Lisa See - El Abanico De Seda

Здесь есть возможность читать онлайн «Lisa See - El Abanico De Seda» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Современная проза, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

El Abanico De Seda: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «El Abanico De Seda»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

En una remota provincia de China, las mujeres crearon hace siglos un lenguaje secreto para comunicarse libremente entre sí, el nu shu. Aisladas en sus casas y sometidas a la férrea autoridad masculina, el nu shu era su única vía de escape. Mediante sus mensajes, escritos o bordados en telas, abanicos y otros objetos, daban testimonio de un mundo tan sofisticado como implacable. El año 2002, Lisa See viajó a la provincia de Huan, cuna de esta milenaria escritura fonética, para estudiarla en profundidad. Su prolongada estancia le permitió recoger testimonios de mujeres que la conocían, así como de la última hablante de nu shu, la nonagenaria Yang Huanyi.
A partir de aquellas investigaciones. concibió esta conmovedora historia sobre la amistad entre dos mujeres. Lirio Blanco y Flor de Nieve. Como prueba de su buena estrella, la pequeña Lirio Blanco, hija de una humilde familia de campesinos, será hermanada con Flor de Nieve, de muy diferente ascendencia social. En una ceremonia ancestral, ambas se convierten en laotong -“mi otro yo” o “alma gemela”-, un vínculo que perdurará toda la vida. Así pues, a lo largo de los años. Lirio Blanco y Flor de Nieve se comunicarán gracias a este lenguaje secreto, compartiendo sus más íntimos pensamientos y emociones, y consolándose de las penalidades del matrimonio y la maternidad. El nu shu las mantendrá unidas, hasta que un error de interpretación amenazará con truncar su profunda amistad…

El Abanico De Seda — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «El Abanico De Seda», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

El período de duelo por mi abuela, que duraría tres años, no había hecho más que empezar, pero la vida continuaba. Yo ya había superado la etapa más dolorosa del vendado de los pies. Mi madre no tenía que pegarme tanto y el dolor ya no era tan agudo. Lo mejor que Luna Hermosa y yo podíamos hacer era sentarnos y dejar que nuestros pies adoptaran su nueva forma. A primera hora de la mañana practicábamos juntas nuevas labores de costura bajo la supervisión de Hermana Mayor; a última hora de la mañana mi madre me enseñaba a hilar algodón; a primera hora de la tarde nos dedicábamos a tejer. Luna Hermosa y su madre seguían las mismas lecciones, pero en orden inverso. A última hora de la tarde estudiábamos nu shu; mi tía nos enseñaba palabras sencillas con paciencia y buen humor.

Como ya no tenía que vigilar los vendajes de Hermana Tercera, Hermana Mayor, que tenía once años, reanudó su aprendizaje de las tareas domésticas. La señora Gao, la casamentera del pueblo, venía regularmente para negociar la Elección de Pretendiente, la primera de las cinco etapas del ritual de la boda de Hermano Mayor y Hermana Mayor. Había encontrado para Hermano Mayor una muchacha de una familia parecida a la nuestra en su pueblo natal, Gaojia. Esto representaba una ventaja para la futura esposa, porque la señora Gao tenía negocios en los dos pueblos y podría llevarle cartas escritas en nu shu con regularidad. Además, mi tía también era originaria de Gaojia, de modo que a partir de entonces podría comunicarse fácilmente con su familia. Estaba tan contenta que no paraba de sonreír exhibiendo sus dientes irregulares, entre los cuales se entreveía la gran cavidad de su boca.

Hermana Mayor, cuya serenidad y belleza todo el mundo reconocía, se casaría con el hijo de una familia mejor que la nuestra que vivía en la lejana Getan. Nos entristecía la perspectiva de no verla tan a menudo como nos habría gustado, pero gozaríamos de su compañía otros seis años antes del matrimonio, y luego otros dos o tres antes de que nos dejara para siempre. En nuestro condado, como es bien sabido, seguimos una tradición llamada buluo fujia, según la cual la mujer no se instala definitivamente en la casa del esposo hasta que se queda embarazada.

La señora Gao no se parecía en nada a la señora Wang. El adjetivo que mejor la definía era «vulgar». La señora Wang vestía ropa de seda, y la señora Gao, de algodón hilado a mano. Las palabras de la señora Wang eran escurridizas y brillantes como la grasa de oca, mientras que los sentimientos de la señora Gao eran tan rasposos como los ladridos de un perro callejero. Subía a la habitación de las mujeres, se sentaba en un taburete y exigía que le mostraran los pies de todas las niñas de la familia Yi. Hermana Mayor y Luna Hermosa obedecían, por supuesto. Y, pese a que mi destino estaba en manos de la señora Wang, mi madre insistía en que yo también se los enseñara. ¡Y qué comentarios hacía la señora Gao! «La hendidura es tan profunda como los pliegues internos de la niña. Hará feliz a su esposo.» O bien: «La forma en que el talón se curva hacia abajo formando un saco, mientras el dedo gordo apunta hacia arriba, recordará a su esposo su propio miembro viril. Ese afortunado se pasará el día pensando en juegos eróticos.» Yo entonces ignoraba el significado de aquellas palabras. Cuando empecé a entenderlas, me avergonzaba que alguien dijera esas cosas delante de mi madre y mi tía. Pero ellas reían con la casamentera. Las tres niñas acabamos riendo también, aunque, como ya he dicho, aquellas palabras y su significado estaban muy lejos de nuestra experiencia y comprensión.

