El tercer hermano, Fleetwood, padrino en aquella ceremonia, tam____________________fica, prefiriendo tomarse literalmente el título de «Explorador», y no se dedicó a nada más que a explorar. A Fleetwood no le vino nada mal un cuantioso fondo de fideicomiso de Vibe para pagar las facturas por salacots a medida, pastillas de carne y demás. Kit lo conoció un fin de semana de primavera en la mansión de Vibe en jaran participar en una expedición a África. Se mantuvo tan aparte de los juegos políticos como de toda verdadera investigación cientíbién se había ido pronto de casa, engatusando a todos para que lo deLong Island.
– Vaya, pero si nunca has estado en nuestra cabaña -dijo 'Fax un día después de clase-. ¿Qué haces este fin de semana? A no ser que haya otra obrerita o princesa de pizzería por ahí.
– ¿He usado yo ese tono de voz sobre el material de las Siete Her_manas, la carne de facultad femenina en la que te especializas?
– No tengo nada en contra de las razas más nuevas -se quejó 'Fax-, Pero seguro que te gustaría conocer a mi prima Dittany.
– La que está en Smith.
– En Mount Holyoke, de hecho.
– No veo el momento.
Llegaron con un cielo encapotado y arisco. Incluso con una ilumi____________________cretar, a moradores anteriores.tenecía», de un modo que nadie parecía tener muchas ganas de conrio de la primera planta. Allí sólo podían acceder los sirvientes. «Perto de abandono, todavía seguía inquietantemente ocupada, tal vez por alguna rama colateral de los Vibe…, no estaba claro. Y además, el mistetación alguna, fachada de una piedra oscura que parecía mucho más antigua que la fecha conocida de construcción. A pesar de su aspecnación más animada, la mansión de Vibe habría pasado por un lugar que más valía evitar: cuatro plantas de altura, cuadrada, sin ornamen
– ¿Vive alguien ahí?
– Sí, hay alguien.
… de vez en cuando, se cerraba de golpe una puerta atisbada apenas desde una escalera trasera, o se oía una pisada amortiguada…, un movi____________________ban, que evitaban las miradas…,y en la habitación contigua, esperando…cería en tonos oscuros de verde, burdeos y añil, sirvientes que no hablato imprevisto, sería inevitable…; todo ordenado y sin polvo, sombras en posesión permanente del espacio, las cortinas de las ventanas y la tapinucioso que el contacto con los moradores invisibles, en algún momenmiento ambiguo en un umbral lejano…; la amenaza de verse obligado a realizar un registro de la planta prohibida, al ocaso, un registro tan mi
– Es muy amable por vuestra parte invitarme aquí -gorjeó Kit en el desayuno-. He dormido como un tronco. Bueno, salvo por…
Siguió una pausa mientras procedía al pertinente tragar y devorar. El interés se extendió por toda la mesa.
– Quiero decir: ¿quién entró en la habitación en plena noche?
– ¿Está seguro -dijo Scarsdalede que no era el viento, o la casa que se asentaba?
– Era gente que iba andando por la casa, como si buscara algo.
Se intercambiaron miradas, pero no entre todos, algunas no fueron devueltas.
– Kit, todavía no has visto los establos -dijo por fin la prima Dittany-. ¿No te gustaría dar un paseo a caballo?
Antes de que Kit pudiera responder, hubo un gran alboroto ante la sala del desayuno. Más tarde, él juraría haber oído una sección de metal sinfónica tocando una larga fanfarria.
– ¡Madre! -gritó 'Fax.
– ¡Tía Eddie! -exclamó la prima Dittany.
