Craig Russell - Resurrección

Здесь есть возможность читать онлайн «Craig Russell - Resurrección» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Триллер, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Resurrección: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Resurrección»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

En la tercera novela de la serie de Jan Fabel, un temible asesino que cree haberse reencarnado, se venga de aquellos que le traicionaron en una vida anterior…
El detective Jan Fabel y su equipo se enfrentan a una serie de homicidios: un político de izquierdas y homosexual confeso, y un prestigioso científico. Ambos fueron asesinados siguiendo el mismo método: los cuerpos tenían el cuero cabelludo seccionado y, sobre ellos, un pelo rojo teñido en la escena, procedente de la misma cabeza y cortado veinte años antes.
Fabel descubre que las víctimas pertenecían a un grupo anarquista de los años 70. Mientras tanto, los demás miembros del grupo, que habían tratado de dejar atrás su pasado, se dan cuenta de que un temible asesino va tras ellos.

Resurrección — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Resurrección», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

El techo del sótano era sorprendentemente alto. Maria calculó que tendría unos dos metros de altura, y todo aquel espacio había sido reformado para que Grueber lo usara como lugar de trabajo. Había bancos y equipos junto a las paredes, estanterías y armarios metálicos para herramientas. Maria oyó un chirrido metálico continuo y una gran abertura de acero pulido empotrada en una pared con un ventilador girando detrás de un protector de red. Supuso que Grueber había instalado alguna clase de sistema de control de temperatura y humedad. El espacio del sótano estaba interrumpido por una serie de columnas pesadas y cuadradas que evidentemente sostenían las paredes superiores. En el centro del sótano, cuatro columnas hacían las veces de esquinas de una zona cubierta que parecía una suerte de improvisado cuarto de limpieza, con paredes formadas por láminas gruesas y resistentes de plástico semiopaco. Maria sintió que su miedo aumentaba varios grados; estaba claro que ese sector tenía un propósito especial y ella tuvo la nauseabunda sensación de que ese propósito podría tener que ver con su futuro inmediato.

Grueber pareció captar su miedo. Frunció el ceño y había tanto furia como tristeza en su expresión. Extendió la mano y le acarició la mejilla.

– No voy a lastimarte, Maria -dijo-. Yo nunca, nunca te haría daño. No soy un psicópata. No mato sin motivo. Deberías saberlo a estas alturas. Me ha sido dado el don de ver a través de los velos que separan cada vida, cada existencia. Y por eso valoro más la vida… no menos. Los que murieron… lo merecían. Pero tú no. Tampoco Fabel. Por eso no hice detonar la bomba que puse en su coche. Verás, todos estamos unidos. En cada vida, todos volvemos a reunimos para resolver lo que ha quedado pendiente en nuestra reencarnación anterior. Tú, yo, Fabel… hemos estado aquí antes y volveremos a estar aquí. No te preocupes, Maria. No te lastimaré. Sólo que no puedo permitir que obstaculices lo que debe ocurrir esta noche. Esta noche, mi venganza se habrá completado.

– Frank -dijo Maria-. Basta de asesinatos. Deja que termine aquí. Yo cuidaré de ti. Yo te ayudaré.

Él volvió a sonreírle.

– Dulce Maria, no lo entiendes, ¿verdad? Todo lo que he aprendido en esta vida, todas las habilidades que he adquirido, han sido para terminar lo que debo terminar esta noche. -La cogió del hombro y la llevó hacia aquellas láminas gruesas y semiopacas-. Te daré un ejemplo de lo que estoy hablando. Tú ya has visto mis reconstrucciones. Cómo he reconstruido a los muertos, aplicando capa tras capa, proporcionándoles carne y sustancia y piel. Restaurando su identidad. Bueno, puedo hacer lo mismo hacia atrás… quitar las capas de los vivos. Destruir su identidad…

Grueber apartó la gruesa cortina plástica. Maria oyó un sonido estridente que llenó el sótano y se dio cuenta de que era su propio grito.

22.03 H, POLIZEIPRÁSIDIUM, HAMBURGO

– Henk ha descubierto algo -dijo Anna.

– De acuerdo -dijo Fabel, echándose hacia atrás en la silla-. Veamos de qué se trata…

– Como usted indicó, hemos revisado la historia de Brandt y la de su madre, Beate. Frank Grueber, el forense, como ya sabe, ha confirmado la paternidad de Franz Brandt. Él es, definitivamente, el hijo de Franz Mülhaus.

– Dime algo que no sepa -replicó Fabel en tono de fatiga.

