Jeff Lindsay - Dexter en la oscuridad

Здесь есть возможность читать онлайн «Jeff Lindsay - Dexter en la oscuridad» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Город: Barcelona, Год выпуска: 2008, ISBN: 2008, Издательство: Umbriel, Жанр: Триллер, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Dexter en la oscuridad: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Dexter en la oscuridad»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Dexter Morgan no soporta la sangre. Curiosa mania para un forense del Departamento de Policia de Miami. Mas teniendo en cuenta que Dexter aprovecha las noches de luna llena para cortar en pedacitos a otros como el, asesinos en serie que han escapado a la accion de la justicia. Pero es posible que a partir de ahora su vida de un giro decisivo. Es que Dexter le ha dado el si a Rita y esta a punto de convertirse en un marido respetable, la figura paterna a la que imitaran Ashtor y Cody, los hijos de su pareja. Y, en caso de que la vida matrimonial no resultara amenaza suficiente para sus correrias nocturnas, una sucesion de asesinatos rituales podria llevarlo a reconsiderar su propia adiccion al homicidio.

Dexter en la oscuridad — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Dexter en la oscuridad», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Al principio, Harry no hizo nada por romper el silencio. Se volvió y escudriñó la celda, y la forma pálida que estaba en el interior se levantó y se acercó a los barrotes.

—¡Si es el sargento Harry! —dijo jubilosa la figura—. ¿Cómo estás, Harry? Muy amable por tu parte pasar a verme.

—Hola, Cari —dijo Harry. Por fin, se volvió hacia mí y habló—. Éste es Cari, Dexter.

—Eres un chico muy guapo, Dexter —dijo Cari—. Encantado de conocerte.

Los ojos que Cari volvió hacia mí eran brillantes y vacíos, pero detrás distinguí una sombra oscura, y algo en mi interior se retorció e intentó huir de esa cosa tan grande y tan feroz que habitaba al otro lado de los barrotes. No era un individuo muy grande ni de aspecto feroz (incluso era agradable de puertas afuera, con el pelo rubio y las facciones regulares), pero algo de él me puso muy nervioso.

—Trajeron a Cari ayer —explicó Harry—. Ha asesinado a once personas.

—Oh, bien —dijo Cari con modestia—. Más o menos.

Sonó un trueno y empezó a llover. Miré a Cari con auténtico interés. Ahora sabía por qué estaba inquieto mi Oscuro Pasajero. Estábamos empezando, y aquí había alguien que había ido y vuelto en once ocasiones, como mínimo. Por primera vez entendí qué debían sentir mis compañeros de clase cuando se enfrentaban a un defensa de la Liga Nacional de Fútbol Americano.

—A Cari le gusta matar gente —dijo Harry como si tal cosa—. ¿Verdad, Cari?

—Me mantiene ocupado —dijo Cari, risueño.

—Hasta que te detuvimos —dijo Harry.

—Sí, claro, así es. De todos modos… —Se encogió de hombros y dedicó a Harry una sonrisa falsa—. Fue bonito mientras duró.

—Te volviste descuidado —dijo Harry.

—Sí —admitió Cari—. ¿Cómo iba a saber que la policía sería tan minuciosa?

—¿Cómo lo hace? —solté.

—No es muy difícil —dijo Cari.

—No, quiero decir… Hum, ¿cómo?

Cari me escudriñó con sus ojos y casi pude escuchar un ronroneo procedente de la sombra que acechaba detrás de ellos. Por un momento, sostuvimos la mirada y el mundo se llenó del sonido negro de dos depredadores que se enfrentan por una presa pequeña e indefensa.

—Vaya, vaya —dijo Cari por fin—. ¿Es posible esto? —Se volvió hacia Harry justo cuando yo empezaba a retorcerme—. De modo que voy a dar ejemplo, ¿eh, sargento? He de asustar a tu chico para que siga el camino recto y estrecho de la divinidad.

Harry le devolvió la mirada, sin mostrar ni decir nada.

—Bien, temo que debo decirte que no hay forma de desviarse de este sendero concreto, pobre Harry. Cuando lo sigues, lo sigues de por vida, y tal vez más allá, y no hay nada que yo o tu querido hijo podamos hacer al respecto.

—Hay una cosa —anunció Harry.

—Vaya —repuso Cari, y dio la impresión de que una lenta nube negra se alzaba a su alrededor, se fundía con los dientes de su sonrisa, extendía sus alas hacia Harry y hacia mí—. ¿Y cuál es, por favor?

—No dejarse coger —precisó Harry.

Por un momento, la nube negra se petrificó, y después retrocedió y desapareció.

—Oh, Dios mío —dijo Cari—. Ojalá supiera reír. —Meneó la cabeza poco a poco de un lado a otro—. Estás hablando en serio, ¿verdad? Oh, Dios mío. Eres un padre maravilloso, sargento Harry.

