Kay Hooper - Enfriar El Miedo

Здесь есть возможность читать онлайн «Kay Hooper - Enfriar El Miedo» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Триллер, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Enfriar El Miedo: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Enfriar El Miedo»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Quentin Hayes, agente de la Unidad de Crímenes Espeluznantes del FBI, sigue atormentado por el misterioso asesinato de Missy, ocurrido hace veinte años en El Refugio, un hotel de Tennessee al que vuelve una y otra vez en busca de nuevas pistas.
Diana Brisco ha ido a El Refugio para participar en una terapia con la que espera resolver su pasado. Pero desde que está allí le asaltan terribles pesadillas y extrañas visiones de un niño desaparecido hace años. Además, un agente del FBI se empeña en convencerla de que no está loca, sino que posee un don especial para contactar con el más allá.
Quentin sabe que es su última oportunidad para resolver el homicidio de Missy y que necesita la ayuda de Diana, pero ¿cómo persuadir a la joven para que traspase el umbral y entre en el mundo del frío y la muerte?

Enfriar El Miedo — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Enfriar El Miedo», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Ellie nunca había compartido esa convicción, en gran medida porque le interesaban muy poco los fantasmas. Aunque existieran, estaban muertos, así que ¿para qué preocuparse por ellos? A fin de cuentas, no podían hacer daño a nadie.

Aun así, mientras se deslizaba por los corredores y subía las escaleras, cobró conciencia de un extraño impulso de mirar hacia atrás. Rara vez había visto El Refugio tan aparentemente desierto, quizá fuera eso. O quizá fuera sólo que ese día estaba extrañamente nerviosa, llena de una ansiedad desacostumbrada en ella.

Las hormonas del embarazo, seguramente.

Había mirado en dos plantas del ala norte, sin éxito. No llamaba a todas las puertas, desde luego; sólo buscaba el carro de Alison. Pero no lo veía por ningún lado, y empezaba a estar tan cansada como impaciente cuando subió otro tramo de escaleras.

Últimamente se cansaba tan pronto… Y eso no presagiaba nada bueno a la hora de ocultar su estado a los ojos de águila de la señora Kincaid.

– Tiene que venir -murmuró al doblar otra esquina-. Tiene que venir.

– ¿Quién tiene que venir?

Ellie dio un respingo, asustada, y miró a aquella otra persona, que tampoco debía estar allí.

– Estaba… estaba hablando sola -dijo atropelladamente, y antes de que su interlocutor pudiera hacerle otra pregunta, añadió-: ¿Qué haces tú aquí?

– Te estaba esperando -dijo él.

Diana paseó la mirada por el salón silencioso y apacible, vagamente interesada, como siempre, en la peculiaridad de todo aquello. Los fuertes colores Victorianos habían desaparecido, los dibujos de las tapicerías y el papel de la pared parecían ahora sofocados y borrosos. Ningún relámpago centelleaba más allá de la pátina plateada y descolorida de las ventanas. Ningún trueno resonaba. Todo era gris y silencioso y frío.

Diana sabía que Quentin seguía sentado junto a ella, pero cuando volvió la cabeza él no estaba allí. Y, por un instante, sintió un arrebato de terror al preguntarse si esta vez sería capaz de encontrar la salida del tiempo gris.

– Será más difícil -dijo una voz dulce-. Ahora estás metida más hondo. Lo siento. Tiene que ser así.

Diana miró hacia la puerta y sintió únicamente un leve sobresalto al ver a la hermana a la que nunca había conocido. Tan delgada, pálida y acongojada como había aparecido en la terraza, esta vez Missy hablaba con energía, con una voz mucho más adulta y sabia de la que correspondía a los años que había vivido. Su rostro ovalado tenía una expresión solemne.

– Missy… -Como siempre, su voz le sonó extraña y hueca. Deseó sentir otra cosa que no fuera tristeza por aquella hermana desconocida, pero eso era lo único que sentía. Tristeza. Porque a Missy le habían arrebatado la vida, y a ella le habían arrebatado a su hermana.

Missy asintió con la cabeza.

– No tenemos mucho tiempo -dijo.

– Aquí no hay tiempo -repuso Diana-. Eso ya lo he descubierto.

– Sí, pero él está contigo. Al otro lado de la puerta que has abierto. No esperará mucho antes de… intervenir. Tiene miedo por ti.

– Miedo de que me quede… encerrada aquí.

– Sí.

– ¿Y será así?

– No lo sé. Sólo sé que tienes que estar aquí y que ahora es el mejor momento. Mientras hay tormenta. Hay mucha energía cuando hay tormenta, una energía que te ayuda. Por favor, Diana, ven conmigo.

Decidida a controlar aquello en parte, en lugar de verse arrastrada como una marioneta, Diana contestó:

– Dime una cosa. ¿Eres mi hermana?

Missy no vaciló.

– Sí.

– Entonces, ¿por qué no te recuerdo?

La niña dio un paso atrás; luego se volvió hacia la puerta.

– Ven conmigo, Diana.

A Diana no le sorprendió que su segunda pregunta quedara sin respuesta; sólo le extrañó que no sucediera lo mismo con la primera. Se levantó y salió tras Missy de la habitación.

