Donna Leon - Malas artes

Здесь есть возможность читать онлайн «Donna Leon - Malas artes» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Детектив, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Malas artes: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Malas artes»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Una estudiante acude al comisario Brunetti para pedirle consejo: ¿hay alguna forma legal de limpiar el buen nombre de su familia, mancillado por un crimen que cometió muchos años atrás su ya fallecido abuelo? Impresionado por su belleza e inteligencia, pero incapaz de ayudarla, Brunetti casi olvida el asunto hasta que la joven aparece asesinada en su apartamento. La investigación de este crimen transporta al infatigable comisario a la Segunda Guerra Mundial, cuando los judíos italianos fueron sistemáticamente despojados de sus obras de arte por parte de los nazis y sus colaboradores. A medida que Brunetti va desenterrando secretos de colaboracionismo, crimen organizado y explotación, se da cuenta de que se está adentrando en una época que los italianos, empezando por su propio padre y su suegro, el conde Orazio, tienen especial interés en ocultar. Los fantasmas del pasado son enemigos más peligrosos de lo que cabe imaginar.

Malas artes — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Malas artes», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Raffi trataba de hacerse invisible en la medida de lo posible para el que está repitiendo de tarta de pera sepultada en nata. Mantenía los ojos en el plato y se movía despacio como la gacela que va a beber en una charca que sabe infestada de cocodrilos.

Paola no saltó sobre él, pero sí subió a la superficie y lo miró con ojos de saurio:

– Si quieres comprarte un móvil, Raffi, no hay inconveniente. Pero lo pagarás de tu bolsillo.

Él asintió.

Se hizo el silencio. Brunetti estaba abstraído durante la discusión, pero la condena de Paola a lo que ella consideraba un despilfarro de sus hijos captó su atención e, inesperadamente, inquirió, dirigiéndose a todos por igual:

– ¿No os avergüenza concentrar todos vuestros afanes en acumular riquezas, sin un pensamiento para la verdad y la comprensión, y el perfeccionamiento de vuestra alma?

Paola, sorprendida, preguntó:

– ¿Qué es eso?

– Platón -dijo Brunetti, atacando el pastel.

El resto de la comida transcurrió en silencio. Chiara y Raffi intercambiaban miradas y gestos de perplejidad y Paola trataba de comprender la razón de las palabras de su marido o, mejor, adivinar qué circunstancias o hechos le habían traído a la mente la cita que, según creía recordar, procedía de la Apología.

Después del almuerzo, Brunetti se fue al dormitorio, se quitó los zapatos, se echó en la cama y contempló por la ventana las nubes, a las que -se dijo- no se podía culpar de su festivo aspecto. Al cabo de un rato, Paola entró y se sentó a su lado, en el borde de la cama.

– Hace unos días hablabas de retirarte. ¿Vuelve a tentarte la idea?

Él se volvió a mirarla y extendió la mano derecha para asir la de ella.

– No; imagino que no ha sido nada más que un ataque de fatiga moral.

– Comprensible, con ese trabajo tuyo -reconoció ella.

– Quizá se deba a que me parece que tenemos demasiadas cosas, o a que estoy volviéndome alérgico a la riqueza. Lo cierto es que no me entra en la cabeza que la gente pueda hacer lo que hace por dinero.

– ¿Como matar, por ejemplo?

– No sólo eso. Cosas menos graves, como mentir, robar o pasarse la vida haciendo lo que no les gusta. O, si me permites decirlo, cómo hay mujeres que pueden seguir casadas con hombres horribles sólo porque son ricos.

Paola percibió la profunda seriedad de su voz y dominó el impulso de preguntar si se refería a ella. Sólo dijo:

– ¿A ti te gusta lo que haces?

Él se acercó la mano de ella y, distraídamente, se puso a dar vueltas al anillo de boda.

– Creo que debería gustarme. Ya sé que me quejo mucho, pero, a fin de cuentas, algo bueno se consigue.

– ¿Por eso lo haces?

– No del todo. Me parece que, en parte, es porque soy curioso por naturaleza y siempre me gusta descubrir cómo acabará la historia o cómo y por qué empezó. Quiero saber por qué la gente hace lo que hace.

– Nunca entenderé por qué no te gusta Henry James -dijo ella, muy seria.

CAPITULO 24

No fue sino una semana después cuando, en medio del papeleo rutinario que generaba la investigación de la muerte de las dos mujeres, surgió una novedad, que llegó por un conducto eminentemente veneciano: revelación de información por amistad y dentro de un sistema de intercambio de favores. Un funcionario del Registro de Documentos Públicos, recordando que la signorina Elettra, hermana de la doctora de su esposa, se había interesado por Claudia Leonardo y Hedwig Jacobs, la llamó una mañana para decirle que el testamento de esta última había sido registrado hacía dos días.

