Annapurna. La montaña empírica. (Fábulas de un funcionario cuasimetafísico) es uno de sus libros más políticos —junto con El Duelo y Carreteras nocturas , ambos del 2010— que expresa el malestar y desacuerdo de Barreto por lo que él llama “la maldita circunstancia del presente por todas partes”. A partir de la referencia a experiencias singulares y a múltiples saberes y discursos, da cuenta de las implicaciones y consecuencias que la política actual venezolana tiene en la vida de la gente. Para esto usa la antípoda como una figura basada en la contraposición y oposición de espacios y hechos capaz de mostrar el desencuentro existente entre el poeta y la realidad. Y Annapurna es el lugar donde esta figura adquiere una contundencia extrema.
El viajero del llano, navegante del río Apure, gallero y apostador, es ahora un funcionario público del Ministerio del Poder Popular para la Cultura que pasa los días encerrado en una oficina donde el lunes es como “una mancha de café” al igual que el viernes, y que busca un escape en la computadora que le brinda la posibilidad de realizar una de las empresas más temerarias que un ser humano pueda llevar a cabo: escalar el Annapurna. El funcionario no tiene “nada que hacer / como no sea viajar con Google Earth” porque la desolada rutina de informes y papeles administrativos lo arroja en el hastío más radical y lo conduce a emprender un viaje virtual por geografías lejanas: “Huí a 10 000, a 20 000 m de altura / y me aparté hacia el estancado desierto del Paquistán […]. / Y si el salario se va por una zanja inmunda / juro no descender jamás del Annapurna: / —a las colinas del tedio / torritremebundo—”.
Es importante destacar que la primera edición de Annapurna tiene algunas imágenes que no voy a analizar, pero sobre las que me quiero detener brevemente, porque son una evidencia adicional del gesto de apropiación, intervención y contaminación de la poesía de Igor Barreto. Se trata de un libro cuadrado que se abre y cierra con una página negra que, junto al blanco de la portada, alude a la muerte de la montaña. A esta le siguen: una foto digital de la vista aérea del territorio del Annapurna, una foto en negativo de la montaña y una página negra con la silueta de un triángulo blanco que tiene al anverso un caligrama, también triangular, dedicado a Carlos Drummond de Andrade; ambas imágenes parecen simplificar la imagen de la montaña y convertirla en una figura geométrica. Al final del libro, al lado del penúltimo poema titulado “Declaración final de un funcionario”, aparece una foto en negativo de las Torres del Silencio —sede de la oficina que funciona como imagen-antípoda del Annapurna—. Finalmente, el libro se cierra con un anexo titulado: “Fotografías de un funcionario” donde se observa una foto a color de la oficina y del archivo muerto del museo donde aparecen junto a la imagen del autor, la de los diseñadores del libro, el corrector, Yolanda Pantin a quien está dedicado el libro, Alfredo Herrera —poeta amigo del autor—, el fantasma de su perra Laika volando y dos imágenes de la pantalla de una computadora con las manos de Barreto en primer plano “encuadrando” las fotos de los dos escaladores que hicieron por primera vez cumbre en el Annapurna.
Конец ознакомительного фрагмента.
Текст предоставлен ООО «ЛитРес».
Прочитайте эту книгу целиком, купив полную легальную версию на ЛитРес.
Безопасно оплатить книгу можно банковской картой Visa, MasterCard, Maestro, со счета мобильного телефона, с платежного терминала, в салоне МТС или Связной, через PayPal, WebMoney, Яндекс.Деньги, QIWI Кошелек, бонусными картами или другим удобным Вам способом.