Lauren Weisberger - El Diablo Viste De Prada

Здесь есть возможность читать онлайн «Lauren Weisberger - El Diablo Viste De Prada» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Современная проза, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

El Diablo Viste De Prada: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «El Diablo Viste De Prada»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

La insistente voz de Miranda Priestly persigue a Andrea hasta en sueños: «¿An-dre-aaa?. ¡An-dre-aaa!».¿Es este el trabajo con el que soñaba al salir de la universidad? ¿Es este el trabajo por el cual tiene que estar agradecida y sentirse tan afortunada?
Sí, es la nueva asistente personal de Miranda, la legendaria editora de la revista femenina más glamurosa de Nueva York. Ella dicta la moda en el mundo entero. Millones de lectoras siguen fielmente sus recomendaciones; sus empleados y colaboradores la consideran un genio; los grandes creadores la temen.
Todos, sin excepción, la veneran. Todos, menos Andrea, que no se deja engañar por este escaparate de diseño y frivolidad tras el que se agazapa un diablo que viste un traje de chaqueta de Prada exclusivo, por supuesto, calza unos Manolo Blahnik y siempre luce un pañuelo blanco de Hermes.
Una novela hilarante que da un nuevo sentido a esas quejas que a veces circulan sobre un jefe que es el diablo en persona. Narrada por la voz fresca, joven, inteligente, rebelde y desarmante de Andre, El diablo viste de Prada nos descubre el lado profundo, oscuro y diabólico el lado profundo, oscuro y diabólico de la vida en las oficinas del gran imperio que es el mundo de la moda.

El Diablo Viste De Prada — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «El Diablo Viste De Prada», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

– ¡Andy, para! -susurró, y liberó su brazo sin dejar de sonreír al tipo-. No seas maleducada. Me gustaría presentarte a mi amigo. William, esta es mi amiga Andrea, que no suele comportarse así. Andy, te presento a William.

Lily esbozó una sonrisa benévola mientras nos dábamos la mano.

– Puedo preguntarte por qué me robas a tu amiga, An-dre-aaa -dijo William con una voz profunda que casi resonó en el espacio subterráneo.

Quizá en otro lugar, en otro momento o con otra persona me habría percatado de su cálida sonrisa, o de su caballerosidad al levantarse de inmediato y ofrecerme su asiento cuando me acerqué, pero de lo único que fui consciente fue de su acento británico. Poco importaba que fuera un hombre, un hombre negro y corpulento, que no guardaba parecido alguno con Miranda Priestly. El mero hecho de oír ese acento, de oír mi nombre pronunciado exactamente como ella lo pronunciaba, bastó para que se me acelerara el corazón.

– William, lo siento, no es nada personal, pero tengo un pro,mblemilla y me gustaría hablar con Lily en privado. Te la devolveré enseguida.

Dicho eso, la agarré del brazo, esta vez con más fuerza, y tiré de ella. Basta de tonterías, necesitaba a mi amiga.

Una vez instaladas en el sofá, y tras comprobar que Christian seguía reclamando la atención del camarero (un hetero, podría tirarse ahí toda la noche), respiré hondo.

– Christian me ha besado.

– ¿Y qué hay de malo? ¿Besa mal? Es eso, ¿verdad? La forma más rápida de perder puntos.

– ¡Lily! Bien o mal, ¿qué importa?

Enarcó las cejas y abrió la boca para hablar, pero me adelanté.

– En realidad no ha sido para tanto, porque me besó en el cuello, pero el problema no es cómo lo hizo, sino que lo haya hecho. ¿Qué pasa con Alex? Yo no suelo ir por ahí besando a otros tíos, ¿sabes?

– Vaya por Dios -murmuró Lily entre dientes-. Andy, déjate de estupideces. Quieres a Alex y Alex te quiere, pero no pasa nada porque te apetezca besar a otro tío de vez en cuando. Tienes veintitrés años, maldita sea, relájate un poco.

– Pero yo no le besé… ¡él me besó a mí!

– En primer lugar, dejemos clara una cosa. ¿Recuerdas cuando Monica se inclinó sobre Bill y todo el país y nuestros padres y Ken Starr se apresuraron a llamar a eso sexo? Eso no era sexo, del mismo modo que el hecho de que un tío que probablemente quería besarte la mejilla te besara el cuello no significa «besar a alguien».

– Pero…

– Cierra el pico y déjame terminar. Lo importante no es tanto lo que ocurrió como el hecho de que tú querías que ocurriera. Reconócelo, Andy. Querías besar a Christian independientemente de que eso estuviera «mal» o fuera «incorrecto». Y si no lo reconoces, significa que mientes.

– Lily, en serio, no me parece justo que…

– Hace nueve años que te conozco, Andy. ¿Crees que no puedo leer en tu cara que te gusta ese tipo? Sabes que no debería gustarte, porque él no se comporta como es debido, ¿verdad? Pero es justamente eso lo que te atrae de él. Sigue tu instinto y disfruta. Si Alex es bueno para ti, siempre lo será. Y ahora tendrás que disculparme, porque he encontrado a alguien que es bueno para mí… en este momento.

