Thomas Harris - Domingo Negro

Здесь есть возможность читать онлайн «Thomas Harris - Domingo Negro» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Триллер, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Domingo Negro: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Domingo Negro»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Con una impresionante hoja de servicios, el veterano de la guerra de Vietnam Michael J. Lander proyecta un diabólico atentado, que tendrá en jaque a los servicios de seguridad. Cuando concibió la operación, no pensó que necesitaría ayuda, pero, a medida que urdía su plan, decidió darle una nueva dimensión con el apoyo de Septiembre Negro y una coartada política. Poco después, el proyecto cobra forma y le depara un insospechado encuentro con Dahlia Iyad, una hermosa mujer que lucha por la causa de la liberación de Palestina.

Domingo Negro — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Domingo Negro», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

A medida que iban resolviéndose los problemas técnicos, en teoría, por lo menos, Dahlia advirtió que el mayor de todos los peligros que amenazaban el proyecto era la inestabilidad de Lander. Era una maravillosa máquina controlada por un niño homicida. Su misión se volvió cada vez más protectora y de apoyo. Pero en ese aspecto no le era posible basarse siempre en cálculos sino que estaba obligada a guiarse por sensaciones.

A medida que transcurrían los días comenzó a contarle muchas cosas sobre él, cosas inocuas que no le dolían. A veces, cuando estaba ligeramente borracho por la tarde, censuraba interminablemente las injusticias de la marina hasta que por fin ella se retiraba a su dormitorio alrededor de medianoche, dejándolo maldiciendo la televisión. Y una noche, cuando estaba sentada junto a su cama le contó una anécdota como si estuviera haciéndole un regalo. Le explicó cuándo había visto por primera vez un dirigible.

Era un niño de ocho años con impétigo en las rodillas, y estaba en el patio de juegos de un colegio de provincia, cuando levantó la cabeza y vio la aeronave. Su estructura plateada flotaba sobre el patio de la escuela, luchando para encontrar una brecha sobre el viento, desparramando desde el aire pequeños objetos que caían a la tierra en diminutos paracaídas: chupetines con la imagen de Baby Ruth. Michael echó a correr siguiendo la sombra del dirigible que cubría por completo todo el patio, mientras los demás niños corrían también detrás, afanados en recoger los chupetines. Llegaron entonces a un campo arado del otro lado del colegio y la sombra se apartó velozmente, ondeando sobre cada surco. Lander, que usaba pantalones cortos, se cayó en el campo arado y se le cayeron las costras de las rodillas. Se puso nuevamente de pie y se quedó parado mirando el dirigible hasta perderlo de vista, sujetando en su mano un chupetín y su paracaídas, mientras hilos de sangre corrían por sus canillas.

Dahlia se acostó junto a él sobre la cama mientras estaba ensimismado en su relato, y él se le aproximó desde el patio de juegos, con el asombro y la luz de ese lejano día reflejados aún en su rostro.

Después perdió totalmente la vergüenza. Ella había escuchado su terrible deseo y lo había aceptado como propio. Lo había recibido en su cuerpo. No con marchitas esperanzas, sino con gracia abundante. No advertía fealdad alguna en él. Sintió entonces que ahora podría contarle cualquier cosa, y comenzó a brotar impetuosamente todo lo que hasta entonces no podía mencionar, ni siquiera a Margaret, especialmente a Margaret.

Dahlia lo escuchó con compasión e interesada preocupación. Jamás demostró un dejo de disgusto o recelo, si bien aprendió a tener cuidado cuando hablaba de ciertas cosas porque podía enfurecerse súbitamente con ella por daños que le habían hecho otras personas. Dahlia tenía que conocer bien a Lander, y consiguió conocerlo perfectamente, mejor de lo que jamás lo conocería cualquier otro, inclusive las comisiones especiales que investigaron su última actuación. Los investigadores tuvieron que basarse en pilas de documentos y fotografías, mientras sus testigos estaban sentados rígidos en sus lugares. Dahlia lo obtuvo directamente de labios del monstruo.

Es verdad que estudió a Lander para poder utilizarlo, ¿pero quién está dispuesto a escuchar algo porque sí? Podría haber hecho mucho por él de no haber tenido el crimen como objetivo.

Su franqueza total y sus propias deducciones le abrieron muchas ventanas de su pasado. Y a través de ellas podía observar cómo se forjaba su arma…

Willet-Lorance Consolidated School, escuela rural entre Willet y Lorance, California del Sur, 2 de febrero de 1941:

– Michael, Michael Lander, ven aquí y lee tu trabajo.

Quiero que prestes mucha atención, Buddy Ives. Y tú también, Junior Atkins. Ustedes dos han estado perdiendo el tiempo mientras las patatas queman. Cuando se tomen las pruebas bimestrales esta clase va a estar dividida en ovejas y carneros.

Michael tuvo que ser llamado al frente dos veces más. Parecía increíblemente pequeño mientras caminaba por el pasillo entre los bancos. Willet-Lorance no tenía ningún programa acelerado para niños excepcionales. En cambio Michael fue adelantado un grado. Tenía ocho años y estaba en cuarto grado.

