Sinopsis
Este libro contiene 40 meditaciones bíblicas para una jornada en compañía de Jesús. Cada meditación ha sido preparada con la idea de que esa jornada sea un peregrinaje de fe, aprendiendo en Jesús, escuchando su voz, reconociendo sus gestos y recordando el sentido del discipulado integral en dialogo con el contexto del mundo en que vivimos. Estas meditaciones pueden ser desarrolladas en pequeños grupos, en familia o de manera personal en procura de un mayor compromiso en Cristo, el camino. Y caminar con Él produce transformación en nuestras vidas y coherencia con la ética del evangelio.
La propuesta del autor es que “abramos el corazón, dispongamos la mente y afinemos el espíritu para transitar este camino con la disposición anímica de un discípulo o una discípula del Maestro”.
En el camino con Jesús
Meditaciones para un discipulado integral
Harold Segura
© 2013 Centro de Investigaciones y Publicaciones (cenip) – Ediciones Puma
ISBN N° 978-9972-701-87-0
Primera edición digital: marzo 2013
Categoría: Vida cristiana - Meditaciones diarias
Primera edición impresa: enero 2013
ISBN N° 978-9972-701-86-3
Editado por:
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Presentación
El número 40 tiene un significado especial dentro de los relatos bíblicos, ya sea por su uso histórico o por su simbolismo espiritual. Durante 40 días, el Señor Jesús ayunó en el desierto antes de iniciar su ministerio; 40 días transcurrieron entre su resurrección y su ascensión a la diestra del Padre. Pero también, en el Antiguo Testamento, se cuenta que el diluvio duró 40 días y 40 noches, que Jonás predicó ese mismo número de días en la ciudad de Nínive y que Israel fue probado en el desierto durante 40 años. Y la lista sería extensa si nos dispusiéramos a hacer el ejercicio de revisar en detalle las muchas veces que la Biblia nos menciona el número. Algunos intérpretes bien informados creen con razón que se trataba de un número simbólico y no sólo real o matemático.
Bueno, y aquí estamos nosotros también a punto de iniciar una jornada de 40 días acompañando a Jesús en su recorrido hacia la cruz; y dejando que su Espíritu nos acompañe en este peregrinaje de fe, aprendiendo de él, escuchando su voz, reconociendo sus gestos y recordando lo que significa el discipulado integral.
Éste no será un ejercicio académico; hay muchos manuales y textos especializados en cristología que podrían servir para ese noble propósito. Ante todo, lo que se propone aquí es que abramos el corazón, dispongamos la mente y afinemos el espíritu para transitar este camino con la disposición anímica de un discípulo o una discípula del Maestro. Aquí encontrará 40 meditaciones bíblicas que se pueden seguir durante el período de la Cuaresma o en otra época del año. Se pueden seguir durante 40 días seguidos o con la frecuencia que se desee; para meditar en pequeños grupos, en familia o de manera personal. Puede hacerse en cualquier época del año (el período de Cuaresma sería muy apropiado, aunque no sería indispensable hacerse sólo en él).
Cada día se inicia con la lectura de un versículo del evangelio, le sigue una breve meditación que actualiza el texto bíblico y se pregunta por sus lecciones prácticas para el discipulado cristiano en nuestro contexto actual. Después de la meditación viene una frase célebre acorde con el tema central del día. A la frase le sigue una pregunta que nos ayuda a revisar nuestra vida. Al final se encuentra una oración que, obviamente, puede (o debe) ser complementada con las palabras y sentimientos personales. Y ahí también hay un espacio para escribir los pensamientos, compromisos y reflexiones que surjan durante la meditación.
Cada meditación se ha escrito con sentido pastoral; eso es lo que soy; antes que teólogo o administrador, lo que soy es un peregrino que acompaña a otros y se deja acompañar por ellos en el camino de la fe. Un compañero del camino de Jesús, con las mismas ansias de aprender y de parecerme más a Él. ¿Caminamos? Empecemos ya.
Rev. Harold Segura
San José, Costa Rica, octubre 3 de 2012
Día 1
Falsa caridad
No hagan sus buenas obras delante de la gente solo para que los demás los vean. Si lo hacen así, su Padre que está en el cielo no les dará ningún premio.
— Mateo 6.1
La caridad también puede ser falsa. En algunos casos, puede convertirse en un negocio lucrativo o en una forma de promocionar la imagen propia o la de una empresa en particular.
Entre las organizaciones de ayuda humanitaria se usa, por ejemplo, la expresión industria del desarrollo para referirse al sector que se dedica a trabajar a favor de la justicia, el desarrollo y la transformación social. Puede ser que la expresión sea técnicamente correcta, pero, en lo personal, no me gusta. Me parece que con este tipo de expresiones se corre el riesgo de convertir el amor cristiano en una mera industria, y la búsqueda de la justicia en una empresa comercial como tantas otras. Esa tentación siempre está presente, sobre todo hoy cuando el imperio de la mercantilización atrapa aun a las causas más nobles.
Jesús, en su época, advertía acerca de los riesgos de la falsa caridad; enseñó en contra de hacer el bien como una forma de buscar el aplauso público y la promoción de una falsa imagen de bondad.
Los seres humanos queremos ser buenos; también deseamos aparentar serlo. Hoy Jesús nos llama la atención sobre este riesgo. Él sabe que nuestra generosidad merece una recompensa, pero nos recuerda que la mejor viene del Padre. Las otras, las de esta tierra, no son más que máscaras vistosas, relucientes pero falsas, que sólo sirven para ocultar nuestra demacrada realidad espiritual.
Para seguir pensando
“Bienaventurados los que dan sin recordar, y los que reciben sin olvidar”.
— Madre Teresa de Calcuta (1910-1997)
Vale que nos preguntemos
Cuando sirvo a las personas necesitadas o hago el bien al prójimo, ¿cuáles son mis motivaciones?
Invitación a la oración
Señor, me invitas a ser un imitador de ti, sirviendo a los necesitados y amando a todas tus criaturas. Ayúdame a imitarte en lo que hiciste y también en las motivaciones que tuviste. Recuérdame cada día que la recompensa verdadera de hacer el bien viene del Padre. Amén.
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