Anne Perry - El pasado vuelve a Connemara

Здесь есть возможность читать онлайн «Anne Perry - El pasado vuelve a Connemara» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Детектив, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

El pasado vuelve a Connemara: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «El pasado vuelve a Connemara»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Los planes de Emily Radley para Navidad quedan en nada cuando se entera de que su tía Susannah se está muriendo. A pesar de que no tenían mucha relación, Emily decide ir hasta Irlanda para acompañarla en sus últimos días. A su vez, Daniel, el único superviviente de un naufragio a causa de una tormenta, busca cobijo en el hogar de Susannah. Emily acabará irremediablemente envuelta en la investigación de la muerte sin resolver de Connor, otra víctima de un naufragio, varios años atrás, y lo que descubrirá es que algunas personas serán capaces de hacer cualquier cosa para mantener a salvo sus secretos.

El pasado vuelve a Connemara — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «El pasado vuelve a Connemara», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Emily y Susannah se sentaron junto al fuego con el té, unos bollos, mantequilla, mermelada y nata. Emily echó a faltar la viveza de las llamas de un fuego de carbón o de leña, pero empezaba a acostumbrarse al olor tosco de la turba.

Le describió a Susannah la mañana en la iglesia, y después el paseo de vuelta que dio con Daniel, las preguntas que él había hecho y cómo su sagacidad le había alterado las ideas, haciéndole comprender lo que había querido decir el padre Tyndale acerca de Connor Riordan.

Susannah permaneció inmóvil un buen rato sin contestar, con la cara pálida y angustiada.

– ¿No es eso por lo que querías que viniera en realidad? -le preguntó Emily con cariño, inclinándose un poco hacia delante. No le gustaba ser tan directa, pero no tenía ni idea de cuánto tiempo tenían para averiguar la verdad.

– La verdad es que yo escribí a Charlotte -dijo Susannah con tono de disculpa-. Pero eso fue antes de que Thomas me dijera que de hecho tú también le habías ayudado mucho, al principio. Lo siento. Es un poco descortés, pero no queda tiempo para educadas evasivas.

– No -corroboró Emily-. Necesito tu ayuda. ¿Te apetece dármela? Si no, acordaremos no hacer nada.

Susannah pestañeó.

– No hacer nada. Eso suena tan… endeble, tan deshonesto.

– ¿O discreto? -apuntó Emily.

– En este caso eso es un eufemismo de cobardía -le dijo Susannah.

– ¿De qué tienes miedo? ¿De que haya sido alguien a quien aprecias?

– Claro.

– ¿No es mejor saber quién ha sido que sospechar de todos?

Susannah se veía muy pálida, incluso bajo la luz del candil.

– A menos que sea alguien a quien aprecio de forma especial.

– ¿Como el padre Tyndale?

– No pudo ser él -dijo Susannah al instante.

– ¿O alguien a quien Hugo apreciaba? -añadió Emily-. ¿O a quien protegía?

Susannah sonrió.

– Tú piensas que me da miedo que lo hiciera él, para proteger al pueblo de la perspicaz mirada de Connor.

– ¿Y no es así? -Emily odió hacer esa pregunta, pero una vez planteada cualquier subterfugio era tan rotundo como una respuesta.

– Tú no conocías a Hugo -dijo Susannah con una voz tenue y llena de ternura. Era como si los años transcurridos desde su muerte se hubieran desvanecido, y él acabara de salir por la puerta a dar un paseo, no para siempre-. No estás hablando de mi miedo, querida, sino del tuyo.

Emily no daba crédito.

– ¿Del mío? A mí no me preocupa quién mató a Connor Riordan, salvo porque te afecta a ti.

– Miedo de eso, no -corrigió Susannah-. Dudas de Jack, te preguntas si te quiere, si te extraña tanto como tú esperas. Quizá empiezas a darte cuenta de que no le conoces tan bien como él a ti.

Emily estaba atónita. Aquellos pensamientos apenas habían llegado a un nivel consciente, y sin embargo ahí estaba Susannah enunciándolos en voz alta, y esa negativa que había acudido a sus labios no serviría de nada.

– ¿Qué te hace pensar eso? -dijo con la voz tomada.

Susannah la miraba con mucha ternura.

– La forma como hablas de él. Le quieres, pero hay tantas cosas que ignoras… Jack es joven, acaba de cumplir cuarenta años, y sin embargo no conoces a sus padres, ni sabes si tiene hermanos o hermanas, no hablas de ellos y por lo visto él tampoco. En este momento compartes su tarea parlamentaria y social, pero ¿qué sabes o compartes sobre quién era antes de que lo conocieras, y de lo que le ha hecho ser quienes?