Y, realizando una extraña aparición, irrumpió la señora Vibe, la antigua Edwarda Beef de Indianápolis. Era mezzosoprano, se había ca____________________ca en que Colfax abatió su primer par de faisanes, un buen día hizo las maletas, da sucesión, «del mismo modo en que ciertos comediantes hacen su entrada en los números de variedades», le pareció a ella, y por la éposado escandalosamente joven y los hijos habían ido llegando en rápiapenas seis baúles de ropa, y con su doncella Vaselina se reinstaló en Greenwich Village, en una casa de florida fachada de terra____________________niendo, imitaciones de, o, como él prefería decir,ducciones de los horribles «dramas musicales» que él seguía compomiliar en bailarinas de ballet y en las compañías para las que trabajaban, sobre todo en aquellas a las que podían convencer para montar procota importada de tierras remotas, con interior diseñado por Elsie de Wolfe, contigua a la del hermano menor de su marido, R. Wilshire Vibe, que llevaba varios años viviendo en su confortable y pequeño mundo de locura y decadencia, dilapidando su parte de la fortuna fa faux, operetas euro_peas con temas americanos: Roscoe Conkling, La Princesa de las Malas Tierras, Diablura en México y tantas otras. La ciudad se divirtió un tiem____________________trimonial.cer de anfitriona en diversas reuniones memorables, Scarsdale empezó a considerarla más un valor que una posible fuente de angustia mado teatral, le gustaba sentarse en consejos de naturaleza cultural y ejertular, sino que también, a medida que aumentaba su fama en el munnancieros, y como Edwarda no sólo adoraba que la envolvieran en encajes y la engalanaran para aparecer en público como su esposa tipo con el cambio de domicilio de Edwarda, pero no tardó en volver a centrar su atención en variedades de escándalo que tenían más que ver con el dinero que con la pasión, un tema más apropiado para la ópera interpretada en los idiomas que ellos desconocían. Como a esas alturas Scarsdale se había acostumbrado a ocultar sus movimientos fi
Su cuñado, R. Wilshire Vibe, encantado de tenerla como vecina, pues «Eddie» era un dechado de cualidades, no tardó en divertirse organizándole citas con los artistas, músicos, actores, escritores y otros ejemplares de la mala vida que uno podía encontrar en su medio en abundancia. A fuerza de emplear sus indudables talentos dramáticos, ella pronto consiguió convencer al empresario teatral de que, al dejar__nos no al principio, pero sí uno de segunda-doncella, por ejemplo la vitalse ver siquiera en compañía de aquellos desgraciados impresentables, estaba haciéndole un gran favor personal, por el cual no deseaba más recompensa que…, bueno, puede que no un papel protagonista, al me 'bandida' Consuelo en Diablura en México, por entonces en fase de ensayo; aunque el papel requirió una considerable y a menudo bas_tante repugnante relación con un cerdo amaestrado, Tubby, que con frecuencia la hacía sentirse una mera comparsa o actriz que da el pie -«florero con frase», decían los actores-, así que siempre era el maleducado cebón el que se llevaba las risas. Sin embargo, al final de las re_presentaciones, Tubby y ella eran «íntimos amigos», como declaró a las gacetillas teatrales, que en aquella época ya mostraban un acusado in_terés por su carrera.
Siguieron papeles más importantes, al poco acompañados de las arias o «números» de Edwarda, tan largos que requerían adelantar la subida del telón. «¡Cautivadoramente incomparable!», proclamaban los críticos, «¡trascendentalmente esplendoroso!», decían también, y no tardaron en bautizarla con champán como «La Diva de Delmonico's». Las mansiones vecinas, siempre escenario de vida alegre y diversión, resplandecían por dentro con una niebla de humo permanente y agra____________________rías de bacanal, noche tras noche, estaba la siempre alegre Edwarda, bebiendo Sillery de la botella y exclamando «Ja, ja, ja!», no siempre dirigiéndose a alguien en concreto.plendor núbil las escaleras de mármol, perseguidas por jóvenes con puntiagudos zapatos de baile de charol. En medio de aquellas correñidas de colores de gusto dudoso bajaban y subían corriendo en esbre los acompañantes, en lo que parecía un juego eterno. Jovencitas ataviadas a menudo tan sólo con penachos de plumas de avestruz tedable procedente de diversas fuentes recreativas, incluidas el hachís y el opio, así como con las brumas que se elevaban de las botellas de seltz vaciadas a veces en recipientes para beber pero con más frecuencia so
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