P. James - El Pecado Original

Здесь есть возможность читать онлайн «P. James - El Pecado Original» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Детектив, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

El Pecado Original: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «El Pecado Original»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Después de su aclamada novela Hijos de los hombres, una incursión en la utopía negativa, P. D. James regresa al género que más la caracteriza, el policial clásico, y a su detective y poeta, el inconformista Adam Dalgliesh.
Pecado original transcurre en el ámbito de una editorial de larga data, ubicada en un palacete estilo veneciano sobre el río Támesis. La editorial Peverell, fundada en 1792, atraviesa momentos decisivos. Henry Peverell, su presidente, acaba de morir; su socio francés, Jean Philippe Etienne, se ha jubilado, y el inescrupuloso hijo de éste, Gerard, ha asumido la presidencia y la gerencia general de la casa editora.
Gerard Etienne se ha ganado enemigos: una amante despechada, un autor rechazado y humillado, y los sufridos colegas de Peverell. Cuando lo encuentran muerto en las instalaciones de la editorial, con el cuerpo extrañamente profanado, no faltan sospechosos.

El Pecado Original — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «El Pecado Original», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Estas palabras, un torpe intento por recobrar la dignidad, incluso a ella misma le sonaron represivas y pomposas. Mandy las recibió con un encogimiento de hombros y se fue sin decir nada más; los ecos de su ruidoso adiós a la señora Demery resonaron en el vestíbulo.

Mandy había salido notablemente animada de su entrevista con la policía y había ido de inmediato a la cocina para comentarla con la señora Demery, George y Amy. A Blackie le habría gustado estar con ellos, pero había juzgado impropio de su posición que la encontraran cotorreando con el personal subalterno. Era consciente, además, de que no habrían acogido con agrado tal intromisión en su intimidad y sus especulaciones. Por otra parte, tampoco los socios la habían invitado a reunirse con ellos cuando estaban encerrados en la sala de juntas, ni había ido a verla nadie excepto la señora Demery cuando la llamaban pidiendo más café y bocadillos. Blackie tenía la sensación de que en Innocent House no había ningún lugar en el que su presencia fuese deseada ni en el que pudiera ya sentirse como en casa.

Pensó en las últimas palabras de Mandy. ¿Era eso lo que le había dicho a la policía, que el señor Gerard se portaba como un cerdo con ella? Pero, qué pregunta: claro que se lo había dicho. ¿Por qué iba a guardar silencio sobre nada de lo que ocurría en Innocent House Mandy la forastera, que había llegado mucho después de que empezara la serie de bromas pesadas, que podía sentir un interés despreocupado y casi placentero por la intriga, refugiada en la seguridad que le proporcionaba el conocimiento de su propia inocencia, libre de afectos personales, ajena a cualquier lealtad personal? Mandy, a cuyos ojillos perspicaces nada pasaba por alto, debía de haber sido un regalo para la policía. Y había estado mucho tiempo con ellos, casi una hora, sin duda mucho más de lo que su importancia en la empresa podía justificar. Una vez más, y en vano, puesto que ya no se podía cambiar nada, Blackie repasó mentalmente su entrevista. No la habían llamado de los primeros. Había tenido tiempo para prepararse, para pensar en lo que diría. Y lo había pensado. El miedo le había aguzado la mente.

La entrevista tuvo lugar en el despacho de la señorita Claudia, y con sólo dos policías presentes: la inspectora y un sargento. Blackie había acudido creyendo que vería al comandante Dalgliesh, y su ausencia la desconcertó de tal manera que respondió a las primeras preguntas sin saber muy bien si realmente había empezado la entrevista, medio esperando verlo aparecer por la puerta. También le sorprendió que ningún magnetófono grabara la conversación. La policía casi siempre lo hacía así en las series policíacas que a su prima le gustaba ver en Weaver’s Cottage, pero quizás eso venía más tarde, cuando ya tenían un sospechoso principal y lo interrogaban tras haberle informado de sus derechos. Y entonces, naturalmente, estaría presente un abogado. Ahora se hallaba sola. No había habido ninguna advertencia previa, ninguna insinuación de que aquello fuera algo más que una informal charla preliminar. La inspectora se encargó de hacer casi todas las preguntas mientras el sargento tomaba notas, pero él también intervenía de vez en cuando sin cohibirse ante su superiora, con una tranquila seguridad que daba a entender que estaban acostumbrados a trabajar juntos. Los dos se habían mostrado muy corteses, casi indulgentes, pero ella no se dejó engañar: a pesar de todo, la estaban interrogando, e incluso las expresiones formales de simpatía, la delicadeza, formaban parte de su técnica. Al reflexionar en su despacho, a Blackie le sorprendió que hubiera sido capaz de darse cuenta de ello, que hubiera podido reconocerlos como los enemigos que eran incluso en su tumultuoso temor.

