– Pues no se equivocan, yo no lo estoy.
El Reverendo se encogió de hombros.
– Entonces no seas más de lo que pareces.
– Pero es que no puedo…
El Reverendo, que casi nunca sonreía, estaba a punto de esbozar una sonrisa en ese momento.
– No, no puedes -dijo asintiendo-. Y Dios te bendiga por eso, her_mano de clase.
– ¿Le importaría decirme cuándo voy a dormir?
– ¿Dormir?, pues cuando te duermas. ¿Es eso lo único que te preo_cupa?
– Lo que pasa es que no me gustaría dormir donde pudieran pi_llarme, necesito una cama segura en algún sitio.
– Algún lugar secreto. La palabrita otra vez… Si quieres aparentar que eres normal no puedes tener demasiados secretos, ¿verdad?
Y sin embargo, ¿qué seguridad podía ofrecer el Mundo Normal de Colorado, con la muerte acechando en cada esquina, cuando todo podía perderse en un suspiro, con tanta rapidez como una avalancha?
No se trataba de que el Reverendo quisiera el Paraíso, se habría dado por satisfecho con algún sitio donde los hombres no tuvieran que en____________________larios dignos y existiera el derecho a organizarse, porque un hombre solo era una muía trastabillando por el filo del sendero montañoso de la vida, a punto de ser aplastada o empujada a patadas al vacío.tos dólares y cincuenta centavos al día, un lugar donde se cobraran sazarzarse como perros en una refriega por empleos que destrozaban los pulmones y que reportaban, en el mejor de los casos, tres bendi
Resultó que el Reverendo era una víctima más de la Rebelión.
– Y así encontramos de nuevo nuestro querido y viejo Sur, aun____________________mente dirían: pues muy bien, ahí os pudráis, siempre encontraremos a otros que trabajarán barato…cluso con menos piedad, nos ridiculizaban y asustaban tanto como nuestros padres habían hecho con los esclavos una generación antes, y la gran diferencia radicaba en que si huíamos, ellos con toda seguridad no correrían a perseguirnos, no les harían falta leyes de fugas, simpleque no exactamente el tipo de redención en el que pensábamos. En lugar de la vieja plantación, esta vez era más probable que se tratase de una mina de plata, y los esclavos Negros éramos ahora nosotros. Los propietarios descubrieron que podían explotarnos igual, peor aún, in
– Eso es cruel, Reverendo.
– Es posible, pero tenemos lo que merecemos.
En Colorado, aquellos días la atmósfera estaba tan viciada que los propietarios estaban predispuestos a creerse cualquier cosa de cual____________________vertido en un ejercicio rutinario y casi invisible.nicas burocráticas, no se trató de un paso muy radical, ni siquiera la primera vez que se dio, y antes de que nadie se percatara, se había conpezaron a redactar informes sobre personas sospechosas. La práctica rápidamente se convirtió en costumbre. Tal como funcionaban las técquiera. Contrataban lo que denominaban «detectives», quienes em
Y de ese modo, Webb pasó rápidamente a los expedientes, aunque ¿qué era lo que a primera vista lo volvía tan peligroso? No parecía más que un soldado raso en la Federación Occidental de Mineros, pero puede que aquellos bastardos anarquistas ocultaran sus antecedentes. Podría estar conspirando en secreto. Juramentos a medianoche, tinta in____________________to, y de algún modo con él siempre llegaban los problemas. Bueno, no siempre, la verdad. Pero ¿cuántas veces hacían falta para que algo dejara de ser una coincidencia y se considerara una pauta?cho, demasiado para un hombre con familia, se diría, y siempre tenía dinero, no grandes sumas, pero más de lo que se esperaría encontrar en los bolsillos de alguien que cobra un salario de minero… Un buen trabajador, no de los que son despedidos una y otra vez, no, siempre era él el que abandonaba el empleo, iba de campamento en campamenvisible. No sería ni el primero ni el único. Y parecía desplazarse mu
Así que empezaron a incordiarlo. Poca cosa. Avisos del jefe de turno. Convocatorias a entrevistas en el despacho. Humillaciones por cargar poco peso o incumplir los horarios. Expulsiones de las cantinas y cuentas bruscamente cerradas en las tiendas. Tareas en vertientes rocosas y túneles menos cómodas e incluso peligrosas. Los niños cre____________________curaba que pareciera lo más divertido posible.yor frecuencia a medida que pasaban los años, a menudo estando ellos presentes, sobre todo Frank. Le recogían el sombrero, le ayudaban a recuperar la verticalidad. Dado que sabía que tenía público, Webb procieron viendo cómo echaban a Webb de los sitios, cada vez con ma
– ¿Por qué lo hacen, papá?
