Array Array - Los aires dificiles

Здесь есть возможность читать онлайн «Array Array - Los aires dificiles» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Современная проза, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Los aires dificiles: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Los aires dificiles»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Los aires dificiles — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Los aires dificiles», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

quería saberlo, necesitaba saberlo. Y sin embargo había sido capaz de pensar en operar a Alfonso, y quizás hasta de consultarlo, de comentarlo con alguien. Inmóvil en lo alto de la escalera, con una mano apoyada en la pared, aferrando la balaustrada con la otra para cortarle el paso, volvió a ver aquel papel, los titubeos de Nicanor, su coronilla completamente calva mientras intentaba explicarse con los ojos fijos en la alfombra.

Él no estaba entendiendo nada, no acababa de entender qué quería, de qué conocía a aquel médico que se apellidaba Miguel y al que Juan pensó al principio que estaba llamando por su nombre de pila, qué relación podía tener con él para pedirle no sólo que firmara aquella misteriosa carta de apoyo, sino que la difundiera después entre sus compañeros del hospital. Trae aquí, Damián se impacientó, verás, Juanito, le dijo, te lo voy a explicar yo, todo ha sido un malentendido, un inmenso y terrible malentendido. Los locos le adoran, a José Antonio, ¿no?, es lógico, están solos, abandonados por sus familias, la mayoría no tienen a nadie, pagan la residencia con su pensión o con sus ahorros… ¿Pero quién es José Antonio?, le interrumpió él. Pues Miguel, José Antonio Miguel, aclaró su hermano, y entonces comprendió, aquella rara coincidencia de nombres propios le refrescó la memoria, le habían comentado el caso en el trabajo, había escuchado algo por la radio, una estafa muy rentable y particularmente repugnante, urdida por uno o varios psiquiatras de una clínica privada de lujo situada cerca de su hospital, en su barrio de siempre. Con la excusa de que era imprescindible para resolver cualquier gestión encaminada a preservar los intereses del enfermo, conseguían la tutela legal de los pacientes que no tenían familiares que se les hubieran adelantado para incapacitarlos, vendían sus propiedades y se quedaban con el dinero.

En apariencia, era todo limpio, fácil y legal. Es que es su heredero, ¿comprendes, Juan?, José Antonio es su heredero porque ellos se lo han dejado todo, los pobres, porque están solos y no tienen a nadie, y le adoran, claro, los locos le adoran, él es quien les cuida, quien se ocupa de ellos, ha sido todo un inmenso malentendido… Nicanor se lleva una parte, pensó él entonces, seguro que es eso, que se lleva una parte, le encargarían que lo investigara, descubriría algo, y a cambio, desde entonces, se lleva una parte. Es muy amigo nuestro, muy buena persona y se desvive por ellos, Damián seguía hablando como si le hubieran dado cuerda, y puede ir a la cárcel, puede acabar en la cárcel sin ninguna culpa, por eso, para apoyarle, sus compañeros de la clínica han escrito esta carta, y te pedimos que la firmes, que se lo expliques a tus amigos, que la hagas circular, necesitamos todas las firmas que podamos reunir, porque esto ha sido sólo un inmenso malentendido… El juez había sobreseído el caso por falta de pruebas, como suele ocurrir cuando los únicos testigos, que en este caso eran a su vez las víctimas, son enfermos mentales, cuyo testimonio, en el caso de que estén en condiciones de darlo, se invalida por sí solo.

La carta no había llegado a hacerse pública, sin embargo. A Juan no le extrañó. Ningún médico mínimamente consciente firmaría jamás un documento como aquél. Así que el doctor Miguel, tres o cuatro años después de aquello, seguiría

trabajando en una clínica, tal vez incluso en la misma de entonces. Y desde luego, muy bien podía ser él uno de esos partidarios de operar al pobre Alfonso que había mencionado su hermano. Juan sabía que Damián no hablaba en serio. Necesitaba creer que Damián no hablaba en serio. El mundo sería un lugar mucho mejor si no vivieran en él su hermano, sus amigos. Déjame pasar, Juanito, déjame pasar, hostia… Vamos a tener la fiesta en paz.

He venido a ducharme y a cambiarme de ropa, voy a salir otra vez. Nicanor me está esperando ahí al lado, con unas tías. Ya me has dicho todo lo que me tenías que decir, ¿no? ¡Que me dejes pasar, Juan, que te apartes! ¿Me oyes? ¡Apártate! ¿Pero qué quieres, que te meta de verdad? Joder… Si no supiera de sobra lo maricón que eres, te diría que te vinieras con nosotros, a ver si se te quita de una vez esa cara de madre superiora que se te está poniendo… Cuando eran niños, no se pegaban nunca.

