Array Array - Atlas de geografía humana
Здесь есть возможность читать онлайн «Array Array - Atlas de geografía humana» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Современная проза, на русском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.
- Название:Atlas de geografía humana
- Автор:
- Жанр:
- Год:неизвестен
- ISBN:нет данных
- Рейтинг книги:3 / 5. Голосов: 1
-
Избранное:Добавить в избранное
- Отзывы:
-
Ваша оценка:
- 60
- 1
- 2
- 3
- 4
- 5
Atlas de geografía humana: краткое содержание, описание и аннотация
Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Atlas de geografía humana»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.
Atlas de geografía humana — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком
Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Atlas de geografía humana», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.
Интервал:
Закладка:
desenvuelven en un decorado, y la pobre se ha muerto sin llegar a saber hasta qué punto tenía razón. Marita y yo nos conocimos en un año concreto, en unas condiciones concretas, y nos hicimos amigas porque en aquel momento todo nos empujaba mutuamente, todo, nuestra edad, nuestra ideología, nuestros gustos, nuestra manera de entenderlas cosas, todo conspiraba para que acabáramos siendo amigas. Mi amor por Martín es un ejemplo todavía más claro de lo que le estoy diciendo. Yo, que me había criado sin dioses, me enamoré de un hombre al que mi fe logró elevar a la categoría de dios, ¿eso lo entiende? —asintió con la cabeza, y yo proseguí, muy lentamente, porque necesitaba ordenar cada idea antes de expresarla—. Y, por supuesto, cuando me encontré con Martín en Italia, cuando me casé con él, empecé a vivir una vida que tenía mucho que ver con todo esto, con la época en la que vivíamos, con las ideas que teníamos, con el mundo que perseguíamos, en fin… Luego, Marita volvió a Madrid, volvimos a encontrarnos, durante diez años fuimos inseparables, y tal vez, ella contribuyó sin querer a mantener vivo el espejismo, tal vez su propia presencia me impidió comprender que todo estaba cambiando sin que yo me diera cuenta, y que si Martín y yo nos quedábamos cada vez más solos en todas las discusiones, no era porque fuéramos los más coherentes, los más sólidos, o los más listos, sino porque el decorado del teatro había cambiado, y los demás actores ya se sabían su papel cuando a nosotros no se nos había ocurrido ni pedirlo siquiera… O a lo mejor sería más exacto que hablara en primera persona, porque tengo la impresión de que Martín percibió todo esto antes que yo, aunque se haya negado a aceptarlo. A eso me refería cuando le dije que los sueños también se morían. Mi sueño ha muerto, el sueño de la izquierda española se ha muerto en su cama, de viejo, sin hacer ruido. Y ha dejado pocos huérfanos, pero nuestra orfandad es absoluta. A veces pienso que, en el fondo, somos mucho más desgraciados que nuestros padres, que nuestros abuelos, porque no hemos conocido la guerra, ni la cárcel, ni la clandestinidad, ni el exilio, pero nuestro bienestar, nuestra libertad, nuestra paz, no nos sirven para nada, porque ni siquiera podemos soñar, no podemos afirmar ninguna cosa con certeza, no tenemos futuro alguno en el que creer, estamos solos, en el centro del mundo, encadenados a un discurso que nadie quiere escuchar, a una fe que nos falta a nosotros mismos… Y no hay salida.
—Yo no creo que la situación sea tan terrible —matizó ella, con cierta preocupación en los ojos, preludio de una expresión que yo conocía muy bien.
