Khaled Hosseini - Mil Soles Espléndidos

Здесь есть возможность читать онлайн «Khaled Hosseini - Mil Soles Espléndidos» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Современная проза, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Mil Soles Espléndidos: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Mil Soles Espléndidos»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Hija ilegítima de un rico hombre de negocios, Mariam se cría con su madre en una modesta vivienda a las afueras de Herat. A los quince años, su vida cambia drásticamente cuando su padre la envía a Kabul a casarse con Rashid, un hosco zapatero treinta años mayor que ella. Casi dos décadas más tarde, Rashid encuentra en las calles de Kabul a Laila, una joven de quince años sin hogar. Cuando el zapatero le ofrece cobijo en su casa, que deberá compartir con Mariam, entre las dos mujeres se inicia una relación que acabará siendo tan profunda como la de dos hermanas, tan fuerte como la de madre e hija. Pese a la diferencia de edad y las distintas experiencias que la vida les ha deparado, la necesidad de afrontar las terribles circunstancias que las rodean -tanto de puertas adentro como en la calle, donde la violencia política asola el país-, hará que Mariam y Laila vayan forjando un vínculo indestructible que les otorgará la fuerza necesaria para superar el miedo y dar cabida a la esperanza.

Mil Soles Espléndidos — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Mil Soles Espléndidos», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Sintiéndose culpable, abrió el primer cajón de la cómoda.

Lo primero qué vio fue la pistola. Era negra, de culata de madera y cañón corto. Antes de cogerla, Mariam se fijó bien en cómo estaba colocada. Le dio vueltas entre las manos. Era mucho más pesada de lo que parecía. La culata tenía un tacto suave y el cañón estaba frío. Le resultó inquietante que Rashid poseyera algo cuyo único propósito era matar a otras personas. Pero sin duda él tenía una pistola simplemente para proteger la casa. Para protegerla a ella.

Debajo del arma había varias revistas con las esquinas dobladas. Mariam abrió una y sintió que el corazón le daba un vuelco y se quedó boquiabierta sin pretenderlo.

En todas las páginas había mujeres, mujeres hermosas que no llevaban camisa ni pantalones ni ropa interior. Estaban completamente desnudas. Yacían en lechos entre sábanas revueltas y devolvían la mirada a Mariam con los párpados entornados. En la mayoría de las fotos tenían las piernas abiertas y lo mostraban todo. En algunas, las mujeres estaban postradas, como si -Dios no permitiera semejante cosa- adoptaran la postura sujda para rezar, y miraban hacia atrás por encima del hombro, con expresión de aburrido desdén.

Mariam volvió a dejar rápidamente la revista donde la había encontrado. Se sentía aturdida. ¿Quiénes eran esas mujeres? ¿Cómo podían permitir que las fotografiaran así? Se le revolvía el estómago con sólo pensarlo. Así pues, ¿era eso lo que hacía Rashid las noches que no iba a su habitación? ¿Lo había decepcionado Mariam en ese aspecto en particular? ¿Y todo lo que decía siempre sobre el honor y el decoro, cuando censuraba a sus clientas, que al fin y al cabo sólo le mostraban los pies para que les tomara las medidas de los zapatos? «Sólo el marido puede ver el rostro de una mujer», le había dicho. Sin duda las mujeres de la revista tenían marido, o al menos algunas de ellas. Como mínimo, tendrían hermanos. Entonces ¿por qué Rashid insistía en que ella se cubriera, y en cambio no le parecía mal ver las partes íntimas de las esposas y hermanas de otros hombres?

Se sentó en la cama de su marido, avergonzada y confusa. Se cubrió el rostro con las manos y cerró los ojos. Respiró hondo varias veces hasta que se notó más calmada.

Lentamente, la explicación se abrió paso en su mente. Rashid era un hombre, al fin y al cabo, que había vivido solo durante años antes de casarse con ella. Sus necesidades eran distintas. Para ella, aun después de varios meses, el acto sexual seguía constituyendo un ejercicio de tolerancia al dolor. El apetito de Rashid, por otra parte, era voraz, bordeando en ocasiones la violencia por el modo en que la sujetaba, le estrujaba los pechos y la embestía furiosamente con las caderas. Era un hombre. Después de tantos años sin una mujer, ¿podía recriminarle que fuera tal como Dios lo había creado?

Sabía que jamás podría hablar de todo aquello con él. Era un tabú. Pero ¿podía ser perdonado? Sólo tenía que pensar en los demás hombres que había conocido: Yalil, con tres esposas y nueve hijos a la sazón, acostándose con Nana sin estar casados. ¿Qué era peor: la revista de Rashid o lo que había hecho Yalil? Y además, ¿qué derecho tenía ella, una simple aldeana, una harami, a juzgarlo?

Abrió el segundo cajón de la cómoda.

En él encontró una foto del hijo, Yunus, en blanco y negro. Tenía unos cuatro o cinco años. Llevaba una camisa a rayas y pajarita. Era un niño muy guapo, con la nariz fina, los cabellos castaños y ojos oscuros ligeramente hundidos. Parecía distraído, como si algo hubiera captado su atención justo antes de que se disparara la cámara.