– Oh, tal vez tenga alguna intención educativa. ¿Has llevado la cuenta, como te pedí, de quién lo hace?
– Almacenes, cantinas y casas de comida básicamente.
– ¿Y de los nombres y las caras? -Y ellos le decían lo que recor_daban-. ¿Y os habéis fijado en que algunos dan excusas inventadas y otros sencillamente dicen sal de una puta vez de aquí?
– Sí, pero…
– Pues bien, eso merece que le prestéis una atención detenida, ni____________________rarán. No hay nada vegetal ni humano que no tenga su ses de plantas venenosas, unas matarán el ganado, otras os matarán a vosotros, pero si las usáis como es debido, algunas, lo creáis o no, os cuños. Son variedades de hipócrita. Es como aprender las diferentes clautilidad, acor_daos de lo que os digo. Salvo, quizás, los propietarios de las minas y los cerdos de sus soplones.
Siempre que disponía de un minuto, procuraba transmitirles lo que creía que deberían saber, aunque nunca había tiempo.
– Mirad. Esto es lo más precioso que poseo. -Sacó de la cartera el carné del sindicato y se lo enseñó, uno por uno-. Estas palabras de aquí -añadió señalando el lema escrito en el dorso del carné- resu____________________nes extranjeras sólo con lo que los Republicanos tienen que decir.se. Y así sucesivamente. Se podría escribir un libro entero de expresioción de hambrientos, sin techo y muertos está a punto de multiplicarcillas y directas. Nada de dobles sentidos como las de los plutócratas, porque con ellos siempre tenéis que entender lo contrario de lo que dicen. Que dicen «libertad», pues entonces es el momento de que os andéis con más cuidado: cuando empiezan a deciros lo libres que sois, es que pasa algo; sin que os deis cuenta las puertas se han cerrado de golpe, y ahí está el Capitán mirándoos raro. ¿«Reforma»?: más cerdos metiendo el hocico en el pesebre. «Compasión» significa que la pobladependencia y cosas así, pero si no aprendéis otra cosa, aprendeos al menos esto de memoria, lo que aquí reza: «El trabajo produce toda la riqueza. Por tanto, la riqueza pertenece al productor». Palabras senmen a lo que se reduce todo; no las escucharéis en la escuela, donde a lo mejor os hablan del Discurso de Gettysburg, la Declaración de In
Frank siempre había tomado a Webb por lo que parecía ser: un minero decente y aplicado, exprimido hasta la última gota, que nunca recibía más que una mínima fracción de lo que en realidad valía su tra____________________lar un poco más su propio futuro, o al menos de no tener que trabajar tan incansablemente. En esa idea no le parecía que hubiera nada malo, y Webb no tenía corazón para discutir con él.jor, tal vez licenciarse algún día como ingeniero, ser capaz de controbajo. Desde muy pronto, Frank había resuelto por sí solo hacerlo me
Reef, por su parte, había captado desde muy pronto que detrás de aquella afable pose de hombre de familia recto y trabajador se ocul____________________las maneras.gún el Reverendo Gatlin, tienen la misma voz. O incluso que poseía algún poder sobrenatural, como por ejemplo multiplicarse para estar en varios sitios a la vez… Pero a Reef no se le ocurría cómo hablar de nada de eso con Webb. Le habría suplicado que le dejase trabajar con él como aprendiz y cómplice, aceptando cualquier trabajo pesado, pero Webb solía hacer oídos sordos a las súplicas, a veces, de hecho, con macer la obra del hombre, por no decir la de Dios, dos fuerzas que, senaban invisible e iba por los caminos, lúgubre y concentrado, para hatantánea, sí al menos una vida secreta en la que, al caer la noche, se ponía, digamos, un sombrero y un guardapolvo mágicos que lo tormente ruidosas, explosiones en llamas. Acabó convenciéndose de que Webb poseía, si no exactamente la facultad de aplicar una justicia insrios de los propietarios para hacerlos saltar en brillantes, y preferibleñalar o mirar con la suficiente ferocidad a cualquiera de los mercenataba la rabia, que no le resultaba ajena a él mismo, y empezó a desear desesperadamente, a medida que los insultos se multiplicaban, poseer la capacidad de destruir con la sola fuerza de su deseo, que le bastara se
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