Colleen McCullough - La nueva vida de Miss Bennet

Здесь есть возможность читать онлайн «Colleen McCullough - La nueva vida de Miss Bennet» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Историческая проза, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

La nueva vida de Miss Bennet: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «La nueva vida de Miss Bennet»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Las protagonistas de Orgullo y prejuicio, veinte años después. Mary, la pequeña de las hermanas Bennet, no quiere llevar una vida sujeta a las convenciones sociales: no contempla casarse, como han hecho sus hermanas, ni desea caer en la rutina de una existencia oscura e infeliz. Sin responsabilidades familiares, aprovechará su libertad para viajar y escribir un libro que denuncie la situación de los más desfavorecidos. Su peregrinaje será mucho más complicado de lo que ella nunca imaginó…
Para Gloria Bruni, compositora y diva. Una persona tan hermosa por dentro como por fuera.

La nueva vida de Miss Bennet — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «La nueva vida de Miss Bennet», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

– No está bueno -dijo, apartando lo que le quedaba de oporto-. Argus tendrá su foro para el debate mientras yo sea dueño del Westminster Chronicle … y tú no tienes suficiente dinero para comprarme. Necesitarías todo el dinero de un Creso [11].

* * *

– Qué cena tan agradable -le dijo Elizabeth a su marido después de que su único invitado se hubiera despedido. Comenzó a subir los peldaños de la izquierda de la escalinata que se elevaba a partir de un espléndido rellano que se encontraba a medio camino. Fitz iba a su lado, ayudándola con la cola del vestido.

– Sí, desde luego… Aunque un tanto frustrante. No consigo meterle en la cabeza a Angus que ese Argus y los que son como él pueden hundirnos. Desde que los colonos americanos comenzaron a parlotear a propósito de la democracia y los franceses empezaron a cortarles la cabeza a sus nobles, las clases bajas no han hecho otra cosa que organizar algaradas y rebeliones. Incluso aquí, en Inglaterra.

– Una nación de tenderos, eso es lo que dijo Bonaparte de nosotros.

– Bonaparte ya no es nadie. Sir Rupert Lavenham me dijo que su gran ejército ha sido derrotado en las nieves de Rusia. Cientos de miles de soldados franceses se han congelado hasta morir. Y él los ha abandonado a su suerte… ¿puedes creértelo, Elizabeth? Ese hombre es un advenedizo, y mira para qué.

– Para nada en absoluto -dijo Elizabeth conforme a lo que se esperaba de ella-. A propósito, Fitz, ¿cuándo te dijo Mary que estaba enamorada de Argus?

– Cuando estuve con ella en la biblioteca, la mañana que nos vinimos. Nosotros… eeh… bueno, tuvimos una pequeña desavenencia.

Llegaron a la puerta de Elizabeth; ella se detuvo, con la mano en el picaporte.

– ¿Por qué no me cuentas esas cosas?

– No son asunto tuyo.

– Sí, son asunto mío, ¡especialmente porque se trata de mi hermana! ¿Qué clase de «desavenencia» tuvisteis? ¿Es por eso por lo que ahora está viviendo en Hertford? ¿Le sugeriste que no sería bienvenida en Pemberley?

El disgusto que sintió Darcy al verse de aquel modo censurado le obligó a responder de modo airado.

– ¡Lo que ocurrió en realidad fue que tu hermana rechazó absolutamente venir a Pemberley! ¡Ni siquiera quiso una dama de compañía! ¡Vivir soltera sin dama de compañía…! ¡Es el colmo de la desvergüenza! ¡Y en Hertford, a la vista de todo el mundo que la conoce desde hace años! ¡Yo me lavo las manos si quiere desperdiciar su provisión en alguna tontería que las cartas de ese loco de Argus le hayan metido en la cabeza!

– Una provisión no especialmente generosa, por cierto -contestó Elizabeth, con los ojos lanzando destellos-. ¡Sé que nuestro cuñado Charles contribuyó con la mitad, así que Mary te ha costado al año menos de lo que te cuesta mantener los caballos de tu tílburi! Y no me refiero a los bayos y a los grises, ¡me refiero sólo a uno de ellos! ¡Doscientas cincuenta libras al año! Eso es lo mismo que le pagas a tu criado, y a tu maestro de cuadras le pagas aún más. Cuando es para ti, Fitz, gastas lo que sea necesario. Pero no te has gastado nada en mi pobre hermana… literal y metafóricamente: mi pobre hermana.

– A mí no me crece el dinero en las manos -dijo Darcy con rigidez-. Mary es tu hermana, no mía.

– Si no te crece el dinero en las manos, ¿cómo es que te lo gastas en perifollos como collares de esmeraldas? Yo nunca te he pedido joyas, pero Mary necesita más seguridad de la que le has dado. Vende estas esmeraldas de mi collar y dale el dinero a Mary. Después de diecisiete años, no tendrá más que nueve mil quinientas libras. Si prefiere vivir por su cuenta, no podrá permitirse ni un carruaje, ni hacer otra cosa que no sea vivir de alquiler. ¿Y esperas que pague a una dama de compañía? ¡Obviamente! ¡Eres un roñoso !