– Tal vez Franz Mülhaus sí fuera su padre, pero él no fue adoptado por Beate Brandt. -Henk dejó caer una fotocopia sobre el escritorio de Fabel-. Éste es el certificado de nacimiento de Franz Karl Brandt. Padre desconocido. Madre Beate Maria Brandt, entonces residente en 22 Hubertusstrasse, Niendof, Hamburgo. Ella no lo adoptó. Él nos dijo la verdad: ella era su madre. Es posible que él ni siquiera supiera que Franz el Rojo Mülhaus era su verdadero padre. No hay ninguna conexión entre Beate Brandt y Franz el Rojo Mülhaus ni nada que sugiera que ella militaba en algún movimiento radical en los años setenta u ochenta. Pero el ADN prueba que ella tuvo un hijo con él. Lo que significa -añadió después de una pausa- que Franz Brandt es hijo de Mülhaus. Pero no hijo de Michaela Schwenn. Y eso, a su vez, quiere decir que él no era el niño en el andén de Nordenham con el pelo teñido de negro.

– ¿Un hermano?

– Sabemos que Mülhaus tenía relaciones sexuales con muchas de sus seguidoras, así como con otras mujeres que tal vez no estuvieran relacionadas con su movimiento. Podría ser que el asesino fuera un medio hermano de Brandt y que éste ni siquiera supiera que existe -dijo Anna.

– Pero un momento -dijo Fabel-. Olvidáis que Brandt dejó una bomba en el apartamento de su novia para hacernos volar a todos en pedazos.

– Y luego él y su novia se nos acercan directamente -dijo Henk-. Usted mismo lo ha dicho: parecía extraño. Yo creo que él no sabía nada sobre la bomba.

Shit -dijo Fabel-. Eso significa que el asesino sigue suelto. Tenemos que averiguar qué ocurrió con aquel niño del andén.

– A eso me refería cuando dije que buscábamos en la dirección equivocada -replicó Henk-. Estábamos tratando de probar que Brandt era el hijo que estábamos buscando. Verificando la conexión hacia atrás. Tendremos que volver a revisar los expedientes de adopción. Pero esta vez debemos buscar el apellido Schwenn.

– Tengo los códigos de acceso aquí mismo. -Anna señaló su libreta-. ¿Puedo usar tu ordenador?

Después de empujar a un costado la carpeta con la información de Ingrid Fischmann, Fabel se puso de pie y dejó que Anna ocupara su asiento. Ella se conectó a la base de datos e ingresó los parámetros de búsqueda: el nombre «Schwenn» y el período de 1985 a 1988.

– ¡Lo tengo! -dijo-. Aquí hay cuatro nombres. Dos son adopciones de 1986. Será uno de éstos… -Anna hizo clic en el primer archivo-. No… es una niña de cuatro años. -Hizo un clic en el siguiente-. Tal vez éste… no, la edad está mal. -Buscó el tercer archivo.

Fue la expresión de Anna lo que asustó a Fabel. Esperaba su habitual mueca de satisfacción insolente por haber encontrado una evidencia crucial. Pero en cambio se puso de pie de repente y Fabel notó que había perdido el color de la cara.

– ¿Qué ocurre, Anna? -preguntó Fabel.

– Maria… -Fue como si cada músculo del rostro de Anna se hubiese tensado-. ¿Dónde está Maria?

– La mandé a su casa. Tenía migraña -dijo Fabel-. Regresará mañana por la mañana.

– Tenemos que encontrarla, chef. Tenemos que encontrarla ahora.

22.05 H, OSDORF, HAMBURGO

– Fascinante, ¿no?

Maria no oyó la pregunta de Grueber. Sintió que le zumbaban los oídos, que cada uno de sus nervios ardía, cuando miró el cuerpo masculino tumbado sobre la mesa metálica sostenida por dos caballetes. Estaba desnudo. Desnudo no sólo de ropa, sino de piel. Estaba esculpido sobre tendones rojos, en carne viva. Unas gotas de sangre, pequeñas y redondas, manchaban la superficie de aluminio de la mesa.

– He invertido mucho para que este lugar de trabajo fuera perfecto. -Grueber no despotricaba ni deliraba. Maria calibró la escala de su locura a partir de ese tono medido y sereno-. He gastado una fortuna en insonorizar este sótano. A los de la empresa de construcciones les dije que trabajaría con máquinas muy ruidosas. Por eso he tenido que instalar una bomba de aire con control de temperatura. Cuando la puerta está cerrada, este lugar queda totalmente hermético e insonorizado. Lo que me ha venido bien, puesto que aquél -Grueber señaló la silueta sobre la mesa despojada de piel, de humanidad-… gritó como una niñita.

Maria sintió golpes en la cabeza y náuseas.

– Oh, mis disculpas… Él es Cornelius Tamm. -Grueber se excusó como si se hubiera olvidado de presentar a alguien en una fiesta-. Ya sabes, el cantante.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Resurrección»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Resurrección» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «Resurrección»

Обсуждение, отзывы о книге «Resurrección» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x