Charlaine Harris - Unos asesinatos muy reales

Здесь есть возможность читать онлайн «Charlaine Harris - Unos asesinatos muy reales» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Триллер, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Unos asesinatos muy reales: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Unos asesinatos muy reales»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

El “Asesinato del Mes” de repente adquirió una dimensión muy violenta y… real
Cada mes, Real Murders, una asociación de aficionados al crimen de Lawrenceton, Georgia, se reúne para discutir sobre un asesinato famoso. Sus miembros son de lo más excéntrico: Gifford Doakes, el especialista en masacres; Jane Engle, amante de las historias de terror victorianas; Perry Allison, fan de Ted Bundy…
Durante la noche de la última reunión, la bibliotecaria local, Aurora «Roe» Teagarden, descubrió el cuerpo mutilado de Mamie Wright en la cocina de la sede del club. Está segura de que el asesino pertenece a la asociación, ya que el crimen guarda un parecido escalofriante con el Asesinato del Mes.
Y como quiera que después tuvieron lugar otros asesinatos de imitación, el único móvil parece un aterrador y extraño sentido de la diversión…

Unos asesinatos muy reales — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Unos asesinatos muy reales», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Dios mío, pedía a gritos que le diese una patada en la boca. Esa era la única explicación posible. Lo miré sin dejar de pensar lo patético que era. Entonces, por supuesto, me avergoncé y sentí enfado hacia él y hacia mí.

– No, Benjamin -contesté con un tono que no admitía debate. No podía poner una excusa. No quería que se volviese a repetir.

– Vale -dijo con un deje de martirio en la voz-. Bueno, pues… ya nos veremos. -El dolor vibró dramáticamente bajo su valiente sonrisa.

Iba a responderle a esa última observación, pero me mordí la lengua. Sin embargo, mientras me alejaba con mi carro, susurré:

– No si yo te veo a ti antes.

Al pararme a mirar los sacos de pienso para perros, tan solo para que no viese que huía de allí como alma que lleva el diablo, me di cuenta de un par de detalles curiosos en nuestra conversación.

No me había preguntado nada sobre la noche anterior. No me había preguntado quién había asistido a la reunión, ni lo extraño que era que la única noche que no había ido se hubiera producido algo tan extraordinario. Ni siquiera me había preguntado cómo me sentí al descubrir el cadáver de Mamie, algo que todos los que me había cruzado ese día habían intentado plantearme de formas muy indirectas.

Pensé en ello un momento, escogí un bote de champú y decidí no preocuparme más por Benjamin Greer. Si no, acabaría perdiendo la paciencia con los reponedores. Por supuesto, todos los cereales de alto contenido en azúcar basados en una serie de dibujos animados estaban a la altura de mis ojos, mientras que los de los mayores estaban en la parte más alta. Podía alcanzarlos, pero los reponedores habían amontonado más cajas horizontalmente sobre las que estaban en vertical. Si tiraba de las que alcanzaba con la mano, acabaría sepultada en una lluvia de cajas de cereales provocando un estruendo que llamaría la atención de todo el mundo. Lo sé por experiencia.

Me coloqué de lado para estirarme al máximo y me puse de puntillas. Imposible. Tendría que cambiar de marca o empezar a comer cereales con sabor a chicle. Esa horrible perspectiva me dio fuerzas para intentarlo de nuevo.

– Espera, muchachita, deja que te alcance uno -dijo una voz insoportablemente condescendiente procedente de alguna parte sobre mi cabeza. Una enorme mano se elevó por encima de mí, cogió la caja con facilidad y, como si fuese una grúa, la depositó en mi carro.

Aferré el carro como si fuese mi carácter. Respiré hondo un par de veces. Lentamente, me volví para ver a mi benefactor. Alcé la mirada, y la seguí alzando hasta dar con un rostro cómicamente desfallecido coronado por un mantillo de pelo largo y rojo.

– Oh, Dios, lo siento -se disculpó Robin Crusoe. Sus ojos color avellana parpadearon nerviosamente detrás de las gafas metálicas-. Pensé…, desde atrás, bueno, parecías una niña de doce años. Pero está claro que por delante no.

Se dio cuenta de lo que acababa de decir y cerró los ojos, horrorizado.

Yo empezaba a disfrutar con aquello.

Una fugaz imagen de los dos en una situación íntima cruzó por mi mente y me pregunté si acaso funcionaría. No lo pude evitar; sonreí.

Él me devolvió la sonrisa, aliviado, y enseguida vi sus encantos. Tenía una sonrisa torcida, un poco tímida.

– No creo que debamos hablar así -dijo indicando la diferencia de nuestras respectivas alturas-. ¿Por qué no me paso después cuando coloque mis compras? Anoche comentaste que vivías pegada a mí, creo recordar que dijiste. Me dan ganas de cogerte en brazos para verte mejor.

Eso se acercaba tanto a la imagen mental que estaba teniendo que no pude evitar sonrojarme.

– No dudes en venir. Estoy segura de que tendrás un montón de preguntas después de lo de anoche -dije.

– Será genial. Mi casa es tal desastre de orden que voy necesitando un descanso de tanta caja.

– Muy bien. ¿Dentro de una hora?

– Vale, nos veremos. ¿De verdad te llamas Roe?

– Es el diminutivo de Aurora -expliqué-. Aurora Teagarden.

