Vicente Blasco Ibáñez - El paraiso de las mujeres
Здесь есть возможность читать онлайн «Vicente Blasco Ibáñez - El paraiso de las mujeres» — ознакомительный отрывок электронной книги совершенно бесплатно, а после прочтения отрывка купить полную версию. В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: foreign_prose, foreign_antique, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.
- Название:El paraiso de las mujeres
- Автор:
- Жанр:
- Год:неизвестен
- ISBN:нет данных
- Рейтинг книги:5 / 5. Голосов: 1
-
Избранное:Добавить в избранное
- Отзывы:
-
Ваша оценка:
- 100
- 1
- 2
- 3
- 4
- 5
El paraiso de las mujeres: краткое содержание, описание и аннотация
Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «El paraiso de las mujeres»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.
El paraiso de las mujeres — читать онлайн ознакомительный отрывок
Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «El paraiso de las mujeres», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.
Интервал:
Закладка:
Nunca he trabajado tan aprisa y con tanto fervor. Creo que si me pusiera ahora á hacer una copia del presente libro emplearía más tiempo.
Repito que jamás pensé que mi novela cinematográfica pudiera convertirse en volumen impreso; y mi sorpresa fué grande al ver que el Ťescenarioť era un libro al que algunos pretendían encontrar cierta intención filosófica y política. Hasta en los Estados Unidos—país donde las mujeres ejercen una enorme y legítima influencia—creen algunos, equivocadamente, que mi novela es á modo de una sátira del feminismo norteamericano.
Como EL PARAÍSO DE LAS MUJERES ha sido traducida ya á varios idiomas, me decido á publicarla igualmente en espańol, aunque no pensase en ello cuando la escribí.
Será una obra más dentro del marco de la novela espańola, la cual desde hace algunos ańos no peca ciertamente por exceso de variedad. Los más de los novelistas marchan en fila india, uno tras otro, y sólo de tarde en tarde se les ocurre saltar un poco fuera del sendero. Mientras tanto, en los otros países la novela procura renovarse y los autores cambian con frecuencia su manera de ver la vida y de expresar sus impresiones, para que no los Ťencasilleť el público, adivinando de antemano lo que pueden decir. Además, la novela es un género de variedad infinita, y allí donde todos los novelistas describen lo mismo, con un lenguaje semejante, la novela corre peligro de muerte.
Tal vez el presente libro sea considerado por muchos como una Ťequivocaciónť al compararlo con mis anteriores obras; pero yo prefiero equivocarme yendo en busca de novedad, á conseguir aciertos fáciles, que muchas veces no son mas que simples repeticiones de triunfos anteriores. De todos modos, me anima la esperanza de que este relato ligero tal vez resulte más entretenido para el lector que muchas novelas de moda reciente, en las que se emplean trescientas páginas sólo para preparar el encuentro á puerta cerrada de dos personas de distinto sexo, llegando así á la escena Ťculminanteť de la obra, que es simplemente una escena de Ťlibro verdeť, escrita con las precauciones necesarias para bordear el Código y que el volumen pueda exponerse sin peligro en los escaparates de las librerías.
Del film que dió origen á esta novela diré que aún está por nacer. Según parece, fui amontonando en él tales dificultades do ejecución, que los ingenieros norteamericanos que inventan nuevas Ťmagiasť para esta clase de obras todavía están haciendo estudios y no han podido encontrar el modo de que aparezcan en el lienzo luminoso, á un mismo tiempo y sin trampa visible, la enormidad del Gentleman-Montańa y la bulliciosa pequeńez de las muchedumbres que pueblan la Ciudad-Paraíso de las Mujeres.
VICENTE BLASCO IBAŃEZ
Villa Fontana Rosa Mentón (Alpes Marítimos) Febrero 1922
I
Frente á la Tierra de Van Diemen
Edwin Gillespie, joven ingeniero de Nueva York, llevaba varias semanas de navegación á bordo de uno de los paquebotes ingleses que hacen la carrera entre San Francisco y Australia.
Nunca había conocido un viaje tan triste. Recordaba con dulce nostalgia su navegación de tres ańos antes, desde los Estados Unidos á las costas de Francia, cuando era oficial del ejército americano é iba á guerrear contra los alemanes. Aquella travesía resultaba peligrosa; reinaba á bordo una continua vigilancia por miedo á los submarinos y á las minas flotantes; pero Gillespie tenía entonces como inseparables compańeros la alegría de una juventud ansiosa de aventuras y el entusiasmo del que va á exponer su vida por un ideal generoso.
