Patricia Wentworth - El Estanque En Silencio

Здесь есть возможность читать онлайн «Patricia Wentworth - El Estanque En Silencio» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Детектив, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

El Estanque En Silencio: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «El Estanque En Silencio»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Ninguna ley impide que una famosa actriz, con mucho dinero y algún que otro remordimiento, quiera sentirse acompañada en su vejez, tras retirarse de la escena. Pero el sentido común debiera de impedir que, a cambio de no estar solo, una vieja rica reuniera en una solitaria mansión rural a un conjunto de parientes parásitos dispuestos a quedarse en exclusiva con su herencia. Porque así pasa lo que pasa: se empieza con envidias, rivalidades y rencores y se termina por encontrar cadáveres flotando en el estanque de la finca.

El Estanque En Silencio — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «El Estanque En Silencio», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Meriel y Geoffrey estaban ante ella. Meriel no corría. No tenía ninguna necesidad de hacerlo. Se sentía muy contenta consigo misma. Deseaba repasar en su mente la escena de la casa del guarda y pensar en lo inteligente que había sido y cómo podría ganarle la partida a aquella horrible Esmé Trent. Podría dejar libre a Geoffrey si era suficientemente humilde y fiel. Comenzó a imaginar una escena, aún más satisfactoria, en la que él le decía que era a ella a la que siempre había amado… Esmé le había tentado durante algún tiempo, pero cuando las vio juntas a las dos, hacía apenas un instante, se dio cuenta de la enorme diferencia que había entre ambas y supo que ella, Meriel, era la única en el mundo para él. Sí, si Geoffrey representaba su papel, ella le salvaría. Siempre podría decir que él se había despedido de Esmé, dejándola allí sola, en el estanque, antes de que Mabel Preston se acercara por el prado. Todo eso concordaría muy bien si lo contaba así y entonces Esmé quedaría fuera de combate para siempre. Cuanto más pensaba en esta idea, tanto más agradable le parecía. Y, además, había actuado con una gran inteligencia en la casa del guarda. Había visto el pequeño pañuelo de Esmé en el suelo, entre el sofá y la puerta. Lo había visto inmediatamente, pero, desde donde estaba sentada, Esmé no podía verlo. Meriel lo había visto y cuando Esmé se volvió para mirar a Geoffrey, ella lo había recogido con la rapidez de un relámpago y lo había guardado en el cuello de su vestido. Si dejaba caer ese pañuelo en la glorieta y luego lo encontraba la policía, demostraría que Esmé había estado allí. Ella había dicho que no había ninguna prueba de su presencia allí, pero aquel pañuelo sería una prueba excelente. Esmé poseía una docena de aquellos pequeños pañuelos de seda, con su nombre bordado en una esquina. Tenían cuatro colores diferentes: verde, azul, ámbar y marrón. Este era de color ámbar. Nadie, excepto Esmé, tenía un pañuelo así. Nadie podría haberlo recogido y dejado caer en la glorieta, por error. Sí, sería una prueba excelente que daría a Esmé muchos problemas. Aun cuando no fuera suficiente para enviarla a prisión, sería más que suficiente para apartarla de Ford.

Estaba aun agradablemente ocupada con estos pensamientos, cuando se encontró ante la casa. Cualquiera que hubiese estado siguiéndola podría haberla visto dudar un momento para después, bruscamente, verla doblar y tomar el camino que pasaba por entre unos matorrales, dirigiéndose hacia el prado. Sus pensamientos le seguían agradando. No había ningún tiempo como el presente. Cuanto antes estuviera aquel pañuelo en la glorieta, tanto mejor. Estaría adecuadamente sucio y húmedo tras haberse pasado allí toda la noche, y hacerlo no le ocuparía mucho tiempo. Llevaba la linterna en la mano, pero la utilizaba lo menos posible. Había luna detrás de unas tenues nubes y conocía perfectamente bien el camino.

Cuando llegó a la glorieta iluminó con la linterna, para elegir el mejor sitio donde dejar el pañuelo. Tenía que ser un sitio donde pudiera ser encontrado, pero no debía ser un lugar que llamara demasiado la atención. Cuando lo hubo dejado en el lugar que creyó oportuno, apagó la linterna y salió de la glorieta, encontrándose junto al estanque. El agua reflejaba un cielo que parecía más brillante de lo que era en realidad. La luz de la luna invisible se intensificaba sobre el agua. Los setos oscuros cerraban el entorno. Oyó el ruido de un avión, acercándose en la distancia. Apenas si lo advirtió, porque los aviones del aeropuerto de Ledbury pasaban por allí, con frecuencia. Este volaba bajo. El ruido que hacía penetraba en su mente, que lo reconoció como un sonido habitual. No le dedicó ningún pensamiento consciente, pero eso le impidió oír cualquier movimiento. Y se produjo un movimiento, y hubo unos pasos. De todos modos, quizá no los hubiera podido escuchar, pues el pavimento, cubierto de musgo, estaba húmedo y blando. Sus pensamientos estaban llenos de triunfo.

El golpe cayó sobre ella, cogiéndola totalmente desprevenida.

