Peter Tremayne - Absolución Por Asesinato

Здесь есть возможность читать онлайн «Peter Tremayne - Absolución Por Asesinato» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Исторический детектив, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Absolución Por Asesinato: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Absolución Por Asesinato»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Durante el sínodo de Whitby, en el año 664 d.C, la Iglesia romana y la Iglesia celta se encuentran más enfrentadas que nunca. De hecho, estamos ante lo que puede llegar a ser una guerra de religiones en la Europa de las edades oscuras.
En ese ambiente, entre sacerdotes, doctores y reyes, empiezan a aparecer cadáveres brutalmente asesinados.
Entre sospechas y recelos, se encomienda la investigación a una monja de obediencia celta especialista en derecho, sor Fidelma, pero se le asigna como colaborador a un sajón perteneciente a la Iglesia romana, Eadulf, de quien se desconocen las intenciones. Mientras, a las puertas de la abadía la peste hace estragos y se prepara una conspiración contra el rey de Northumbria.

Absolución Por Asesinato — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Absolución Por Asesinato», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Oswio suspiró exasperado.

– Esto ya se ha complicado demasiado. Es hora de que nos digáis quién es el amante celoso de Étain. ¿Quién es ese hombre?

Sor Fidelma esbozó una sonrisa melancólica.

– ¿Quién ha dicho que se trate de un hombre?

Se volvió lentamente hacia el lugar en el que se encontraba Gwid, en silencio, con el rostro macilento, la expresión glacial y los dientes apretados. Sus ojos negros devolvieron a Fidelma una mirada cargada de odio.

– Hermana Gwid, ¿os importaría explicar cómo os habéis hecho en el hábito ese desgarrón que habéis intentado zurcir? ¿Es quizá de cuando os escondisteis bajo el lecho de Athelnoth para evitar que os viese sor Athelswith?

Antes de que nadie pudiese darse cuenta de lo que hacía, Gwid sacó un cuchillo de entre sus ropajes y se lo lanzó con todas sus fuerzas. Todo pareció suceder de forma ralentizada. La reacción inesperada de la picta sorprendió tanto a Fidelma que quedó petrificada. Pudo oír un ronco grito de alarma e inmediatamente después quedó sin aliento a causa del peso de un cuerpo que la golpeó y dio con ella en el suelo.

Entonces se oyó un chillido estridente. La fuerza de la caída hizo que se estremeciera de dolor al caer al pavimento de piedra, donde se encontró abrazada por un jadeante Eadulf, que se había lanzado hacia ella para apartarla de la trayectoria del letal cuchillo. La hermana levantó la cabeza en un intento de localizar el origen del chillido.

Era Agatho, que se hallaba de pie detrás de ella. El arma de Gwid se había ido a clavar en su hombro, y la túnica del religioso empezaba a teñirse de sangre. Incrédulo, permaneció unos instantes mirando la empuñadura, y entonces rompió a sollozar y a dar gemidos.

Gwid corrió hacia la puerta, pero el ciclópeo rey Oswio llegó antes que ella e intentó reducirla. La hermana era fuerte, hasta tal punto que logró apartar al soberano. Estaba hecha una furia, así que Oswio se vio forzado a sacar la espada para mantenerla a raya, al mismo tiempo que llamaba a sus guardias. Hicieron falta dos de ellos para arrastrarla fuera de la cámara. La hermana no dejaba de gritar mientras se la llevaban, siguiendo las órdenes del rey, para encerrarla en una celda bajo estrecha vigilancia.

El rey examinó con aire compungido los rasguños que había dejado en sus antebrazos el forcejeo con Gwid. Luego dirigió la mirada hacia el lugar donde Eadulf ayudaba a Fidelma a ponerse en pie.

– Esto bien merece una explicación, hermana -declaró, para añadir inmediatamente, en tono más amable-: ¿Estáis herida?

Eadulf, solícito y algo mimoso, le había procurado una copa de vino, que ella rechazó.

– Es Agatho el que está herido.

Se volvieron hacia donde se hallaba el hermano. Junto a él, sor Athelswith hacía lo posible por restañarle la herida. Agatho se reía, a pesar del puñal que aún tenía clavado en el hombro y de la sangre que empapaba sus vestiduras, y canturreaba con su voz estridente:

– ¿Quién, si no los dioses, puede vivir para siempre indolente?

– Lo llevaré a fray Edgar, nuestro médico -se ofreció la domina.

– Sí. -Fidelma subrayó su conformidad con una sonrisa-. El hermano Edgar no tendrá dificultades para tratar la herida provocada por el cuchillo, pero me temo que no podrá hacer gran cosa por la mente de este desdichado -Dicho esto, se volvió hacia los otros mientras la anciana acompañaba a Agatho, y observó con un mohín:

– Había olvidado lo veloz y fuerte que puede llegar a ser la hermana Gwid. -Su voz tenía algo de disculpa-. No esperaba ni por asomo que reaccionase con tanta violencia.

La madre Abbe la miró malhumorada.

– ¿De verdad estáis diciendo que la hermana ha cometido por sí sola todos estos horribles crímenes?

– En efecto, y ella misma acaba de ofrecernos la prueba definitiva de su culpabilidad.