Luego, al llegar juntos hasta el borde de la adolescencia, empezaron a pegarse mucho, demasiado, pero entonces el Olmedo pequeño no amenazaba, y el mayor tampoco era capaz de sujetarse durante tanto tiempo. Dami era más rápido y tenía más experiencia, pero Juan podía llegar a ser, sorprendentemente para todos, sorprendentemente para él, mucho más violento que su hermano. Sin embargo, no siempre renunciaba al golpe definitivo, así que iban más o menos empatados, aunque Damián no estuviera dispuesto a reconocerlo jamás. El Canario tampoco lo sabía. Aquel sábado, Juan había sido el responsable de la bronca, pero no se sentía culpable. Se había puesto una camisa de Damián que le gustaba mucho para salir con los de su pandilla. Iban a ir al cine a Madrid, que era como llamaban entonces al centro de Madrid, como si ellos vivieran en una ciudad distinta. Las chicas también venían, pero su hermano no, porque estaba castigado sin salir, por las notas, así que le daba lo mismo prestársela que tenerla guardada en un cajón. Se la había pedido y él le había contestado que no se la dejaba. Su madre había intervenido, había sugerido, rogado, ordenado que se la prestara, y él, al final, la había cogido por las buenas. Ya estaba en la calle cuando Damián salió bufando por el portal, como un toro bravo, y Juan no supo qué hacer, porque los demás, también las chicas, estaban esperándole en una esquina. Su hermano sacó mucho partido de unos pocos segundos de indecisión. Le tiró al suelo de un cabezazo, se le montó encima, levantó el puño en el aire, y entonces, de repente, desapareció.

Juan, que había cerrado los ojos, los volvió a abrir a tiempo de ver cómo el Canario soltaba a su agresor del cuello de la camisa después de haberle arrastrado un trecho por el suelo. Si quieres ir de duro, pégate con los que son más fuertes que tú, idiota, le dijo. Déjame en paz, Canario, respondió Damián, y métete en tus asuntos. Él se echó a reír, le amagó una hostia en el aire y volvió a reírse. No te cruces conmigo, chaval, añadió entonces, con voz todavía risueña, no te cruces conmigo. Luego se marchó, dio la vuelta para marcharse, pero Juan se levantó de un salto, se desabotonó la camisa tan deprisa como pudo y le llamó. ¡Eh, Canario! Desnudo de cintura para arriba, echó a andar hacia él, llegó a la

altura de su hermano, le tiró la camisa sucia de barro encima sin mirarle, y avanzó un poco más.

Yo soy más fuerte que él, Canario, dijo entonces, yo soy el más fuerte de los dos. El Canario le miró, le sonrió, y no dijo nada.

En aquella época, Damián era el más alto. Todos pensaban que siempre sería así, pero Juan creció más tarde, y creció más. Aquella noche, con la ventaja adicional de un par de escalones, su hermano le pareció más pequeño que nunca. Había adelgazado mucho, muy deprisa, pero proyectaba hacia delante una barriga tersa, abultada, como el vientre de una embarazada. Estaba viejo, desencajado, casi siempre borracho y duro, durísimo, tanto que a veces Juan pensaba que podría clavarle un alfiler en el brazo sin que llegara a sentirlo. Comía bollos rellenos de crema, bebía whisky de malta, se metía más de un gramo de cocaína al día, todos los días. A Juan le gustaba la cocaína, pero no le gustaba Damián. En eso, su hermano estaba de acuerdo con él, aunque no lo supiera. Ignoraba muchas cosas de sí mismo, y sobre todas, que nunca había dejado de ser un hombre débil, frágil, con un carácter blando, quebradizo como esos milhojas de hojaldre que se tragaba en dos bocados sin detenerse a masticarlos. Cada vez que le veía con un bollo en la mano, una fracción de segundo antes de ver sólo su mano, vacía, y un relieve de esfuerzo en su garganta, Juan Olmedo, a quien le gustaba tanto comer, pensaba que la relación que Damián había establecido con la vida consistía básicamente en eso, en tragar sin masticar, en renunciar al gusto de las cosas, a sus contrastes, a sus matices. A la sal, a la dificultad, a la sugerencia del punto ácido, o amargo, que subyace bajo la corteza de los únicos sabores interesantes.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Los aires dificiles»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Los aires dificiles» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «Los aires dificiles»

Обсуждение, отзывы о книге «Los aires dificiles» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x