Jackson le sonrió.
– Nuestra Kate. La pacificadora. ¿Puedes curar la quemadura psíquica, verdad?
Un jadeo colectivo recorrió la habitación. Todos los ojos se giraron hacia Kate. Ilya se inclinó hacia ella en su silla y Elle retrocedió, lejos de los otros, casi subiéndose en el regazo de Jackson.
– Sólo esa vez contigo, Jackson -admitió Kate-. No es como si hubiera mucho de por ahí, ¿sabes? -Le lanzó una pequeña sonrisa, sonrojándose débilmente. A Kate nunca le había gustado mucho la atención sobre ella y ahora estaba definitivamente bajo escrutinio-. Libby cura la enfermedad y tiene a muchas personas con las que practicar. Yo sólo improvisé ese día.
– Me ayudaste y ni siquiera estabas intentándolo -indicó Jackson.
– No -dijo Elle firmemente-. No lo consideraré siquiera.
Jackson la levantó hasta su regazo y puso los brazos alrededor de ella, permitiendo que se acurrucara sobre él. Le acarició la coronilla con el mentón, pero mantuvo la mirada fija en Kate.
– Si Gratsos puede utilizar la energía psíquica para viajar y está pescando en este momento, encontrará a Elle más rápido de lo que esperábamos. Ella necesitará estar a plena potencia para luchar contra él. Todos en realidad. Aquí tiene mucho mar que utilizar contra nosotros.
– Todo eso es especulación -protestó Elle-. No tenemos ningún indicio de que esto fuera otra cosa que un fenómeno natural. Ocurren por todo el mundo. Aquí mismo en esta costa, tenemos varios lugares donde se producen resacas.
– Pero no aquí -dijo Sarah-. Hemos vivido toda nuestra vida aquí, Elle, y nunca ha habido una corriente oculta en esta parte en particular de la costa. El relieve no es el adecuado.
– Eso no lo sabemos -negó Elle-. El fondo del océano cambia todo el tiempo.
– Estás intentando atrapar el viento -dijo Jackson-. La cuestión es que si hay una, aunque sea pequeña, posibilidad tenemos que considerar que fue una tentativa para encontrarte.
– ¿Cómo sabría él que tenía que venir aquí? -preguntó Joley.
– No lo habría sabido -dijo Sarah-. Utilizaría la niebla de la manera en que lo hace Hannah. La mandaría por ahí y cuando interceptara energía psíquica, la niebla se erigiría en lo que viste, buscando al usuario de esa energía, y entonces la trampa saltaría. Ni siquiera necesitaría el océano, un lago o un río podrían ser igualmente traicioneros.
Joley frunció el entrecejo.
– Pero se está arriesgando a matar a Elle. ¿Y si hubiera sido Elle la que hubiera caído junto a la orilla del agua en vez de Hannah?
– Dudo que la trampa hubiera saltado -dijo Ilya-. Tiene que tener la huella digital psíquica de Elle. Conocerá su energía cuando la sienta.
Jackson frunció el entrecejo. No le gustaba que Stavros tuviera algo que ver con Elle, mucho menos que tuviera su huella digital psíquica.
– ¿Es posible que la esté estrangulando, Ilya?
– Dímelo tú -dijo Ilya-. ¿Qué puedes hacer?
Todos los ojos se giraron hacia Jackson y hubo otro silencio incómodo. Él podía acariciar a Elle íntimamente en su mente, llevarla al orgasmo, compartir todo su ser con ella, cada sensación, y la otra cara de eso, por supuesto, era que le podía causar dolor, y sí, estrangularla, herirla, posiblemente matarla.
No quería que ellos lo supieran. Ni sus hermanas. Ni Ilya. Su mirada parpadeó sobre Kate. Ella se examinaba las manos, el único modo de no mirarle. Ella lo sabía, que meses atrás él había tratado de quemar su talento. Cuando el demonio le montaba con tanta fuerza, y detestaba a todo el mundo a su alrededor, temía dañar a alguien.
Lo siento, nena. No quería que me tuvieras miedo.
Nunca tendré miedo de ti.
Por primera vez no la reprendió por utilizar telepatía, aún cuando un pequeño hilito de sangre apareció en la comisura de su boca. Lo enjuagó con yema del pulgar.