– De eso no cabe duda -convino la abadesa Hilda, cuyo rostro reflejaba aún el estado de conmoción en que la había sumido aquel desenlace-. Sin embargo, ¡una mujer… con tanta fuerza…!

Fidelma sonrió a Eadulf diciendo:

– Ahora sí que beberé vuestro vino.

El fraile, aún preocupado, le tendió la copa, que ella le devolvió tras apurarla.

– Sabía que Gwid adoraba a Étain, y que incluso se acicalaba cuando estaba con ella, pero cometí un grave error al suponer que buscaba su amistad sólo porque sentía hacia ella un gran respeto y admiración. Nos volvemos muy sabios cuando ya todo ha sucedido. La hermana asistió en Emly a las clases de Étain, y con el tiempo la profesora se convirtió en el objeto de la admiración de la alumna, una muchacha desdichada y solitaria que, dicho sea de paso, había vivido cinco años en este reino en calidad de esclava, pues, siendo aún una niña, la habían hecho prisionera y arrebatado de la tierra de sus padres.

»A1 parecer, Gwid sintió un gran pesar cuando Étain dejó Emly para aceptar el abadiato de Kildare. No pudo acompañarla, porque aún había de permanecer un mes más en la abadía. Cuando por fin tuvo la oportunidad de seguirla, se enteró de que Étain tenía pensado dirigirse a Northumbria a fin de participar en el debate, y decidió emprender el viaje de Irlanda a Iona. Allí, en Iona, fue donde yo conocí a Gwid, que afirmó ser la secretaria de Étain para así poder viajar con nosotros hasta Streoneshalh.

«Durante todo este tiempo he tenido ante mis ojos indicios de lo que estaba sucediendo. Cuando me encontré aquí con Étain se mostró vacilante a la hora de reconocer que Gwid era su secretaria. De hecho, como aseguró mas tarde Athelnoth, Gwid no la había seguido a instancias de la abadesa, sino por iniciativa propia. El sacerdote estaba convencido de que Étain ofreció a Gwid dicho cargo después de haber llegado a Streoneshalh, y sólo por compasión. Por supuesto, no nos dijo por qué estaba tan seguro, ya que se habría visto obligado a revelar su relación con Étain.

»Sin embargo, Seaxwulf, el secretario de Wilfrid, nos proporcionó la confirmación de este hecho cuando aseguró que Gwid no gozaba en realidad de la confianza de Étain. Ni siquiera estaba al corriente de las negociaciones que la abadesa mantenía en secreto con Wilfrid. Al conocer la existencia de dichas reuniones quedamos tan horrorizados que pasamos por alto ese punto, fundamental en la investigación.

Fidelma hizo una pausa, se sirvió otra copa de vino y bebió con gesto meditabundo.

– Gwid profesaba a Étain una adulación fuera de lo normal, una pasión que la abadesa nunca podría corresponder. Y ésta me lo comunicó, pero yo no fui capaz de verlo. Me dijo que Gwid, toda una erudita de la lengua griega, pasaba más tiempo rindiendo culto a la poesía de Safo que interpretando los Evangelios. Debí, puesto que conozco dicha lengua, haber supuesto cuál era el sentido último de este comentario.

Oswio interrumpió.

– Yo no sé griego. ¿Quién es Safo?

– Una poetisa de la antigua Grecia -intervino Eadulf.

– Una poetisa lírica nacida en Eresos, en la isla de Lesbos. Reunió a su alrededor a un grupo de mujeres y muchachas, y sus poemas reflejan la intensidad apasionada de su amor hacia ellas, así como del que ellas le profesaban. El poeta Anacreonte sostiene que se trataba de amor sexual, pues se debe a Safo que el nombre de la isla, Lesbos, haya dado origen al término que denota la homosexualidad femenina.

La abadesa Hilda se mostró incómoda.

– ¿Estáis diciendo que la hermana Gwid profesaba a Étain una… un… un amor anormal?

– Sí, y se trataba de una pasión desesperada. En prueba de su amor, envió a la abadesa copias de dos poemas de Safo. Étain dio uno de ellos a su propio amado, Athelnoth. Imagino que lo hizo con la intención de ponerlo al corriente de lo que sucedía, pues él nos habló de hasta qué punto la admiraba Gwid. El otro lo guardó ella misma.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Absolución Por Asesinato»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Absolución Por Asesinato» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Peter Tremayne - Penance of the Damned
Peter Tremayne
Peter Tremayne - Behold a Pale Horse
Peter Tremayne
Peter Tremayne - Absolution by Murder
Peter Tremayne
Peter Tremayne - Dancing With Demons
Peter Tremayne
Peter Tremayne - Master of Souls
Peter Tremayne
Peter Tremayne - Whispers of the Dead
Peter Tremayne
Peter Tremayne - The Leper's bell
Peter Tremayne
libcat.ru: книга без обложки
Peter Tremayne
libcat.ru: книга без обложки
Peter Tremayne
Peter Tremayne - Suffer Little Children
Peter Tremayne
Peter Tremayne - El Valle De Las Sombras
Peter Tremayne
Отзывы о книге «Absolución Por Asesinato»

Обсуждение, отзывы о книге «Absolución Por Asesinato» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x