Un hombre dobló una esquina a la carrera justo para tropezar con Jackson, su arma presionada firmemente contra las costillas de éste. Todo lo que tenía que hacer era apretar el gatillo. Jackson levantó la rodilla hacia la ingle de su asaltante y amago a un lado, sacando su propia arma y realizando tres disparos a bocajarro. El cuerpo cayó y él maldijo, empujando el pesado cadáver lejos de él. Jonas lanzó una mirada a Jackson.
– ¿Estás herido?
– Sólo en mi orgullo. Movámonos.
– Entramos -advirtió Jonas.
Era la llamada que Matt y su equipo habían estado esperando. Tenían que proporcionar distracción, mantener a los guardias concentrados en ellos y lejos de la casa. El equipo dos, Rick y Jack, se puso en marcha; se habían abierto paso hasta el helicóptero de Gratsos. Rick era un excelente piloto y llevaría el pájaro hasta mar abierto. No se podía permitir que Gratsos utilizara el helicóptero para escapar o seguirlos fuera de la isla y hundirían el pájaro mar adentro y haciendo que Gratsos sospechara durante un corto período que Elle había sido rescatada de ese modo.
Jack y Rick, oyendo el suave susurro, inmediatamente avanzaron por el terreno rocoso hacia la pista del helicóptero. Estaría bien protegido. Era el modo más rápido que tenía Gratsos de salir de la isla y querría mantenerlo a salvo. Con su torre y su faro desaparecidos, tenía que saber que estaban atacándole y si era listo, habría dicho a sus hombres que mantuvieran esa vía abierta.
Ignoraron los disparos esporádicos a su alrededor, permaneciendo agachados y dirigiéndose hacia el helipuerto. Sobre ellos, el rifle de Ilya era ruidoso, un intento deliberado de atraer la atención. Rick realizó dos disparos, derribando a un guardia y poniendo en fuga a un segundo mientras corrían.
Ilya acabó con el segundo hombre antes de que el guardia pudiera llegar muy lejos. La tormenta estaba golpeando la isla ahora, el viento era frenético, aunque no se acercaba a su helicóptero. Le maravillaba la habilidad de Hannah para comandar y dirigir el viento. Sobre el barco, Sarah estaba alimentándola de información, siguiendo el rastro a cada miembro de los equipos. Hannah trabajaba para mantener la tormenta dirigida hacia el enemigo mientras ayudaba a su propia gente.
Ilya siempre había admirado a las hermanas Drake y la forma fácil con que se alimentaban unas a otras de energía, una aleación de sus habilidades y poderes a fin de que cuando trabajaban, el esfuerzo fuera fluido. Él sabía el tipo de peaje que pagaba el conductor que utilizaba energía psíquica de forma sostenida y las Drake estaban vertiendo todo lo que tenían… todo lo que eran… en el esfuerzo por recuperar a su hermana. No podía imaginar lo que le ocurriría a su Joley si no recuperaban a Elle. Su brillante e inquieto espíritu se apagaría.
El helicóptero se tambaleó y deslizó lateralmente cuando un mortero se aproximó demasiado.
– ¿De dónde demonios ha venido eso? -exigió Ilya, pivotando alrededor.
Abel ya había hecho que el helicóptero atravesara el cielo a toda velocidad, casi dirigiéndose directamente hacia el viento antes de que Hannah pudiera ajustar sus bruscos movimientos. Llevó el viento alrededor de ellos. El mar parecía oscuro y amenazador, la tormenta creaba mini ciclones de agua, columnas gemelas danzando a través del oleaje. Él siguió la ejecución mientras los ciclones se abrían paso hasta la costa y tocaban tierra sobre una pila de rocas cerca del muelle pequeño.
Una sombra se movió en la oscuridad. Incluso con su mira de visión nocturna apenas pudo divisar un susurro de movimiento, pero allí estaba… alguien moviéndose de cara a la furia del mar. Estaba utilizando imagen termal, porque con el pesado viento y la tormenta, sería más fácil captar el calor corporal. El nido estaba bajo él y se estaría preparando para disparar otro mortero, con las armas bien ocultas.
