Johan Theorin - La tormenta de nieve

Здесь есть возможность читать онлайн «Johan Theorin - La tormenta de nieve» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Детектив, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

La tormenta de nieve: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «La tormenta de nieve»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Un relato inquietante y fantasmagórico sobre la tragedia de una familia y los secretos enterrados en la isla de Öland.
Un crudo invierno golpea la isla sueca de Öland. Katrine y Joakim Westin han abandonado la ciudad y se han mudado a la isla con sus hijos, donde han comprado la vieja y señorial casa de Eel Point, junto al faro. Sin embargo, su idílico retiro termina cuando el cadáver de Katrine es hallado en la playa.
A partir de ese funesto día, Joakim tendrá que luchar para mantener la cordura y ocuparse de sus hijos. Además, la casa que a priori parecía el perfecto hogar se va convirtiendo en una maligna influencia para él. Joakim nunca ha sido supersticioso, pero ¿de dónde proceden los susurros que oye en Eel Point? ¿Con quién habla su hija en sueños una noche tras otra?
El fin de año está al caer y una terrible tormenta de nieve se acerca a la isla; Joakim teme que las historias marineras que ha oído sobre maldiciones en Eel Point sean ciertas…
Los muertos son nuestros vecinos en la isla, y hay que aprender a convivir con ellos.
Un relato inquietante y fantasmagórico sobre la tragedia de una familia y los secretos enterrados en la isla de Öland.
Un crudo invierno golpea la isla sueca de Öland. Katrine y Joakim Westin han abandonado la ciudad y se han mudado a la isla con sus hijos, donde han comprado la vieja y señorial casa de Eel Point, junto al faro. Sin embargo, su idílico retiro termina cuando el cadáver de Katrine es hallado en la playa.
A partir de ese funesto día, Joakim tendrá que luchar para mantener la cordura y ocuparse de sus hijos. Además, la casa que a priori parecía el perfecto hogar se va convirtiendo en una maligna influencia para él. Joakim nunca ha sido supersticioso, pero ¿de dónde proceden los susurros que oye en Eel Point? ¿Con quién habla su hija en sueños una noche tras otra?
El fin de año está al caer y una terrible tormenta de nieve se acerca a la isla; Joakim teme que las historias marineras que ha oído sobre maldiciones en Eel Point sean ciertas…
Los muertos son nuestros vecinos en la isla, y hay que aprender a convivir con ellos.

La tormenta de nieve — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «La tormenta de nieve», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Y, sin embargo, no era solo ella quien había cometido un error.

De pronto, se dio cuenta de que Gerlof había dejado de hablar y la observaba.

– Así es -dijo-. Todo cambia.

La cinta seguía girando en la grabadora, sobre la mesa.

– Sí, son nuevos tiempos -convino Tilda en voz alta-. ¿Qué te viene a la cabeza cuando recuerdas los viejos?

– Bueno…, en mi caso se trata de la marina mercante -contestó él, y de nuevo miró de reojo la grabadora con desconfianza-. Los hermosos barcos que atracaban en el puerto de Borgholm. Cómo olían cuando se subía a bordo…, a alquitrán de pino, a pintura, a fueloil…, al agua estancada del lastre en las bodegas, y al aroma del guiso de la cocina.

– ¿Qué era lo mejor de entonces? -preguntó Tilda.

– La tranquilidad… y el silencio. Que las cosas tomaran su tiempo. Cuando yo navegaba, la mayoría de los barcos tenían pequeños motores; los que solo tenían velas, no podían hacer nada cuando el viento se calmaba por la tarde. Entonces, se echaba el ancla y se esperaba a que volviera a soplar el viento a la mañana siguiente. Y nadie sabía con certeza dónde se encontraba el barco antes de que aparecieran el teléfono y las radios de onda corta. Sencillamente, un día aparecía en el horizonte, de camino a su puerto base, con las velas izadas. Y entonces las esposas podían respirar tranquilas por aquella vez.