—Porque usted cree que le estoy hablando de política, y los socialistas han vuelto a ganar las elecciones, y a su izquierda existe un grupo parlamentario independiente, pero es que la política apenas tiene algo que ver con esto… Yo le estoy hablando de mi vida, de una manera de mirar el mundo, una manera de entender la amistad, el amor, el sexo, le hablo de esa especie de eterna juventud a la que creíamos estar abonados para siempre, y que ha encogido y se ha arrugado de pronto como la piel de una ciruela pasa. Y a lo mejor, esto ha pasado siempre. A lo mejor, todas las generaciones, desde el principio del tiempo, han creído tener argumentos suficientes para creerse inmortales en vano. No lo sé. Pero le estoy contando lo que me pasa a mí, lo que siento yo, que jamás habría creído que fuera a llegar este momento, que he vivido de espaldas a todas las señales que anunciaban el fin del mundo, que me quedé colgada a conciencia de la asombrosa capacidad de gozo, de la inagotable capacidad de asombro que marcó mi juventud, cuando los adolescentes lo estrenábamos todo en una ciudad adolescente, que también estrenaba todas las cosas, y era la capital de un país adolescente, que se estrenaba todos los días a sí mismo. Hasta el desencanto del que se hablaba entonces, ¿recuerda?, tenía un tinte épico, heroico casi, de derrota flamante, intensa, al que ahora no podemos aspirar, porque la historia se ha hecho pequeña, práctica, portátil, porque en teoría no ha pasado nada. Pero antes, más allá de las decisiones de todos los días, existía un horizonte universal y, si me permite la cursilería, trascendente, que ahora ha desaparecido de golpe, dejándonos a solas con el modelo de coche nuevo que hay que comprar o con el sitio ideal para irnos de vacaciones. El mundo se ha estrechado, se ha vuelto grisáceo, uniforme. No es un buen sitio para vivir, pero no tenemos otro, y tampoco sabemos resistir, porque nunca hemos aprendido antes, nosotros no, nosotros éramos los benditos elegidos para cambiar el curso de la historia, los
que teníamos el viento a favor, y ya ve cómo estamos, deseando que la derecha llegue por fin al poder a ver si salta todo por los aires… No se puede dejar de creer de golpe en lo que se sigue creyendo todavía, Justicia, Progreso, Futuro, ya sabe, el simple intento deja huellas terribles. Porque cuando el gran sueño muere, arrastra en su agonía a todos los sueños, y quizás, ese sueño general que nos ha dejado huérfanos sostenía mi pequeño sueño de amor pasión por los siglos de los siglos. Quizás…
O no. me dije a mí misma, cuando me detuve a tomar aliento. Quizás esto no es más que una excusa, quizás no sé nada de lo que está pasando, por qué se ha muerto Manta, por qué mi marido duerme fuera de casa, por qué necesita creer que yo tengo un amante para volver a comportarse como antes, por qué se hundió al conocer la verdad de estas sesiones tan inocentes.
Podría haberle contado muchas cosas más. El acidísimo comentario que se le escapó a Martín sólo un par de semanas antes, la última vez que le hice un regalo sin otro motivo que haber notado cómo lo admiraba ante un escaparate, la tarde anterior, mientras íbamos al cine caminando. Era un jersey doble, de lana gruesa, con cuello de camisa polo y grandes cuadros oscuros, y estoy segura de que le gustaba, porque se lo puso inmediatamente, sin perder el tiempo en quitarle la etiqueta, pero luego, mientras se miraba en el espejo, dijo algo entre dientes, y seguramente no quería que yo lo escuchara, pero lo escuché, ¡qué bien!, fue lo que dijo, otro caprichito, ya sólo nos falta entender de vinos… Ella no habría sido capaz de descifrar una clave tan aparentemente tonta, la maldición oculta tras la transparencia de esa hilera de palabras corrientes, inofensivas, pero yo le habría revelado el sentido de aquel lamento que no lo parecía, le habría explicado que, entre nosotros, esa clase de insignificantes, prestigiosas sabidurías —entender de vinos, de tabernas típicas, de hoteles con encanto, de pueblos escondidos, de dulces de convento— eran una contraseña de la futilidad, un estandarte de esas vidas tan vacías que pueden llenarse con un puñado de direcciones, con un índice de sucedáneos de las emociones verdaderas. Nosotros sólo compramos lo que anuncian por televisión, solíamos afirmar antes, como una irónica provocación que jamás nadie quiso recoger.
Podría haberle contado muchas cosas más, lo que sucedió unos meses atrás, después de que Martín me anunciase que había descubierto que no estaba yendo a ningún gimnasio y yo no fuera capaz de perseveraren mi mentira ni de renunciar a ella, porque mis labios sucumbieron a una repentina parálisis que sólo me consintió callar y mirar al suelo. Entonces ya debía de pensar que yo tenía un amante, y su respuesta fue inmediata, fulminante. Al día siguiente, viernes, a inedia tarde, me avisó de que se iba a cenar a la sierra, con un par de amigos, sin inventarse siquiera cualquier celebración corno pretexto. Ya había comenzado el sábado cuando llamó de nuevo, uf, menos mal que te encuentro levantada, creo que no voy a ir a dormir a casa, ¿sabes?, porque Alfonso, que nos ha traído en coche, está muy borracho, nos hemos pasado mucho y no nos atrevemos a volver a Madrid, mejor nos quedamos a dormir por aquí… Eran las seis y media de la mañana cuando me lo encontré de pie, al borde de la cama, despeinado y sudoroso, la camisa medio abierta, el nudo de la corbata a punto de deshacerse, una manga de la chaqueta embutida en su brazo izquierdo y la otra en vilo, columpiándose a sus espaldas. Me miraba como si pudiera atravesarme, encontrar una respuesta en la cara oculta de mis ojos, no dejó de hacerlo mientras se desnudaba con torpeza, mientras recorría la corta distancia que le separaba de la cama, mientras se reunía conmigo debajo de las sábanas. Luego me abrazó, tan fuerte que me hizo daño, y de la profundidad de aquel abrazo brotó su voz, voz de borracho solo y hastiado.
Читать дальшеИнтервал:
Закладка:
Похожие книги на «Atlas de geografía humana»
Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Atlas de geografía humana» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.
Обсуждение, отзывы о книге «Atlas de geografía humana» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.