John Le Carré - La Casa Rusia

Здесь есть возможность читать онлайн «John Le Carré - La Casa Rusia» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Триллер, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

La Casa Rusia: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «La Casa Rusia»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Esta extraordinaria novela cuenta la peripecia de Barley Blair, un modesto editor británico, aficionado al jazz, bebedor y negligente, que fortuitamente se ve envuelto en una trama de espionaje internacional y en una intensa relación amorosa… De visita en Moscú, en el transcurso de una fiesta se gana las simpatías espontáneas de un extraño ruso que pretende salvar a su país pasando información militar de alto secreto a Occidente. Lo que parece simple anécdota adquiere un giro inesperado cuando, más tarde, Katya, una hermosa joven rusa, envía a Blair un manuscrito que contiene sorprendentes revelaciones acerca del sistema de defensa soviético. El manuscrito cae en manos de la inteligencia británica y, tras un minucioso operativo, se comprueba su veracidad. Blair se convierte en improvisado espía, vuelve a Moscú y conoce a Katya… pero quizá ya sea demasiado tarde. De un lado sometido a las presiones del servicio secreto británico y sus aliados de la CIA, y del otro, a las de sus informadores soviéticos, idealistas y románticos empeñados en un desesperado intento de disolver los dos bloques a impulsos de la perestroika, Blair se enfrenta a un terrible dilema moral…

La Casa Rusia — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «La Casa Rusia», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Todos esperaron, esperé yo también, y habríamos esperado toda la noche y no se habría oído el crujir de una silla ni el carraspear de una garganta mientras Barley escrutaba su memoria en busca de una Katya.

– La vieja bruja de Aurora -continuó Barley-. Trató de colocarme unas láminas artísticas de pintores rusos. No piqué. Las tías habrían montado en cólera.

– ¿Aurora? -preguntó Clive, sin saber si se trataba de una ciudad o de una agencia oficial.

– Editores.

– ¿Recuerda su otro nombre?

Barley meneó la cabeza, con la cara todavía oculta.

– Barba -dijo-. Katya de la barba. Treinta a la sombra.

La rica voz de Bob poseía una calidad estereofónica, y la habilidad de cambiar por sí sola las cosas.

– ¿Quiere leerla en voz alta, Barley? -preguntó, con el tono de camaradería de un viejo amigo-. Quizás el leerla en voz alta le refresque la memoria. ¿Quiere intentarlo, Barley?

Barley, Barley, todo el mundo amigo suyo, excepto Clive, que ni una sola vez, que yo recuerde, le llamó nada más que Blair.

– Sí, hágalo, ¿quiere? Léala en voz alta -dijo Clive, haciendo de ello una orden, y, para mi sorpresa, Barley pareció considerarlo buena idea. Irguiéndose con un rígido movimiento de la espalda, dispuso el busto de tal modo que tanto la carta como su rostro quedaban a la luz. Frunció el ceño como antes y empezó a leer en voz alta, con tono de estudiada perplejidad.

– Mi querido Barley -ladeó la carta y empezó de nuevo-. Mi querido Barley: ¿Recuerdas la promesa que me hiciste una noche en Peredelkino mientras nos hallábamos en la galería de la dacha de nuestros amigos y nos recitábamos el uno al otro la poesía de un gran místico ruso que amaba a Inglaterra? Tú me juraste que siempre prefreirías la Humanidad a las naciones y que cuando llegase el momento te comportarías como un ser humano decente.

Había vuelto a detenerse.

– ¿No es verdad nada de eso? -preguntó Clive.

– ¡Ya le he dicho que nunca he estado con esa tipa!

Había en la negativa de Barley una energía y un vigor antes inexistentes. Estaba rechazando algo que le amenazaba.

– Así que ahora te pido que cumplas tu promesa, aunque no en la forma que podríamos haber imaginado la noche en que consentimos en hacernos amantes. Chorradas -murmuró-. Esta tía lo confunde todo. Te ruego qu e enseñes este libro a personas inglesas que piensen igual que nosotros. Publícalo por mí, utilizando los argumentos que expresaste con tanto ardor. Enséñaselo a tus científicos y artistas e intelectuales, y diles que es la primera piedra de un gran alud y que ellos deben arrojar por sí mismos la siguiente. Diles que con la nueva apertura podemos actuar juntos para destruir la destrucción y castrar al monstruo que hemos creado. Pregúntales qué es más peligroso para la Humanidad, someterse como un esclavo o resistir como un hombre. Compórtate como un ser humano decente, Barley. Amo a la Inglaterra de Herzen ya ti. Tu amante K. ¿Quién diablos es ella? Está completamente tarumba. Los dos lo están.

Dejando la carta sobre la mesa, Barley se dirigió con pasos inciertos hacia el extremo oscuro de la estancia, maldiciendo por lo bajo y golpeando el aire con su puño derecho.