La signorina Elettra preguntó si sería posible recibir por fax una copia del testamento, a lo que el hombre respondió que eso sería «tan irregular como factible». Ella se rió y le dio las gracias, con lo que tácitamente le manifestaba que podía contar con cierta benevolencia si un día se topaba con la policía. Nada más colgar el teléfono, la joven llamó a Brunetti y le sugirió que bajase a su despacho.

Él así lo hizo, intrigado por lo que pudiera querer decirle la signorina Elettra y, desde la misma puerta, oyó el ruido del fax. Ella, sin decir nada, se levantó, fue hacia la máquina y, cuando ésta empezó a sacar su lengua de papel, hizo una profunda reverencia invitando con un ademán a Brunetti a mirar el documento que salía. Él se inclinó, curioso, y se puso a leer lo que escupía el aparato: «Yo, Hedwig Jacobs, ciudadana austriaca, pero residente en Venecia, Santa Croce, 3456, declaro no tener parientes vivos que puedan reclamar mi patrimonio.» Después de leer la primera frase, Brunetti lanzó una mirada a la signorina Elettra, que lo observaba sin dejar traslucir su autocomplacencia más que con una leve sonrisa. El papel avanzó con una sacudida y él volvió a inclinarse. «Por consiguiente, deseo que, a mi muerte, todos mis bienes sean entregados a Claudia Leonardo, también residente en esta ciudad, nieta de Luca Guzzardi. Si, por alguna razón, este legado no pudiera serle entregado, deberá pasar de manera irrevocable a sus herederos. Dispongo también que seis dibujos de Tiepolo que se hallan en mi poder sean entregados al director de la Biblioteca della Patria, en memoria de Luca Guzzardi, para ser utilizados como juzgue conveniente al servicio de los fines de la biblioteca.» El testamento estaba firmado y fechado unos diez días antes de la muerte de Claudia Leonardo. Al no ver sino un espacio en blanco debajo de la firma, él miró a la signorina Elettra, pero entonces la máquina expulsó varios centímetros más de papel, y ante sus ojos emergieron el nombre y la firma del notario que había legalizado el testamento. «Massimo Sanpaolo.» Las firmas de los dos testigos eran ilegibles.

Brunetti extrajo el papel de la máquina y lo entregó a la signorina Elettra. Ella lo leyó y, al igual que él, levantó la mirada, sorprendida al ver el nombre del notario.

– ¡Madre mía! -exclamó, y agregó-: Qué coincidencia.

– Desde luego -dijo Brunetti-. La familia Filipetto aparece por todas partes.

Antes ya de que él pudiera sugerirlo, ella propuso, volviendo a la mesa:

– ¿Quiere que echemos un vistazo?

No había familia más fácil de localizar a través de los archivos de las diversas oficinas e instituciones de la ciudad que los Filipetto. Gianpaolo, a quien Brunetti consideraba ya «su» Filipetto, era hijo único de notario y, a su vez, había tenido un solo hijo varón, muerto de cáncer. Una de sus hijas había contraído matrimonio con un Sanpaolo, otra conocida familia de notarios, y su hijo, Massimo, se había hecho cargo de la notaría Filipetto a la muerte de su tío. Massimo estaba casado y era padre de dos hijos que, sin duda, con seis y siete años, pensó Brunetti, ya estarían siendo iniciados en los arcanos notariales, a fin de heredar y transmitir a su vez la riqueza y posición de la familia. La hija menor se había casado con un extranjero, pero pasados los cuarenta de largo, por lo que no había tenido descendencia.

La notaría Sanpaolo estaba situada en una callejuela cercana al teatro Goldoni. Brunetti decidió presentarse sin avisar, y así lo hizo, al cabo de veinte minutos. Dio su nombre a una de las secretarias que estaban en el antedespacho, y ella le dijo que el notario acababa de entrar en un rogito, la transferencia del título de propiedad de una casa. Brunetti sabía que pronto se produciría un inciso durante el cual se haría efectivo el pago. El notario se excusaría pretextando que tenía que atender a un tecnicismo y, en su ausencia, los compradores entregarían a los vendedores el importe real de la casa, que solía ser el doble del escriturado y, por lo tanto, sujeto a gravamen. Como el pago se hacía en efectivo y generalmente había que contar cientos de millones de liras, el notario debía dejar solas a las partes un buen rato antes de volver para dar fe de la firma del contrato. Lo esencial era que no estuviera presente en el acto de entrega del dinero, a fin de poder declarar sin faltar a la verdad, en calidad de representante legal del Estado en la transacción, que él no había visto cambiar de manos cantidad alguna.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Malas artes»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Malas artes» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «Malas artes»

Обсуждение, отзывы о книге «Malas artes» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x