– ¿Cuántos disparos voy a tener que recibir para vivir aquí? -Era una concesión. La única que podría dar. Sabía lo que él haría a cualquier hombre que tuviera algo que ver con herir a Rikki. No había podido comprenderlo hasta que la encontró. Estaban en la carretera, las luces brillaban, la sirena encendida-. Quizá deberíamos entrar silenciosamente y no avisarle. Sólo una sugerencia.
– Es para abrir camino. Apagaré las luces y la sirena antes de salir de la carretera.
– Veo mucho tráfico -dijo Lev. No había ni un coche en la carretera.
Jonas le lanzó una mirada. Una. Lev reprimió el impulso de reír. Jonas trataba con mucha fuerza de que no le gustara, pero el hombre tenía sentido del humor. Si Lev iba a hacer esto, convencer a este hombre de que tenía intención de quedarse y vivir en paz, tenía que fiarse del juicio de su hermano y dar a Harrington una razón para fiarse de él. No era fácil. Era un hombre que mantenía los secretos celosamente guardados y ciertamente no los compartía con extranjeros, extranjeros norteamericanos. Respiró y saltó por el precipicio.
– Los secretos de gobierno a los que me referí antes no sólo están siendo desviados por mi gobierno, sino por el vuestro también. Tres países según sé. Alguien fue tras uno de vuestros grandes pensadores, un hombre llamado Wilder. Damon Wilder. Intentaron secuestrarlo y mataron a su compañero. La cuestión es que, Wilder sigue en activo, y quieren lo que fuera que haya diseñado para ellos.
Por el rabillo del ojo captó la reacción de Harrington. ¿Por el nombre? ¿Por el conocimiento? Jonas no lo miró, pero la postura de su cuerpo había cambiado de manera sutil y definitivamente escuchaba, prestando atención.
– Tenemos el equivalente a tu Wilder. Un hombre llamado Theodotus Solovyov. Su guardaespaldas, Gavriil Prakenskii, fue severamente herido, apuñalado siete veces al evitar un secuestro. Fue capaz de impedir que consiguieran a Solovyov, pero quedó permanentemente lesionado. Se vio obligado a retirarse, a tomar una nueva identidad a fin de mantenerse vivo.
Hubo un corto silencio.
– Así que yendo tras Stavros encontraremos para quién trabajaba…
– Con quién trabajaba -corrigió Lev.
Jonas asintió.
– Es personal. ¿Otro hermano?
– Nosotros no nos retiramos como otras personas. Somos parte de un pasado vergonzoso. Nadie sabe qué hacer con nosotros. Es más fácil matarnos que preguntarse si algunas vez expondremos el pasado y los secretos que cargamos. No confían en nosotros, aunque a nuestra manera todos somos patriotas. Amamos a nuestro país. La información que te he dado sobre Theodotus Solovyov es apenas un secreto de Estado. Es pública y está en las noticias, como el ataque contra Wilder. Con algo de esfuerzo, sería fácil de encontrar.
– ¿Sabes dónde está Gavriil?
Esa información nunca sería compartida. Habían establecido una señal de emergencia cuando se habían encontrado, pasándola de hermano a hermano. Gavriil se había registrado. Cuando supiera que estaba a salvo, Lev también se registraría. Guardó silencio y Jonas no lo presionó.
– Jackson es un aterrador hijo de perra -ofreció Jonas a cambio-. Es de tu tipo. Tendrá algo que decir. Es puñeteramente bueno con un rifle de francotirador. Le he visto hacer disparos que sólo uno o dos más pueden hacer en el mundo. No querrás mirar por encima del hombro esperando a que venga por ti. Tiene paciencia. Esperará su tiempo. Lo harás bien con él.
Lev emitió un suspiro interno de alivio. Harrington lo había aceptado lo suficiente para darle una oportunidad.
– Está de luna de miel, y estará fuera por un tiempo. Planea llevar a Elle a un largo viaje para darle más tiempo para recuperarse antes de regresar a casa para ser parte de Sea Haven otra vez. Esto nos dará un poco de tiempo para que el resto de la familia se acostumbre a la idea de que estás por los alrededores.
Esto era tanto una aceptación como una advertencia.