Tener que oír que su mujer lo consideraba un roñoso le produjo una extraña irritación; los labios se tensaron hasta mostrar los dientes desnudos.

– No voy a tener en cuenta lo que dices, Elizabeth, porque hablas desde la ignorancia. La estúpida de tu hermana ha retirado su dinero de unos fondos al cuatro por ciento, así que ahora no tendrá renta alguna. Si yo le hubiera procurado una asignación mayor, ella simplemente tendría más dinero para gastar. Su hermana, señora mía, está loca.

Respirando con dificultad, Elizabeth luchó por mantener el control; si lo perdía, su marido despreciaría su furia y la tendría en menos de lo que realmente era.

– Oh, Fitz, ¿por qué no tienes compasión? -exclamó-. Mary es la criatura más inofensiva que ha nacido en este mundo. ¿Qué puede importar si… si le da por vivir de un modo raro? ¿Qué importa que no quiera una dama de compañía? Fue tu decisión de librarte de nuestra madre lo que ha hecho que Mary se haya convertido en lo que es. ¿Y cómo ibas a saber qué querría hacer la pobre una vez que mi madre muriera? No intuiste nada, simplemente asumiste que mi hermana continuaría siendo lo que había sido cuando era una muchacha, y pretendiste engañarla ofreciéndole una vida cómoda y aburrida en su edad madura, igual que la que le concediste a nuestra madre. ¿Por qué hiciste eso con nuestra madre, entonces? Porque si no confinabas a mi madre, sería demasiado peligrosa… podría asistir a una importante recepción política y convertirte en el hazmerreír de la reunión con sus bobadas y con sus observaciones tontas proferidas a gritos. ¡Ahora lo que haces es suponer que Mary tendrá la misma conducta que mi madre! ¡Es imperdonable!

– Ya veo que estuve acertado no contándote lo que sucedió.

– No contármelo fue una inconcebible falta de tacto.

– Buenas noches -dijo Darcy, con una leve reverencia.

Y bajó hasta el vestíbulo en sombras, su silueta se recortaba tan rígida y bien proporcionada como veinte años atrás.

– ¡Y no me escribas una de esas cartas llenas de excusas y de lamentaciones! -gritó Elizabeth cuando su marido desapareció-. ¡La quemaré sin leerla!

Temblando, avanzó por sus dependencias y habitaciones, y se alegró profundamente de haberle dicho a Hoskins que no la esperara levantada. ¡Cómo se atrevía! ¡Oh, cómo se atrevía!

Nunca discutían; él era demasiado orgulloso, y ella siempre prefería la paz a cualquier precio. Aquella noche había sido la primera vez que habían intercambiado palabras hirientes después de muchos años. «Quizá», pensó Elizabeth, apretando fuerte los dientes, «habríamos sido más felices si hubiéramos discutido más». Sin embargo, aunque hubiera estado muy enfadado aquella noche, Fitzwilliam Darcy no se rebajaría ni un milímetro más de lo que consideraba propio de la conducta de un caballero. No gritaría, aunque ella hubiera gritado; no apretaría las manos ni levantaría el puño, aunque su mujer lo hubiera hecho. Su façade era inquebrantable, aunque todo lo sucedido hubiera estado a punto de resquebrajar a su esposa. ¿Aquel matrimonio satisfacía las ideas de matrimonio que tenía Darcy? Y, por parte de Elizabeth, ¿es que alguna vez imaginó la pesadilla en la que se convertiría su matrimonio?

Lo que revivía una y otra vez en su memoria era aquel tiempo de noviazgo. ¡Oh, el modo en que la había mirado entonces…! Sus ojos gélidos, iluminados y brillantes, su mano buscando una excusa para rozarla, sus dulces besos en los labios, la seguridad con que el joven Darcy afirmaba que ella era más preciosa para él que todo lo que había en Pemberley. Siempre vivirían en un halo de perfecta bendición… o así lo había creído Elizabeth.

Aquella creencia se había hecho añicos la misma noche de bodas: fue una humillación que sólo soportó porque así lo había ordenado Dios con el fin de procrear. ¿Y Jane? ¿Habría sentido lo mismo? No lo sabía, y no podía preguntarlo. Aquellas intimidades de alcoba eran demasiado privadas para disfrazarlas de confidencias, incluso aunque fuera con la hermana más querida.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «La nueva vida de Miss Bennet»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «La nueva vida de Miss Bennet» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Colleen McCullough - La huida de Morgan
Colleen McCullough
Colleen McCullough - El Primer Hombre De Roma
Colleen McCullough
Colleen McCullough - El Desafío
Colleen McCullough
Colleen McCullough - El caballo de César
Colleen McCullough
Colleen McCullough - Czas Miłości
Colleen McCullough
Colleen McCullough - Antonio y Cleopatra
Colleen McCullough
Colleen McCullough - Morgan’s Run
Colleen McCullough
Colleen McCullough - Las Señoritas De Missalonghi
Colleen McCullough
Colleen McCullough - 3. Fortune's Favorites
Colleen McCullough
Colleen McCullough - Sins of the Flesh
Colleen McCullough
Отзывы о книге «La nueva vida de Miss Bennet»

Обсуждение, отзывы о книге «La nueva vida de Miss Bennet» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x