Ahora llevaba como invisibles camaradas de viaje la desesperación y el aburrimiento, y cuando conseguía huir de uno, caía en los brazos del otro. Se había embarcado apresuradamente, creyendo encontrar la fortuna lejos de los Estados Unidos; pero se sentía cada vez más triste así como iba alejándose de su tierra natal.
Era el amor el que le había aconsejado esta resolución desesperada.
A su vuelta de la gran guerra había visto el mundo transfigurado. Todo le parecía más hermoso; las cosas adoptaban nuevas formas; el aire cantaba junto á sus oídos, agitado por las vibraciones de una sinfonía interminable. Y todo esto era porque acababa de conocer á miss Margaret Haynes, una persona primaveral, cuyos diez y nueve ańos, alegres y graciosos, se desbordaban en risas, palabras musicales y gestos encantadores.
Gillespie olvidó de golpe todo su pasado al hablar con esta adorable criatura. Creyó que su vida anterior había sido un ensueńo. Recordaba con esfuerzo, como si fuesen pálidas visiones, su ida á Europa; los combates junto á Saint-Mihiel, de los que salió herido; la ceremonia guerrera durante la cual á él y á otros compańeros les colocaron sobre el pecho la roja cinta de la Legión de Honor.
Para Edwin Gillespie la única realidad era miss Margaret, y los días que no la veía, aunque sólo fuese por unos momentos, se imaginaba que el cielo era otro y que se desarrollaban en su inmensidad tremendos cataclismos de los que no podían enterarse los demás mortales.
Toda una primavera se encontraron en los tés de los hoteles elegantes de Nueva York. Después, durante el verano, siguieron conversando y bailando en las playas del Atlántico más de moda.
Miss Margaret era la hija única del difunto Archibaldo Haynes, que había reunido una fortuna considerable trabajando con éxito en diversos negocios. La sonriente miss iba á heredar algún día varios millones; y esto no representaba para ella ningún impedimento en sus simpatías por Gillespie, buen mozo, héroe de la guerra y excelente bailarín, pero que aún no contaba con una posición social.
El ingeniero se tuvo durante medio ańo por el hombre más dichoso de su país. Miss Haynes fué la que se encargó de envalentonar su timidez con prometedoras sonrisas y palabras tiernas. En realidad, Edwin no supo con certeza si fué él quien se atrevió á declarar su amor, ó fué ella la que con suavidad le impulsó á decir lo que llevaba muchos meses en su pensamiento, sin encontrar palabras para darle forma.
Margaret aceptó su amor, fueron novios, y desde este momento, que debía haber sido para Gillespie el de mayor felicidad, empezó á tropezar con obstáculos. Seguro ya del carińo de la hija, tuvo que pensar en la madre, que hasta entonces sólo había merecido su atención como una dama de aspecto imponente, muy digna de respeto, pero que siempre se mantenía en último término, cual si desease ignorar la existencia del ingeniero. Mistress Augusta Haynes era una seńora de gran estatura y no menos corpulencia, breve y autoritaria en sus palabras, y que contemplaba el deslizamiento de la vida á través de sus lentes, apreciando las personas y las cosas con la fijeza altiva del miope. Dotada de un meticuloso genio administrativo, sabía mantener íntegra la fortuna de su difunto esposo y acrecentarla con lentas y oportunas especulaciones.
Amaba á su hija única, tanto como detestaba á la juventud actual por su carácter frívolo y su inmoderada afición al baile. En las reuniones buscaba siempre á las personas graves, lamentándose con ellas de la ligereza y la corrupción de los tiempos presentes. Se había fijado en la asiduidad con que el ingeniero seguía á su hija, en su afición á bailar juntos y en sus conversaciones aparte. Además, tenía noticias de varios encuentros, demasiado casuales, en los paseos de la ciudad.
Como si su instinto le avisase la certeza de un amor que hasta entonces sólo había sospechado, mistress Augusta Haynes, al llegar el invierno, decidió pasarlo lejos de Nueva York, y fué á instalarse con su hija en un lujoso hotel de Pasadena. Creyó, sin duda, con egoísta ilusión, que un hombre que había ido de América á Europa para hacer la guerra era incapaz de trasladarse igualmente de Nueva York á California detrás de su amada; pero pronto pudo convencerse de su error.
Читать дальшеИнтервал:
Закладка:
Похожие книги на «El paraiso de las mujeres»
Представляем Вашему вниманию похожие книги на «El paraiso de las mujeres» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.
Обсуждение, отзывы о книге «El paraiso de las mujeres» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.