C A C E R Í A C E R O
(LA SERIE DE SUSPENSO DE ESPÍAS DEL AGENTE CERO—LIBRO 3)
J A C K M A R S
Jack Mars
Jack Mars es el autor bestseller de USA Today, autor de las series de suspenso de LUKE STONE, las cuales incluyen siete libros (y contando). También es el autor de la nueva serie de precuelas LA FORJA DE LUKE STONE y de la serie de suspenso del espía AGENTE CERO.
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Derechos de autor © por Jack Mars. Todos los derechos reservados. Exceptuando los permitidos bajo el Acta de Derechos de Autor de Estados Unidos en 1976, ninguna parte de esta publicación puede ser reproducida, distribuida o transmitida de cualquier forma o por cualquier medio, o almacenada en una base de datos o en un sistema de recuperación, sin previa autorización del autor. Este ebook está licenciado únicamente para su disfrute personal Este ebook no puede ser revendido o regalado a otras personas. Sí quieres compartir este libro con otra persona, por favor adquiere una copia adicional. Sí estás leyendo este libro y no lo has comprado o si no fue comprado para tu uso particular, por favor regrésalo y adquiera su propia copia. Gracias por respetar el duro trabajo de este autor. Este un trabajo de ficción. Los nombres, personajes, negocios, organizaciones, lugares, eventos y los incidentes son o producto de la imaginación del autor o son usados de manera ficticia. Cualquier parecido con personas reales, vivas o muertas, es enteramente coincidencia.
LIBROS POR JACK MARS
LUKE STONE THRILLER SERIES
POR TODOS LOS MEDIOS NECESARIOS (Libro #1)
SERIE PRECUELA LA FORJA DE LUKE STONE
OBJETIVO PRINCIPAL (Libro #1)
MANDO PRINCIPAL (Libro #2)
LA SERIE DE ESPÍAS DE KENT STEELE
AGENTE CERO (Libro #1)
OBJETIVO CERO (Libro #2)
CACERÍA CERO (Libro #3)
Resumen de Objetivo Cero - Libro 2
Las muestras de un antiguo y mortal virus han sido robadas de Siberia y liberadas en España, matando a cientos de personas en cuestión de horas. Aunque sus recuerdos como agente de la CIA aún están fragmentados, el Agente Cero ha sido reincorporado para ayudar a encontrar y asegurar el virus antes de que una organización terrorista pueda liberarlo en los Estados Unidos.
Agente Cero: Más recuerdos de su vida anterior como agente de la CIA han regresado, sobre todo el de un complot clandestino del gobierno estadounidense para iniciar una guerra planeada con antelación por motivos insidiosos. Los detalles de lo que sabía hace dos años están enturbiados y borrosos, pero antes de que tuviera la oportunidad de cavar más lejos, regresó a casa para descubrir que sus dos hijas habían sido secuestradas.
Maya y Sara Lawson: Mientras su padre estaba fuera, las niñas estaban bajo la atenta mirada del Sr. Thompson, su vecino y un agente retirado de la CIA. Cuando el asesino Rais irrumpió, Thompson hizo todo lo que pudo para defenderse, pero finalmente fue asesinado, y Maya y Sara fueron secuestradas.
Agente Maria Johansson: Una vez más, Maria demostró ser una aliada indispensable cuando contribuyó a evitar que el virus de la viruela fuera liberado. Aunque su nueva relación con Kent raya en lo romántico, ella tiene sus propios secretos, habiéndose reunido con un misterioso operativo ucraniano en el aeropuerto de Kiev para discutir dónde están las lealtades del Agente Cero.
Rais: Después de ser golpeado y dejado por muerto en Suiza, Rais se recuperó durante varias semanas en un hospital bajo vigilancia y esposado. Con nada más que tiempo en sus manos, diseñó no sólo una audaz y sangrienta fuga, sino que también logró huir a los Estados Unidos antes de que se cerraran las fronteras internacionales debido al virus. Desde allí no fue difícil encontrar la casa de los Lawson, matar al anciano y secuestrar a las dos hijas adolescentes del Agente Cero.
Agente John Watson: Como parte del equipo enviado para asegurar el virus de la viruela, Watson dejó muy claro que no le gustan las tácticas temerarias del Agente Cero. Sin embargo, después de su éxito en detener al imán Khalil, los dos alcanzaron un entendimiento y un respeto mutuo.