– ¿Me estoy moviendo de verdad? -preguntó en voz alta-. ¿O sigo sentada allí, con Quentin?

Mientras caminaba sin hacer ningún ruido por el pasillo gris, hacia las escaleras, Missy contestó:

– Esta vez sólo estás aquí en espíritu.

Que era como solía visitar el tiempo gris, Diana lo sabía. Se había «despertado» demasiadas veces en su cama o sentada en una silla tras un «viaje» semejante como para no saberlo. Aun así, tenía una duda.

– ¿Por qué? Esta mañana fue distinto.

– Esta mañana necesitaba hablar a través de ti. Necesitaba que él y el otro policía me oyeran. Hacerte cruzar la puerta físicamente fue el primer paso. Después de eso estabas… conectada. Tú lo sentiste, la diferencia.

– Tenía frío. No lograba entrar en calor.

– Sí. Lo siento, pero necesitaba la conexión para más tarde. Para la cueva. Para poder hablar a través de ti. Pero te desgastó mucho. Más de lo que esperaba. Lo siento.

Diana aceptó la disculpa, pero cuanto más se alejaba de Quentin más nerviosa se sentía.

– ¿Adónde vamos?

– Hay una cosa que tengo que enseñarte.

Diana recordó el comentario irónico de Quentin acerca del papel curiosamente inútil que solían desempeñar los espíritus cuando había demasiadas preguntas y muy pocas respuestas.

– ¿Por qué no me dices simplemente quién te mató? -dijo.

Para su sorpresa, Missy le ofreció una respuesta. O algo parecido.

– Porque saber quién me mató no te ayudaría. Ni tampoco ayudaría a Quentin.

Era la primera vez que pronunciaba el nombre de Quentin, lo cual produjo en Diana una curiosa punzada que no supo explicarse.

– A él le ayudaría. Esto le ha… obsesionado todos estos años.

– Lo sé.

– Entonces, ¿no quieres tranquilizarle? ¿No quieres que deje todo esto atrás y siga con su vida?

– Sí. -Missy se detuvo y se volvió para mirarla en el pasillo frío y gris-. No pude cruzar, las otras veces que estuvo aquí. No podía llegar hasta él. Aunque trajo a otra médium al menos una vez, para intentarlo.

– Eso no me lo ha dicho.

– Fue hace mucho tiempo.

– ¿Cómo lo sabes? Aquí no pasa el tiempo.

Missy sonrió levemente.

– Porque él era más joven. Más joven y muy impaciente y decidido. Siempre he podido verle desde aquí. Sólo que no podía llegar hasta él. -Sus hombros delgados subieron y bajaron en un encogimiento.

– Ahora sí puedes. A través de mí. Así que, ¿por qué no le dices lo que quiere saber? ¿Por qué no le das la paz que busca?

– No soy yo quien puede dársela.

– Eso no es cierto.

– Diana, Quentin se culpa por no haberme protegido. Por no haberme salvado. Pero, sobre todo, se culpa porque en el fondo sabía lo que estaba pasando aquí. O, al menos, que pasaba algo malo. Podía sentirlo, lo mismo que yo. Nació con facultades extrasensoriales, con el don de la videncia, no lo adquirió el día que me encontró. La impresión sólo le hizo despertar, eso os todo.

– Missy…

– Él sentía que algo iba mal aquí, pero no podía creerlo. Era más mayor que yo, quizá fuera eso en parte. Tal vez era sólo que nadie le había explicado nunca por qué era distinto, y por lo tanto él decidió no serlo. Decidió ser como todo el mundo. Decidió no prestar atención a esas emociones que no podía explicar. Su mente le decía que ignorara lo que sentía, que dudara de sus sentidos. Escuchó a su mente, igual que tú has escuchado a los doctores todos estos años.

– Eso era distinto.

– No, era lo mismo. Tú sabías que no estabas loca. Sabías que no estabas enferma. Pero les escuchabas dé todos modos. Porque, en el fondo, te daba más miedo la verdad.

– No sé lo que quieres decir.

– Tú sabes, siempre lo has sabido, que el muro entre los vivos y los muertos no es algo sólido. Sabías que podías abrir puertas y dejarnos pasar. Sabías que podías cruzar esas puertas hasta nuestro lado. Sabías que podías caminar junto a nosotros.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Enfriar El Miedo»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Enfriar El Miedo» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


libcat.ru: книга без обложки
Mór Jókai
Kay Hooper - Jaque al miedo
Kay Hooper
Kay Hooper - Afrontar el Miedo
Kay Hooper
Kay Hooper - Hunting Fear
Kay Hooper
Kay Hooper - Stealing Shadows
Kay Hooper
Kay Hooper - Touching Evil
Kay Hooper
Kay Hooper - Sense Of Evil
Kay Hooper
Kay Hooper - Blood Sins
Kay Hooper
Kay Hooper - Blood Dreams
Kay Hooper
Отзывы о книге «Enfriar El Miedo»

Обсуждение, отзывы о книге «Enfriar El Miedo» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x