Matilde Asensi - El Salón De Ámbar
Здесь есть возможность читать онлайн «Matilde Asensi - El Salón De Ámbar» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Историческая проза, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.
- Название:El Salón De Ámbar
- Автор:
- Жанр:
- Год:неизвестен
- ISBN:нет данных
- Рейтинг книги:5 / 5. Голосов: 1
-
Избранное:Добавить в избранное
- Отзывы:
-
Ваша оценка:
- 100
- 1
- 2
- 3
- 4
- 5
El Salón De Ámbar: краткое содержание, описание и аннотация
Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «El Salón De Ámbar»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.
El Salón De Ámbar — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком
Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «El Salón De Ámbar», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.
Интервал:
Закладка:
A la hora convenida, envuelta en el albornoz y secándome el pelo con la toalla, ocupé de nuevo el sillón y me conecté al IRC. El servidor me dio paso a la primera (me costaba una fortuna al año la dichosa conexión) y, como siempre, entré en Undernet dando una pequeña vuelta por el mundo y cam biando continuamente de identificación. Aquel día utilicé un redireccionador que pasaba por Pensacola y Singapur, y llegué a #Chess con mis falsos datos en alfabeto mandarín. Tuve que cambiar la configuración del programa para poder escribir «Govinda» en alfabeto latino sin bloquear el ordenador. Roi, según su costumbre, ya estaba esperando:
– Buenos días, Peón. ¿Has descansado bien? Un escalofrío recorrió mi espalda recordando a los bebés rubios y de ojos azules.
– Buenos días, Roi. No, en realidad he pasado una noche horrible. ¿ Están citados todos los demás?
– Todos menos nuestro broker, Rook. A estas horas está ya trabajando en la dty.
Los mercados bursátiles europeos se hundían irremediablemente en una de las peores crisis financieras de la historia. Rook andaría como loco intentando frenar sus pérdidas. Pero mientras los japoneses no controlaran su deflación, los rusos siguieran devaluando el rublo e Iberoamérica continuara tan emergentemente frágil, poco era lo que los inversores se atreverían a hacer.
– ¿Cómo está tu tía? -preguntó Roi cambiando de tema. Rook, la Torre, era su agente de bolsa en Inglaterra y probablemente el príncipe Philibert tenía sudores fríos recordando la crisis.
– Mi tía está como siempre. Dirige su convento con puño de acero.
– ¡Qué gran mujer! -escribió con admiración. Siempre estuve convencida de que entre Roi y Juana había habido algo en el pasado, pero, por desgracia, nunca pude comprobarlo-. Dale un abrazo muy grande de mi parte cuando la veas.
– Lo haré.
Los demás llegaron enseguida. Rápidamente nos dispusimos a comenzar la reunión. Cávalo y Láufer me saludaron efusivamente y me felicitaron por el éxito de Alemania. Láufer, además, quiso narrar a los presentes los detalles de mi «esplendida actuación», pero, por suerte, Roi le contuvo a tiempo con una enérgica llamada al orden. Naturalmente, Heinz seguía teniendo el teclado estropeado, así que, para desgracia nuestra, seguía escribiendo a gritos.
– CÁVALO, LE ENTREGUÉ A PEÓN TU JUGUETE MÁRKLIN, COMOHABÍAMOS QUEDADO.
– ¿ Cómo te lo hago llegar, Cávalo? -pregunté. La verdad es que no había vuelto a recordar el paquete que descansaba en algún lugar del armario de mi habitación.
– No corre prisa. Podríamos quedar un día de estos, ¿te parece bien?
– Espléndido -repuse. Me agradaba la idea de volver a ver a Cávalo tan pronto.
– ¿Todos habéis examinado las fotografías que os he mandado? -atajó Roi, cambiando de tema. Las respuestas fueron afirmativas.
– ¿Alguien puede aportar alguna información sobre esa extraña pintura?
Por unos instantes la pantalla permaneció en suspenso, vacía de mensajes.
– Bien. Os contaré por qué he convocado esta reunión. Lo cierto es que no he dormido mucho esta noche…
Roi nos dijo que, cuando recibió las imágenes, le chocó sobremanera el hecho de ver el nombre de un pintor alemán, Erich Koch, firmando un cuadro en el que se reproducía a un viejo personaje judío de evidente origen bíblico que, en un primer momento, no pudo identificar. Pero, aparte del hecho de que estuviera escondido detrás de otro cuadro, lo que más llamó su atención fue la fecha: 1949, apenas cuatro años después del final de la Segunda Guerra Mundial. Movido por la curiosidad, despertó a Láufer en plena noche y le pidió que averiguara todo lo posible sobre ese desconocido artista y, luego, llamó a su amigo Uri Zev, miembro de la División de Asuntos Culturales y Científicos del Ministerio de Relaciones Exteriores israelí.
– ¿Qué le contaste a tu amigo Zev, si puede saberse? -le interrumpió vivamente Donna.
