Karen Rose - No te escondas

Здесь есть возможность читать онлайн «Karen Rose - No te escondas» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Триллер, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

No te escondas: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «No te escondas»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Una mujer se suicida una gélida noche en Chicago.
Sin embargo, cuando el detective Aidan Reagan entra en el apartamento de la víctima, todas las evidencias muestran que ha sido un homicidio y apuntan a una sola persona: la psiquiatra Tess Ciccotelli.
Tess no puede evitar que Aidan la juzgue culpable antes siquiera de escucharla. Pero ella no puede facilitarle la información que la exculparía. Alguien ha atrapado a Tess en una red de desconfianza, engaños y traiciones. Y el cerco sobre ella se estrecha cada vez más.

No te escondas — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «No te escondas», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

– Está muerta, papá. Amy está muerta.

– Tess. -Aidan se acuclilló a su lado y le quitó la navaja de las manos-. Siéntate y respira. -Con rapidez, cortó las cuerdas que ataban a Michael y ayudó al anciano a estirar las extremidades-. Os voy a llevar a los dos al hospital y no protestaréis, ¿de acuerdo?

Michael miró a Tess.

– Si tú vas, yo también.

Ella asintió; se cubría la boca con la mano.

– De acuerdo.

– ¿Tess? ¿Papá? -Vito se deslizó velozmente hasta la puerta abierta y se detuvo en seco-. Santo Dios, Tess. -Se dejó caer de rodillas junto a ella y la estrechó entre sus brazos-. Spinnelli me ha llamado y he llegado cuando aún estabas colgando del alféizar. Creía que ibas a caer. -La estrechó más fuerte y la meció.

Michael abrió los ojos como platos.

– ¿Estabas colgando del alféizar? Santo Dios.

– Pensaba que iba a darme un ataque -dijo Vito con vehemencia-. Mamá y yo estábamos ahí plantados; nos hemos quedado sin respiración. Entonces Amy se ha caído y Reagan te ha ayudado a subir. -Levantó la cabeza con gesto trémulo y miró a Aidan a los ojos-. Gracias.

Aidan consiguió asentir con la cabeza.

– De nada. Yo tampoco tengo claro que pueda volver a respirar con normalidad. -Exhaló un suspiro e hizo una tentativa de inspirar-. Sí, me parece que sí que puedo.

Tess se apartó de Vito poco a poco, se volvió hacia Aidan y apoyó la cabeza en su hombro.

– Me parece que nunca me había alegrado tanto de ver a alguien como cuando te has asomado por el balcón. -Le dio un suave beso en los labios-. Gracias.

Aidan enterró la cabeza en el lateral de su cuello y se estremeció. Todo había terminado. Por fin.

– De nada. Vamos a comprobar que estés bien y nos iremos a casa.

Ella le ladeó la cabeza y lo miró a los ojos, sonriente.

– Esta noche no hay comidita que valga, detective.

La carcajada de Aidan sonó entrecortada.

– Me parece bien. No sería capaz de tragar ni un bocado aunque lo hicieras. Tal vez mañana.

– Eso, mañana.

Sábado, 18 de marzo, 8.30 horas.

Tess, con el corazón acelerado, salió del ascensor a la planta donde se encontraba el despacho de Aidan. Se detuvo un momento y respiró hondo.

– ¿Aún detestas los ascensores, Tess?

Ella levantó la cabeza y vio que Marc Spinnelli la escrutaba con una amable sonrisa en el rostro y una taza de café en la mano.

– Sí, pero creo que ahora detesto más las alturas.

Él hizo una mueca.

– Me parece que es de lo más normal que tengas esa fobia, doctora. -Le pasó el brazo por los hombros-. Anoche no tuve oportunidad de hablar contigo. ¿Estás bien?

– Sí, un poco dolorida nada más. -Se había despertado en la cama de Aidan hacía una hora. Él ya se había marchado y le había dejado una nota en la almohada. «Duerme», le decía. Pero esa mañana necesitaba respuestas. Necesitaba estar con él-. ¿Está Aidan?

Él asintió al comprenderlo.

– Está en la sala de reuniones. Te acompañaré.

Cuando entró, cinco pares de ojos se posaron en ella. Estaban Jack, Rick, Patrick y Murphy. Y también Aidan, que se puso en pie con el entrecejo fruncido.

– Te había dicho que durmieras.

– No podía. -Le mostró el Bulletin de esa mañana-. ¿Habéis visto esto?

Aidan suspiró.

– Sí, lo hemos visto. Siéntate, Tess.

