Blake Pierce - La Casa Perfecta

Здесь есть возможность читать онлайн «Blake Pierce - La Casa Perfecta» — ознакомительный отрывок электронной книги совершенно бесплатно, а после прочтения отрывка купить полную версию. В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: unrecognised, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

La Casa Perfecta: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «La Casa Perfecta»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

En LA CASA PERFECTA (Libro #3), la criminóloga Jessie Hunt, de 29 años, recién salida de la Academia del FBI, regresa para verse acosada por su padre asesino, atrapada en un juego letal del gato y el ratón. Mientras tanto, debe apresurarse a detener a un asesino en un nuevo caso que le lleva hasta las profundidades de los suburbios—y al precipicio de su propia mente. Y se da cuenta de que la clave para su supervivencia depende de que descifre su pasado—un pasado al que no quería volver a enfrentarse.Un thriller de suspense psicológico de ritmo trepidante con personajes inolvidables y suspense que acelera el corazón, LA CASA PERFECTA es el libro #3 de una excitante serie nueva que le hará pasar páginas hasta altas horas de la madrugada.El Libro #4 de la serie Jessie Hunt estará disponible muy pronto.

La Casa Perfecta — читать онлайн ознакомительный отрывок

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «La Casa Perfecta», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Se trataba de una anodina estructura de acero y hormigón en medio de un aparcamiento sin asfaltar. Solo se divisaba el tejado por detrás de una valla metálica de malla verde y alambre de púas que rodeaba el lugar.

Atravesó una segunda verja custodiada para acceder al DNR. Después de aparcar, caminó hacia la entrada principal, fingiendo ignorar las múltiples cámaras de seguridad que le observaban a cada paso. Cuando llegó a la puerta exterior, esperó a que le dejaran entrar. A diferencia de la primera vez que había venido aquí, ahora el personal le reconocía y le admitían nada más verla.

Pero eso solo pasó en la puerta exterior. Después de pasar por un pequeño patio, llegó a la entrada principal a las instalaciones, que tenía unas gruesas puertas de cristal blindado. Deslizó su tarjeta de acceso, y se encendió la luz verde en el panel. Entonces el guarda de seguridad detrás del escritorio, que también podía observar el cambio de color, le abrió la puerta, completando el procedimiento de acceso.

Jessie se quedó de pie en un pequeño vestíbulo, esperando a que se cerrara la puerta exterior. La experiencia ya le había enseñado que la puerta interior no podía abrirse hasta que la exterior se hubiera cerrado del todo. Una vez lo hizo audiblemente, el guardia de seguridad desbloqueó la puerta interior.

Jessie pasó adentro, donde le esperaba un segundo oficial armado. Recogió todos sus efectos personales, que eran mínimos. Había aprendido con el tiempo que era mucho más conveniente dejar casi todo en el coche, que no corría ningún peligro de ser asaltado.

El guardia le pateó y le hizo un gesto para que pasara por el escáner de ondas milimétricas como los de seguridad de los aeropuertos, que proyectaba una impresión detallada de todo su cuerpo. Cuando pasó al otro lado, le devolvieron sus cosas sin mediar palabra. Era la única indicación de que tenía luz verde para continuar.

“¿Voy a ver a la Oficial Gentry?”, preguntó al agente que estaba sentado detrás del escritorio.

La mujer levantó la vista, con una expresión de absoluto desinterés en su rostro. “Saldrá en un momento. Ve a esperar junto a la puerta de Preparación Transicional”.

Jessie así lo hizo. Preparación Transicional era la sala a donde iban todos los visitantes a cambiarse antes de interactuar con un paciente. Una vez dentro, les pedían que se cambiaran y se pusieran una bata gris de hospital, que se quitaran toda la bisutería, y se limpiaran el maquillaje. Como le habían advertido, estos hombres no precisaban de ninguna estimulación adicional.

Un instante después, la oficial Katherine “Kat” Gentry salía por la puerta de la sala para recibirla. Daba gusto verla. Aunque no es que hubieran empezado precisamente con buen pie cuando se conocieron el verano anterior, ahora las dos mujeres eran amigas, conectadas por su consciencia compartida de la oscuridad que subyace en alguna gente. Jessie había llegado a confiar tanto en ella que Kat era una de las menos de seis personas en todo el mundo que sabían que era la hija del Ejecutador de los Ozarks.

Cuando Kat se le acercó, Jessie admiró una vez más la tipa dura que resultaba ser como jefa de seguridad del DNR. Físicamente imponente a pesar de medir solo uno setenta, su cuerpo de 75 kilos consistía casi por completo de músculo y voluntad de hierro. Previamente comando en el ejército, había servido dos temporadas en Afganistán, y llevaba puestos los mementos de aquellos días en su cara, que estaba agujereada por cicatrices de quemaduras con metralla y tenía una muy larga que empezaba desde debajo del ojo izquierdo para caerle en vertical por la mejilla izquierda. Sus ojos grises estaban calmados, quedándose con todo lo que veían para decidir si se trataba de una amenaza.

Era obvio que no pensaba que Jessie fuera una. Sonrió abiertamente y le dio un gran abrazo.

“Cuánto tiempo sin verte, dama del FBI”, le dijo con entusiasmo.