Los dedos de Elle se enredaron con los suyos.
– Estamos hablando de Stavros y de lo que puede hacer, no de Jackson. Si Stavros me puede estrangular desde lejos, pero no quiere matarme, ¿por qué seguiría haciéndolo?
– Control -dijeron Jackson e Ilya simultáneamente.
Ilya ondeó la mano hacia la cocina y el hervidor flotó hasta el fregadero para rellenarse con agua.
– Si puede asustarte lo suficiente, te mantendrá lejos de tus amigos, familia y especialmente de cualquier hombre que quizás tengas en tu vida. Desde el principio, Gratsos ha deseado el control sobre ti. Debe haber presentido tu capacidad psíquica y había planeado quedarse contigo para sus propios propósitos. Tenía la isla ya preparada con un protector psíquico para que no pudieras utilizar tu talento.
– Pero tampoco podía él -indicó Elle-. Ni su hermano.
– ¿Cuán vieja es esa villa? -preguntó Sarah-. ¿La compró él mismo?
– Había pertenecido a su familia, y su padre la vendió para saldar deudas. Stavros la volvió a comprar cuando se hizo rico -contestó Elle.
– ¿Dónde está su madre? -continuó Sarah.
– Se supone que murió en un accidente cuando Stavros era un bebé junto con el hermano gemelo de Stavros, pero resulta que ella abandonó a su marido, falseó su muerte, y se llevó al gemelo con ella -dijo Elle-. Se ahogó en un lago hace algunos años. Cuándo Evan, el gemelo, estuvo en mi cuarto el primer día, hablaron bastante acerca de su pasado. Ambos parecían amargados.
Hubo un pequeño silencio, todos pensando lo mismo. ¿Podría haber tenido Stavros algo que ver con la muerte de su madre? El hervidor silbó e Ilya vertió el agua en la tetera con otro gesto de la mano, agregando varias cucharadas del té curativo para vigorizarlos aún más a todos. Jackson se puso cómodo en la silla, observando como la tapa encajaba sobre la tetera sin que ninguna mano la tocara. Tazas y jarras se alinearon en el aparador de la cocina junto a la tetera. Miró alrededor de su abierto salón, a las hermanas Drake esparcidas por varias sillas. Ilya estaba sentado junto a Joley, esta envolvía el cuerpo alrededor del de él de una manera informal y cómoda. ¿Qué había sucedido? Parecía una escena de la casa Drake, no de su tranquila casa.
Dejó escapar el aliento lentamente, y tiró de Elle más cerca mientras estudiaba a las hermanas… ahora su familia. Familia . Saboreó la palabra, la dejó rondar por su mente. No había sabido lo que podía ser una familia hasta que conoció a las Drake. Todas tenían opiniones, todas se metían en los asuntos de las demás y todas eran violentamente protectoras las unas con las otras.
Elle inclinó la cabeza atrás para mirarle, sintiendo sus emociones, compartiéndolas con él, la maravilla y el milagro de la familia. Intercambiaron una pequeña sonrisa y se sintieron… completos.
Sarah suspiró.
– ¿Elle, puedes comprobar ese sitio web que te gusta investigar todo el tiempo? ¿El que registra todos los acontecimientos extraños alrededor del mundo? Me gustaría ver si la niebla apareció en más de un lugar y si ese es el caso, si hubo resacas por los alrededores o cerca de ésta al mismo tiempo.
– ¿Qué sitio web? -preguntó Ilya.
– Lo encontré por casualidad hace algunos años cuando investigaba. El sitio web es HiddenCurrents.com. Una periodista ha reunido todo tipo de información de varios sitios online y periódicos, así como fuentes de revista. Escribe sus propios artículos también. El sitio cubre toda clase de cosas desde el tiempo a terremotos, visión remota, experimentos, otras anomalías… cualquier acontecimiento extraño que suceda en cualquier parte del mundo, puedes encontrarlo allí. Lo denominó Corrientes Ocultas porque piensa que todas estas cosas recorren la superficie de la tierra y nosotros simplemente no conectamos los puntos. Ella trata de conectarlos.
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