Debajo Mariam encontró otra foto, también en blanco y negro, pero de peor calidad. En ella se veía a una mujer sentada y, detrás de ella, a un Rashid más joven y delgado, con los cabellos negros. La mujer era hermosa. No tanto como las mujeres de la revista, quizá, pero hermosa en cualquier caso. Desde luego, más que ella. Tenía un delicado mentón y largos cabellos negros partidos por la raya en medio. Los pómulos eran prominentes y la frente tersa. Mariam imaginó su propio rostro, sus labios finos y su afilado mentón, y sintió celos.

Contempló la foto mucho rato. El modo en que Rashid parecía imponerse sobre la mujer le causaba un vago desasosiego. Por sus manos, que se apoyaban en los hombros de ella. Por la forma en que sonreía, recreándose, con los dientes apretados, y la expresión sombría de su esposa. Por el modo en que el cuerpo de ella se inclinaba sutilmente hacia delante, como si tratara de evitar el contacto.

Mariam lo colocó todo en su sitio.

Más tarde, mientras lavaba la ropa, lamentó haber fisgado en su habitación. ¿Para qué? ¿Qué había descubierto sobre Rashid que tuviera importancia? ¿Que poseía una pistola y que era un hombre con las necesidades propias de su sexo? Y no debería haberse quedado mirando la foto de Rashid con su primera mujer durante tanto tiempo. Sus ojos habían encontrado significados en lo que no era más que una postura al azar captada en un momento concreto.

Lo que sintió delante de la ropa tendida que se balanceaba pesadamente en las cuerdas era lástima. Compadecía a Rashid, que también había tenido una vida muy dura, marcada por los infortunios. Sus pensamientos volvieron al niño, Yunus, que había hecho muñecos de nieve en aquel mismo patio, que había subido por las mismas escaleras. El lago se lo había arrebatado a Rashid engulléndolo, igual que la ballena se había tragado al profeta del mismo nombre que aparecía en el Corán. A Mariam le entristeció -y no poco- imaginar a Rashid impotente y dominado por el pánico, paseándose frenéticamente por la orilla del lago, suplicándole que escupiera a su hijo de vuelta a la tierra. Y por primera vez sintió cierta afinidad con su marido. Se dijo que serían buenos compañeros, a pesar de todo.

13

Durante el trayecto de vuelta en el autobús después de la visita al médico, a Mariam le sucedió algo muy extraño. Allá donde posara la mirada, lo veía todo en colores brillantes: los apartamentos de cemento gris, las tiendas con tejado de zinc y las puertas abiertas, el agua fangosa que discurría por las alcantarillas. Era como si un arco iris se hubiera fundido en sus ojos.

Rashid hacía tamborilear sus dedos enguantados y tarareaba una canción. Cada vez que el autobús saltaba sobre un bache y daba una sacudida, su mano protectora salía disparada hacia el vientre de Mariam.

– ¿Qué te parece Zalmai? -preguntó-. Es un bonito nombre pastún.

– ¿Y si es una niña? -adujo Mariam.

– Yo creo que es un niño. Sí. Un niño.

Un murmullo recorría el autobús. Algunos pasajeros señalaban alguna cosa y otros se inclinaban sobre los asientos para mirar por las ventanillas.

– Allí -señaló Rashid, dando unos golpecitos en el cristal con un nudillo. Sonreía-. Ahí. ¿Lo ves?

Mariam advirtió que, en la calle, la gente se paraba en seco. En los semáforos emergían rostros por las ventanillas de los coches, vueltos hacia arriba, hacia los suaves copos que caían. ¿Qué tenía la primera nevada de la temporada para causar semejante fascinación?, se preguntó Mariam. ¿Era la oportunidad de ver algo inmaculado aún, sin marcas? ¿De captar la gracia fugaz de una nueva estación, de un precioso principio, antes de que fuera pisoteado y corrompido?

– Si es una niña -prosiguió Rashid-, que no lo es, pero si fuera una niña, podrás elegir el nombre que quieras.

Mariam despertó a la mañana siguiente con el sonido de una sierra y un martillo. Se envolvió en un chal y salió al patio cubierto por la nieve. La densa nevada de la noche anterior había amainado y ya sólo se notaba el cosquilleo de unos ligeros copos dispersos. No soplaba el viento y el aire olía a carbón quemado. Kabul se hallaba sumido en un silencio sobrecogedor, cubierto por un manto blanco, liberando espirales de humo aquí y allá.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Mil Soles Espléndidos»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Mil Soles Espléndidos» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Khaled Khalifa - In Praise of Hatred
Khaled Khalifa
Khaled Hosseini - Y las montañas hablaron
Khaled Hosseini
Khaled Hosseini - Drachenläufer
Khaled Hosseini
Khaled Hosseini - Cometas en el Cielo
Khaled Hosseini
Khaled Hosseini - A Thousand Splendid Suns
Khaled Hosseini
Khaled Hosseini - The Kite Runner
Khaled Hosseini
Khaled Khalifa - Death Is Hard Work
Khaled Khalifa
José Güich Rodríguez - Espléndida iracundia
José Güich Rodríguez
Mechita Daneri Montoya - Los Soles de mi abuela Gloria
Mechita Daneri Montoya
László Benedek - Khaled tanzt
László Benedek
Отзывы о книге «Mil Soles Espléndidos»

Обсуждение, отзывы о книге «Mil Soles Espléndidos» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x