Ella ocupó la silla que le ofrecía y abrió el periódico. Una vez más, miró las letras en negrita. El titular rezaba: UNA ABOGADA DEFENSORA ASESINA. Debajo había dos artículos. El primero era el más extenso y lo firmaba Cyrus Bremin. Explicaba con detalle el papel de Amy en los asesinatos de la última semana que habían culminado con las muertes de Phillip Parks y Keith Brandon. Al fijar la vista en sus fotos Tess experimentó una gran tristeza. Ella también aparecía en una fotografía poco nítida colgando del balcón. La imagen la puso rabiosa y le revolvió el estómago. La noche anterior había soñado con ello; veía sus dedos resbalar poco a poco del alféizar al mismo tiempo que oía sonar a todo volumen las bocinas de los coches que pasaban por la calle. Bien pensado, no era ningún sueño. Era un recuerdo del horrible momento que su mente repetía una y otra vez. Pero estaba viva, a diferencia de las otras trece personas.

El segundo artículo era más corto, pero igual de espeluznante. Amy había estado trabajando para varias de las familias más poderosas del crimen organizado de Chicago, y había ganado mucho dinero sucio ayudándolas a enviar a la cárcel a todos los empleados que no eran de su agrado. Invariablemente esos empleados acababan muertos, lo cual resultaba muy efectivo para disuadir a cualquier persona que estuviera planteándose una traición. Al parecer los empleados relacionaban en cierta manera a Amy Miller con ese destino funesto. De algún modo Joanna Carmichael lo había descubierto, y eso le había costado la vida a su novio.

– Al final ha conseguido el titular que quería -masculló Tess-. Me refiero a Carmichael.

– Pero ¡a qué precio! -replicó Aidan con voz queda-. ¿Estás bien?

«Sí», trató de responder, pero al mirar la portada del periódico dijo:

– No; no estoy bien.

– ¿Cómo se encuentra tu padre, Tess? -preguntó Murphy.

– Está estable. -Consiguió esbozar un amago de sonrisa-. Y de mal humor. Quiere volver a casa. -Su sonrisa se desvaneció-. Y quiere que yo también vaya.

Algo brilló en los ojos de Aidan, pero se limitó a sonreír.

– Ya hablaremos de eso cuando las aguas hayan vuelto a su cauce. ¿Has comido?

– Tu madre me ha obligado. -Tess se había despertado con el olor de huevos fritos con beicon y la natural sonrisa de Becca Reagan, que parecía restar importancia a las situaciones más difíciles. Tess había pasado parte de la noche anterior en el hospital, donde la habían examinado y la habían enviado a casa rápidamente. A su padre sí que lo habían ingresado, por supuesto. Vito y su madre se habían quedado con él. Tess quería quedarse también, pero el hombre no había dejado de insistir en que ella debía marcharse a casa, a dormir. Su casa era la de Aidan.

– ¿Qué descubristeis anoche?

– Que todo lo que cuenta Carmichael en su artículo es cierto. Y más cosas.

– Engañó a hombres inocentes -explicó Patrick con aspereza-. A unos cuantos los procesé yo. Si la policía estaba a punto de descubrir un delito cometido por alguna de las familias, esa familia la contrataba. Ella buscaba a un cabeza de turco y se las arreglaba para que encontraran pruebas, y encima «defendía» al pobre diablo de modo que no tuviera oportunidad de salir bien parado ante la justicia. -Apretó la mandíbula, en su mirada se apreciaba desdén-. Yo nunca sospeché nada, ni Kristen tampoco. Hace unos días nos preocupaban los recursos de apelación por tu causa, y ahora nos enfrentamos a la posible revocación de todos los casos que defendió ella.

– Qué ironía -musitó Tess.

– El hermano de Nicole Rivera era uno de esos inocentes -explicó Aidan-. Lo eligió porque le pareció que Rivera era quien podía imitarte mejor. Se las apañó para que acusaran a Miguel Rivera de asesinato y luego chantajeó a su hermana.

– ¿Está libre el chico? -preguntó Tess.

Aidan asintió.

– Desde anoche.

– Pero su hermana ha muerto -dijo Murphy con abatimiento-. No tiene a nadie.

– Amy Miller la mató. -Tess cerró los ojos-. A ella y a todas las otras personas. Aún no entiendo por qué lo hizo, aparte de porque me odiaba. -El silencio general resultaba incómodo y violento. Tess observó sus rostros-. Decidme por qué; ahora mismo.

– Lo hizo por Jim Swanson, Tess -dijo Aidan con suavidad-. Estaba obsesionada con él.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «No te escondas»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «No te escondas» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «No te escondas»

Обсуждение, отзывы о книге «No te escondas» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x