Jessie estaba recuperando el aliento tras sentirse estrujada en sus brazos, y solo habló cuando la soltó.

“No soy del FBI”, le recordó a Kat. “No era más que un programa de formación. Todavía sigo afiliada con el L.A.P.D.”.

“Lo que tú quieras”, dijo Kat con desdén. "Estuviste en Quantico, trabajando con los mayores expertos en tu campo, aprendiendo técnicas alucinantes que usa el FBI. Si quiero llamarte dama del FBI, es lo que voy a hacer”.

“Si eso significa que no me vas a partir la espalda por la mitad, puedes llamarme lo que tú quieras”.

“A propósito, ya no creo que pudiera hacer eso”, notó Kat. “Pareces más fuerte que antes. Supongo que no solo te hicieron entrenar la mente mientras estabas allí”.

“Seis días a la semana”, le dijo Jessie. “Carreras por el monte, carreras de obstáculos, autodefensa, y entrenamiento de armas. Sin duda alguna, me dieron la patada que necesitaba para ponerme en una forma medio decente”.

“¿Debería preocuparme?”, le preguntó Kat fingiendo preocupación, dando un paso atrás y elevando sus brazos en postura defensiva.

“No creo que suponga ninguna amenaza para ti”, admitió Jessie. “Pero creo que podría protegerme a mí misma frente a un sospechoso, algo que no sentía antes en absoluto. Mirando al pasado, tuve suerte de sobrevivir mis encuentros recientes”.

“Eso es genial, Jessie”, dijo Kat. “Quizá podamos buscar un día que tengamos libre, ir por unas rondas, para mantenerte despierta”.

“Si lo que quieres decir con unas cuantas rondas, es unas cuantas rondas de chupitos, cuenta conmigo. De lo contrario, puede que me tome un pequeño descanso de las carreras diarias y de los puñetazos y esas cosas.”

“Retiro todo”, dijo Kat. “Sigues siendo el mismo ratoncillo que fuiste siempre”.

“Bueno, esa sí que es la Kat Gentry que he acabado conociendo y adorando. Sabía que había una buena razón para que fueras la primera persona que quería ver después de regresar a la ciudad”.

“Me siento halagada”, dijo Kat. “Pero creo que las dos sabemos que no soy la persona que has venido a visitar. ¿Dejamos de remolonear y vamos al grano?”.

Jessie asintió y siguió a Kat al interior de la sala de Preparación, donde la esterilidad y el silencio pusieron punto final al ambiente jocoso de la visita.

*

Quince minutos después, Kat escoltaba a Jessie hasta la puerta que conectaba con el ala de seguridad del DNR donde estaban algunas de las personas más peligrosas del planeta. Ya habían pasado por su oficina para ponerse al día sobre los últimos meses, que habían sido sorprendentemente aburridos.

Kat le informó de que, como Crutchfield le había amenazado con que se iba a ver enseguida con su padre, habían aumentado todavía más las ya estrictas medidas de seguridad. Las instalaciones contaban ahora con cámaras de seguridad adicionales y hasta con mayor comprobación de identidad para visitantes.

No había pruebas de que Xander Thurman hubiera intentado visitar a Crutchfield. Sus únicas visitas habían sido la del médico que venía todos los meses para comprobar sus constantes vitales, el psiquiatra con el que casi nunca intercambiaba ni una palabra, un detective del L.A.P.D. que esperaba, resultó que fútilmente, a que Crutchfield compartiera información sobre un caso sin resolver en el que estaba trabajando; y el abogado que le había asignado el tribunal, que solo aparecía para asegurarse de que no le estuvieran torturando. Apenas había entablado conversación con ninguno de ellos.

Según decía Kat, no había mencionado a Jessie delante del personal, ni siquiera a Ernie Cortez, el agente que supervisaba sus duchas semanales. Era como si ella no existiera. Jessie se preguntaba si estaría enfadado con ella.

“Ya sé que te acuerdas del procedimiento”, dijo Kat, mientras esperaban de pie delante de la puerta de seguridad. “Como han pasado unos cuantos meses, deja que repase los procedimientos de seguridad como medida de precaución. No te acerques al prisionero. No toques la barrera de cristal. Y ya sé que esta te la vas a pasar por alto de todas maneras, pero oficialmente, se supone que no puedes compartir ninguna información personal. ¿Entendido?”.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «La Casa Perfecta»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «La Casa Perfecta» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Blake Pierce - Casi Muerta
Blake Pierce
Blake Pierce - Casi Perdida
Blake Pierce
Blake Pierce - The Perfect Affair
Blake Pierce
Blake Pierce - Den perfekta hustrun
Blake Pierce
Blake Pierce - Casi Ausente
Blake Pierce
Blake Pierce - A Casa Perfeita
Blake Pierce
Blake Pierce - La Casa Perfetta
Blake Pierce
Blake Pierce - The perfect look
Blake Pierce
Blake Pierce - The Perfect Lie
Blake Pierce
Blake Pierce - El Tipo Perfecto
Blake Pierce
Blake Pierce - La Esposa Perfecta
Blake Pierce
Отзывы о книге «La Casa Perfecta»

Обсуждение, отзывы о книге «La Casa Perfecta» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x