Y nos dedicó una enorme sonrisa que casi pareció real.

Harry volvió hacia mí su mirada de ojos azules como el hielo.

—Lo cogieron —me dijo Harry—, porque no sabía lo que estaba haciendo. Y ahora irá a la silla eléctrica. Porque no sabía lo que la policía estaba haciendo. Porque —concluyó Harry sin alzar la voz y sin parpadear— carecía de preparación.

Miré a Cari, que nos miraba a través de los gruesos barrotes con sus vacíos ojos muertos demasiado brillantes. Atrapado. Miré a Harry.

—Comprendo —dije.

Y era verdad.

Ése fue el final de mi rebelión juvenil.

Y ahora, tantos años después (años maravillosos, sembrados de cortes, mutilaciones, sin haber sido atrapado), sabía muy bien qué notable juego había practicado Harry al presentarme a Cari. Jamás podría confiar en estar a su altura (al fin y al cabo, Harry hacía cosas porque tenía sentimientos y yo no), pero podía seguir su ejemplo y conseguir que Cody y Astor obedecieran las instrucciones. Me arriesgaría como había hecho Harry.

Ellos me seguirían o no.

16

Me siguieron.

El museo estaba atestado de grupos de ciudadanos curiosos en busca de conocimiento…, o de unos lavabos, por lo visto. La mayoría oscilaban entre los dos y los diez años de edad, y daba la impresión de que había un adulto por cada siete niños. Se movían como una gran bandada de loros multicolor, pasando de un objeto expuesto a otro con una especie de graznido estentóreo que, pese al hecho de ser emitido en tres idiomas como mínimo, sonaba igual. El lenguaje internacional de los niños.

Cody y Astor parecían un poco intimidados por la multitud y no se apartaban de mí. Era un agradable contraste con el espíritu aventurero tipo Dexter que parecía gobernarlos el resto del tiempo, y yo procuré aprovechar la circunstancia para conducirlos de inmediato a las pirañas.

—¿Qué aspecto tienen? —les pregunté.

—Muy malo —repuso Cody en voz baja, mientras contemplaba sin parpadear la numerosa exhibición de dientes.

—Son pirañas —dijo Astor—. Pueden comerse una vaca entera.

—Si estuvierais nadando y vierais pirañas, ¿qué haríais? —les pregunté.

—Matarlas —soltó Cody.

—Hay demasiadas —señaló Astor—. Tendrías que huir lo más lejos posible, y no volver a acercarte a ellas.

—De modo que cada vez que vierais esos peces de aspecto malvado, o bien deberíais intentar matarlos, o bien deberíais salir huyendo —les dije. Los dos asintieron—. Si los peces fueran inteligentes, como la gente, ¿qué harían?

—Se disfrazarían —rió Astor.

—Exacto —dije, e incluso Cody sonrió—. ¿Qué tipo de disfraz recomendarías? ¿Peluca y barba?

—Dex-ter —dijo Astor—. Son peces. Los peces no llevan barba.

—Oh —dije—. ¿Preferirían parecer peces?

—Por supuesto —contestó la niña, como si yo fuera demasiado estúpido para comprender las frases importantes.

—¿Qué clase de peces? —pregunté—. ¿Grandes? ¿Como los tiburones?

—Normales —terció Cody. Su hermana le miró un momento, y después asintió.

—Como los que abunden en la zona —explicó—. Algo que no asuste a los que ellos se quieran comer.

—Aja —dije.

Ambos miraron los peces en silencio un momento. Fue Cody quien captó el mensaje primero. Frunció el ceño y me miró. Sonreí para alentarle. Susurró algo a Astor, quien pareció sobresaltarse. Abrió la boca para decir algo, y después la cerró.

—Oh —dijo.

—Sí —dije—. Oh.

Astor miró a Cody, quien levantó la vista de las pirañas. No dijeron nada en voz alta, pero sostuvieron una conversación completa. Dejé que se explayaran, hasta que me miraron.

—¿Qué podemos aprender de las pirañas? —pregunté.

—No parecer feroz —señaló Cody.

—Aparentar normalidad —comentó Astor a regañadientes—. Pero, Dexter, los peces no son personas.

—Eso es muy cierto —asentí—. Porque las personas sobreviven al reconocer las cosas que son peligrosas. Y pescan a los peces. Eso no nos interesa. —Me miraron con solemnidad, y después desviaron la vista hacia los peces—. Bien, ¿qué más hemos aprendido hoy? —pregunté al cabo de un momento.

—No has de dejarte pescar —dijo Astor.

Suspiré. Por algo se empieza, pero quedaba mucho trabajo por hacer.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Dexter en la oscuridad»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Dexter en la oscuridad» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «Dexter en la oscuridad»

Обсуждение, отзывы о книге «Dexter en la oscuridad» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x