Karin Fossum - Presagios

Здесь есть возможность читать онлайн «Karin Fossum - Presagios» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Детектив, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Presagios: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Presagios»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

El verano llega a su fin en una pequeña localidad rural de Noruega. Sus habitantes, acostumbrados a la tranquilidad de sus urbanizaciones rodeadas de bosques y lagos, no están preparados para lo que se avecina. Pequeños y terribles malentendidos comienzan a sucederse: llamadas de hospitales anunciando accidentes que no han ocurrido, periódicos que publican esquelas de ancianos que siguen vivos… presagios de que algo terrible está a punto de ocurrir. El mismo día que comienza todo, el inspector de policía Sejer recibe una extraña nota: «El infierno empieza ahora». Él y su compañero, el detective Jacob Skarre, se ponen manos a la obra para descubrir quién está detrás de tanta confusión. Probablemente ni siquiera el artífice de todo ello sea capaz de prever la marea de violencia que está a punto de desbordarse, porque, ¿quién sabe de qué es capaz la gente cuando ha perdido la sensación de seguridad?
En Presagios, Karin Fossum consigue un retrato fascinante de una pequeña comunidad que se tambalea al borde del precipicio.

Presagios — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Presagios», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

De repente un hombre salió por una puerta, llevaba una bata de nailon gris.

– ¿Estás buscando algo?

Era el conserje. Johnny se largó sin contestar, abrió la puerta de un empujón y cruzó el patio más veloz que el rayo. Cogió la Suzuki del cobertizo, salió del patio empujándola, atravesó la barrera y siguió por el sendero de peatones y ciclistas. Se detuvo para tranquilizarse y recobrar el aliento. La banda ensayaría hasta las ocho. Luego charlarían un poco antes de despedirse, colocarían los instrumentos en sus respectivas cajas, se levantarían, subirían, cogerían sus bicis y se irían. A las ocho y cuarto, pensó Johnny. Entonces aparecerá ella en su bicicleta azul. Iba despacio por el Sendero del Amor, buscando un buen escondite. Tendría que haber suficientes matorrales como para esconderlos a él y a la moto. Y cuando hubiera cometido su fechoría, tendría que permanecer escondido hasta que ella hubiese desaparecido. Mientras caminaba, se le ocurrió un pensamiento completamente idiota. La mera idea lo hizo ponerse colorado desde el pelo hasta el cuello. Tuvo que pararse. Luego se quedó inclinado sobre la moto, sonrojado y ardiendo de vergüenza. ¿Qué posibilidades había en realidad de que Else Meiner apareciera montada en su bicicleta por ese sendero? Podría elegir la carretera principal. El trayecto era más corto y había más tráfico, pero podría elegirlo. Y luego: ¿qué posibilidades había de que fuera sola? ¿No había al menos treinta chiquillos en esa maldita banda? Tal vez fueran cuatro o cinco juntos. El ataque de vergüenza le duró más de un minuto. Era incapaz de moverse. ¿Y si alguien supiera lo tonto que era? Recapacitó con un gran esfuerzo, enderezó los hombros e irguió la cabeza. Soy rápido, pensó, y ellos se quedarán todos como estatuas. Tampoco me reconocerán, pensó. Y empujó la moto otro trecho. Al cabo de un rato el sendero se dividía en dos. Eligió el de la izquierda, porque pensó que iba en dirección sur, hacia Kirkeby. Algunos seguirán por el otro camino, pensó, con lo que quedarán solo dos o tres. Y tal vez haya otro cruce de caminos. Sí, lo había, unos minutos después. Ese sendero iba hacia la derecha, hacia Sandberg. Allí se despediría alguno más. Ya solo quedarán dos chicas, pensó. A dos chicas sí puedo manejarlas. Al cabo de otro par de minutos vio unos espesos matorrales a la izquierda. Empujó la moto fuera del sendero, la escondió entre la maleza y se sentó a esperar a Else Meiner.

Los matorrales estaban llenos de ortigas y helechos.

En la mano llevaba la navaja suiza.

* * *

Ella eligió el Sendero del Amor.