Tilda asintió. De pronto, volvió a pensar en la notificación errónea de la muerte de la semana anterior, y preguntó:

– ¿Qué sabes de la casa de ludden, Gerlof?

– ¿ludden? Bueno, bastante. Desde el punto de vista de Stenvik, estaba en el lado equivocado de la isla, pero tu abuelo era vecino de ellos.

– ¿Sí?

– Casi. Su casa se encontraba a un par de kilómetros al norte. Ragnar pescaba anguilas en el cabo, y vigilaba los faros.

– ¿Existe alguna historia especial sobre ese lugar?

– Sí, la casa tuvo cierta fama -respondió él-. Se dice que las piedras de los cimientos proceden de una vieja capilla abandonada, y la madera de la vivienda de un naufragio. Ya entonces estaba de moda el reciclaje.

– ¿Por qué solo funciona uno de los faros? -preguntó Tilda.

– Ocurrió un accidente, creo que hubo un incendio… Se construyeron para diferenciar ludden de los otros lugares de Öland que tenían faro, pero finalmente resultó demasiado caro encender dos faros todas las noches. Con uno era suficiente. -Gerlof recapacitó un rato y añadió-: Además, hoy día los barcos navegan con la ayuda de satélites, así que ya no son necesarios.

– Tiempos modernos -apuntó ella.

– En efecto. El zapato derecho y el izquierdo.

En la habitación se hizo el silencio.

– ¿Has visitado el cabo? -preguntó Gerlof.

Tilda asintió. Habían abandonado la conversación sobre la familia Davidsson, y apagó la grabadora.

– Estuve en la casa la semana pasada -añadió-. Hubo un accidente.

– Sí, lo leí en el Ölands-Posten . Una mujer joven se ahogó. ¿No se trataba de la madre de la familia que ha comprado la casa?

– Sí.

– ¿Quién la encontró?

Tilda titubeó.

– No debería hablar de esto.

– No, claro. Es un asunto policial. Y una tragedia.

– Sí. Sobre todo para el marido y los hijos.

Sin embargo, finalmente optó por contarle a Gerlof la mayor parte de la historia. Que la habían llamado para que acudiera al lugar del accidente y los detalles sobre el cuerpo que habían sacado del mar, junto a los faros.

– La mujer, Katrine Westin, estaba sola. Almorzó y puso el lavaplatos. Después bajó a la playa y fue hasta el final del rompeolas. Y una vez allí, resbaló o se tiró al agua.

– Y se ahogó -añadió Gerlof.

– Sí. Murió ahogada, aunque en ese punto el agua no es nada profunda.

– En algunas partes, sí. En el rompeolas hay más profundidad; yo he visto veleros atracar allí. ¿Había alguien presente cuando ocurrió el accidente?

Ella negó con la cabeza.

– No ha llamado ningún testigo. La costa estaba desierta.

– La costa de Öland casi siempre está desierta en invierno -apuntó Gerlof-. ¿Y no había más indicios en ludden? ¿Pudo empujarla alguien?

– No, estaba sola en el rompeolas. Además, para acceder a él, hay que pasar por la playa, y no había más huellas en la arena. -Tilda miró la grabadora-. ¿Podrías contarme algo de Ragnar?

Gerlof no pareció escucharla. Se levantó con dificultad y se acercó al escritorio. Sacó una libreta negra de uno de los cajones.

– Siempre apunto el tiempo que hace -explicó. Pasó una hoja-. Ese día casi no hubo viento. Tenía una fuerza de cuatro nudos.

– Sí, es cierto. En ludden el mar estaba en calma.

– Así que ninguna ola pudo borrar las huellas -dijo Gerlof.

– No. Y las de los zapatos de la mujer aún seguían en la playa. Yo misma las vi.

– ¿Tenía heridas?

Tilda tardó en responder. La asaltó una imagen que no quería recordar.

