“Sabías sobre el ataque de mi padre antes de que lo mencionara, ¿no es así? ¿Fuiste tú el único que pidió su muerte? ¿Qué hay sobre los otros que han sido asesinados?”
“Cielos, estas loco”.
“Quisiera estarlo”, dijo Lex. “Cualquier confabulación en la que estés envuelto, Fabien, yo también quiero estar”.
El líder Darkhaven expulsó su respiración bruscamente, después le dio la espalda a Lex mientras caminaba hacia una de las altas estanterías edificadas en la pared color plata. El acarició con su mano la Madera pulida, riéndose ociosamente. “Como nuestra conversación ha sido iluminadora y entretenida, Alexei, quizás debería terminar aquí. Creo que es mejor que te vayas y te calmes antes de decir alguna tontería más”.
Lex avanzó hacia adelante, decidido a convencer a Fabien de que merecía la pena. “Si Le quieres muerto, estoy dispuesto a ayudarte a conseguirlo”.
“Insensato” vino como respuesta siseada. “Puedo chascar mis dedos y tenerte bajo sospecha de intento de asesinato. Puedo aún así, pero ahora mismo vas a irte y ninguno de nosotros dirá otra palabra de esta conversación.”
La puerta de la recepción se abrió y cuatro hombres entraron. Al asentimiento de Fabien, el grupo rodeo a Lex. Sin elección, se fue.
“Estaré en contacto” dijo a Edgar Fabien enseñando sus dientes. “Puedes contar con ello”.
Fabien no dijo nada, pero su astuta Mirada permaneció fijada sobre Lex con severo entendimiento mientras el caminaba hacia las puertas de recepción y las cerraba tenso.
Una vez que Lex estuvo afuera en la calle y solo, su mente comenzó a barajar sus opciones. Fabien era corrupto. Que sorprendente y seguro sería alguna información útil. Con un poco de suerte, no pasaría mucho tiempo antes de que las conexiones de Fabien fueran las suyas también. El no se preocupó particularmente sobre como tendría que conseguirlas.
El alzó la vista hacia la bonita mansión Darkhaven y todo su inmaculado lujo. Esto era lo que el quería. Este tipo de vida por encima de la mugre y la degradación que el habia conocido bajo el tacón de la bota de su padre. Esto era lo que el verdaderamente merecía.
Pero primero necesitaría ensuciarse las manos, si solo fuera una ultima vez.
Lex caminó a lo largo de la serpenteante carretera con arboledas a los lados y se dirigió hacia la ciudad con objetivos renovados.
Traducido por Aletse
Nikolai se despertó en la oscuridad total, con su cabeza descansada contra el ataúd de un hombre de Montreal por lo visto aparentemente acaudalado que había estado muerto por sesenta y siete años. El suelo de mármol del mausoleo privado le había servido de poco durante las horas de descanso, pero a Niko le había servido bastante bien. La noche había estado avanzando progresivamente peligrosa cerca del alba, mientras él había dejado el territorio de Yakut, y de lo único que estaba seguro como el infierno es que había dormido fuera de la luz del día dentro de lugares peores que el cementerio que él había encontrado en el extremo norte de la ciudad.
Con un gemido, él se sentó y abrió su teléfono celular para comprobar en la pantalla la hora. Mierda, solo era justo después de la una P.M. Todavía tenía aproximadamente unas siete u ocho horas para esperar aquí antes de la puesta del sol, cuando sería seguro para él estar afuera. Siete u ocho horas más, y él ya sentía la sensación de picor por la sesión de inactividad que tendría por un largo tiempo.
Sin ninguna duda Boston se estaría preguntando por él ahora. Niko golpeó la marcación rápida de la oficina central de la Orden. A mitad de camino del segundo timbrazo, Gideon contesto.
"Niko, carajo. Era hora de que tú dieras un informe.” El ingles vago del guerrero con su acento sonaba un poco áspero. Pero no era ninguna sorpresa, teniendo en cuenta que Niko le llamaba a la mitad del día. "Háblame. ¿Estás bien?"