– No me iré a ninguna parte. Rikki necesita a Blythe y a sus otras hermanas. Necesita bucear y ésta costa. Todo esto funciona para ella aquí. -Lev le hizo una declaración. Calmado. Normal. Sin desafío. No pedía perdón o aceptación, sólo que lo dejaran en paz. Él tenía a Rikki y su mundo, y él encajaba allí.
Jonas apagó las luces y la sirena medio kilómetro antes de entrar por el desvió hacia el puerto, donde los árboles de eucalipto permanecían en silencio balanceándose ligeramente con el viento que llegaba del océano. Formaban una barrera bajando a lo largo y rodeando la colina hasta el pequeño estacionamiento en la entrada del puerto, el reflector iluminó al barco de Rikki y al hombre con un pie en el muelle y uno en el Sea Gypsy .
Se dio la vuelta y fue corriendo hacia ellos. El reflector lo cegó inmovilizándolo y revelando las profundas heridas que cubrían su furioso rostro. Sostenía un arma en las manos, conectada por un tubo flexible a tres latas en un aparejo a su espalda. Roció el coche con llamas, sumergiéndolo inmediatamente en un brillante y ardiente calor. Durante un momento estuvieron en el infierno, quitándoles el aire, el fuego chamuscando y ardiendo sobre el coche y a lo largo de la tierra. La visibilidad era nula, sólo se veían las llamas rodeándolos, y subiendo sobre el vehículo.
– ¡Mierda! -Jonas frenó abruptamente, zigzagueando lejos del spray de fuego. El coche giró, tierra y rocas volaron por el aire, pero al menos fueron capaces de respirar.
Las balas perforaron el frente del coche y rajaron el cristal del parabrisas, un pulcro agujero apareció justo a la derecha de Lev y agrietó todo el cristal. Ambos hombres se agacharon y Jonas abrió su puerta de un empujón, tirándose a tierra lejos de las llamas, con el arma en la mano. Lev se arrancó el cinturón de seguridad y lo siguió, arrastrándose lentamente sobre su vientre sobre el asiento para alcanzar la puerta abierta cuando más balas atravesaron el coche.
Jonas respondió al fuego, intentando proveer alguna cubierta a Lev, rociando sus balas a través del fuego en una ráfaga directa. Su atacante se movió, dirigiéndose hacia la ladera, lanzando llamas mientras se retiraba. Incendió la noche con fuego, sin importarle las casas o el paisaje. Docenas de fuegos empezaron y no estaba Rikki para atraer la lluvia de las nubes.
Lev aterrizó en la tierra junto a Jonas, que ladraba órdenes por radio probablemente llamando al cuerpo de bomberos. Los árboles y la tierra estaban húmedos, pero no empapados, y el incendiario usaba un acelerador muy inflamable.
La ladera se vio iluminada por una brillante bola naranja en medio de la noche. Las chispeantes llamas saltaban y crecían en respuesta a las demandas del hombre. No pudo llegar al Sea Gypsy , aunque lo había intentado, rociando las llamas en un amplio arco mientras corría hacia las colinas, golpeando al muelle, chamuscándolo, pero sin encender la madera mojada. El humeante vapor se elevó del muelle, el calor se mezclaba con el frío y se elevaba como una mística capa gris, rodeando los barcos y oscureciendo la visión sobre el río.
Sea Haven y la mayoría de las ciudades contiguas eran demasiado pequeñas para tener un cuerpo de bomberos o departamento de policía. El sheriff patrullaba a lo largo de la línea costera y los voluntarios tripulaban los camiones de bomberos. Jonas no esperó a los refuerzos; empezó a escalar la colina, intentando abrirse camino a través de la línea de fuego para alcanzar al incendiario, pero era imposible. Al final, Lev y él trabajaron tan rápido y duro como pudieron para salvar las estructuras y árboles cuando el fuego trató de precipitarse desde a colina hacia el bosque más denso.
Pareció que pasaban horas antes de que pudieran volver a la granja. Más fotografías. Declaraciones. El cuerpo de bomberos trabajaba aún para apagar el último fuego. Tenían cartuchos para embolsar y habían tomado todos los trozos de pruebas. Ambos estaban cubiertos de humo negro. El coche no se veía mucho mejor, pero había sobrevivido con apenas un daño superficial. Por lo visto esto también se incluiría en las pruebas.
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