No dio indicios de que mi nombre le pareciera extraño en absoluto.

– ¿Café? ¿Un refresco? ¿Zumo de naranja? -le ofrecí.

– ¿Tienes cerveza? -propuso a su vez.

– Tengo vino.

– Está bien. No suelo beber a estas horas, pero si algo invita a hacerlo es moverse.

Sintiéndome algo traviesa por tomar alcohol antes de las cinco, llené dos copas y me reuní con él en el salón. Me senté en el mismo sillón que ocupé durante la visita matutina de Arthur y me sentí terriblemente femenina y poderosa al recibir a dos hombres en casa el mismo día.

Al igual que Arthur, Robin quedó impresionado con la estancia.

– Espero que mi salón esté la mitad de bien cuando termine de desembalar. Soy un desastre con la decoración.

Mi amiga Amina habría dicho lo mismo de mí.

– ¿Ya lo tienes todo? -pregunté cortésmente.

– Monté la cama mientras los de la mudanza descargaban el resto del camión y ya he colgado mi ropa en el armario. Al menos tenía una silla que ofrecer al detective cuando me visitó esta mañana. La metieron en casa a la vez que lo recibía.

– ¿Arthur Smith? -Estaba sorprendida. No me había dicho que fuese a entrevistarse con Robin después de verme a mí. Había cerrado la puerta dando por hecho que se montaría en su coche y se marcharía. Debió de salir de casa de Robin antes de que me pusiese a espiarlo por la ventana.

– Sí, me preguntó sobre cómo acabé asistiendo a la reunión del club.

– ¿Y cómo supiste de ella? -le interrumpí por pura curiosidad.

– Bueno -dijo, sonrojándose-, cuando fui a la empresa de servicios públicos, me puse a hablar con Lizanne, y cuando ella supo que me gustan las novelas de misterio, se acordó del club. Es evidente que se lo comentaste alguna vez. -No pensé que Lizanne me estuviese escuchando. Tenía el mismo aspecto de siempre: aburrida-. Así que Lizanne llamó a John Queensland, que señaló que Real Murders era una reunión abierta a los visitantes, por lo que le pedí…

– Era solo por curiosidad -dije con naturalidad.

– Ese sargento Burns es un tipo un poco sombrío -indicó Robin, pensativo-. Y el detective Smith no es un tipo ligero.

– Ni siquiera conocías a Mamie; es imposible que sospechen de ti.

– Bueno, supongo que podría haberla conocido antes, pero no fue así y creo que Burns lo cree. Pero apuesto lo que sea a que lo comprobará. No me gustaría tenerlo enfrente en un juicio.

– Mamie no habría llegado antes de las siete -dije después de meditarlo-. Y yo no tengo coartada entre las siete y las siete y media. Ella tenía que reunirse con el presidente del Centro de Veteranos allí mismo para que le diese la llave. Según tengo entendido, después de cada reunión debía pasarse por su casa para devolvérsela.

– No. Ayer fue directamente a su casa para coger la llave. Dijo que tenía que llegar antes, que había quedado en el centro con alguien antes de la reunión.

– ¿Cómo sabías eso? -Me sentía anhelante a la vez que indignada.

– El detective me pidió utilizar el teléfono para llamar a la comisaría y lo he deducido al escuchar su parte de la conversación -explicó con franqueza. Ajá, otro curioso por naturaleza.

– Oh, vaya -dije lentamente mientras seguía dándole vueltas-. Quienquiera que la matase tuvo mucho tiempo para prepararlo todo. De alguna manera se las arregló para que llegase antes y así tener todo el tiempo del mundo para matarla, prepararla y limpiarlo todo. -Apuré la copa y me estremecí.

– Háblame de los demás socios del club -se apresuró a decir Robin. Decidí que esa pregunta era la verdadera razón de su visita. Me sentí decepcionada, pero filosófica.

– Jane Engle, la señora mayor de pelo blanco -empecé-, está jubilada, pero trabaja de vez en cuando como sustituta en la escuela o en la biblioteca. Es experta en asesinatos de la época victoriana. -Seguí enumerando la lista con los dedos: Gifford Doakes, Melanie Clark, Bankston Waites, John Queensland, LeMaster Cane, Arthur Smith, Mamie y Gerald Wright, Perry Allison, Sally Allison y Benjamin Greer-. Pero Perry solo hace acto de presencia -expliqué-. Supongo que no podemos considerarlo un socio.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Unos asesinatos muy reales»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Unos asesinatos muy reales» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Charlaine Harris - Czyste Intencje
Charlaine Harris
Charlaine Harris - The Julius House
Charlaine Harris
Charlaine Harris - Dead Over Heels
Charlaine Harris
Charlaine Harris - Shakespeare’s Champion
Charlaine Harris
Charlaine Harris - Shakespeare’s Christmas
Charlaine Harris
Charlaine Harris - U martwych w Dallas
Charlaine Harris
Charlaine Harris - Shakespeare’s Counselor
Charlaine Harris
Charlaine Harris - Poppy Done to Death
Charlaine Harris
Charlaine Harris - Three Bedrooms, One Corpse
Charlaine Harris
Charlaine Harris - Must Love Hellhounds
Charlaine Harris
Отзывы о книге «Unos asesinatos muy reales»

Обсуждение, отзывы о книге «Unos asesinatos muy reales» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x