendo joyas, fíjate. Eso es un problema y no lo de las cenizas de tu madre. Si yo fuera escritora, hablaría de cosas reales, como la de tener en Francia una hija que se cree que su madre vende joyas. He tenido que aprender a distinguir un rubí de un diamante, ya ves tú. ¿Sabes en qué se diferencian?

Le dije que no y me dio una lección de minerales cristalizados y piedras preciosas sin dejar de contemplar el techo. En algún momento, para referirse al rubí, creo, empleó la palabra carbunclo, o carbúnculo, con cuya pronunciación disfrutaba como si tuviera en la boca un caramelo.

– Se dice de las dos formas -aclaró-, aunque a mí me gusta más carbunclo.

– Parece una enfermedad -dije yo-. Si me dicen que alguien se ha muerto de un carbunclo, o de un carbúnculo, me lo creo.

– Pues no es una enfermedad, ya ves tú. No me amargues el día.

Estuvimos dos horas, en fin, intercambiando problemas, pero siempre perdía yo. Además, me había humillado su modo de documentarse sobre el universo de las joyas para engañar a su hija. Yo jamás había estudiado tanto para hacer más verosímil una novela. Era una mujer honrada, quiero decir. De repente, comprendí el sentido de la palabra honradez y entendí por qué tenía una adicción tan grande por aquella puta, que, no sé si te lo he dicho, madre, se llamaba o se hacía llamar Marisol, igual que tú.

Pasadas dos horas, quizá tres, Marisol se quedó dormida y yo me levanté. Dejé el dinero que suele cobrarme sobre la mesa, pisado por un jarrón, como hacía siempre, y luego tomé del bolsillo de la chaqueta las cenizas que había extraído de la urna y las arrojé en el lavabo de su cuarto de baño, abriendo el grifo para que se escaparan por el sumidero. En días sucesivos, pensé, iría desprendiéndome de ese modo del dinero negro y de las cenizas. Cuando no me quedara ni una cosa ni otra, quizá pudiera volver a ganarme la vida, a vender mi escritura con la honradez con la que aquella puta vendía su cuerpo.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Dos Mujeres En Praga»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Dos Mujeres En Praga» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «Dos Mujeres En Praga»

Обсуждение, отзывы о книге «Dos Mujeres En Praga» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x