– Apenas la vi un momento, pero tenía una pequeña herida en la frente.

– ¿Un arañazo?

– Sí…, seguramente a causa de la caída. Se golpearía con las piedras al caer.

Él se sentó despacio.

– ¿Tenía enemigos?

– ¿Qué?

– La mujer ahogada… ¿Tenía enemigos?

Ella suspiró.

– ¿Cómo voy a saberlo, Gerlof? ¿Suelen las madres de familia tener enemigos mortales en esta isla?

– Estaba pensando que…

– Cambiemos de tema. -Tilda miró con seriedad a su anciano pariente-. Sé que te gusta darle vueltas a las cosas, pero no voy a hablar más de esto contigo.

– De acuerdo, tú eres la policía -respondió él.

– Policía de proximidad, no de homicidios -apuntó ella enseguida-. Y, además, no se ha abierto ninguna investigación por homicidio. No hay indicios de que se haya cometido un crimen. El marido tampoco cree que haya sido un accidente, pero no sabe quién habría podido matarla.

– Sí, sí -dijo Gerlof-, solo pensaba un poco. Me gusta hacerlo, como tú dices.

– Vale. Pero ahora tenemos que grabar un rato más.

Él guardó silencio.

– Lo enciendo, ¿vale? -dijo Tilda.

– ¿Quizá por mar? -sugirió Gerlof.

– ¿Qué?

– Si alguien hubiera llegado en barca y atracado en el rompeolas del faro de ludden -señaló él-, no habría huellas en la playa.

Ella suspiró.

– Entonces tendré que buscar una barca. -Luego lo miró y preguntó-: Gerlof, ¿te resulta aburrida la grabación?

Él titubeó.

– No me gusta hablar de parientes muertos -respondió al cabo de un rato-. Tengo la sensación de que nos escuchan a través de las paredes.

– Yo creo que estarían orgullosos.

– Puede que sí, puede que no -dijo Gerlof-. Depende de lo que se cuente de ellos.

– Sobre todo quiero hablar del abuelo -le recordó Tilda.

– Lo sé. -El hombre asintió con semblante serio-. Pero quizá él también esté escuchando.

– ¿Ragnar era un hermano mayor difícil?

Gerlof guardó silencio durante unos segundos.

– Tenía sus cosas. Era bastante rencoroso. Si se sentía engañado, nunca volvía a tratar a esa persona… Jamás olvidaba un agravio.

– Yo no lo recuerdo -comentó ella-. Papá tampoco se acordaba mucho. Al menos, no solía hablar de él.

Se hizo de nuevo el silencio.

– Ragnar murió congelado durante una tempestad de invierno -prosiguió Gerlof-. Hallaron el cuerpo en la playa, al sur de su casa. ¿Te lo contó tu padre?

– Sí, fue él quien lo encontró. Creo que el abuelo había salido a pescar -dijo Tilda-. Eso me contó papá.

– Ese día había recogido las nasas -explicó el anciano-, y al arreciar el viento atracó en ludden. Era guarda de los faros y la gente solía verlo por allí. La barca debió de ser arrastrada por las olas, pues él volvía a casa a pie por la playa… y entonces llegó la tormenta. Ragnar murió en la nieve.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «La tormenta de nieve»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «La tormenta de nieve» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Georges-Jean Arnaud - L'éternité pour nous
Georges-Jean Arnaud
Johan Theorin - The Quarry
Johan Theorin
John Nichol - Tornado Down
John Nichol
Johan Theorin - The Darkest Room
Johan Theorin
Kirill Bulychev - La Doncella de nieve
Kirill Bulychev
libcat.ru: книга без обложки
Johan Theorin
Juan Moisés De La Serna - Nieve De Colores
Juan Moisés De La Serna
Отзывы о книге «La tormenta de nieve»

Обсуждение, отзывы о книге «La tormenta de nieve» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x