De pronto Emily sintió que estaba al borde de un precipicio, y que perdía el equilibrio. Esa noche se celebraba la cena de la duquesa. ¿Estaría Jack allí? ¿Sentado al lado de quién? ¿La echaba de menos?

Susannah le hizo una leve caricia con la punta de los dedos.

– Probablemente esto no tiene demasiada importancia. No significa que haya algo desagradable, pero el hecho de que no lo sepas indica que te asusta. No creo que sea porque no te importe. Si le quieres, todo lo suyo te importa.

– Él nunca habla de eso -dijo Emily en voz baja-, así que yo no pregunto. Me ocupo de que mi familia nos baste a los dos. -Levantó la vista hacia Susannah-. Tú quieres a la gente de Hugo, ¿verdad? Este pueblo, este paisaje salvaje, la costa, incluso el mar.

– Sí -contestó Susannah-. Al principio me resultó duro y extraño, pero me acostumbré, y luego cuando su belleza pasó a formar parte de mi vida, empecé a amarlo. Ahora no viviría en ningún otro sitio. Y no solo porque Hugo vivió y murió aquí, sino por sí mismo. La gente ha sido buena conmigo. Han permitido que me convierta en uno de ellos, en alguien de aquí. No quiero abandonarlos sin dejar esto resuelto, sea cual sea la respuesta. No quiero irme sin que haya terminado.

– Pues ayúdame, y yo haré lo que pueda para averiguar la respuesta -prometió Emily.

* * *

Emily empezó a pensar seriamente en ello aquella noche, pero estaba demasiado cansada porque con la tormenta apenas había dormido, y hasta la mañana siguiente no sintió que tenía la mente suficientemente clara como para ser perspicaz.

Se fue a dar un buen paseo, no hacia el pueblo esta vez sino en dirección contraria, a lo largo de la orilla, donde estaban las charcas de roca y el viento susurraba entre la hierba.

Las preguntas sobre el método y la oportunidad de matar a Connor Riordan serían difíciles, o incluso imposibles de contestar después de siete años. Las únicas pistas residían en el motivo. Connor Riordan había descubierto secretos tan peligrosos y dolorosos para que le mataran, ¿sobre quién? ¿Ya conocía a alguien de la aldea antes de que el mar le arrojara allí aquella noche?

Cuando Maggie O'Bannion acudió a limpiar las chimeneas y a ocuparse de otras tareas pesadas como la ropa de cama, Emily decidió ayudarla. En parte porque le incomodaba no hacer nada, pero en realidad para tener la oportunidad de charlar con naturalidad con Maggie mientras trabajaban juntas.

– Oh, no, señora Radley, le aseguro que puedo hacerlo sola -protestó Maggie al principio, pero cuando Emily insistió, aceptó con bastante satisfacción. Emily no le dijo que hacía mucho tiempo que no se ocupaba personalmente de una tarea doméstica, pero dada su torpeza, Maggie seguramente lo supuso enseguida.

– Parece que Daniel se va recuperando -comentó Emily, mientras metían las toallas en la enorme caldera de cobre del lavadero y añadían el jabón-, aunque aún tardará un poco.

– Claro que tardará, pobre chico -añadió Maggie, y sonrió al ver que Emily se sorprendía de que el jabón fuera comprado, y no fabricado en casa.

Emily se sonrojó.

– Recuerdo cuando lo fabricaba -dijo, aunque Maggie no había hecho ningún comentario.

– El señor Ross hacía las cosas muy bien -aseguró Maggie-. Iba a Galway una vez cada quince días como mínimo y le compraba a ella todo lo mejor, prácticamente hasta el día que murió.

– ¿No estaba enfermo? -preguntó Emily.

– No, fue todo repentino. Un ataque al corazón, allí en la ladera. Donde le habría gustado morir. No conocerá nunca a un hombre mejor que él.

– ¿Su familia procede de esta zona? -Ahora Emily estaba barriendo el suelo con la escoba, tarea que difícilmente podía hacer mal. Maggie estaba ocupada mezclando ingredientes para fabricar más cera para los muebles. Aquello olía a lavanda, y a algo más intenso y muy agradable.

– Oh, sí -dijo Maggie con entusiasmo-. Era primo de Dick Humanidad Martin.

– ¿Dick Humanidad? -A Emily le pareció divertido, pero no tenía ni idea de quién estaba hablando. De un héroe local, seguramente.

– Le llamaban el rey de Connemara. -Maggie sonrió e irguió un poco más los hombros-. Se pasó toda la vida evitando la crueldad con los animales. Allá en Londres, básicamente.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «El pasado vuelve a Connemara»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «El pasado vuelve a Connemara» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «El pasado vuelve a Connemara»

Обсуждение, отзывы о книге «El pasado vuelve a Connemara» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x