Sara Paretsky - Golpe de Sangre

Здесь есть возможность читать онлайн «Sara Paretsky - Golpe de Sangre» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Детектив, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Golpe de Sangre: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Golpe de Sangre»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Victoria Warshawski debe averiguar quién es el padre de su amiga Caroline. Pero nadie quiere oír hablar de ello y su investigación choca con un extraño miedo al pasado en una truculenta historia de crimen y seducción familiar.
Golpe de sangre es una novela en la más pura tradición del género policíaco, pero también, como siempre en su autora, una profunda mirada sobre la corrupción, el escándalo político y los dramas de familia.
Victoria Warshawski, universitaria y radical, divorciada y treinteañera, hija de un policía de origen polaco y de una emigrante italiana que quiso ser cantante de ópera, es ya uno de los personajes más fascinantes de la novela negra.

Golpe de Sangre — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Golpe de Sangre», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

– Tienes una mirada tremendamente siniestra -Ron Kappelman interrumpió mi ensimismamiento-. Como si creyeras que soy el asesino del hacha.

– No es más que mi expresión de zorra insensible. Me estaba preguntando cuánto sabrías del negocio de seguros de Art Jurshak.

– ¿Quieres decir cosas como el Ferrocarril Mid-States? Claro que lo sé. Por qué me… -calló a mitad de frase, abriendo los ojos ligeramente-. Sí. Mirándolo así no tiene mucho sentido recurrir a Jurshak como compañía garante. ¿Crees que Jurshak tiene algo contra Humboldt?

– Podría ser lo contrario. Podría ser que Humboldt tuviera algo que ocultar y pensara que Jurshak era la persona para hacerlo.

Me hubiera gustado saber si podía fiarme de Kappelman; no tendría que haber hecho falta que le explicara aquella cuestión. Recuperé los documentos y los observé absorta.

Pasados unos momentos Kappelman me sonrió con curiosidad.

– ¿Qué te parece si cenamos antes de que me vuelva al sur? ¿Te sientes lo bastante fuerte para salir?

Comida de verdad. Supuse que podría hacer el esfuerzo. Por si acaso Kappelman pensaba volver a llevarme con mis amigos de los impermeables negros, fui a mi habitación a coger la pistola. Y a hacer una llamada desde la extensión que hay junto a la cama.

La madre del joven Art contestó al teléfono; su hijo seguía sin aparecer por allí, me dijo con un susurro inquieto. El Sr. Jurshak no sabía aún que había desaparecido, o sea que me agradecería que no fuera diciéndolo.

– Si va por allí, o si sabe algo de él, insista por favor en que se ponga en contacto conmigo. No puedo decirle lo importante que es que lo haga -vacilé unos momentos, no sabiendo si el melodrama la dejaría totalmente paralizada o me garantizaría que transmitiera mi mensaje a su hijo-. Puede que su vida corra peligro, pero si puedo hablar con él creo que podría evitar que le ocurra nada.

Empezaba a dirigirme preguntas en un murmullo silbante y tenso, pero Art el viejo se personó a su espalda, inquiriendo con quién hablaba. Colgó el teléfono apresuradamente.

Cuanto más tiempo faltara el joven Art, más preocupante me resultaba. El chico no tenía amigos y no sabía moverse por las calles. Agité la cabeza inútilmente y me metí la Smith & Wesson en la cintura de los vaqueros.

Kappelman leía tranquilamente el Wall Street Journal cuando volví al salón. No parecía que hubiera estado escuchándome por el teléfono, pero si era realmente un tipejo malvado no tendría dificultad para mostrarse inocente. Renuncié a rumiar sobre la cuestión.

Kappelman hizo un gesto fatalista.

– Creí haber perdido de vista esta clase de mierda cuando me fui de casa de mi madre. Por eso vivo en Pullman; fue lo más lejos de Highland Park que pude trasladarme dentro de lo posible.

Cuando empezaba a echar el cerrojo sonó el teléfono. Pensando que podría ser el joven Art, me excusé con Ron y volví a entrar en el piso. Para mi gran asombro era la Srta. Chigwell, sumamente angustiada. Me preparé, creyendo que me llamaba para recriminarme por haber impulsado a su hermano a un intento de suicidio. Probé unas cuantas disculpas torpes.

– Sí, sí, ha sido muy lamentable. Pero Curtís no fue nunca un carácter fuerte; no me ha sorprendido. Y no es que no pudiera haberlo logrado. Yo sospecho que quería que le encontraran: dejó todas las luces del garaje encendidas y sabía que yo entraría para ver la razón. Después de todo, según él, fui yo la que le impulsé a hacerlo.

El condescendiente desdén de su voz me hizo parpadear levemente. Era evidente que no me llamaba para aliviar una culpabilidad putativa por mi parte. Le hice una pregunta exploratoria.

– Bueno, pues es que… es que ha pasado una cosa muy extraña esta tarde -súbitamente vaciló, perdiendo su habitual seguridad áspera.

– ¿Sí? -dije para alentarla.