– No debéis preocuparos. Uri ha trabajado conmigo en el pasado y es un hombre de total confianza. Además, tomé la precaución de borrar de las fotografías el nombre de Erich Koch y la fecha.
– ¿Y no le molestó que le llamaras a esas horas tan intempestivas? -Estaba claro que Donna no se sentía tranquila.
– Uri está acostumbrado a que le llamen a cualquier hora del día o de la noche. Su trabajo en la División de Asuntos Culturales es sólo una pequeña parte de las muchas actividades internacionales que realiza. Créeme, Donna, Uri es alguien en quien se puede confiar. No es la primera vez que le consulto alguna información relativa a nuestro trabajo, aunque siempre de manera que él no pueda relacionarme con lo que lee después en la prensa. Anoche le dije que la imagen era el cuadro de un desconocido pintor israelí contemporáneo, afincado en Galilea, y que sólo deseaba que, como judío, me hiciera un rápido análisis de la obra y la traducción del contenido de la cartela.
– ¿Y QUÉ TE DIJO? -preguntó impaciente Láufer.
– Antes prefiero que les cuentes a todos lo mismo que me has contado a mí esta madrugada. Pero te agradecería que escribieras con letras pequeñas.
– ¡NO PUEDO! ¿ES QUE NADIE ME CREE?
La respuesta, naturalmente, fue una negativa unánime, pero Láufer no se inmutó y nos puso al tanto de sus descubrimientos con tantas mayúsculas como le fue posible. Había dispuesto de apenas un par de horas esa noche para navegar por la red a la caza y captura de cualquier información sobre un pintor alemán de mediados de este siglo llamado Erich Koch, pero lo poco que había podido averiguar le había dejado realmente perplejo: los datos que iba recibiendo en su ordenador nada tenían que ver con un pintor desconocido llamado Erich Koch sino, de manera exclusiva, con el gauleiter Erich Koch, jerarca nazi de la provincia prusiana de Kónigsberg, muerto en una prisión polaca en 1986.
– ¿Y no aparece ningún otro Erich Koch por ninguna parte? -preguntó Cávalo-. Está claro que debe tratarse de dos personas distintas.
– No necesariamente -apunté yo, atando cabos rápidamente en mi cabeza.
– SON LA MISMA PERSONA. NO EXISTE NINGÚN OTRO ERICH KOCH EN LOS CENSOS DE ALEMANIA DESDE 1875. -Es curioso que ya nos hayamos encontrado con tres nazis en esta historia -dije extrañada-, Fritz Sauckel, Helmut Hubner y Erich Koch. Todos estrechamente relacionados con el mundo del arte y con el cuadro de Krilov.
– Ésa es la cuestión -advirtió Roi-. Estoy convencido de que hemos tropezado con un asunto espinoso que, por el momento, escapa a nuestra comprensión, pero que podría llegar a afectarnos directamente si es que Helmut Hubner forma parte de esta intriga.
:-¿Y qué hay de nuestro cliente ruso? ¿No convendría saber algo más acerca de él? -propuso Cávalo.
– ¿Vladimir Melentiev…? Sí, desde luego, también habrá que investigarle. Es evidente que su interés por el cuadro de Ilia Krilov ha sido el detonante de esta situación en la que ahora nos vemos envueltos. Quizá debimos informarnos un poco más antes de aceptar su encargo.
– ES POSIBLE QUE NO SEPA NADA DEL LIENZO DE KOCH.
– ¡Vamos, Láufer! -protestó Cávalo-. Recuerda que estaba dispuesto a pagar el precio que le pidiéramos por el Krilov, fuera el que fuera. ¡Esa actitud no parece precisamente inocente!
– SIEMPRE Y CUANDO EL LIENZO DE KOCH TENGA ALGÚN VALOR QUE PUEDA INTERESARLE, COSA QUE DUDO PORQUE SU CALIDAD ES PÉSIMA.
– Por cierto, Roi -atajé-. No nos has contado lo que te dijo tu amigo Uri Zev.
– ¡ Ah, es cierto! Bien, veréis, esperad que coja mis notas… Sí, ya está, aquí las tengo. Al parecer la escena representa el momento en que el profeta Jeremías es liberado del cautiverio. Para quien tenga una Biblia a mano, la historia se puede leer en Jeremías 38,1-14. Al profeta lo metieron en la cisterna de Melquías, hijo del rey Sedecías, por profetizar desgracias variadas para el pueblo de Israel. Esa cisterna no tenía agua pero sí bastante lodo y allí Jeremías debía morir de hambre. Un eunuco etíope de la corte intercedió ante el rey y consiguió que lo sacaran de allí. Y eso es lo que puede verse en la pintura.
Читать дальшеИнтервал:
Закладка:
Похожие книги на «El Salón De Ámbar»
Представляем Вашему вниманию похожие книги на «El Salón De Ámbar» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.
Обсуждение, отзывы о книге «El Salón De Ámbar» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.