"Sí, estoy bien. Mi objetivo aquí en Montreal se ha jodido de diez maneras diferentes desde el domingo, pero aparte de eso, todo esta bien".
"No tuviste ninguna suerte para encontrar a Sergei Yakut, lo entiendo?"
Niko rió entre dientes. "Oh, he encontrado al bastardo facilmente. El Gen Uno está vivito y coleando y vive al norte de la ciudad con cierta especie de retroceso en el tiempo hacia Gengis Khan."
Él le dio a Gideón un rápido resumen de todo lo que había sucedido desde su llegada a Montreal – desde la patada en el culo de bienvenida que había recibido de parte de Renata y los otros los guardias, hasta las pocas extrañas horas que él había pasado en el refugio de Yakut, que culminó con su descubrimiento de los humanos muertos desechados en la parte de atrás y su subsecuente evacuación de la propiedad.
Él describió el reciente intento fallido que hubo sobre la vida del Gen Uno y el increíble papel que Mira desempeño para frustrar ese ataque. Niko excluyo dejando aun lado la parte sobre lo que él personalmente había visto en los ojos de Mira. Él no vio ninguna razón para compartir los detalles de la visión, que, a pesar de la insistencia de Renata de que Mira nunca se equivocaba, él tenia aproximadamente cero posibilidades… no, el sabia eso, había exactamente cero posibilidades de que eso sucediera ahora.
Eso debería haber sido un alivio para él saberlo. La última cosa que él necesitaba era mezclarse con una mujer, sobre todo con una obra como Renata. La compañera unida por el lazo de sangre a Yakut. La idea todavía seguía carcomiéndolo, mucho más de lo que debería. Y él no se sentía particularmente bien sobre el hecho de que incluso el más leve recuerdo de aquel beso con ella era suficiente para hacerle ponerse duro como la tumba de granito que lo rodeaba.
El la deseaba a ella, y había habido por una fracción de segundo, cuando dejaba el refugio que pensó que ella podía seguirlo después. No tenía ningún motivo para pensar eso, pero eso había sido un golpe en el estómago, una sensación de que tal vez Renata podría correr detrás de él y pedirle que la sacara de allí.
¿Y si ella lo hubiera hecho? Cristo, él tenia que haber estado bastante idiota solo de considerarlo.
"Entonces," él le dijo a Gideón, mentalmente regresándose así mimo hacia la realidad. "El punto de ello es que no podemos contar con ningún tipo de cooperación de Sergei Yakut. Él básicamente, me lo dijo antes de que me apartara de un empujón, y eso fue antes de que yo lo llamara un jodido enfermo que necesitaba un bozal y un collar para su cuello".
"Jesús, Niko," suspiró Gideón, probablemente, en el otro extremo de la línea, pasándose la mano por el pelo rubio puntiagudo por la frustración. "¿De verdad tu le dijiste eso a él, un Gen Uno? Tu eres un maldito afortunado de que él no te hubiese arrancado la lengua antes de que te sacara de su camino."
Probablemente era cierto, Nikolai reconoció para sí mismo. Y él hubiese perdido más que sólo su lengua si Yakut supiera el tipo de deseos que él había estado sintiendo por Renata. "Tu sabes que yo soy alérgico a besar los culos, aun si el culo en cuestión resultara ser uno de un Gen Uno. Si esto era una misión de relaciones públicas completamente, ustedes escogieron a un mal tipo”.
"Ninguna mierda." Gideón se rió entre dientes alrededor de otra baja maldición. "¿Te regresas de nuevo a Boston, entonces?"
"No veo ninguna razón para quedarme. A no ser que tu calcules que Lucan observara hacia otro lado si yo decido volver y colocar una hoguera en la casa de los horrores de Yakut. Sacándolo del negocio, al menos por un tiempo."
El estaba bromeando… en su mayor parte. Pero el silencio de contestación de Gideón le dijo que su compañero guerrero sabía lo que estaba girando alrededor de la cabeza de Niko.
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