Lily saltó del sofá y regresó junto a William, que se alegró mucho de volver a verla.

Me sentía cohibida sentada sola en el enorme sofá de terciopelo y busqué a Christian con la mirada, pero ya no estaba en la barra. Todo se aclararía si dejaba de preocuparme, me dije. Tal vez Lily estaba en lo cierto y Christian me gustaba. ¿Qué tenía eso de malo? Era inteligente y guapísimo, y esa actitud de hacerse cargo de todo resultaba muy sexy. Salir con alguien sexy no era exactamente ser infiel. Estoy segura de que a lo largo de los años Alex se ha encontrado en más de una ocasión trabajando, estudiando o hablando con una chica atractiva y ha tenido fantasías. ¿Le convertía eso en infiel? Por supuesto que no. Con renovada confianza (y deseando desesperadamente volver a ver, oír o tener cerca a Christian), empecé a pasearme por el bar.

Lo encontré apoyado sobre su mano derecha, enfrascado en una conversación con un hombre de cuarenta y tantos años que vestía un traje de tres piezas. Christian agitaba las manos y gesticulaba enérgicamente con una expresión en la cara de regocijo e irritación al mismo tiempo. El hombre de pelo canoso le miraba fijamente. Todavía me hallaba demasiado lejos para oír de qué hablaban, pero debía de estar observándoles de hito en hito, porque los ojos del hombre se detuvieron en mí y me sonrieron. Christian le siguió la mirada y me vio.

– Andy, querida -dijo con un tono muy diferente del que había empleado hacía unos minutos, pasando de seductor a ami-go-de-tu-padre con suma suavidad-. Acércate, quiero que conozcas a un amigo. Gabriel Brooks, mi agente, administrador y un verdadero héroe. Gabriel, te presento a Andrea Sachs. Actualmente trabaja en la revista Runway.

– Me alegro de conocerte, Andrea -me saludó Gabriel tendiendo una mano y tomando la mía con esa irritante delicadeza de no-te-aprieto-la-mano-como-se-la-apretaría-a-un-hombre-porque-seguro-que-te-partiría-tus-femeninos-dedos-. Christian me ha hablado mucho de ti.

– ¿De veras? -repuse apretando su mano con fuerza, lo que hizo que él aflojara aún más la presión-. Espero que bien.

– Por supuesto. Dice que eres una escritora en ciernes, como nuestro amigo.

Me sorprendió que Christian le hubiera hablado de mí, pues nuestras conversaciones habían sido fugaces.

– Pues, sí, me gusta escribir, y puede que algún día…

– Si eres la mitad de buena que algunas de las personas que me ha enviado Christian, estoy impaciente por conocer tu trabajo. -Rebuscó en un bolsillo interior y extrajo una tarjeta de un estuche de piel-. Sé que todavía no estás preparada pero, cuando decidas enseñar tu trabajo a alguien, espero que me tengas en cuenta.

Necesité hasta el último ápice de fuerza de voluntad para no desplomarme, para asegurarme de que mi boca no se abría y de que las rodillas no me fallaban. ¿Espero que me tengas en cuenta? El hombre que representaba a Christian Collinsworth, joven genio literario, acababa de pedirme que lo tuviera en cuenta. Eso era una locura.

– Vaya, gracias -farfullé, y me guardé la tarjeta en el bolso, sabedora de que examinaría cada centímetro de la misma a la primera oportunidad.

Me sonrieron y tardé un minuto en darme cuenta de que era la señal para que me marchara.

– Bueno, señor Brooks, quiero decir Gabriel, ha sido un placer conocerle. Ahora tengo que irme, pero espero que volvamos a vernos.

– El placer ha sido mío, Andrea. Felicidades de nuevo por conseguir un empleo tan fantástico. Recién salida del college y ya trabajas para Runway. Impresionante.

– Te acompaño hasta la salida -me dijo Christian posando una mano en mi codo, e indicó a Gabriel que no tardaría.

Nos detuvimos en la barra para decir a Lily que me iba a casa. Ella me informó innecesariamente -entre los besuqueos de William- de que se quedaba. Al pie de la escalera que debía devolverme a la calle Christian me besó en la mejilla.

– Me alegro de haberte encontrado esta noche y presiento que ahora tendré que escuchar a Gabriel decir lo estupenda que eres. -Sonrió.

– Apenas hemos cruzado dos palabras -observé, y me pregunté por qué todo el mundo se mostraba tan halagador.

– Lo sé, Andy, pero no pareces darte cuenta de que el mundo literario es muy pequeño. Todos se conocen, tanto si escribes novelas de misterio como guiones o artículos de periódico. Gabriel no necesita saber mucho de ti para saber que tienes posibilidades. Fuiste lo bastante buena para conseguir un trabajo en Runway, pareces lista y elocuente, y encima eres mi amiga. No tiene nada que perder dándote su tarjeta. ¿Quién sabe? Quizá haya descubierto a la próxima escritora de éxito. Y créeme, es bueno tener como conocido a Gabriel Brooks.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «El Diablo Viste De Prada»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «El Diablo Viste De Prada» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «El Diablo Viste De Prada»

Обсуждение, отзывы о книге «El Diablo Viste De Prada» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x