• Пожаловаться

Philip Kerr: Esaú

Здесь есть возможность читать онлайн «Philip Kerr: Esaú» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию). В некоторых случаях присутствует краткое содержание. категория: Детектив / на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале. Библиотека «Либ Кат» — LibCat.ru создана для любителей полистать хорошую книжку и предлагает широкий выбор жанров:

любовные романы фантастика и фэнтези приключения детективы и триллеры эротика документальные научные юмористические анекдоты о бизнесе проза детские сказки о религиии новинки православные старинные про компьютеры программирование на английском домоводство поэзия

Выбрав категорию по душе Вы сможете найти действительно стоящие книги и насладиться погружением в мир воображения, прочувствовать переживания героев или узнать для себя что-то новое, совершить внутреннее открытие. Подробная информация для ознакомления по текущему запросу представлена ниже:

Philip Kerr Esaú

Esaú: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Esaú»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

La gran novela sobre el yeti Un alpinista y una antropóloga se embarcan en una expedición al Himalaya en busca de lo que podría ser el eslabón perdido, pero los demás miembros de la expedición tienen propósitos ocultos.

Philip Kerr: другие книги автора


Кто написал Esaú? Узнайте фамилию, как зовут автора книги и список всех его произведений по сериям.

Esaú — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Esaú», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема

Шрифт:

Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Jack, aturdido por las náuseas y a la vez maravillado de haber salido ileso del accidente, se sentó y fue quitándose la nieve y el hielo que se le habían metido por dentro del anorak y de los pantalones, mientras reflexionaba sobre qué debía hacer. Calculó que estaba a unos ciento cincuenta metros del campamento II, que se hallaba al pie de la pendiente escarpada. Habían levantado el campamento, que estaba a cinco mil doscientos metros, justo en el lugar en el que la pendiente sobresalía por encima del glaciar, de modo que cabía una remota posibilidad de que la pared hubiera protegido a los dos sherpas del alud, aunque lo más probable era que se hallaran sepultados bajo la nieve y el hielo a una profundidad mucho mayor de la que estaba él.

Aun así, sabía que no podía iniciar el descenso porque estaba ya a punto de oscurecer. Se había quedado sin radio y el recorrido hasta el campamento estaba demasiado lleno de dificultades para ser emprendido en aquellas condiciones. Además, tenía la mochila llena de reservas y era consciente de que lo mejor que podía hacer era pasar la noche en la fisura y descender en cuanto rayara el alba.

Jack se quitó la mochila y con mucho esfuerzo, pues no había ni un solo músculo del cuerpo que no le doliera, se puso en pie con el objeto de inspeccionar el lugar en el que iba a hospedarse aquella noche, y uno de los larguísimos carámbanos que colgaban del techo abovedado, y que parecían los dientes de un olvidado animal prehistórico hincados en la oscuridad, por poco le atraviesa la cabeza. El carámbano, largo como una jabalina, se rompió y cayó al suelo.

Abrió la mochila y sacó la linterna Maglite.

– Esto no es precisamente el hotel Stein Eriksen -dijo Jack al tiempo que recordó que aquel lugar podría muy bien haber sido su tumba.

¿Por qué no habían abandonado la escalada en la vertiente suroeste del Annapurna? La mayoría se hubiera contentado con haber ido hasta allí. Fue justamente su buena suerte, la de Didier y la suya, la que los había derrotado, porque la meteorología les había sido propicia cuando iniciaron la ascensión sin oxígeno del Annapurna, y habían podido llevarla a cabo en la mitad del tiempo previsto. Pero por culpa de su desmesurada ambición, que no se arredraba ante ningún obstáculo, Didier Lauren y los sherpas que se hallaban en el glaciar habían, con toda probabilidad, perecido.

Volvió a sentarse e iluminó con la linterna el espacio que le envolvía.

La fisura tenía forma de túnel horizontal; medía unos nueve metros de ancho y, en la entrada, unos seis metros; la parte posterior era más estrecha y formaba un pasadizo que no medía más de un metro y medio cuadrado.

Decidió, para matar el tiempo, explorar el túnel, resuelto a averiguar si era muy largo y hasta dónde llegaba. Fue a la parte trasera de la caverna, se puso en cuclillas y el haz potente de luz halógena de la linterna penetró en la oscuridad del cañón.

Jack sabía que en el Himalaya había osos, ciertos monos de la India e incluso leopardos, pero pensó que era improbable que hubiesen escogido vivir en aquel lugar tan inaccesible y tan alejado de los árboles, que estaban mucho más abajo.

Se adentró en el túnel andando en cuclillas. Cuando llevaba recorridos unos cien metros, advirtió que se empinaba, lo que le trajo a la memoria el pasadizo largo y angosto que conducía a la cámara sepulcral de la reina en Keops, en la Gran Pirámide de Egipto, un recorrido que ciertamente no estaba hecho para los que padecían del corazón, ni para los que sufrían claustrofobia, ni para los que llevaban aparatos ortopédicos. Tras un breve momento de vacilación, Jack decidió seguir adelante e inspeccionar la cueva para ver lo profunda que era.