29

Mary Lenton se sentó en la oscuridad y esperó. No le había sido muy difícil abrir la puerta de Ellie. Había por lo menos otras tres llaves que encajaban. Entró en la habitación, encendió la luz y vio que la cama estaba intacta, con la colcha puesta. Las cortinas habían sido corridas y la ventana abierta. Apagó la luz inmediatamente. Como ya había registrado cuidadosamente el resto de la casa, ahora estaba segura de que Ellie se había marchado y como las puertas exteriores estaban cerradas con llave y las ventanas del piso de abajo cerradas, no cabía la menor duda de que debía haberse escapado por esta ventana. Cuando regresara, no tenía que haber en la habitación ninguna luz que la pudiera asustar. Se dirigió hacia el descansillo y habló con John.

– No está aquí. No se ha desnudado. Debe haber bajado por el peral.

Con una voz que ella difícilmente hubiera podido conocer, tan llena estaba de ira, dijo:

– Entonces, nos encontrará esperándola cuando regrese.

– Tú no, John.

– ¿Por qué no?

– Porque se sentirá muy avergonzada.

– Espero que sea así. No son estos momentos para contemplaciones.

Hablaban en voz baja como si alguien pudiera escucharles en la habitación vacía. Al final, Mary logró lo que quería.

John Lenton bajó al despacho, al otro lado de la casa, y se sentó allí, escribió unas cartas, arregló su mesa, con la ira en su mente y una necesidad urgente de darle salida. Había dejado el dormitorio a Mary, pero ella no debía pensar que dejaría de decir lo que pensaba cuando Ellie regresara a casa.

Mary Lenton permaneció sentada en la oscuridad. Aquello era increíble, pero no tenía más remedio que creérselo. Repasó todos los años de la vida de Ellie. Tenía cinco años menos que ella. Mary aún la recordaba muy pequeña y hermosa entre sus brazos. Recordaba a la niña apacible, siempre bondadosa, a la delicada jovencita que nunca fue lo bastante fuerte como para participar en juegos o dar largos paseos. No parecía ser cierto que fuera aquella misma Ellie la que había saltado por la ventana para encontrarse con un hombre.

Llevó una silla hasta situarla al nivel de la ventana, colocándola a un lado de ésta, de modo que cuando Ellie regresara no pudiera verla hasta haber penetrado en la habitación. No tuvo que llevar la silla muy lejos, porque era la misma en la que Ellie se había sentado para vigilar el camino que salía de la Casa Ford. La mente de Mary estaba tan llena de desdichas que no se dio cuenta del paso del tiempo. Nunca había visto a John tan furioso. Su casa, que tenía que haber sido un modelo, estaba ahora en boca de todos. Su casa, con Mary y las niñas en ella, convirtiéndose en el centro de una sórdida intriga. Por esta ocasión, al menos, no habría piedad alguna, y Ellie no la obtendría.

Mary no podía pensar en ninguna forma de escapar. John la obligaría a echar a Ellie de la casa. No quedaría nadie que pudiera ayudarla con las niñas. El no permitiría que Ellie siguiera enseñando, no la dejaría que siguiera con ellas. ¿Y dónde la iban a mandar? Sólo quedaba la vieja tía Annabel y querría saber por qué no la podían tener ellos en su casa. Cuanto más pensaba en ello, más terriblemente difícil le parecía. Si al menos John estuviera dispuesto a ayudar, en lugar de acumular su rabia, superponiéndola a todo lo demás. Desde luego, había que hablar con Ellie y comprobar hasta qué punto se había equivocado. Y tenía que dejar de encontrarse con Geoffrey Ford, que debería sentirse avergonzado de sí mismo. Si hacía eso, las habladurías se acabarían. Mrs. Collen era una mujer de lengua dañina quien pensaba poder encubrir a su propia hija acusando a otra persona. John cometía una tontería pensando que podía hacer algún bien yendo a verla para hablarle de Olive. Ella habría tratado de detenerle de haberlo sabido, aunque probablemente tampoco hubiese servido de nada. Los hombres eran siempre muy cabezotas, y siempre creían saberlo todo.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «El Estanque En Silencio»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «El Estanque En Silencio» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Patricia Wentworth - Pilgrim’s Rest
Patricia Wentworth
Patricia Wentworth - The Fingerprint
Patricia Wentworth
Patricia Wentworth - The Alington Inheritance
Patricia Wentworth
Patricia Wentworth - The Blind Side
Patricia Wentworth
Patricia Wentworth - Beggar’s Choice
Patricia Wentworth
Patricia Wentworth - Through The Wall
Patricia Wentworth
Patricia Wentworth - The Key
Patricia Wentworth
libcat.ru: книга без обложки
Patricia Wentworth
Patricia Wentworth - Danger Point
Patricia Wentworth
Patricia Wentworth - The Clock Strikes Twelve
Patricia Wentworth
Patricia Wentworth - Miss Silver Comes To Stay
Patricia Wentworth
Patricia Wentworth - Latter End
Patricia Wentworth
Отзывы о книге «El Estanque En Silencio»

Обсуждение, отзывы о книге «El Estanque En Silencio» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x