– ¿Qué diablos se propone la mujer? -protestó-. Ha tomado dos historias completamente distintas y las ha mezclado. Y, de todas maneras, ¿dónde está el libro?

Había recordado nuestra presencia y estaba de nuevo vuelto hacia nosotros.

– El libro está a salvo -respondió Clive, mirándome de soslayo.

– ¿Dónde está, por favor? Es mío.

– Nosotros pensábamos más bien que era del amigo de ella -dijo Clive.

– Me ha sido confiado a mí. Ya ha visto lo que él escribió. Yo soy su editor. Es mío. No tienen ustedes ningún derecho sobre él.

Se había posado con los dos pies justamente en el terreno en que no queríamos que entrase. Pero Clive fue rápido en distraerle.

– ¿Él? -repitió Clive-. ¿Quiere decir que Katya es un hombre? ¿Por qué dice él? Realmente, nos está usted desconcertando. Es usted una persona desconcertante, supongo.

Yo había estado esperando que el estallido se produjese antes. Había percibido ya que la sumisión de Barley era una tregua, no una victoria, y que cada vez que Clive la refrenaba le empujaba un poco más a la rebelión. Así que, cuando Barley se acercó a la mesa, se inclinó sobre ella y levantó flojamente las manos con las palmas hacia arriba, desde los costados, en lo que muy bien podría haber sido un dócil gesto de desvalimiento, yo no esperaba precisamente que fuese a ofrecer a Clive una respuesta dulcemente razonada a su pregunta. Pero ni yo mismo había imaginado la intensidad de la detonación.

– ¡No tiene usted ningún derecho! -rugió Barley directamente en la cara de Clive, golpeando con las palmas de las manos la mesa con tanta fuerza que mis papeles saltaron delante de mí. Brod acudió corriendo desde el pasillo. Ned tuvo que ordenarle que se volviera-. Ése es mi manuscrito. Enviado para mí por mi autor. Para mi consideración en mi propio tiempo. No tiene usted ningún derecho a robarlo, leerlo, ni guardarlo. Así que deme el libro y vuélvase a su cochina isla -agitó un brazo.

– Nuestra isla -le recordó Clive-. El libro, como usted lo llama, no es en absoluto un libro, y ni usted ni nosotros tenemos ningún derecho sobre él -continuó gélida y mendazmente-. No me interesa su preciosa ética de editor. A nadie aquí le interesa. Todo lo que sabemos es que el manuscrito en cuestión contiene secretos militares acerca de la Unión Soviética que, suponiendo que sean ciertos, son vitales para la defensa de Occidente. Hemisferio al cual pertenece usted también…, creo que agradecidamente. ¿Qué haría usted en nuestro lugar? ¿Ignorarlo? ¿Tirarlo al mar? ¿O tratar de averiguar cómo llegó a ser dirigido a un negligente editor británico?

– ¡Quiere que se publique! ¡Que lo publique yo! ¡No que permanezca oculto en sus cámaras acorazadas!

– Exactamente -dijo Clive, volviendo a mirarme.

– El manuscrito ha sido requisado oficialmente y clasificado como materia de alto secreto -dije-. Está sometido a las mismas restricciones que esta reunión. Incluso más.

Mi viejo profesor de Derecho se habría revuelto en su tumba… y me temo que no por primera vez. Pero siempre es maravilloso lo que un abogado puede conseguir cuando nadie conoce la ley.

Un minuto y catorce segundos fue lo que el silencio duró en la cinta, Ned lo midió con su cronómetro cuando volvió a la Casa Rusia. Había estado esperándolo, incluso complaciéndose en aguardarlo, pero empezó a temer haber tropezado con uno de esos enloquecedores fallos que siempre parecen aquejar a las grabadoras en el momento crucial. Pero al escuchar más atentamente captó el zumbido un coche lejano y un retazo de risa femenina llegando hasta la ventana. Para entonces, Barley había descorrido las cortinas y estaba mirando a la plaza. Durante un minuto y catorce segundos, pues, permanecimos contemplando la espalda de Barley, nítidamente recortada sobre la noche lisboeta. Se oye luego un terrible fragor, como el estallido de varios cristales a un tiempo, seguido del surtidor de un pozo petrolífero, y uno supondría que Barley había iniciado su marcha, largo tiempo demorada, llevándose consigo los ornamentales platos portugueses que decoraban la pared y los ondulados jarrones de flores. Pero, en realidad, todo el estruendo era solamente el ruido de Barley al descubrir la mesita de las bebidas, echar tres cubos de hielo en un vaso de cristal y verter sobre ellos una generosa cantidad de whisky escocés, todo ello a cinco centímetros de distancia del micrófono que Brock, con su esmero característico, había ocultado en uno de los compartimientos ricamente tallados.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «La Casa Rusia»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «La Casa Rusia» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «La Casa Rusia»

Обсуждение, отзывы о книге «La Casa Rusia» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x