Directora Asistente Ashleigh Riker: Una ex oficial de inteligencia que ha escalado posiciones hasta el Grupo de Operaciones Especiales, Riker trabaja directamente con el subdirector Shawn Cartwright en la operación para asegurar el virus. Ella no enmascara su desdén por el Agente Cero y la libertad que la agencia le da. Después de que otro agente atacara a Cero sin provocación, él comenzó a sospechar que Riker podría estar involucrada en la conspiración — y, por lo tanto, no se puede confiar en ella.
Contenido
CAPÍTULO UNO
CAPÍTULO DOS
CAPÍTULO TRES
CAPÍTULO CUATRO
CAPÍTULO CINCO
CAPÍTULO SEIS
CAPÍTULO SIETE
CAPÍTULO OCHO
CAPÍTULO NUEVE
CAPÍTULO DIEZ
CAPÍTULO ONCE
CAPÍTULO DOCE
CAPÍTULO TRECE
CAPÍTULO CATORCE
CAPÍTULO QUINCE
CAPÍTULO DIECISÉIS
CAPÍTULO DIECISIETE
CAPÍTULO DIECIOCHO
CAPÍTULO DIECINUEVE
CAPÍTULO VEINTE
CAPÍTULO VEINTIUNO
CAPÍTULO VEINTIDÓS
CAPÍTULO VEINTITRÉS
CAPÍTULO VEINTICUATRO
CAPÍTULO VEINTICINCO
CAPÍTULO VEINTISÉIS
CAPÍTULO VEINTISIETE
CAPÍTULO VEINTIOCHO
CAPÍTULO VEINTINUEVE
CAPÍTULO TREINTA
CAPÍTULO TREINTA Y UNO
CAPÍTULO TREINTA Y DOS
CAPÍTULO TREINTA Y TRES
CAPÍTULO TREINTA Y CUATRO
CAPÍTULO TREINTA Y CINCO
CAPÍTULO TREINTA Y SEIS
CAPÍTULO TREINTA Y SIETE
CAPÍTULO TREINTA Y OCHO
CAPÍTULO TREINTA Y NUEVE
CAPÍTULO CUARENTA
CAPÍTULO CUARENTA Y UNO
CAPÍTULO CUARENTA Y DOS
CAPÍTULO CUARENTA Y TRES
A los dieciséis años de edad, Maya Lawson estaba casi segura de que iba a morir pronto.
Ella estaba sentada en el asiento trasero de una camioneta de cabina grande mientras bajaba por la I-95, dirigiéndose al sur a través de Virginia. Sus piernas aún se sentían débiles por el trauma y el terror de lo que había experimentado apenas una hora antes. Miró impasiblemente hacia delante, con la boca ligeramente abierta con una mirada en blanco y conmocionada por el impacto.
La camioneta pertenecía a su vecino, el Sr. Thompson. Él ahora estaba muerto, probablemente aún tendido en el vestíbulo de la casa de los Lawson en Alejandría. El conductor actual del camión era su asesino.
Sentada al lado de Maya estaba su hermana menor, Sara, de sólo catorce años. Sus piernas estaban flexionadas debajo de ella y su cuerpo enroscado en el de Maya. Sara había dejado de sollozar, al menos por ahora, pero cada aliento escapaba de su boca abierta con un suave gemido.
Sara no tenía ni idea de lo que estaba pasando. Ella sólo sabía lo que había visto — el hombre en su casa. El Sr. Thompson muerto. El agresor amenazó con romperle las extremidades a su hermana para que Sara abriera la puerta de la habitación del pánico en el sótano. Ella no tenía conocimiento de lo que Maya sabía, e incluso Maya sólo sabía una pequeña parte de toda la verdad.
Pero la mayor de las niñas Lawson sí sabía una cosa, o al menos estaba casi segura de ello: iba a morir pronto. Ella no sabía lo que el conductor del camión planeaba hacer con ellas — había hecho la promesa de que no les haría daño siempre y cuando hicieran lo él que les pidiera, pero eso no importaba.
A pesar de su expresión de desconcierto, la mente de Maya estaba trabajando a una milla por minuto. Sólo una cosa era importante ahora, y era mantener a Sara a salvo. El hombre al volante estaba alerta y era capaz, pero en algún momento titubearía. Mientras hicieran lo que les pidiera, se volvería complaciente, incluso aunque fuera por un segundo, y en ese momento ella actuaría. Aún no sabía lo que iba a hacer, pero tendría que ser algo directo, despiadado y debilitante. Darle a Sara la oportunidad de huir, de ponerse a salvo, con otras personas, de llegar a un teléfono.
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