En su mayor parte, las montañas se originaron en el período Precámbrico por el plegamiento de la corteza continental del margen septentrional del subcontinente indio y están formadas por esquistos y rocas cristalinas. Pero en aquel lugar, en la fisura y a poca distancia de la cumbre, las rocas eran de piedra caliza y provenían de un período en el que la cordillera más alta del mundo era el fondo del poco profundo mar Tetis. Estos sedimentos del Paleoceno se habían levantado casi veinte kilómetros desde el principio de la formación de las montañas del Himalaya, que se produjo hace aproximadamente cincuenta y cinco millones de años. Jack había oído decir que había partes de la cordillera que seguían levantándose a razón de casi un centímetro por año. El Everest que él y Didier habían conquistado sin oxígeno era casi medio metro más alto que el que escalaron sir Edmund Hillary y el sherpa Tensing en 1953.

La cuesta del túnel iba nivelándose y el techo se iba haciendo cada vez más alto, de modo que ya podía andar de pie. Gracias a la luz potente de la linterna, Jack descubrió que se hallaba en una caverna enorme y, al ver que el haz de la Maglite no llegaba a iluminar el techo, estimó que debía de medir como mínimo treinta metros de altura.

Lanzó un grito y oyó cómo su propia voz rebotaba en los muros y el techo invisibles, y el eco, que resonó fuerte y prolongadamente porque la cámara era fría y oscura hasta dar pavor, le heló la sangre en las venas. Al percibir aquel sonido tuvo la impresión de hallarse no en una caverna bajo el Machhapuchhare Himal sino bajo la bóveda de una catedral gótica altísima, en ruinas y olvidada, la morada secreta de un malvado rey de la montaña. Un silencio sepulcral llenaba aquella bóveda, una construcción arquitectónica destinada a elevar al cielo, a las alturas que son la mansión de Dios, las alabanzas y las plegarias humanas.

¿Cuánto tiempo había perdurado aquel silencio antes de que él lo profanara con su presencia? ¿Era él el primer ser humano que pisaba aquella caverna desde que terminó de formarse la cordillera del Himalaya un millón y medio de años atrás?

Al principio pensó que lo que iluminaba la Maglite era una roca. Sus ojos no habituados a la oscuridad tardaron unos segundos en percibir que lo que había en el suelo húmedo de la cueva era un cráneo, del tamaño de un melón, al que casi no le faltaba ningún hueso y que parecía estar mirándolo fijamente.

Se arrodilló junto al objeto recién descubierto e inmediatamente se dispuso a quitarle la tierra y la grava con sus manos enguantadas. Jack sabía de sobra que en el Himalaya había abundantes fósiles. A sólo escasos kilómetros de allí, en las laderas septentrionales del Dhaulagiri, la montaña que ocupa el séptimo lugar entre las más altas del mundo, él había hallado un amonites, un molusco en forma de espiral de ciento cincuenta o doscientos millones de años. El Muktinath era famoso por los fósiles del Jurásico superior que contenía. Al oeste, en el Churen Himal, en el Nepal, y en la cordillera de los Siwalik, en el norte de Pakistán, se habían descubierto abundantes e importantes fósiles de homínidos. Pero era la primera vez que él hallaba restos fósiles de un homínido.

Levantó el cráneo, limpio ya de tierra, y lo examinó detenidamente bajo el haz de luz de la Maglite. Le faltaba el maxilar inferior, pero por lo demás se había conservado en excelente estado; el maxilar superior estaba casi intacto y el hueso occipital y el frontal lo estaban totalmente. Visto de cerca parecía más grande y por un momento pensó que debía de ser de un oso, pero advirtió en seguida que no tenía colmillos. Parecía el cráneo de un homínido y, tras inspeccionarlo unos minutos, se dijo que no lo parecía sino que efectivamente lo era; aunque no tenía ni idea de si lo que tenía frente a él guardaba relación con los fósiles de homínidos que se habían hallado en el Himalaya y ni siquiera estaba seguro de que fuera un fósil.

Pensó en la única persona que podría darle información sobre el cráneo, una mujer que había sido su amante. Era testaruda y se había negado una y otra vez a casarse con él, pero era también una famosa doctora en paleoantropología de la Universidad de California, de Berkeley. Él la llamaba simplemente Swift. Tal vez le regalaría lo que acababa de descubrir. A ella aquel cráneo le haría muchísima más ilusión que cualquiera de los souvenirs -una alfombra o un thangka- que él le había prometido llevarle del Nepal.

Читать дальше
Тёмная тема

Шрифт:

Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Esaú»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Esaú» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё не прочитанные произведения.


Отзывы о книге «Esaú»

Обсуждение, отзывы о книге «Esaú» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.