Buddy Ives y Junior Atkins tienen doce años y durante el recreo anterior se entretuvieron metiéndole la cabeza a un alumno de segundo grado dentro del inodoro. Ahora prestan mucha atención. A Michael. No a su trabajo.

Michael sabe que va a tener que sufrir las consecuencias. Parado al frente de la clase, vestido con sus holgados pantalones cortos (los únicos de toda la clase), lee el deber en voz apenas audible y sabe que tendrá que pagar el precio de su sabiduría. Espera que se produzca en el patio. Prefiere que lo aporreen a que le metan la cabeza dentro del inodoro.

Su padre es pastor y su madre ocupa un cargo importante dentro de la Liga de Padres de Familia. No es un chico rico, atractivo. Está convencido de que tiene una falla enorme. Y hasta donde alcanza su memoria, ha tenido siempre terribles sensaciones que no consigue comprender. No puede todavía identificar la ira y el desprecio por uno mismo. No consigue pensar en él sino como en un niño remilgado vestido con pantalones cortos y detesta esa imagen de su persona. A veces observa a los otros niños de su edad jugando a los cowboys entre los arbustos. Trató de jugar algunas veces, gritando «bang-bang» y apuntando con su dedo. Pero se siente muy tonto. Los demás saben perfectamente bien que no es realmente un cowboy y que no cree en el juego.

Se dirige entonces a sus compañeros de clase, cuyas edades oscilan entre los once y doce años. Están eligiendo compañeros para jugar al fútbol. Se para en el grupo y espera. No es tan malo ser el último elegido, siempre y cuando lo elijan a uno. Ha quedado solo entre los dos bandos. Pero no lo eligen. Se fija en cuál equipo fue el último en elegir y se dirige al otro. Puede verse caminar hacia ellos. Le parece estar viendo sus rodillas huesudas bajo sus pantalones cortos y se da cuenta que están hablando de él en el grupo. Le dan la espalda. No puede suplicar que lo dejen jugar. Se aleja de ellos sintiendo un fuego en su cara. No existe ningún lugar dentro del campo de juegos donde pueda perderse de vista.

Como buen sureño, Michael tiene bien grabado el Código. Un hombre lucha cuando lo llaman. Un hombre debe ser duro, derecho, honrado y fuerte. Debe saber jugar al fútbol y le debe gustar cazar, y se guardará muy bien de hablar en términos vulgares frente a las damas, si bien hablará de ellas en términos lascivos con sus amigos.

Cuando se es niño, el Código sin los correspondientes avíos puede llegar a ser mortal.

Michael aprendió a no pelear contra los niños de doce años siempre que pueda evitarlo. Lo acusan entonces de ser un cobarde. Y lo cree. Es distinto y no ha aprendido a disimularlo. Le dicen que es una mujercita. Piensa que quizás eso sea verdad.

Terminó de leer su trabajo frente a la clase. Sabe cómo será el aliento de Junior Atkins contra su cara. La maestra le dice a Michael que es un gran «ciudadano estudiante». Pero no comprende por qué vuelve la cara.

10 de septiembre de 1947, la cancha de fútbol detrás del Willet Lorance Consolidated:

Michael Lander ha decidido jugar al fútbol. Está en décimo grado y sus padres ignoran la decisión que ha tomado. Pero siente que tiene que hacerlo. Quiere tener la misma deliciosa sensación que sienten sus compañeros por el deporte. Siente curiosidad por su persona. El uniforme lo vuelve maravillosamente anónimo. No consigue pensar que es él, cuando se lo pone. El décimo grado es un poco tarde para empezar a jugar al fútbol, y tiene mucho que aprender. Ante su gran sorpresa los otros son tolerantes con él. Después de unos cuantos días de práctica, los otros descubren que si bien es un novato en el juego, es capaz de pegar y quiere aprender de ellos. Es un momento feliz para él. Dura una semana. Sus padres descubren que está jugando al fútbol. Odian al entrenador, un hombre sin fe que, según se rumorea, guarda bebidas alcohólicas en su casa. El reverendo Lander forma parte actualmente de la junta de directores del colegio. Los Lander llegan al campo de juego en su Kaiser. Michael no los ve hasta que oye que lo llaman. Su madre se acerca por uno de los flancos, caminando con paso firme por el césped. El reverendo espera dentro del coche.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Domingo Negro»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Domingo Negro» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Thomas Harris - Black Sunday
Thomas Harris
Thomas Harris - Hannibal
Thomas Harris
Thomas Harris - Czerwony Smok
Thomas Harris
Thomas Harris - Red Dragon
Thomas Harris
Thomas Harris - Hannibal Rising
Thomas Harris
Orhan Pamuk - El libro negro
Orhan Pamuk
Domingo Eluchans - Un domingo cualquiera
Domingo Eluchans
Thomas Harry - Echt und stark
Thomas Harry
Thomas Harris - Gesta de lobos
Thomas Harris
Отзывы о книге «Domingo Negro»

Обсуждение, отзывы о книге «Domingo Negro» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x