– Comprendo que no es considerado por mi parte molestarla, cuando acaba de pasar por un trauma tan horrible, pero usted es investigadora, y me ha parecido que era más adecuado recurrir a usted que a la policía.

Después se produjo otra larga pausa. Yo me eché en el sofá para mitigar el dolor que sentía entre los hombros.

– Es… bueno, es Curtís. Estoy segura de que se ha metido en casa por la fuerza esta tarde.

Aquello era lo bastante asombroso para hacerme incorporarme otra vez.

– ¿Por la fuerza? ¡Yo creía que vivía con usted!

– Sí, y vive, claro, pero, es que yo le llevé a toda prisa al hospital cuando le encontré el martes. Como no estaba muy mal le dejaron marchar el miércoles. Estaba tremendamente avergonzado, no quiso verme cara a cara a la hora del desayuno y dijo que se iba a casa de unos amigos. Y para serle franca, Srta. Warshawski, me alegré de perderle de vista unos cuantos días.

Kappelman se acercó hasta donde me encontraba. Agitó una nota ante mis narices: estaría abajo con el Sr. Contreras pidiéndole permiso para mi salida a cenar. Cabeceé distraídamente y pedí a la Srta. Chigwell que continuara.

Por la línea telefónica le oí tomar aliento.

– Los viernes son mi día en el hospital, sabe. Hago trabajo voluntario con ancianas que ya no… en fin, ahora no interesa eso. Pero cuando volví supe en seguida que alguien se había metido en casa por la fuerza.

– ¿Y llamó a la policía y se fue con una amiga hasta que llegaron?

– No, no. No fue así. Porque comprendí casi de inmediato que tenía que haber sido Curtís. O que había dejado entrar a alguien que no conocía la casa lo bastante para no crear cierto desorden.

La confusión me estaba empezando a irritar. La interrumpí para preguntarle si le faltaban objetos de valor.

– No, nada de eso. Pero mire, faltan los cuadernos médicos de Curtís. Yo se los había escondido después que él quiso quemarlos, y por eso… -calló-. Lo estoy explicando tan mal. Por eso me gustaría que pudiera acercarse, aunque esto esté lejos y usted esté muy cansada. Tengo la convicción de que sea lo que sea en lo que estuvo metido Curtis en la fábrica Xerxes y que no ha querido decirle, está en esos cuadernos.

– Que han desaparecido -apunté yo secamente.

Soltó un esbozo de risa.

– Sólo sus copias. Yo guardé los originales. Fui yo la que mecanografió sus notas durante muchos años. Esas son las que faltan. Nunca le dije que había guardado los cuadernos originales.

– Sabe usted: él había puesto los datos en los antiguos diarios de piel de mi padre, los que le habían hecho por encargo en Londres. Parecía… como una profanación tirarlos, pero yo sabía que Curtis se pondría como una fiera si sabía que los estaba guardando por el recuerdo de mi padre. Por eso no se lo dije.

Sentí un cosquilleo en la base del cuello, esa primitiva descarga de adrenalina que te hace saber que andas cerca del tigre de colmillos de sable. Le dije que estaría en su casa dentro de una hora.

28.- Los cuadernos dorados

Kappelman y el Sr. Contreras habían acordado una precaria tregua ante la botella de grappa. Ron se levantó rápidamente cuando entré, poniendo fin a una larga anécdota sobre cómo había adivinado el Sr. Contreras que uno de mis antiguos amantes era tan sólo un peso ligero. Les expliqué con desparpajo que había recibido un S.O.S urgente de una tía mía que vivía en la periferia y que no podía dejar de acudir.

– ¿Tu tía, niña? Yo creía que estabais… -el Sr. Contreras captó el destello acerado de mi mirada-. Ah, tu tía. ¿Tiene algún problema?

– Más bien está aterrada por mí -dije firmemente-. Pero es la única pariente viva de mi madre. Es mayor y no puedo dejarla plantada -en cierto modo me parecía mal confundir a la temible Srta. Chigwell con la loca tía Rosa de mi madre, pero hay que echar mano de lo que tengas.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Golpe de Sangre»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Golpe de Sangre» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Sara Paretsky - Body Work
Sara Paretsky
Sara Paretsky - Marcas de Fuego
Sara Paretsky
Sara Paretsky - Indemnity Only
Sara Paretsky
Sara Paretsky - Deadlock
Sara Paretsky
Sara Paretsky - Sin previo Aviso
Sara Paretsky
Sara Paretsky - Burn Marks
Sara Paretsky
Sara Paretsky - Medicina amarga
Sara Paretsky
Sara Paretsky - Sisters on the Case
Sara Paretsky
Sara Paretsky - A Woman’s Eye
Sara Paretsky
Sara Paretsky - Windy City Blues
Sara Paretsky
Sara Paretsky - Fire Sale
Sara Paretsky
Sara Paretsky - Punto Muerto
Sara Paretsky
Отзывы о книге «Golpe de Sangre»

Обсуждение, отзывы о книге «Golpe de Sangre» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x