Iba sola y cantando una de esas canciones que se oían en Radio 4 varias veces al día, no recordaba exactamente cuál, pero le irritaba. La bici azul brillaba, seguro que se la ha comprado su papá, pensó Johnny, y también sería su papá el que se había ocupado de comprarle nuevas cubiertas. Porque la persona que tiene un padre también tiene a quien acudir cuando algo se rompe. Johnny salió lentamente a cuatro patas de los matorrales, y serpenteó por el suelo como un reptil. Su plan era aparecer de repente, levantarse y abalanzarse sobre ella por detrás, habría que aprovechar el factor sorpresa en la medida de lo posible. Aprovechar esa parálisis que según sus cálculos se apoderaría de la chica. Tuvo suerte. La chica se acercaba lentamente sobre las suaves cubiertas de goma. Seguía cantando y haciendo ruido. Johnny se sacó la navaja suiza del cinturón, desplegó la hoja más larga, y empezó la cuenta atrás. Estaba temblando de excitación, los temblores lo pusieron rabioso, y la rabia le devolvió la calma. Ya no podía esperar más. Se levantó y se tiró hacia delante con una enorme fuerza. Se lanzó sobre la bicicleta y se agarró al transportín de la chica de tal manera que la caja de la trompeta cayó al asfalto con un estallido. La chica puso los pies en el suelo desconcertada, su frágil cuerpo se estremeció. En el instante en que ella intentó girarse, él se acercó por detrás, le puso un brazo alrededor del cuello y tiró. El cuello de la chica era tan fino como el tallo de una cereza, y las venas verdes parecían finos hilos. Ella se fue al suelo, igual que la bici, y Johnny perdió el equilibrio y se cayó, la sangre le bombeaba el cuerpo como golpes duros. Permanecieron en el suelo luchando, y en el fragor de la lucha Johnny se sintió extrañado. Ella ni gritó ni se quedó paralizada, sino que se puso a patalear con una fuerza tan enorme que él se sentía extenuado. Solo tenía libre el brazo izquierdo, porque con el derecho empuñaba la navaja, y ella pataleaba como un burro. Se retorcía como un gusano, serpenteaba como una víbora. Luego le clavó los dientes en el antebrazo con una gran fuerza. El dolor hizo que se le saltaran las lágrimas y por unos instantes estuvo a punto de perder el control. Ella aprovechó el susto del otro y se volvió para verle los ojos. A través de la pequeña máscara de gorila él vio perfectamente la pecotosa cara de Else Meiner, esa pesada que le envenenaba la existencia, ese dragón que siempre salía de su gruta cuando él pasaba por delante. Iba a humillarla de una vez por todas. De modo que apretó los dientes, la empujó contra el asfalto, se sentó a horcajadas sobre su estrecha espalda, agarró su pelo rojo y levantó la navaja. Con un único y rápido movimiento le cortó la trenza como si fuera una cuerda. Se metió jadeante la trenza en el bolsillo sin soltar a la chica, como para hacerle saber que si quería también podía cortarle el cuello si no se comportaba. Por fin la chica dejó de moverse. Johnny le clavó una rodilla en la espalda, la agarró del pelo que le quedaba y tiró con fuerza un par de veces, dándole un último empujón de advertencia. Se levantó y volvió a esconderse en los matorrales. Corrió en zigzag hacia dentro y se agachó hasta quedarse sentado escondido entre los helechos, observándola mientras ella intentaba sobreponerse. Parecía ligeramente fuera de sí. Dio unos pasos al tuntún, tenía las mejillas pálidas. Pero consiguió enderezar la bicicleta y colocar la trompeta sobre el transportín. Luego levantó la mano en busca de su trenza en la parte posterior de la cabeza. Johnny, encogido en la hierba, apenas se atrevía a respirar. Se había restregado con unas ortigas, se había pinchado con unos cardos, y Else Meiner le había mordido el brazo. Pero él contenía el aliento. Esto no es más que un aviso, pensó. La próxima vez te corto las orejas.

* * *

Meiner vivía en la calle Roland, en un chalet amarillo muy grande. Sejer y Skarre se fijaron en que había varios destartalados y viejos Mercedes en el patio. Permanecieron unos instantes observando la casa a distancia.

– La gente de este lugar al menos ya tiene una cabeza de turco -dijo Sejer-. Si esta noche se quema una casa en Kirkeby, le echarán la culpa a él. Aunque su verdadero talento reside en aterrorizar a la gente a distancia. De manera que no sé muy bien qué pensar de esto. ¡Vamos! -exclamó, echando a andar hacia la casa-. Entremos a ver a Else Meiner.

Fue su padre, Asbjorn Meiner, quien abrió la puerta. Meiner era grande y robusto, llegó dando portazos y era obvio que estaba muy alterado por lo sucedido.

– ¡Else! -gritó hacia el interior de la casa-. Ya están aquí.

Y cuando la chica no apareció inmediatamente, repitió:

– ¡Else! ¡La policía!

Esperaban encontrarse con una chica aterrada, sentada tal vez en el rincón del sofá, con las rodillas encogidas junto a la barbilla. Una chica con manos nerviosas y voz apenas audible, ofreciendo su explicación con frases cortas y susurrantes. Pero Else Meiner no era ese tipo de chica. Salió de una puerta que daba a la entrada, vestida con unos vaqueros descoloridos y un top con tirantes finos. Su corto pelo rojo, que ya no estaba recogido en una trenza, se erizaba por todos lados. Sobre todo parecía una troll gamberra.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Presagios»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Presagios» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «Presagios»

Обсуждение, отзывы о книге «Presagios» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x