Aquel año, en el octavo día del cuarto mes lunar, las hermanas de juramento de Hermana Mayor se reunieron en casa con ocasión del día de las Peleas de Toros. Las cinco niñas empezaban a demostrar lo bien que dirigirían su futuro hogar arrendando el arroz que sus familias les habían dado para formar la hermandad y utilizando las ganancias para costear sus celebraciones. Cada niña trajo un plato de su casa: sopa de fideos de arroz, remolacha con huevos en conserva, pies de cerdo con salsa de pimiento, judías en conserva y pasteles de arroz. Además prepararon varios platos juntas: formaban bolas de masa y las cocían al vapor; luego las sumergían en un aliño de salsa de soja, zumo de limón y aceite de pimiento. Comían, reían y recitaban historias de nu shu, como «El cuento de Sangu», que narra las peripecias de la hija de un hombre rico que permanece junto a su pobre esposo, soportando innumerables penurias, hasta que ambos son recompensados por su fidelidad convirtiéndose en mandarines; o «La carpa encantada», en la que un pez se transforma en una hermosa doncella que se enamora de un funcionario de alto rango, pero acaba recuperando su forma original.

Su cuento preferido era «La historia de la mujer que tenía tres hermanos». Las niñas no lo sabían entero y no pidieron a mi madre que dirigiera las preguntas y respuestas, aunque ella había memorizado casi todo el texto. En cambio, suplicaron a mi tía que las guiara a lo largo del relato. Luna Hermosa y yo nos unimos a sus ruegos, porque el cuento -fascinante y verídico, trágico y cómico al mismo tiempo- era una buena manera de practicar los cantos relacionados con nuestra escritura secreta.

La historia se la había regalado a mi tía, bordada en un pañuelo, una de sus hermanas de juramento. Mi tía sacó el trozo de tela y lo desdobló con cuidado. Luna Hermosa y yo nos sentamos a su lado para ir leyendo los caracteres bordados mientras ella recitaba.

– Érase una vez una mujer que tenía tres hermanos -comenzó mi tía-. Todos tenían esposa, pero ella no estaba casada. Pese a que era virtuosa y trabajadora, sus hermanos no querían ofrecer una dote. ¡Qué desgraciada se sentía! ¿Qué podía hacer?

Mi madre contestó:

– Está tan triste que sale al jardín y se ahorca en un árbol.

Luna Hermosa, mis dos hermanas, las hermanas de juramento y yo entonamos a coro:

– El hermano mayor recorre el jardín y finge no verla. El hermano mediano recorre el jardín y finge no ver que su hermana está muerta. El hermano pequeño la ve, rompe a llorar y se lleva el cadáver a la casa.

Desde el otro lado de la habitación, mi madre levantó la cabeza y me sorprendió observándola. Entonces sonrió, satisfecha quizá de que no me hubiera dejado ninguna palabra.

Mi tía continuó con la historia:

– Érase una vez una mujer que tenía tres hermanos. Cuando murió, nadie quiso ocuparse de su cadáver. Pese a que había sido virtuosa y trabajadora, sus hermanos no cuidaron de ella. ¡Qué crueldad! ¿Qué ocurrirá?

– La desatienden cuando está muerta igual que cuando estaba viva, hasta que su cadáver empieza a oler mal -dijo mi madre.

Una vez más, las niñas recitamos las frases que sabíamos de memoria:

– El hermano mayor da un trozo de tela para tapar su cadáver. El hermano mediano da dos trozos de tela. El hermano pequeño la envuelve con toda la ropa que encuentra para que no pase frío en el más allá.

– Érase una vez una mujer que tenía tres hermanos -prosiguió mi tía-. Ya está vestida para el más allá, pero sus hermanos no quieren gastar dinero en un ataúd. Ella era virtuosa y trabajadora, pero sus hermanos son tacaños. ¡Qué injusticia! ¿Encontrará algún día descanso la mujer?

– Sola, completamente sola -entonó mi madre-, errará convertida en fantasma.

Mi tía nos guiaba señalando con un dedo los caracteres y nosotras intentábamos seguirla, aunque nos costaba reconocerlos todos.

– El hermano mayor dice: «No hace falta que la enterremos en un ataúd. Ya está bien como está.» El hermano mediano dice: «Podríamos enterrarla en esa caja vieja que hay en el cobertizo.» El hermano menor dice: «Éste es todo el dinero que tengo. Con él compraré un ataúd.»

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «El Abanico De Seda»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «El Abanico De Seda» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «El Abanico De Seda»

Обсуждение, отзывы о книге «El Abanico De Seda» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x