– Diez en punto -dijo a Abel, con voz sombría-. Sácalos de ahí.
El piloto alineó el aparato y disparó. La explosión destrozó la roca y puso en fuga a dos hombres. Ilya les disparó a ambos y volvió a proteger a su equipo.
– Despejado, adelante.
En tierra, Ilya podía ver a Rick y Jack zigzagueando a través del follaje hacia el helipuerto. Había dos hombres entre ellos y su objetivo. Ilya disparó a uno de ellos e instantáneamente un tercer hombre salió del follaje rodando prácticamente a los pies de Rick, disparando su arma.
Rick ya estaba lanzándose sobre él, su propia pistola emitiendo una incandescencia anaranjada mientras Jack realizaba varios disparos en el pecho del hombre caído.
Rick y Jack empezaron a establecer sistemáticamente un campo de minas Claymore alrededor del helipuerto para ralentizar a cualquiera que viniera tras ellos. Rick trepó al helicóptero, lo arrancó, necesitando calentarlo y prepararlo para volar mientras Jack lanzaba al aire varias granadas en un patrón circular diseñado para atraer la atención hacia la zona del helicóptero.
– Haz que este pájaro se mueva -exclamó Jack, saltando dentro-. Somos blancos fáciles aquí.
Llevaría al menos dos o tres minutos, tal vez más dependiendo de lo bien cuidado que estuviera el helicóptero y ese sería su momento más vulnerable. Tendrían que depender de Ilya y el campo de Claymores para protegerlos y parecía una eternidad.
****
En el generador, Matt y Kent se separaron y fueron hacia él desde ambos lados. Ambos pegaron un bloque de C-F a ambos lados de la enorme máquina. El C-4 ya estaba preparado con la cápsula detonante, la mecha y el temporizador. Utilizando cinta adhesiva especial… cinta pato [1]… aseguraron los bloques. Introduciendo el detonador en el temporizador, ambos retorcieron los extremos hasta que estuvieron completamente ajustados.
– Listo para tirar de la anilla -dijo Matt. Se miraron el uno al otro-. Uno, dos, tres, ya -ordenó Matt.
Ambos retorcieron la rueda un cuarto de vuelta simultáneamente y tiraron de las anillas. Un suave siseo y una pequeña cantidad de humo gris acompañada por el olor familiar de la mecha ardiendo les dijo que sería mejor que corrieran como el demonio. En un minuto y medio un hombre podía correr una buena distancia, incluso en la oscuridad sobre terreno accidentado. Saber que el generador iba a estallar tras ellos les proporcionó el subidón de adrenalina necesario para dar velocidad a su huída. Matt podía oír a Kent riendo mientras corrían, buscando cobertura, ambos contando casi automáticamente en sus cabezas y después saltando en el último momento tras las rocas que ya habían escogido como protección.
La explosión fue brillante, ardiente y muy ruidosa. Ambos admiraron su trabajo, la nube anaranjada con chispas brillantes y después la onda expansiva cuando el aire se abalanzó hacia ellos. El rugido les pasó por encima, sus corazones y pulmones reaccionaron. Kent rió de nuevo.
– Tío, ahora mismo me vendría bien un pitillo. Eso ha sido genial.
Matt le sonrió y después estudió su reloj.
– Vamos, perezoso. Tendremos mucha más diversión antes de acabar.
Los equipos uno y dos tenían que atravesar las líneas enemigas, creando tanto descalabro como fuera posible para mantener toda la atención apartada de la villa. Tenían que volver al muelle sur y destruir los botes y el muelle. Tom y Luke cogerían su bote y navegarían hasta el muelle pequeño, donde todo el mundo se reuniría.
Sonaba bastante fácil, pero cuando Matt y Kent empezaron a abrirse paso a través de los árboles y rocas hacia el muelle, descubrieron que pequeños grupos de guardias habían tendido alambre espinoso a través de las carreteras y algunos más en campo abierto. Kent maldijo mientras se quitaba su chaqueta de combate favorita y la lanzaba sobre el alambre de espino, pisándola con su bota y saltándolo. Matt le siguió.
Читать дальше