Empezaron con una serie de preguntas sencillas acerca del tiempo que llevaba en la empresa, de cómo se cerraba el edificio por la noche, quién tenía llaves y quién podía manipular las alarmas antirrobo, la distribución habitual de la jornada e incluso los turnos para el almuerzo. Mientras las contestaba, Blackie empezó a sentirse más a sus anchas, aunque era consciente de que se las hacían precisamente con esa intención.

Al fin, la inspectora Miskin comentó:

– Trabajó usted para el señor Henry Peverell durante veintisiete años, hasta el momento de su muerte, y luego pasó a trabajar para el señor Etienne cuando éste asumió los cargos de presidente y director gerente el pasado mes de enero. Debió de ser un cambio difícil para usted y para la empresa.

Ya se esperaba algo así. Tenía la respuesta a punto.

– Era distinto, desde luego. Llevaba tanto tiempo trabajando para el anciano señor Peverell que, naturalmente, confiaba en mí. El señor Gerard era más joven y tenía otros métodos de trabajo. Tuve que adaptarme a una personalidad distinta. A todas las secretarias personales les ocurre cuando las circunstancias les hacen cambiar de jefe.

– ¿Encontraba satisfactorio trabajar para el señor Etienne? ¿Le gustaba como jefe?

Esta vez fue el sargento quien habló, mientras sus ojos oscuros de mirada neutra buscaban los de ella.

– Lo respetaba -respondió Blackie.

– No es exactamente lo mismo.

– No siempre puede gustarte el jefe. Creo que empezaba a acostumbrarme a él.

– ¿Y él a usted? ¿Y al resto de la empresa? Estaba introduciendo muchos cambios, ¿verdad? Los cambios siempre provocan algún dolor, sobre todo en una organización que lleva mucho tiempo funcionando. En el Yard lo sabemos muy bien. ¿No hubo despidos, amenazas de despidos, un posible traslado a una nueva sede, la propuesta de vender Innocent House?

A eso replicó:

– Tendrán que preguntárselo a la señorita Claudia. El señor Gerard no comentaba la política de la empresa conmigo.

– A diferencia del señor Peverell. El paso de confidente a secretaria corriente no pudo ser agradable.

Ella no dijo nada. A continuación, la inspectora Miskin se inclinó hacia delante y le pidió en tono confidencial, casi como si fueran un par de muchachas a punto de compartir un secreto femenino:

– Háblenos de la serpiente. Háblenos de Sid la Siseante.

Entonces Blackie les contó cómo había llegado la serpiente a la oficina unos cinco años antes, el día de la fiesta de Navidad, traída por una taquimecanógrafa interina de cuyo nombre y dirección ya nadie se acordaba. Tras la fiesta, la serpiente quedó allí olvidada y no volvió a aparecer hasta pasados seis meses, cuando Blackie se la encontró apelotonada al fondo del cajón de su mesa. La utilizaba para enrollarla en el pomo de la puerta que comunicaba su despacho con el del señor Peverell. Él prefería que la puerta permaneciese entornada para poder llamar a Blackie de viva voz cuando la necesitaba; nunca le había gustado utilizar el teléfono. Sid la Siseante se convirtió en una especie de mascota de la empresa, presente en la excursión anual por el río y en la fiesta de Navidad, pero Blackie ya no la empleaba para mantener la puerta entreabierta. Él señor Etienne la prefería cerrada.

El sargento preguntó:

– ¿Dónde solía estar la serpiente?

– Generalmente, enroscada sobre el archivador de la izquierda. A veces estaba colgada de algún tirador.

– Cuéntenos qué ocurrió ayer. Al señor Etienne le molestó ver la serpiente en el despacho, ¿verdad?

– Salió de su despacho -le explicó ella, intentando mantener la voz serena- y vio a Sid colgada del asa de un archivador. Le pareció que su aspecto no era adecuado para una oficina y me pidió que me deshiciera de ella.

– ¿Y usted qué hizo?

– La metí en un cajón de mi escritorio; el cajón superior de la derecha.

– Esto es muy importante, señorita Blackett -intervino la inspectora Miskin-, y estoy segura de que es usted lo bastante inteligente para comprender por qué. ¿Quién estaba en su despacho cuando guardó la serpiente en el cajón?

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «El Pecado Original»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «El Pecado Original» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «El Pecado Original»

Обсуждение, отзывы о книге «El Pecado Original» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x